De vuelta a su curso
¿Y ahora qué? ¿Cuántas veces esa rata de alcantarilla tenía que usar su poder para salvar su calva cola rosada de la derrota? ¡Esto se convertiría en el cuento de nunca acabar! Sus pensamientos se interrumpieron cuando escuchó unos ladridos de perro. Abrió los ojos y vio que estaba abrazando a Basil y Dawson protectoramente. ¿Qué demonios...? Soltó a ambos ratones y miró su entorno. ¡ESTABAN EN BAKER STREET!
—¡¿Qué carajos...?!
—Lenguaje, señorita —regañó Basil
—¡Ahora no! ¡¿Qué no ves dónde estamos?! —exclamó alterada Ladybug
Basil y Dawson miraron alrededor y ambos gritaron asustados al ver que volvieron al 221½ y estaban sobre el lomo de Toby.
—¡Santo Cielos! —chilló aterrado el médico—. ¿Qué sucedió? ¡Se suponía que estábamos en Hogwarts! ¿Qué hacemos aquí?
—La mejor pregunta sería ¿por qué estamos aquí? —corrigió Basil—. Aunque la respuesta nos la dio él mismo cuando me dio las gracias al recordarle su "plan de respaldo"
—¿Plan de respaldo?
—Se refiere al plan original que involucró el secuestro del Sr. Flaversham. Y que ni Chat Noir ni Olivia estén con nosotros —explicó Ladybug
Eso último llamó la atención de ambos ratones y se dieran cuenta que, efectivamente, la niña y el joven héroe ya no estaban. Regresaron al momento en que volvían a Baker Street para analizar la lista que encontraron en la juguetería para analizarla y conseguir más pistas. Con eso, el detective comprendió que, a pesar de tener ese inmenso poder, eso no le ayudó a derrotarlos por lo que reanudaría su plan original. Con eso, los tres ratones bajaron del lomo del sabueso e ingresaron a la casa, dejaron sus respectivos sombreros en la armadura donde el detective por lo general dejaba su cervadora, Basil encendió la lámpara de aceite que se encontraba junto a su sofá rojo y metió las manos en los bolsillos de su capa Inverness para sacar su lupa y la...
Basil dejó su lupa sobre la mesita junto a la lámpara y se revisó todos los bolsillos de su ropa, por cada bolsillo que revisara sus orejas perdían color. Ladybug y Dawson se preocuparon al verlo así.
—Basil —llamó el médico—. ¿qué es lo que...?
—¡La lista no está!
—¡¿Qué?! —exclamaron los otros dos
—¡La lista ya no está!
—¡Sí te escuchamos! —aclaró la heroína—. Lo que no podemos creer es que ya no la tengas
El detective siguió buscando, incluso Ladybug sacó su varita y usó el encantamiento convocador para buscar más rápido el pedazo de papel, pero nada. Esto era grave, la lista era la única pista que tenían para rescatar a Chat Noir y los Flaversham y encontrar a Ratigan... ¡esa rata! Cuando los regresó en el tiempo (de nuevo) de algún modo debió quitarles la lista para así evitar que lo encontraran.
Basil estaba alterado ¡su única pista había desaparecido! Ladybug se mordió el labio nerviosamente, sabía qué contenía ese papel, pero ¿cómo lo explicaría? Entonces una idea cruzó su mente. Sacó su yoyo y usó rápidamente la función de minicomputadora. El detective y el médico escucharon unos ruidos de tecleo, se volvieron hacia la joven viéndola hacer algo con su arma.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Basil
—Espera... —respondió la heroína. Un par de tecleos más y exclamó entusiasmada—. ¡Aquí está! ¡En tu cara, rata de dos patas!
—¿Ahora qué te sucede?
—Sucede que, antes de todo este teatro de retroceso en el tiempo, los Miraculous y Hogwarts, cuando veníamos para acá, sin que te dieras cuenta, le saqué una fotografía a la lista y la devolví a tu bolsillo usando mi magia. El que se haya extraviado no puede ser un "accidente", estoy segura que con tanto uso de su poder, Ratigan ya sabría que Fidget perdió la lista y que la usaríamos para encontrarlo...
