El Gran Ratón Detective
Ladybug y Chat Noir creyeron que en cuanto tocaran tierra podrían regresar todo a la normalidad, pero se equivocaron; en la base del Big Ben los esperaban Scotland Yard y la Reina Moustoria, protegida por su verdadera Guardia Real. Al parecer los habían seguido para ayudarlos en su pelea contra el profesor Ratigan, pero en cuanto los vieron cerca de las caras del Big Ben supieron que no podían hacer nada para auxiliarlos.
Su Majestad y el Inspector Bradstreet le preguntaron de inmediato a Basil lo sucedido, pero dos oficiales de Scotland Yard interrumpieron la conversación informando que recuperaron el cuerpo de Padraic Ratigan. Chat Noir miró preocupado a Ladybug, ella lo tranquilizó y le susurró en el oído que en cuanto usara su Miraculous Ladybug todo regresaría a la normalidad, inclusive revivir al profesor y regresarlo a la normalidad. Eso fue suficiente para tranquilizar el joven.
Basil agradeció el apoyo y preocupación a Su Majestad y Scotland Yard, pero debían regresar a Baker Street para descansar y atender lo más pronto posible sus heridas y las de Ladybug. Al ver las condiciones del detective y la joven, la reina ordenó enseguida llevar a todos al Palacio de Buckingham y que todos fueran atendidos de inmediato. El detective y los jóvenes héroes se negaron, pero la Reina Moustoria no aceptó un no por respuesta, por lo que todos fueron escoltados al Palacio de Buckingham. En ese momento, uno de los oficiales se percató de la presencia de Fidget; rápidamente trataron de arrestarlo, pero Ladybug y Basil lo impidieron atestiguando que al final el murciélago los ayudó en la derrota de Ratigan. Scotland Yard no estaba muy convencido, aceptaron que el sentimonstruo fuera con Basil y los demás alegando que este estaría bajo la custodia de los tres y que si algo llegaba hacer esa rata alada con pata de palo, el detective y los jóvenes héroes serían los responsables. Basil, Ladybug y Chat Noir aceptaron sin dudar.
En el Palacio de Buckingham atendieron a todos sin darles tiempo de reaccionar. Basil y Ladybug recibieron atención médica, bajo la supervisión de Dawson; con la joven fue más trabajo debido a que sus heridas eran de mayor gravedad que las del detective. Al finalizar les proporcionaron, no solo a Basil y Ladybug sino a todo el grupo, atuendos elegantes notificándoles que cenarían con Su Majestad y el inspector Bradstreet con el propósito de informarles a detalle respecto al caso. En privado, todos acordaron lo que hablarían con la reina y el inspector.
De ese modo fueron presentados Ladybug y Chat Noir, explicaron porque ocultaban su identidad y vestían haciendo alusión a una catarina y un gato negro (lo último fue difícil de explicar y sin mencionar en ningún momento los Miraculous), Papillombre y su alianza con Ratigan (el inspector Bradstreet quiso saber hasta el más mínimo detalle de él puesto que tenía la intención de investigarlo y arrestarlo, a lo que los jóvenes inventaron que venían del extranjero y que por eso mismo ellos eran los encargados de ese "criminal"), como se conocieron y el trabajo en conjunto para el caso. La Reina Moustoria y el Inspector Bradstreet estaban sorprendidos; de todos los crímenes cometidos por Ratigan este sin duda había sido el peor de todos, en especial porque obtuvo ayuda de un "criminal extranjero". A pesar de que Fidget ayudó a Basil, Ladybug y Chat Noir al final asegurando así la derrota del malvado profesor, Bradstreet dijo que aún debía responder por los crímenes cometidos con anterioridad bajo las órdenes de Padraic Ratigan, acusaciones que el murciélago aceptó y de las cuales respondería.
«Lástima que eso no sucederá, ya que en realidad es un sentimonstruo.» pensó la catarina-roedora
La cena terminó y el grupo estaba listo para regresar a Baker Street y descansar; pero de nuevo fueron sorprendidos por la reina que los invitó a quedarse en el Palacio de Buckingham ya que al día siguiente al mediodía se realizaría una ceremonia en honor a Basil, Dawson, Ladybug y Chat Noir como agradecimiento por salvarla a ella y al reino de las garras del profesor Ratigan. Eso sorprendió a los cuatro ratones, en especial a los jóvenes (énfasis a la joven).
La reina despidió a sus invitados y se fue descansar a sus aposentos no sin antes solicitarles a sus sirvientes llevar a sus huéspedes a sus habitaciones. Los cuartos de todos estaban prácticamente al lado del otro; Fidget, por obvias razones, era el único que tenía un par de Guardias Reales custodiando su habitación. Todos se desearon mutuamente buenas noches y entraron a sus respectivas alcobas; antes de entrar a la suya, Chat Noir intentó que Ladybug le diera un "beso de las buenas noches" en la mejilla, pero lo único que consiguió fueron unas gentiles palmadas y la joven entró a su habitación dejando en la puerta a su amigo cabizbajo. Basil vio todo (su habitación estaba enfrente a la de ella) y sonrió burlón ante la negativa de Ladybug y entró a su cuarto.
Todos dormían tranquilamente en el Palacio de Buckingham, ya no había nada de que preocuparse; Ratigan ya no existía y mañana, después de la ceremonia, Ladybug regresaría todo a la normalidad. Ese pensamiento perturbaba el sueño de una persona en particular, Basil. El detective no podía dormir, uno creería que era porque, a pesar de haber visto el cadáver de su eterno enemigo, sacaría conjeturas de que el malvado profesor se salvó de algún modo de su fatal final y volvería a las andadas. Pero la realidad era otra; Basil estaba preocupado porque después del mediodía Ladybug se iría para siempre. O más bien él.
Harto de dar vueltas en la cama, el detective se levantó de la cama, se puso unas pantuflas, una bata y salió de su habitación. Miró al puerta frente a su cuarto, dudo un segundo, pero se acercó a esta y levantó una mano para tocar.
—Es muy tarde para visitas ¿no crees?
Basil miró a su derecha encontrándose con Severus Snape recargado sobre su hombro contra la pared y de brazos cruzados, también con bata y pantuflas, pero sin el antifaz verde botella que él le prestó en Baker Street.
—Podría decirte lo mismo, joven —respondió Basil volteando por completo hacia el chico
Severus se apartó de la pared sin descruzar los brazos.
—Tenía el presentimiento de que no podrías dormir y querrías ver a Ladybug. Con lo poco que conozco de su vida sé que ella también se habría quedado despierta toda la noche, pero por las heridas y el cansancio seguramente se habrá dormido en cuanto su cabeza tocó la almohada
El detective soltó una pequeña risa al imaginarlo. Se alejó de la puerta y regresó a la suya. Puso una mano sobre el picaporte, pero antes de abrir regresó su atención a Severus, a lo que el joven lo miró con una ceja arqueada.
—¿Qué? —preguntó el azabache con dureza
—Me impresiona demasiado el cambio por completo de personalidad cuando eres civil y cuando eres superhéroe —contestó el ratón—. Cualquiera pensaría que tienes algún desorden de personalidad o algo así, pero lo que sucede es que tienes una gran presión social como civil, además de haber sufrido mucho por lo que siendo Chat Noir sí puedes ser y hacer lo que siempre has querido
Su cara no lo expresó, pero Severus estaba anonadado. Realmente ese ratón hacía honor a su título de ser el mejor detective de Londres sino de todo el país; ni siquiera sus mejores amigos (Lily, Alex y Regulus Black) lo conocían al cien por ciento. El único que sí era Plaga, pero eso era muy obvio porque el pequeño kwami estaba con él veinticuatro/siete. El chico bajó los brazos y miró con una sonrisa al detective; de verdad era agradable cuando no actuaba como un arrogante sabelotodo, ahora entendía porque Ladybug lo admiraba tanto.
Hablando de su lady. Severus miró a la puerta de su compañera y su sonrisa desapareció. Basil se dio cuenta del cambio de actitud del chico, se paró junto a él tocándole un hombro haciendo que el azabache lo viera.
—Va a necesitarte mucho para aceptar y seguir adelante cuanto nosotros ya no estemos. —comenzó a decir Basil—. Entiendo que esto ha sido incómodo para ti por lo que Ladybug siente por mí...
—¡Oye, oye, oye! ¿Qué? —exclamó el joven apartándose del detective—. ¿Cómo que Ladybug siente algo por ti? —eso no le gusto para nada a Severus ¿acaso la joven se había enamorado de un personaje ficticio antropomórfico de un ratón? ¡Era una pesadilla!
Basil miró confundido al joven, aunque por dentro se estaba riendo por la reacción del azabache y se hizo una idea de lo que estaba pensando. Lo miró "serio" ante esa "inesperada" reacción y explicó:
—¿Qué no es obvio? Admiración y respeto. Lo que uno siente cuando conoce a sus ídolos. ¿Por qué? ¿Acaso me equivoco y ella en realidad...?
—¡No! —gritó Severus. Se tapó la boca con ambas manos al darse cuenta de lo que hizo. Vio de reojo la puerta de su lady pensando que en cualquier momento ella saldría molesta por el escándalo. Para su suerte, no paso nada. Suspiró y regresó su atención hacia el detective—. Lo siento, confundí lo que dijiste porque no es la primera vez que escuchó esa frase y termina refiriéndose a sentimientos románticos. —se pasó una mano por el cuello y rio nerviosamente.
—Ya veo «No son pareja en el sentido romántico, se nota que ella no siente nada por él y aún así es demasiado posesivo y sobreprotector. Eso le ha ocasionado problemas con ella y no me sorprendería que hayan peleado en algunas ocasiones.»
Severus se tranquilizó, carraspeó y dijo.
—Bueno, será mejor ir a descansar. Mañana es un día importante
—Es cierto —respondió Basil. Regresó a su puerta y antes de entrar miró sobre su hombro al chico—. Buenas noches
—Buenas noches —contestó Severus y entró a su habitación
Basil miró la puerta de la habitación de Ladybug y entró a la suya. Ninguno de los dos hombres se dio cuenta de que la joven había escuchado toda la conversación. Al contrario de lo que Chat Noir dijo de caer dormida rápidamente a causa de su salud, el pensar en lo que pasará al día siguiente no la dejaba dormir y por lo mismo tuvo la intención de ir a ver a Basil; se detuvo al escuchar voces afuera de su puerta y sintió un vuelco al corazón al descubrir que el detective había tenido la misma idea, lo que no esperaba era que Chat Noir también estuviera en el pasillo.
En cuanto la conversación terminó, Ladybug esperó un poco para asegurarse de que ya no hubiera nadie en el pasillo. Salió de su habitación y fue rápido a la de Basil. Estaba por tocar la puerta cuando esta se abrió y apareció el detective, para sorpresa de la joven él estaba sonriendo, como si hubiera sabido que ella iría a verlo. La confirmación fue que Basil se hizo a un lado invitándola a entrar a su habitación, por lo que la joven entró rápido.
—Debo cansarte por esta tonta pregunta irracional, pero ¿de verdad no eres Legeremante? (parte de los secretos revelados en Baker Street fue la magia) ¿cómo supiste que vendría a verte?
—Elemental, mi querida Alex. A pesar de que tu habitación estaba en penumbras, un poco de luz del exterior se coló por las cortinas que no cerraste haciendo que se notara una sombra por debajo de la puerta
—Impresionante. A ti nunca se te pasa ningún detalle
—Como el más obvio ahora: ¿por qué sigues transformada en Ladybug?
—Porque de volver a la normalidad el Lucky Charm desaparecerá y no podré usar el Miraculous Ladybug. Una gran ventaja de ser una ratona es que no hay limitador, lo único que me preocupa es que no puedo dejar salir a Tikki
—Estoy seguro de que ella comprende eso
—Yo también
Los dos se quedaron en silencio un momento. Ladybug se sentó en la cama más que nada para hacer algo; enseguida Basil tomó asiento junto a ella y tomó su mano entrelazando sus dedos.
—Sé que es muy doloroso para ti, pero debes entender que...
La joven soltó la mano del detective y lo abrazó con fuerza. Estaba siendo demasiado infantil al aferrarse a él, pero ¡Dios! ¡Era su personaje favorito de la infancia! ¡Su ídolo! Y, recién descubierto, la persona que más quería.
«¡Rayos, creo que sí estoy algo loca!»
Casi de inmediato Basil correspondió el abrazo. Después de unos minutos, el detective rompió el silencio pidiéndole a la joven que le hablara sobre ella y el futuro. Así pasaron toda la noche conversando, no solo ella sino él también. Al ver el sol comenzar a salir, Ladybug regresó a su habitación antes de que los demás despertaran.