—Pero ¿qué tiene de importancia que le tomaras una fotografía a la lista si no puedo analizarla de ese modo?
—¿Se te olvida que las armas proporcionadas por los Miraculous no son normales? —la heroína se sentó en el medio del sofá azul. Basil y Dawson se sentaron a cada lado de ella y vieron lo que estaba haciendo—. El sacar la fotografía no solo me dio la imagen de esta, sino que logró hacer el análisis por nosotros.
—¿En serio? —exclamó sorprendido el detective
—¡Asombroso! —exclamó impresionado el médico
—¿Qué encontró? —preguntó Basil acercándose más a la joven para ver mejor el yoyo
Las orejas de la heroína enrojecieron por la cercanía del detective.
—Veamos... a simple vista no se podría sacar una buena deducción de esto. —opinó Ladybug
—Yo no diría eso —contradijo Basil—. Claramente que fue escrita con una pluma de punto muy grueso que salpicó dos veces. Por la textura se puede ver que el papel es de sencilla manufactura mongólica, sin ninguna marca.
—Asombroso —dijo Dawson
—Nada mal —felicitó Ladybug. Basil sonrió presuntuosamente. La joven rodó los ojos y revisó la información en su yoyo—. Aquí se muestran unas huellas dactilares de murciélago, obviamente de Fidget. También detectó algunos elementos que le cayeron encima al papel por medio del tacto o derramamiento y el aire del ambiente.
El yoyo mostró dos componentes químicos, los cuales la joven no comprendió, pero disimuló su ignorancia. Al verlos, Basil enseguida supo que eran.
—El primero nos muestra un elemento muy común que se encuentra en «Delicias ratonil» —al ver las caras confusas de sus amigos, explicó—. Un brandy barato que sirven en las tabernas vulgares
—Mh, asombroso
—Oh, no tanto doctor, aún no sabemos cuál es la taberna. Tal vez una inspección más detallada nos lo dirá. Ladybug, por favor
—Trabajando —la joven analizó la fotografía encontrando unos puntos negros en el papel, pero que no eran de tinta—. Aquí dice que es polvo de carbón.
El yoyo mostró su componente químico y de nuevo Basil explicó.
—Ese tipo de carbón es el que se usa en lámparas de alcantarilla. ¿Hay algo más?
—Al parecer el papel estaba demasiado saturado de destilación de cloruro sódico. —con eso Basil se levantó y fue a revisar sus mapas—. Significa agua salada —explicó Ladybug a Dawson al ver su rostro.
—¡Cielos!
—Eso prueba, sin lugar a dudas, que esa lista provenía de la sección poniente del río —dijo Basil sacando un mapa del río Támesis y clavándolo en la pared con ayuda de sus dardos.
—¡Ay, eso es extraordinario, Basil! —dijo impresionado el ratón bonachón, acercándose él y la joven al detective.
—No, no. —Basil miró a sus amigos—. Elemental, mis queridos Dawson y Ladybug —regresó su atención al mapa, inspeccionándolo—. Debemos buscar una taberna vulgar en el único punto... —clavó el dardo en la localización exacta— donde la alcantarilla desemboca en la sección poniente del río
—Entonces, nos infiltraremos en esa taberna y buscaremos a Fidget —dijo la heroína
—¿"Iremos"? ¡Claro que no! —negó de inmediato Basil—. Tú te quedas aquí
—¿Disculpa? —dijo sorprendida e indignada Ladybug—. ¿Vamos a tener un enorme retroceso de todo lo que...?
—Ese tipo de lugares no son para una dama, por muy fuerte que sea —aclaró el detective—. No quiero que nada malo te pase en ese lugar de mala muerte
—¡No me pasará absolutamente nada! Sabes perfectamente que puedo defenderme sola. ¿O acaso dudas de tus propias capacidades para proteger a las damas?