La mañana estuvo tranquila, el grupo la pasó unido. Llegó el mediodía dando lugar a la ceremonia, la reina llamó a Basil, Ladybug, Chat Noir y Dawson; agradeció y honró a los cuatro por su valentía y servicios al derrotar al criminal más peligroso de Gran Bretaña. Les pidió a los cuatro arrodillarse, uno de los vasallos de la reina se le acercó llevando en una almohada roja cuatro medallas. La reina las tomó y una por una las fue colgando en el cuello de los valientes ratones; terminó y les pidió a Ladybug y los hombres ponerse de pie. Dio un último discurso de agradecimiento y todos en el salón principal aplaudieron.
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—Oh, recibir una medalla de la reina —dijo Dawson con un suspiro—. ¡Ay, que emocionante! ¿Eh, Basil? ¿Jóvenes amigos?
—Fue un día de trabajo —dijo Basil, colocando en la repisa de la chimenea la nota del periódico donde se veían a ellos y los portadores de Miraculous arrodillados ante la reina siendo condecorados.
Estaban todos reunidos en la casa del detective en Baker Street y era de noche.
—Dr. Dawson lo hizo muy bien —felicitó Olivia al médico, a lo que el ratón bonachón rio apenado—. Ustedes también, Ladybug y Chat Noir. ¡Fue la mejor aventura de mi vida!
—No es la gran cosa —respondió apenado el joven, pasándose la mano por el cuello avergonzado
—No es algo recomendable para una niña pequeña, pero también sirvió para demostrar de lo que estamos hechas las mujeres ¿no crees? —Ladybug dijo lo último guiñándole el ojo a la pequeña.
—Claro que sí —dijo Hiram sacando su reloj de bolsillo y revisando la hora—. Pe... pero, debemos tomar el tren —guardó su reloj y caminó hacia la salida—. Vamos Olivia
—Sí, padre —respondió Olivia. Se acercó a Basil y lo abrazó de la cintura, que era a la altura donde alcanzaba al detective—. Adiós, Basil. Yo... jamás lo olvidaré
—Ni yo a usted —respondió el detective, alejando gentilmente a la niña—. Srta. ¿Flangerhanger?
Primero Olivia se sorprendió de que Basil siguiera diciendo mal su apellido, pero enseguida entendió que el detective solo estaba bromeando con ella por lo que sonriendo negó con la cabeza. Y la confirmación de la broma fue que Dawson y los jóvenes rieron. Olivia los miró a los tres.
—Como sea —dijeron en coro el médico y los héroes
—Adiós, Dr. Dawson —se despidió la niña del ratón bonachón
—Adiós, pequeña —se despidió Dawson dándole una gentil palmada en la cabeza
Olivia se acercó a los jóvenes, que estaban recargados en la barandilla.
—Adiós, Ladybug y Chat Noir. Jamás los olvidaré
El primero en acercarse a la niña fue el joven, se arrodilló frente a ella y los dos se abrazaron.
—Tampoco te olvidaremos... Seillean y Sonas —dijo el felino-roedor apartando un poco a la niña para mirarla sin romper el abrazo
Olivia rio. Le dio un beso en la mejilla a Chat Noir, se separó de él y abrazó a Ladybug.
—Te voy a extrañar —dijo la pequeña—. Te quiero
—Yo también te voy a extrañar —dijo la joven—. Y también te quiero
—¡Olivia! —llamó Hiram a su hija
—¡Ya voy! —respondió la niña
Olivia y Ladybug se soltaron. Olivia caminó hacia la puerta, se volteó de nuevo, dijo un último adiós y se fue.
—Doctor, jóvenes... —dijo Basil, a Ladybug le dio la impresión de que el detective quería llorar, pero se contuvo—. No es mala chica en realidad
—Claro que no —dijo Dawson
—Para nada —añadió Chat Noir—. Bueno, Ladybug y yo también debemos irnos
—¿Ya? —preguntó sorprendida la joven a su compañero
—Mi Lady, no podemos postergar lo inevitable, lo sabes
Ladybug miró a los dos ratones frente a ella. Quería estar con ellos un poco más, pero en la mañana, antes de la ceremonia, Su-Han los contactó y los presionó para que regresaran todo a la normalidad si ya habían derrotado al villano akumatizado, y honestamente ya estaba cansada de las presiones del Gran Guardián. Con pesar, se acercó a sus amigos, pero Basil la detuvo con un gesto en la mano.
—Será mejor despedirnos afuera. —indicó Basil—. Honestamente, quisiera ver como usas ese segundo poder tuyo esta vez sin el riesgo de morir
—De acuerdo —dijo Ladybug
Los cuatro ratones salieron del 221½ y para sorpresa de la joven estaban en la puerta los Flaversham y Fidget.
—Creí que seguías retenido en Scotland Yard —dijo la catarina-roedora al murciélago
—De hecho es en donde debería estar —contestó el sentimonstruo—, pero era mejor desaparecer aquí y no en la estación
Ladybug y Chat Noir miraron preocupados a sus amigos después de que Fidget soltara sin más esa información, pero para su asombro y confusión, ninguno de sus amigos se alteró por lo dicho por el murciélago.
—Ya lo saben —explicó Basil—. Antes de la ceremonia, cuando recibieron la llamada de Su-Han yo aproveché para contarles la verdad y explicárselas. —el detective miró directamente a Ladybug a los ojos—. Sabía que al momento de despedirnos sería doloroso para ti y por lo mismo revelarnos la verdad porque se alterarían y no querrían escucharte. Aunque tampoco fue tan difícil como imaginé
—¿Por qué lo dices?
—Ya lo sabíamos —contestó Hiram—. A pesar de encontrarme encerrado, escuchaba las conversaciones de Ratigan y Fidget desde mi prisión, y en una de estas hablaron de lo mismo que el Sr. Basil nos explicó en el Palacio de Buckingham
La heroína apartó la mirada del juguetero y vio incrédula a la niña, quien le sonrió tiernamente.
—Sabemos que no somos reales, que todo este tiempo solo hemos sido un producto de los poderes de Papillombre otorgados al profesor Ratigan —dijo sin más Olivia
—Y yo no soy el verdadero Fidget —añadió el murciélago—. Sino una criatura creada por el Miraculous del Pavo Real a base de las emociones de una persona, conocida como sentimonstruo. Para crearme se necesita una pluma azul eléctrico, llamada amok, el cual se encuentra en la campana junto con el akuma. Me di cuenta de que lo tenías en el globo aerostático cuando me salvaste
Los portadores de Miraculous estaban anonadados, no esperaban que los ratones y el murciélago se tomaran bien la noticia de lo que realmente eran. Un carraspeó la despertó de su trance. La joven miró detrás de ella descubriendo que quien hizo eso fue Chat Noir.