Las orejas de Basil enrojecieron y Ladybug contuvo una sonrisa triunfal.
«En el blanco.» pensó ella victoriosa
Comprendiendo que había perdido, Basil suspiró y guió a sus amigos a la habitación donde guardaba sus disfraces que usaba en sus casos. Le entregó a Dawson una gorra morada, un parche negro, una pequeña camiseta de rayas rojas y rosas, un pantalón morado oscuro con un cinturón negro y hebilla dorada, y un aro dorado. El médico se puso reacio para ponerse eso, pero Basil logró convencerlo para usarlo, con ayuda de Ladybug. Basil eligió para sí mismo un sombrero de capitán marinero azul marino, un abrigo largo y pantalones a juego igual azul marino, un jersey de cuello de tortuga magenta, zapatos negros y un bigote delgado falso. Con la joven fue más difícil puesto que, obviamente, toda su ropa era masculina y la poca femenina que había (de la cual Ladybug se rio imaginándose al detective usándola) era para eventos más comunes y formales; a la heroína no le importó y buscó entre todos los disfraces algo acorde a la misión. Encontró varias prendas que le parecieron adecuados, se destransformó y le pidió a los hombres salir y poder cambiarse. Basil y Dawson fueron a sus habitaciones y Alex se cambió con ayuda de Tikki.
En cuanto terminó se cubrió la boca con una mano amortiguando la risa que amenazaba con escapar al ver su reflejo. Usaba un sombrero de tricornio de cuero marrón, una camisa blanca hecha de lino, un chaleco azul por delante y gris por detrás. Pantalones bombachos castaño oscuro por dentro de unas botas de cuero café y un cinturón de cuero marrón. Un pañuelo rojo atado flojamente al cuello para cubrir su rostro en caso de emergencia.
«¡No bueno! Se me perdió la fiesta de disfraces de Piratas del Caribe. Solo me faltan las trenzas, rastras y maquillaje para parecer una versión femenina del Capitán Jack Sparrow.»
—Alex ¿de qué te ríes? —preguntó Tikki
—Es que me disfrace de un personaje de película, es todo —contestó ella
—¿De cuál?
—Es...
Tocaron la puerta y Tikki rápidamente se escondió entre la ropa. Alex se cubrió el rostro con el pañuelo rojo y dijo «Adelante». La castaña soltó un suspiro de alivio cuando vio entrar a Basil, ya disfrazado. En cuanto el detective la vio, no pudo evitar jadear de asombro.
—¿Y bien? ¿Qué opinas? —preguntó la latina quitándose el pañuelo del rostro y girando sobre sí misma para que él la viera mejor—. Sí está acorde con la misión ¿cierto?
Basil estaba sin palabras, el atuendo le quedaba muy bien y reflejaba su carácter fuerte y valiente. Alex se preocupó al ver al detective quieto y en silencio, se le acercó y pasó una mano por su rostro.
—¿Basil? ¡Basil!
—¡Ah! ¿Qué?
—Sino me queda bien esto, entonces sal por favor y...
—¡No! Ah... digo... —el ratón se aclaró la garganta y dijo—: El atuendo te queda bien, lo que sucede es que nunca había visto algo como eso. Es... impresionante.
—Ah, ya. No me asustes. —más tranquila, la latina se percató de que el médico no estaba con él—. ¿Y Dawson?
—¡Ah, esta "sufriendo" con el atuendo que le di! —respondió Basil riendo—. No le gustó para nada, pero debe recordar que esto no es un viaje de placer, sino una misión.
Alex enseguida entendió eso, recordaba perfectamente que en la película Dawson mostraba su molestia e incomodidad con el disfraz porque se sentía "perfectamente ridículo". Regresaron a la salón-despacho y vieron al médico tirar de los bordes de la camiseta tratando de cubrirse mejor con esta.