—Despierta, Mi Lady. Entre más nos tardemos, mayor será el regaño de Su-Han
—Bien
Todos fueron a la calle. Ladybug sacó la campana de Ratigan del bolsillo y la tomó con ambas mano para romperlo a la mitad, pero antes de hacerlo levantó la mirada hacia sus amigos. Los vio uno por uno con la intención de recordarlos con una sonrisa. Cuando llegó con Basil, vio que el detective se le acercó con una sonrisa.
—Antes de que se vayan, quiero darte un par de cosas —dijo el detective a la joven. La catarina-roedora miró curiosa al ratón. El detective sacó algo del interior de su bata, era su cervadora y se la puso en la cabeza a Ladybug—. Espero que al menos puedas conservar eso para que me recuerdes —dijo el ratón
Ladybug sintió un vuelco al corazón por las palabras del detective. Sonrió agradecida por el regalo.
—Gracias, Basil. —agradeció la joven, acomodándose mejor la cervadora ya que le quedaba algo grande—. ¿Lo segundo?
—Esto
Basil agarró con delicadeza el rostro de Ladybug, acercó el suyo al de ella y la besó.
Decir que la joven estaba en shock era poco. De todo lo que habían vivido nunca se vio venir esto, sobre todo porque al comenzar su aventura, el detective mismo dijo que eso nunca pasaría. Para aumentar el shock, poco a poco Ladybug respondió el beso.
La estupefacción estaba grabada en los rostros de sus amigos. Dawson murmuró un «¡Oh, cielos!», Olivia soltó una risita con una mirada soñadora en su rostro, Fidget se cubrió el rostro con las manos ya que era un momento íntimo y Hiram solo estaba sorprendido. En cuanto a Chat Noir... estaba en completo trance viendo a Ladybug besar a Basil, aunque bueno fue el detective quien la beso, pero de todos modos era un apuñalada a su corazón y ego.
Basil y Ladybug se separaron y recargaron su frente con el del otro.
—Te voy a extrañar mucho —dijo la joven en un susurro—. Muchas gracias por todo
—Y yo a ti —dijo el detective igual susurrando—. También te agradezco por todo
—¡Suficiente! —Basil y Ladybug se separaron volteando hacia el origen del grito, era Chat Noir—. ¡Esto ya fue demasiado!
El joven se abalanzó contra el detective. La joven le gritó a su compañero que se detuviera, incluso se acercó a él, pero el ratón detuvo a la catarina-roedora y fue hacia el felino-roedor. Chat Noir levantó un puño listo para golpear a Basil, pero él detuvo el ataque sujetando al joven de la muñeca. El detective se acercó al oído del molesto héroe; lo que sea que le dijera logró hacer que la ira de Chat Noir desapareciera. El joven miró estupefacto al detective, a lo que este solo le sonrió con complicidad y le estrechó la mano a modo de despedida.
—Fue un placer conocerte y trabajar contigo —se despidió Basil
—Uh... sí. Igualmente —respondió vagamente Chat Noir
—¡Por el amor de...! ¿Estás chiflado o qué? —Ladybug fue hacia ellos y miró molesta a su compañero—. ¿Qué te he dicho sobre esos irracionales ataques de celos? ¡Agh! ¡Eres un grandísimo... AGH!
—Bueno, bueno, ya. Lo siento
—Esto lo discutiremos después
Las orejas de Chat Noir palidecieron, cuando Ladybug decía eso (incluso usando sus jergas mexicanas) era porque estaba en un GRAN problema. Pasado el enojo, la heroína volvió a tomar entre sus manos la campana de Ratigan, estaba por romperlo cuando unas manos se posaron sobre las suyas, no necesito levantar la mirada para darse cuenta que era Basil, al parecer la ayudaría a romper el objeto akumatizado para así evitar las dudas. Así que entre los dos rompieron la campana y vieron salir de esta una mariposa oscura (akuma) y una pluma azul eléctrico (amok).
—Hazlo —dijo Basil alentando a la joven
Tratando de contener las lágrimas, sacó su yoyo.
—Se acabo el juego, pequeños akuma y amok —dijo Ladybug. Abrió su yoyo y lo hizo girar—. ¡Je vous libère du mal! —lo lanzó y atrapó a la mariposa y la pluma—. ¡Catch!
Antes de abrir su yoyo miró a Fidget. El murciélago le hizo un asentimiento de cabeza animándola a hacerlo. Tenía que pasar eso cuando todos se habían hecho buenos amigos.
—Adiós Fidget
—Adiós... a todos
La heroína abrió el yoyo y lo levanto al momento que una intensa luz blanca salía de su interior junto con una mariposa blanca y pluma también blanca de tamaño normal
—Adiós mariposa y pluma
Fidget fue cubierto por una energía negra y azul eléctrico. Cuando esta desapareció el murciélago también lo hizo. Basil, Dawson y los Flaversham no pudieron ocultar su asombro al ver como desapareció el secuaz de Ratigan.
—¿Por qué nosotros no desaparecimos como Fidget lo hizo? —preguntó Olivia
—Porque lo que el villano akumatizado crea desparece con mi segundo poder —contestó Ladybug. De su bolsillo sacó la llave inglesa. Miró la herramienta y después a sus amigos ratones. Esta era la verdadera parte difícil, porque oficialmente todo regresaría a la normalidad y Basil y los demás finalmente desaparecerían. No pudo aguardar más y las lágrimas salieron.
—Ya no pospongas más lo inevitable —dijo Basil, limpiando las rebeldes lágrimas—. Déjanos ir
Ladybug se limpió las lágrimas con la mano libre, pero estas siguieron saliendo. Se apartó unos pasos de Basil mirándolo a los ojos.
—Adiós Basil
—Adiós... Ladybug —el detective deseó llamarla por su nombre por última vez, pero con Chat Noir presente no era posible.
La heroína respiró profundo para darse valor y finalmente dijo las palabras que nunca creyó temer pronunciar.
—¡Miraculous Ladybug! —exclamó lanzando al aire la llave inglesa.