—Ya estamos listos —anunció Basil—. Ahora podemos irnos...
—Basil ¿no tendrá algo más apropiado para mí? —pidió Dawson todavía intentando acomodarse la ropa—. ¡Me siento demasiado ridículo!
—Nada de eso, está perfecto
—¿Perfecto? ¡Perfectamente ridículo!
«No era en esta parte donde tenían esa conversación, pero me da una idea que desde que salieron de Baker Street el pobre Doc estuvo sufriendo con eso.»
—Tranquilo, Doc. Yo lo arreglo —dijo Alex, sacando su varita. Con un movimiento de varita, la camiseta de Dawson creció adquiriendo el tamaño perfecto para el ratón bonachón—. ¿Mejor?
—¡Bastante! —respondió más tranquilo y cómodo Dawson—. Gracias, querida
—Bueno, ya resuelto eso. Vámonos —dijo Basil
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En la zona costera, la niebla rodeaba el lugar mientras los barcos permanecían anclados en el río y salpicaban suaves olas. En la parte superior de los muelles, Toby se sentó allí, meneando la cola, observando a su amo ratonil y compañeros descender a su destino.
—Quieto Toby, quieto —ordenó Basil susurrando
Por debajo de los muelles, tres figuras caminaban hacia una taberna que tenía una lámpara colgando a un cartel que decía «Rat Trap» (Trampa de la Rata).
—¿Listos? —preguntó Basil, sacando del bolsillo de su abrigo un cigarro y metiéndoselo a la boca
—Sí —respondieron a la vez Alex y Dawson
El detective abrió la puerta de la taberna. Miraron el interior del lugar, escuchando el sonido de la música que emitía un piano. Era una habitación llena de humo, debido a que algunos clientes, de aspecto sombrío, fumaban puros o cigarros. Muchas mesas esparcidas aquí y allá, sus ocupantes estaban sentados bebiendo y jugando mientras charlaban, susurraban y murmuraban. En el otro extremo de la taberna había un escenario revestido de cortinas rojas iluminadas con luces destacando del resto de la multitud.
En el escenario, había un pulpo alegre haciendo malabares con tres bolas de colores mientras bailaba tap. El pianista, en la parte inferior derecha, junto al escenario, tocaba alegremente para animar el ambiente y acompañar el acto del pulpo. Desafortunadamente, el público no estaba de humor para ver esa actuación, ya que estaban absortos en sus juegos de azar, beber o simplemente sentarse allí fumando. La camarera coqueteaba con uno de sus clientes, hasta que este frunció los labios pidiéndole un beso, pero la camarera lo golpeó en la barbilla, enviándolo volar de la silla y aterrizaba con fuerza en el suelo con un gruñido.
—Dawson, Alex —llamó Basil a sus amigos, encendiendo un fósforo contra una columna de madera. Encendió su cigarro, dio una bocanada, expulsó el humo y les habló en un susurro—. No se alejen y hagan lo mismo que yo. En especial tú, Alex. No quiero que te apartes de mi lado
—Tranquilo, estaré bien —aseguró la latina poniendo los ojos en blanco fastidiada.
El detective metió las manos en sus bolsillos y caminó por el lugar de modo natural seguido por sus amigos. Alex caminaba normal, mirando con curiosidad el lugar.
«El pub «Cabeza de Puerco» es un lugar de clase alta en comparación a este lugar.» pensó la joven, ahogándose con el exceso de humo de tabaco del lugar.
Un cantinero que lavaba un tarro cervecero notó al trío levantando una ceja. Basil le dio al encargado del bar un simple gesto con el dedo izquierdo para que les sirvieran. Alex inclinó la cabeza levantando levante el sombrero tricornio a modo de saludo. Dawson hizo lo mismo que Basil, aunque con una expresión de mal humor ligeramente exagerada. Al verlo, la castaña se preocupó, en lugar de actuar natural el médico estaba exagerando; no podía culparlo, el ratón bonachón era un auténtico caballero inglés y nunca había ido a un lugar como ese.
Cada gánster y matón observaba al trío con sospecha, pero cuando algunos de ellos notaron a una mujer con ellos, a pesar del atuendo... o emitían una sonrisa o se reían un poco, era casi inusual que una mujer viniera a la taberna. El trío siguió caminando sin prestarle atención a lo que estas personas pensaban de ellos, o al menos Alex sí. La joven se dio cuenta de todas las miradas sobre ella porque era una mujer, por lo que se mantuvo en «Alerta Permanente» puesto que estaban en territorio enemigo. Ahora que ella se encontraba en la taberna no se podía decir qué podría pasar; lo que sí se mantuvo fue que alguien lanzó una daga aterrizando justo ante los pies de Dawson, haciéndolo jadear del susto y retroceder ocasionando que tropezara y golpeara la silla de una mujer vestida de verde jugando póquer con sus dos amigos. Ella lo miró fijamente y con una expresión molesta en su rostro.
—¡Ay, discúlpeme, señora! —se disculpó el médico quitándose el gorro—. No tuve intención de... la mujer tomó una bocana de su cigarro y expulsó el humo de lleno en el rostro de Dawson, ahogándolo—. Le aseguró... —continuó el ratón bonachón tosiendo
La mujer y sus amigos se reían del pobre médico. Alex fue por Dawson y lo alejó de ellos.
—¡Que impertinente! —se quejó el médico.
Basil fue hacia sus amigos y sujetó al doctor del cuello de la camiseta.
—Recuerde Dawson que somos del bajo mundo —dijo el detective zarandeando un poco al ratón bonachón.
Lo soltó y reanudó su andar.
—Pues yo no era, hasta que... —masculló Dawson, colocándose de nuevo su gorro
—Bienvenido a la otra cara de Londres, Doc. —dijo Alex, caminando detrás de sus amigos—. Aquí no puede ser...
—Vaya, vaya ¿Qué tenemos aquí? —uno de los matones del lugar se interpuso en el camino de la latina, tenía un fuerte olor a alcohol y hablaba entrecortado, claramente ebrio—. Hola, linda. Nunca te había visto por aquí. ¿Te gustaría acompañarnos a mis amigos y a mí? Te vas a divertir
—Gracias, pero no gracias. Ya tengo compañía y mejor que ustedes —la joven pasó junto al matón, pero este la sujetó con fuerza del brazo obligándola a mirarlo—. Suéltame
—Te verás muy ruda con esa ropa, pero todos sabemos aquí que las únicas mujeres que vienen aquí son las que buscan "diversión" que sus novios o esposos no pueden satisfacerlas. Estoy seguro de que tu "acompañante" es uno de ellos, así que deja a ese patán y...
—La señorita le dijo que la soltara
Alex y el matón voltearon, Basil estaba cerca de ellos y miraba furioso al ebrio. El matón miró de arriba abajo al detective, soltó un bufido y se volvió hacia la chica.
—¿Esta es tu compañía? ¡Ha! No me hagas reír —luego se volvió hacia Basil—. Yo me quedare con ella, tú puedes conseguirte a otra, flacucho
—¿Querías hacerlo difícil? Me lo hubieras dicho —dijo Alex al borracho—. Tienes cinco segundos para soltarme
—¿O qué?
—Uno
—¿Qué piensas hacer?
—Dos
—¿Crees que me asustas?
—Tres
—¿O le estas dando tiempo a ese palillo para "darme una lección"?
—Cuatro
—¡Ya cállate!
—Cinco —la latina fulminó con la mirada al borracho—. ¿Ahora sí me soltarás?
—Para nada —contestó este con burla
—Correcto, se te advirtió
Alex le dio un fuerte golpe en su entrepierna con su brazo libre. El tipo la liberó, soltando un grito demasiado agudo. Con su otro brazo, le dio un golpe en el cuello haciendo que el ebrio quitara las manos de la entrepierna y las subiera a su cuello. La latina empujó al matón hacia una silla, tomó una daga de la mesa y la clavó fuerte en la silla a unos centímetros de su entrepierna.