Está brillo y aparecieron miles de catarinas, regresando todo a la normalidad. La ciudad paso de ser el Londres victoriano a un Londres a más de una década de terminar el siglo XX. Los ciudadanos que fueron transformados en ratones volvieron a ser humanos. Basil y los demás veían fascinados las miles de catarinas mágicas transformando la ciudad. Ladybug continuaba llorando y no apartaba la mirada del detective. El ratón se dio cuenta y miró con una sonrisa a la catarina-roedora a la vez que abría sus brazos. La joven comprendió de inmediato y corrió a sus brazos.
Basil y Ladybug se abrazaron por última vez. El detective le susurró unas palabras a la joven al oído provocando que abriera mucho los ojos y lo mirara asombrada.
—Basil
El detective sonrió. La joven lo abrazó con más fuerza a la vez que más lágrimas salían. Las catarinas mágicas por fin llegaron a Baker Street. El 221B y el 221½ desaparecieron al igual que el Dr. David Q. Dawson. Hiram y Olivia Flaversham... y Basil de la Calle Baker.
Ladybug y Chat Noir regresaron a la normalidad. El felino revisó su cuerpo emocionando descubriendo que ya no era un ratón sino un humano usando un traje heroico de gato negro ¡incluso estaba feliz de ver de nuevo el cascabel en su traje! Y lo mejor es que volvía a tener cinco dedos en lugar de cuatro.
—¡Sí! ¡Volvimos a la normalidad, Mi Lady! —exclamó emocionado el héroe, pero no recibió respuesta. Miró a su compañera y vio que se estaba abrazando a sí misma a la vez que la escuchaba llorar—. ¿Ladybug?
Lentamente se acercó a ella y le tocó el hombro. La joven levantó la mirada encontrándose con los ojos verdes felinos de su compañero; lo había hecho, regresaron a la normalidad y sus amigos se habían ido para siempre.
—Aún tienes algo para recordarlos —dijo el joven para animar a su amiga—, y no hablo de la película
—¿Entonces?
—Esto
El felino movió lo que la catarina tenía en la cabeza. Ladybug enseguida comprendió, se lo quitó y más lágrimas salieron a la vez que una sonrisa asomaba su rostro. Pudo conservar la cervadora de Basil. La abrazó con cariño a la vez que se prometía a sí misma de cuidarla como un tesoro. Levantó la mirada y una risita salió de los labios de la joven; donde antes estaban el 221B y el 221½ estaba una construcción la cual tenía un letrero que anunciaba:
Próximamente
El Museo de Sherlock Holmes
Ladybug movió su pie y este golpeó algo haciéndolo sonar. Los héroes bajaron la mirada encontrándose con la campana de Ratigan reparada.... Un momento ¡El profesor Ratigan! La heroína se puso la cervadora, recogió la campana y los dos fueron rápidamente por toda la ciudad en busca de la víctima del akuma. La última vez que lo vieron fue en el Big Ben, pero en ese momento el "cadáver" del profesor se lo había llevado Scotland Yard, por lo que se dirigieron de inmediato al lugar. Para su buena suerte encontraron al joven, el cual para su asombro y horror había recobrado el conocimiento en la morgue y ahora se encontraba hablando con el Teniente Rogers respecto a qué hacía ahí.
—Nosotros podemos explicarle... profesor Padraic Ratigan —dijo Ladybug
El teniente y el joven voltearon hacia la puerta de la estación encontrándose con los héroes londinenses.
—¡Ladybug! ¡Chat Noir! —exclamó emocionado el joven, después miró confundido a la joven—. ¿Profesor Padraic Ratigan? ¿Acaso viste la película?
—Mi Lady no solo la vio —contestó Chat Noir—. Sino que ambos la vivimos
Los portadores de Miraculous le explicaron al joven lo sucedido. Este no podía con el asombro ¡Papillombre lo transformó en el Napoleón del Crimen y había peleado no solo contra los héroes de Londres sino con Basil de la Calle Baker y el Dr. David Q. Dawson!
—¡No puedo creerlo! ¡Eso debió ser lo mejor que me pudo pasar en la vida PERO NO LO RECUERDO!
—No solo fue genial, a pesar de haber sido obra de Papillombre, sino que le hiciste honor a Ratigan, en verdad te convertiste en El delincuente más cruel.
El joven miró emocionado a la heroína ¡había usado el nombre de la canción del villano para describirlo! Ladybug le devolvió su campana al joven, ella y Chat Noir se despidieron de él y se fueron de Scotland Yard; tenían que buscar a Su-Han e informarle, pero primero ha alimentar a sus kwamis.
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—Tal vez hayas salido victoriosa como Sherlock Holmes lo hizo en El Problema Final, Ladybug —dijo amenazadoramente Papillombre—. Pero algún día te enfrentarás a un verdadero Napoleón del Crimen y créeme ¡ni el más famoso detective podrá salvarte! —sentenció y la ventana de su guarida se cerró, sumiéndolo en la oscuridad.
Ladybug y Chat Noir encontraron a Su-Han y a Rena Rouge en el Big Ben. La joven miró el reloj y un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar que hace menos de veinticuatro horas casi moría en la batalla final de The Great Mouse Detective tomando el lugar de Basil para protegerlo.
«La batalla final es mi escena favorita, pero con todo lo que pasó nunca más podré verla de la misma manera.»
—¿Sucede algo, Ladybug? —preguntó preocupada Rena Rouge
Antes de que la heroína pudiera responderle a su amiga, Su-Han exigió a los héroes que les contaran todo lo sucedido en su misión sin omitir ningún detalle. Ladybug y Chat Noir se miraron incómodos, tal vez una que otra parte sí podían omitirla ya que era demasiado personal y no tenía nada que ver con el caso.
Les contaron todo al Gran Guardián y a Rena Rouge; que casi toda la aventura fue la película infantil que acababa de salir, The Great Mouse Detective, y que lo mejor sería que fueran a verla para que vieran de primera mano todo lo que sucedió. Eso sí, les contaron las partes que obviamente no correspondían a la película: El préstamo de los Miraculous a los tres ratones, Oxford y Hogwarts. Su-Han enloqueció cuando escuchó la parte de confiarles los Miraculous a unas creaciones de Papillombre, pero esa molestia desapareció cuando Ladybug y Chat Noir les explicaron que sus amigos ratones fueron otorgados con el poder del Magical Charm por lo que los puso a salvo del control de Papillombre y el villano.