—Aquí y en cualquier parte del mundo, cuando una mujer hace una negativa se respeta. Y otra cosa, las mujeres que vienen a este lugar no siempre tienen que ser una cualquiera, también pueden venir las rudas como yo que le dan su merecido a basura como tú —soltó la daga clavada y miró con asco al borracho—. Espero que lo entiendas, aunque con todo el alcohol y tabaco que tienes en el cuerpo, más el del ambiente, provoca que tu cerebro procese la información menos de lo que, creo, debería
La castaña le dio la espalda al tipo, lo escuchó insultarla y levantarse, por lo que dio media vuelta y lo pateó en el pecho haciendo que cayera de espaldas con todo y silla. Alex miró a los hombres de la mesa, estaban impresionados y asustados; ella les lanzó una mirada amenazante y estos regresaron su atención al juego de póquer. Satisfecha, la joven regresó con sus amigos, encontrándolos boquiabiertos. Se acercó a ellos y les cerró la boca a ambos ratones.
—El espectáculo se disfrutas también con la boca cerrada, gracias —se mofo Alex
—¡Ay, Alex! ¡Nunca vas a dejar de sorprenderme! —felicitó Dawson
—Muchas gracias, Doc. —agradeció ella, quitándose el tricornio y haciendo una inclinación.
Se puso de nuevo el sombrero y los tres buscaron una mesa vacía; la encontraron en el centro de la taberna, dándoles una perfecta vista de todo el local, y se sentaron. Basil en medio, Dawson a su derecha y Alex a su izquierda.
Observaron un poco el acto del pulpo, cuando de pronto escucharon una conversación.
—¿Cómo que Miss Kitty aún no ha llegado? —Basil y Alex miraron discretamente sobre sus hombros. Era la camarera y el cantinero—. Después de ese pulpo siguen el sapo y la lagartija, y por cómo están los ánimos por aquí su presentación es la única que puede mejorar el ambiente de la taberna.
—Ella no es así, debió tener un contratiempo...
—¡Esa no es excusa! Tenemos que encontrar algún reemplazo
—¡Casi no hay mujeres aquí! ¿De dónde la piensas sacar?
La conversación se interrumpió cuando Basil llamó a la camarera, está dijo que enseguida volvía y se acercó a la mesa.
—¿Qué les sirvo, amigos?
Antes de que Dawson contestara, Basil habló primero.
—Disculpa linda, mis compañeros y yo no pudimos evitar escuchar su platica. Tengo la solución a su problema —se levantó, levantó a Alex y la abrazó por los hombros—. Mi chica puede ayudarles, no por nada en nuestro barco la conocen como «La sirena»
—¡¿QUÉ?! —gritó estupefacta la joven—. ¡¿ESTÁS LOCO?!
—Jovencita ¿sabes cantar?
—Yo... sí, pero...
—¡Ay, muchas gracias por tu ayuda! —la camarera tomó las manos de Alex agradecida—. ¡Vamos, es por aquí! ¡En verdad no sabes cuanto te lo agradecemos!
—Oiga... ¡espere! Yo no...
Alex miró sobre su hombro a la mesa viendo a Basil sonriéndole burlonamente. ¿Era un chiste? ¿Por qué carajos había hecho eso?
«¡Esta me la pagas, Basil Holmwood!»
El detective rio sentándose a la mesa. Dawson miró mal a su amigo. Basil se dio cuenta, se tranquilizó y explicó.
—Solo la ayudé a conseguir acceso a los vestidores de los artistas. Si Fidget frecuenta este establecimiento podrá preguntarle a alguien sobre nuestro sujeto
—Pues debió advertirle sobre su plan a Alex, la pobre chica estaba incómoda con la idea. —dijo el médico todavía enojado—. A mí me pareció que lo hizo por otra razón, sino no se hubiera reído
En eso Dawson tenía razón. La verdad era que eso lo hizo como una "pequeña venganza" por los secretos que la chica le ocultó hasta hace poco. Lo bueno de esto era que la castaña no haría el ridículo en público, dijo que sabía cantar así que algo podía hacer.