Una vez explicado todo, y soportar el sermón de Su-Han, todos regresaron a sus hogares. Rena Rouge tuvo que tomar un camino diferente al de Ladybug para despistar a Chat Noir. Una vez en casa, las primas regresaron a su identidad civil y Alex, que todavía conservaba algunos bollos de queso, los multiplicó con el encantamiento Geminio y alimentó no solo a Tikki y Trixx sino que le dio a los demás kwamis para que los probaran.
—Todavía no puedo creer que Papillombre hiciera que una película de Disney cobrara vida —comentó Lily
—Ni yo. —concordó Alex, limpiándose las manos de la migajas de los bollos—. A pesar de los peligros y que todo fue ocasionado por Papillombre ¡está fue la mejor aventura de mi vida!
—En especial porque Basil te regaló su cervadora... —dijo Tikki entre bocados— y te dio un beso de despedida
—¡¿QUÉ?! —gritaron Lily y los kwamis
—¡TIKKI!
La pelirroja se fue sobre la castaña exigiéndole una explicación inmediatamente. En cuanto tranquilizó a su prima, Alex le contó esas partes personales que no le contaron a Su-Han y que Chat Noir tampoco sabía: la postura enemigo a enamorado de Basil, las referencias a algunas obras creadas por fans del futuro, el anillo plateado con la esmeralda en el centro (Alex sonrió al ver que la joya, al igual que la cervadora, la conservó) y la historia detrás de esta haciendo énfasis en que Basil se lo había confiado como un secreto que no debía decirle a nadie, pero como le prometió a Lily no ocultarle nada más (como con Basil) se lo confiaba, pasar la noche conversando con el detective... y el beso.
Lily y los kwamis miraban sorprendidos y enternecidos a Alex. A pesar de ser una creación de Papillombre, la castaña experimentó hermosos momentos con su ídolo de la infancia. La única que no se veía enternecida con la situación era Tikki, estaba tensa y se comía con dificultad su bollo de queso.
—Tikki ¿qué te sucede? —preguntó Mullo
—¡Nada! No pasa nada —contestó la kwami de la creación, pero no convenció a nadie
Alex miró preocupada a su kwami. Se acercó a ella y la acomodó con cariño entre sus manos.
—Tikki, lo siento
—¿Por qué te disculpas, Alex?
—Seguramente estas agotada por haber permanecido veinticuatro horas dentro de los aretes, sin mencionar que también debiste sentir y sufrir el ataque de Ratigan.
—No es por eso
—¿Entonces? Sabes que puedes decirme lo que sea
La kwami de la creación se bajó de las manos de su portadora, dejó el resto del bollo de queso en el escritorio de su portadora y la miró con seriedad.
—Alex... la aparición de Basil y los demás no fue obra de Papillombre... sino tuya
—¡¿QUÉ?! —exclamaron las humanas y los kwamis
—¡A ver! ¡A ver! ¡A ver! Explícate ¿cómo que yo hice aparecer a Basil y los demás? ¡Papillombre fue quien creó a Ratigan y este transformó a Londres en una versión victoriana y a la mitad de la población en ratones! ¿Cómo es que...?
—¿Recuerdas que en la juguetería Fidget se sorprendió de ver a Basil y a Dawson y dijo que ellos no deberían estar ahí? —Alex asintió—. Pues... cuando abriste el portal para ir al 221B Baker Street sin que te dieras cuenta liberaste un poco del poder de la creación haciendo que apareciera el 221½ y los personajes.
»Al parecer la intención de Papillombre era que tú y Chat Noir tomaran los lugares de Basil y Dawson, pero al usar el poder de la creación de manera inconsciente interferiste con su poder haciendo que parte de la situación tú la controlaras; o sea, cuando estábamos en Baker Street y la interacción con los tres ratones. Por eso cuando te destransformarte en la juguetería y los toqué sentí mi poder de la creación sobre ellos y por eso de inmediato confié en ellos y por lo mismo ellos ya tenían el Magical Charm.
»Olivia y su padre sí fueron creados por Ratigan y, por ende, estaban bajo su control, pero el de la pequeña lo perdió cuando le otorgaste, también inconscientemente, el Magical Charm.
El silencio reinó en la habitación. Lily y los kwamis veían preocupados a Alex que solo estaba ahí de pie mirando a Tikki, o eso parecía. En realidad la joven estaba divagando en sus pensamientos.
«Bueno, ahora tiene sentido porque algunos momentos de la aventura, literalmente, parecían sacados de Silver and Gold, la historia del pasado de Basil y Ratigan fue el de The Professor's Portrait. Además de añadir las referencias a otras películas de Disney y de superhéroes. Y hablando de héroes, también eso explica porque el atuendo heroico de Basil era el de Masked Phantom.»
Alex siguió meditando la aventura recién vivida junto con los fanfiction que leyó y hasta el video de Cinema Club aunque de ese solo fue un poquito. Pero de repente la latina se tensó y un leve sonrojo apareció en sus mejillas.
—Alex... ¿estás bien? —preguntó preocupada Lily
«¡Virgencita! ¿Eso quiere decir que... los momentos íntimos que viví con Basil fueron cosa mía? Lo que significa que...»
A su mente llegaron las veces que ella cayó sobre el detective o él sobre ella. Los acercamientos y roces, los abrazos, los secretos, el anillo, los besos.... ¡LOS BESOS! De haber sido pelirroja ni Lily ni los kwamis hubieran sabido donde empezaba la cara de Alex porque esta estaba completamente roja. A la mente de la latina llegó el último abrazo que compartió con Basil y las últimas palabras que él le dijo:
Te amo, Alex
3...
2...
1...
—¡HHHOOOEEE!
Era una suerte que la familia de Lily no estuviera en casa porque sino los señores Evans y Petunia hubieran subido corriendo a averiguar qué estaba pasando.
Apenas Lily y los kwamis tuvieron tiempo para reaccionar cuando Alex se desmayó. A tiempo la pelirroja atrapó a su prima y la acomodó en sus brazos llamándola.
En verdad Alex ya no podría ver The Great Mouse Detective ni leer Silver and Gold ni The Professor's Portrait de la misma manera.
La castaña no era la única que meditaba toda la aventura vivida. Severus estaba acostado boca arriba en su cama en casa de su tío Gabriel Agreste (después de soportar varias horas de regaños y sermones por haber desaparecido en lugar de ir con su él, Nathalie o si quiera con su guardaespaldas en cuanto se convirtió en ratón). El azabache tenía el presentimiento de que su lady no solo le ocultó algunas cosas a Su-Han sino también a él, pero suponía que se debía a que eran cosas personales que ella experimentó con el ratón detective, pero aún así no quitaba la molestia e incomodidad. Ese último pensamiento hizo que recordara las últimas palabras que Basil le dijo cuando intentó golpearlo.
Sé un caballero inglés con ella y puede que algún día corresponda tus sentimientos. Si la fuerzas lo único que lograrás es alejarla.
—¿Quién hubiera dicho que aceptarías más un consejo de amor de una caricatura que de las personas que te rodean y quieren ayudarte?
—No molestes, Plaga
El kwami estaba sentado en el escritorio de su portador degustando los últimos bollos de queso. Se terminó el bocado, tomó otro y se acercó al chico.
—Lo digo porque hasta un personaje ficticio sabe que estas metiendo las cuatro patas, y hasta el fondo, al coquetear con Ladybug. Lo que más enfada a las mujeres es que las presionen a hacer o sentir cosas que no y que los hombres se sientan con el derecho de tratarlas como quieran. O sea, se un caballero inglés como Basil te sugirió que te comportes. O en tu caso un "príncipe"
—¿Estas diciendo que vuelva a ser Kuro Neko?
—Solo que tomes ese carácter elegante y gentil en lugar de ser un bruto.
En otras ocasiones Severus habría amenazado a Plaga de dejarlo sin queso, pero esta vez admitía que tenía razón... al igual que Basil. El detective no se lo habría dicho sino fuera porque se dio cuenta de cómo se comportaba con Ladybug y como ella reaccionaba.
«Debo estar muy mal respecto al amor para que una caricatura me dé consejos.»
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DOS DÍAS DESPUÉS
Alex y Lily se encaminaban al cine. Después del ataque de akuma, el Sr. Agreste se había puesto más sobreprotector (de lo usual) con su sobrino y por nada del mundo quería dejarlo salir sino hasta que fuera el momento de ir al Callejón Diagon para las compras del ciclo escolar; por lo que las primas fueron a hablar con Gabriel y casi suplicándole le pidieron permiso para dejar salir a Severus. Algo que ayudó fue que Alex le contó al diseñador de modas que ella también estuvo convertida en ratona y que Lily y sus tíos también estaban temerosos de dejarla salir "tan rápido". El Sr. Agreste lo pensó unos momentos hasta que finalmente dio su permiso para que su sobrino saliera con las chicas, pero con la condición de que Severus iría directamente al cine y estarían bajo la supervisión del guardaespaldas del chico. Las primas se miraron felices.
—Ahora que me acuerdo, Lily —dijo Alex estando a unos metros del cine—, no decidimos qué película ver
—Pues... —la pelirroja desvió la mirada de su prima
La castaña miró con suspicacia a su prima, la conocía perfectamente como para saber cuándo ella le estaba ocultando algo. Iba a preguntarle cuando escucharon unos gritos llamándolas. Las chicas miraron al frente encontrándose a Severus esperándolas cerca de la taquilla. Las chicas se acercaron emocionadas al azabache.
—¡Sev! ¿Llevas mucho tiempo esperándonos? —preguntó Lily
—Solo unos diez minutos, no es gran cosa —respondió él—. Ya compré los boletos para la película
—¿Qué? —exclamaron las primas
—¿Para qué película? —preguntó Alex curiosa
—Es una sorpresa
Las primas se miraron con suspicacia, Severus no era de actuar de esa manera a menos que fuera para cosas que él conocía que no les gustaba a las primas. Eso les dio una idea y las chicas miraron molestas al azabache.
—Severus Snape más te vale que no hayas escogido alguna de miedo —dijo Lily amenazadoramente
—¿Qué? ¡Claro que no! —respondió el chico.
Escondió las manos detrás de su espalda para que ellas no vieran los boletos, eso hizo enfurecer más a la pelirroja, quien trato de quitarle las entradas para ver qué película escogió Severus sin preguntarles. El azabache estiró la mano lo más que pudo para mantenerlos alejados de Lily, pero ella no cedió. Aprovechando la discusión de los amigos de la infancia, Alex se acercó por detrás de Severus y en un rápido movimiento le quitó los boletos de la mano.
—¡Alex, no! —exclamó Severus
—¡Alex ¿qué película es?! —preguntó Lily
La castaña estaba quieta mirando incrédula el título de la película en los boletos. Luego levantó la mirada hacia sus amigos, específicamente al azabache.
—Severus... ¿esto es en serio? —preguntó Alex mostrando los boletos en su mano
El mencionado solo desvió la mirada y se paso la mano por le cuello en señal de nerviosismo. Lily fue con su prima y miró sobre su hombro soltando un jadeo de asombro ante el título de la película.
—Sev... no puedo creerlo. —dijo Lily mirando estupefacta a su mejor amigo—. Pero si tú...
—¡Sí, ya sé lo que dije! —exclamó avergonzado el aludido, acercándose a sus amigas—. Es solo que... después de lo sucedido con el último akuma recordé cuando Alex nos contó sobre la película y pues...
—¿Tú también sospechas que el akuma de hace dos días fue inspirado en The Great Mouse Detective? —preguntó emocionada la castaña
—Sí
—¡No puede ser! —dijo Lily mirando a sus amigos—. ¡Sev, me ganaste la idea!
El azabache y la latina se miraron por el "drama" de la pelirroja.
Las personas que caminaban por la calle escucharon la conversación de los tres amigos; en esos días corrieron todo tipo de teorías y especulaciones respecto a qué clase de akuma creó Papillombre que requirió que Londres regresara a su época victoriana y la mitad de la población fuera transformada en ratones; nunca se les pasó por la cabeza que podría tratarse simplemente de la nueva película de Disney que intentaba recuperar ganancias después del fiasco del año pasado con El caldero mágico.
Lily iba a regañar a sus amigos cuando de pronto vio una gran multitud acercarse al cine detrás de sus amigos.
—Uh... ¿chicos? —llamó la pelirroja señalando algo detrás de ellos
Alex y Severus voltearon y los tres adolescentes gritaron al ver a la multitud, ahora corriendo, yendo hacia el cine. Los tres entraron rápido al cine protegiéndose del alocado gentío que se amontonó en la taquilla.