En los vestidores, la camarera le ayudaba a la joven a buscar un atuendo perfecto para la presentación a la vez que le preguntaba qué canción cantaría. Alex le respondió que no tenía idea ya que nunca había cantado en su vida en un lugar como ese. La camarera tomó de un escritorio varios papeles y se los dio a la chica para que escogiera la que quisiera cantar. La latina las revisó; tenía pensado una, pero esa era de Miss Kitty y no le parecía correcto cantarla, en especial porque la ratona blanca llegaría a tiempo para su interpretación, así que buscó otra. Siguió revisando hasta que encontró una que le pareció familiar el título. La leyó y casi se ahogaba con su saliva al leerla.
«¡Tiene que ser una maldita broma!»
La camarera se dio cuenta de la canción que leía. Le dijo que era una excelente elección e incluso tenía el atuendo perfecto para la presentación. Alex tenía las orejas completamente rojas ¿EN QUÉ CARAJOS LA METIÓ BASIL!
«En cuanto esto termine ¡te voy ahorcar! Bueno, hora de pasar del cosplay de Jack Sparrow a Jessica Rabbit, o debería decir "Mouse".»
El pulpo, el sapo y lagartija salieron huyendo del escenario después de recibir los abucheos, tomatazos e incluso dagas, dardos ¡y hachas! La camarera le entregó rápidamente al pianista la canción a interpretar. El músico le mostró la melodía a sus compañeros y estos se acomodaron. Las luces de la taberna bajaron haciendo tenue el ambiente. Basil miraba con la ceja arqueada el escenario mientras que Dawson miraba curioso su entorno ¿qué estaba pasando?
Un reflector al otro lado de la cortina cerrada reflejo la silueta de una chica usando un vestido.
You had plenty money, 1922
La música comenzó, las cortinas se abrieron revelando a una ratona de pelaje pardo y nariz café, cabello castaño oscuro arriba de los hombros peinado hacia su lado izquierdo cubriendo la mitad de su rostro, maquillaje sencillo, pero atractivo. Un vestido, estilo medieval, rojo ceñido al cuerpo con escote y mangas largas.
You let other women make a fool of you
Why don't you do right, like some other men do?
—¡¿Alex?! —exclamaron, casi gritando, Basil y Dawson
Get out of here, get me some money too
Un hombre se paró al borde del escenario con la intención de tocar a la joven, pero ella de una suave y sexy patada lo alejó.
You're sittin' down and wonderin' what it's all about
You ain't got no money, they will put you outWhy don't you do right, like some other men do?Get out of here, get me some money too
Los silbidos y comentarios obscenos inundaron el lugar, Dawson miraba su entorno preocupado porque alguno de esos depravados se atreviera a hacerle algo a la joven.
—Basil, esto se está saliendo de control. Debemos sacar a Alex de ahí antes de que... ¿Basil?
El detective no podía quitarle los ojos de encima. Se veía realmente hermosa, a pesar de que su cabello cubría la mitad de su rostro. Y su voz... no era una cantante de ópera como Relda, pero igualmente era hermosa.
Now you had prepared twenty years ago
You wouldn't be a wanderin' now from door to door
Normalmente, Alex nunca hubiera accedido hacer algo así ya que era muy tímida; pero debido a la situación (cortesía de Basil) tuvo que tragarse sus miedos y subirse al escenario. Una ventaja de esa locura era que podía ver toda la taberna y de ese modo ver llegar a Fidget y advertirle a Basil... un momento, Basil la miraba ¿embelecado? Sus orejas se tiñeron de rosa, pero mantuvo su compostura y continuo con la presenciarían.
Why don't you do right, like some other men do?