—¡Muchachos! ¿qué esta pasando afuera? —preguntó un chico que trabajaba en la dulcería y conocía a los tres amigos ya que eran clientes frecuentes
—Hola Trent —saludó Lily—. Lo que pasa es que la gente escuchó nuestras suposiciones de que la película de Disney que acaba de salir podría ser la que inspiró el akuma de hace un par de días y se alocaron
—¿En serio? ¿Papillombre trayendo a la vida una película de Disney? —preguntó riendo el chico de la dulcería incrédulo—. En verdad ese tipo ha de estar muy desesperado por derrotar a Labybug y Chat Noir
—Al parecer sí —dijo Severus
—Como sea —dijo Trent acercándoles dos charolas, una con bocadillos y otra con bebidas—. Aquí tienen, lo de siempre más lo nuevo de la semana
—Gracias, Trent —agradecieron los tres amigos
—Y mejor entren rápido a la sala porque al parecer nosotros también tendremos mucho trabajo
Severus y las chicas miraron a la entrada y de nuevo gritaron al ver a la muchedumbre entrar casi corriendo al cine e ir directamente a la dulcería. Los tres entraron rápido a la sala y suspiraron aliviados al verla vacía, o al menos hasta que la gente lunática entrara. Se sentaron en la parte más alta de la sala, prácticamente debajo del proyector, y esperaron pacientemente a que la función comenzara. Como supusieron, la sala poco a poco se fue llenando, incluso siguió entrando gente durante los anuncios. Afortunadamente, dejaron de entrar justo a tiempo que la película comenzaba.
En toda la función Alex y Severus tuvieron que controlar sus emociones al ver la película ya que ellos mismos la habían vivido y ver detalles que ellos no experimentaron los puso a pensar cómo habría sido la participación del otro en esa escena. Como era de esperarse, hubo un par de escenas que asustaron a los espectadores (las repentinas apariciones de Fidget a escena, por ejemplo), a pesar de que no había ningún infante en la sala. Incluso Lily se inclinaba sobre Alex para preguntarle qué habían hecho en ese momento a lo que la latina le hizo un chitón y le dijo que platicarían esos detalles en casa por seguridad y disfrutar la película.
Cuando pasaron la escena de la taberna, Severus se preocupó porque ese lugar parecía de mala muerte y le hizo pensar ¿qué habrá hecho su lady? Porque estaba seguro que Basil no hubiera permitido a Ladybug dejarla ir con ellos a ese horrible lugar. Llegando a la parte donde acababan con la trampa, el azabache no pudo evitar pensar que esa pudiera ser una escena favorita de la heroína porque así de excéntrico eran sus planes para derrotar a los villanos.
Llegaron a la parte final de la película y la castaña y el azabache se tensaron; era la batalla final. Severus por fin sabría qué fue lo que sucedió dentro del Big Ben mientras que Alex se ponía nerviosa porque al momento de ver la escena su cuerpo se puso rígido creyendo que volvía a experimentar esa pelea.
La gente se puso nerviosa, jadeando, cubriéndose lo ojos y gritando asustados durante la escena murmurando preocupados si eso le habría pasado a Ladybug y Chat Noir. El miedo aumentó cuando pasó la escena de la caída de Ratigan y Basil del Big Ben; se hizo el silencio en la sala, solo se escuchaban los llantos de Olivia en la pantalla permitiendo así escuchar los chirriidos de la hélice del dirigible que poco a poco se hicieron más fuertes revelando a Basil de la Calle Baker subiendo en con la ayuda de la hélice.
Todos en la sala gritaron emocionados y hubo uno que otro espectador que quitó «¡El poder milagroso de Ladybug!» Alex, sutilmente, se pasó una mano por el cuello avergonzada; podría decirse que tenían razón en ese aspecto porque la hélice del dirigible estaba muy dañada y de no ser por la herramienta que le dio el Lucky Charm en esos momentos ella no estaría en el cine junto a su mejor amiga y su amor platónico.
Llegó el final de la película; Basil, Dawson y los Flaversham estaban en Baker Street despidiéndose. Luego de que Hiram y Olivia se fueran, el médico le anunció al detective que él también debía irse porque necesitaba encontrar un buen lugar para vivir, de pronto alguien tocó a la puerta y Dawson la abrió revelando a una joven ratona preguntando por Basil.
En esa parte, Tikki y Plaga, que habían estado viendo la película también escondidos entre la ropa de sus portadores, se acercaron a los Miraculous, los tocaron, se miraron extendiendo una manita hacia el otro permitiendo así que sus poderes se conectaran y crearon una visión para sus portadores: Alex y Severus, o más bien Ladybug y Chat Noir, estaban en el 221½ Baker Street detrás de Dawson recibiendo a la nueva clienta de Basil.
—¡Oh! ¿está es la casa del famoso Basil de la Calle Baker?
—Claro que sí, señorita —respondió Dawson quitándose el sombrero, luego miró preocupado a la dama—. Parece que tiene usted problemas
—¡Oh! ¡Es verdad! Es verdad —afirmó ella entre llantos
—Pues vino precisamente al lugar apropiado...
—¡Ah! —el detective apareció detrás de sus tres amigos, abrazando por los hombros al médico—. Permítame presentarle a mis amigos y socios, el Dr. Dawson y el joven Noir. Y también con el placer de presentarle a mi amada Lady. Con quienes resuelvo todos mis casos ¿no es así, doctor y jóvenes amigos?
—¿Qué? ¿Qué? —Dawson estaba sorprendido por las palabras de Basil. Se volvió hacia él y el detective le tendió una mano, la cual el médico estrecho—. Sí. Sí. Por supuesto. Por supuesto.
Los adultos se soltaron y Basil le tendió su mano a Chat Noir, quien la aceptó primero con duda, pero después con una sonrisa. Cuando fue el turno de Ladybug, Basil abrazó a la joven a lo que ella de inmediato correspondió. Una vez terminadas las presentaciones, el detective procedió a hablar sobre el caso que les acababa de llegar.
Tikki y Plaga terminaron la visión. Alex y Severus miraron sutilmente a su alrededor confundidos con lo que acababan de ver. La película estaba terminando con una narración de Dawson:
A partir de entonces, Basil y yo empezamos a trabajar juntos y hemos logrado resolver muchos casos...
Es cierto que se han enfrentado a todo tipo de villanos akumatizados y situaciones extrañas, pero nunca algo parecido como esta. Sin lugar a dudas fue la mejor de sus vidas.
Pero siempre recuerdo con especial cariño aquel primer caso, que me permitió conocer a:
Basil de la Calle Baker
El Gran Ratón Detective
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