Get out of here, get me some money too
Bajó del escenario y se acercó sensualmente al detective, esquivando a los matones que trataban de acercársele y tocarla. Basil la metió en esto, ahora sufriría las consecuencias.
«Si juegas con fuego, terminarás quemado.»
Dawson quiso decirle algo a la joven en cuanto llegó, pero ella le hizo un gesto de silencio y se concentró en Basil. La joven se sentó en las piernas del detective y le abrió un poco el abrigo, acercó su rostro al de él como su fuera a besarlo, pero agarró su sombrero y le cubrió la cara.
Get out of here and get me some money too
Alex se sentó sobre la mesa, se inclinó sobre Basil sujetándolo del cuello de su jersey y lo acercó a su rostro estando unos milímetros de tocar sus labios.
Why don't you do right
Like some other men do
La música terminó, el lugar estalló en aplausos y silbidos. Lentamente, Alex soltó a Basil permitiendo al detective volver a sentarse. Con la misma sensualidad, y esquivó a los borrachos pervertidos, la castaña regresó al escenario y las cortinas se cerraron.
El médico vio la reacción de su amigo y enseguida comprendió que la chica hizo todo eso como una venganza por obligarla hacer eso. Movió un poco a su amigo y el detective por fin salió de su trance.
—Creo que lo pensara mejor dos veces antes de involucrar a Alex, o a cualquier chica, en algo como eso
Basil desvió la mirada sin decir nada, pero no tenía que decir nada, el rojo de sus orejas lo delataban sin problema alguno. La camarera regresó a atenderlos.
—¿Qué les sirvo, amigos? —preguntó ella, secándose las manos con su delantal
—Yo... —dijo Dawson, pensando— tomaré jerez seco con... tal vez un poco de...
Ahogó un gruñido cuando la mano de Basil le cerró la boca de golpe, manteniéndolo callado antes de que rompiera su personaje. El detective le habló a la camarera, con una voz más grave de marino.
—Cerveza. Para mí y mis compañeros
—Por cierto, tenía razón cuando me dijo que a su chica le decían «La sirena» ¡Tiene una voz realmente hermosa! Y contrasta perfectamente con su belleza
—Bueno, gracias —contestó el detective, arrepintiéndose de involucrar a la joven en eso. Vio que la camarera iba a irse, por lo que la llamó de nuevo—. ¡Oh, a propósito, linda! —la ratona regresó mirando a Basil con los brazos en jarra—. Mis compañeros y yo acabamos de desembarcar y buscamos a un amigo mío. Tal vez lo conozcas. Se llama... ¡Ratigan!
La camarera jadeó temerosa al escuchar ese nombre. Los matones, gánsteres y el pianista se quedaron boquiabiertos mirando al dúo. Dawson se estremeció al tener, de repente, toda la atención sobre ellos. Basil sonreía por sus reacciones.
—Yo...uh... eh... ¡jamás he oído hablar de él! —contestó finalmente la camarera y se alejó de ellos.
Dawson miró a Basil, quien tenía la misma sonrisa plasmada en su rostro mientras golpeaba sus dedos porque sabía con certeza que estaban en el lugar correcto. Pero su sonrisa desapareció cuando alguien lo golpeó con fuerza en la cabeza; se sobó el área golpeada y se volteó para gritarle a quién lo hizo, pero calló al ver a Alex parada detrás de él con el puño levantado y una muy clara expresión de enfado.
—Vuelves hacerme eso con, o peor aún, sin MI consentimiento y haré que pienses que esa rata de alcantarilla es un ángel a comparación de lo que te haré
Las orejas de Basil y Dawson palidecieron peligrosamente al escucharla. Eso fue suficientemente claro para el detective de que nunca debía hacer enojar a Alex. La joven se sentó con la silla al revés, recargando sus brazos en el respaldo e ignorando al detective.
El pianista reanudó la música, esta vez una melodía gentil, las cortinas se abrieron revelando a una hermosa ratoncita de pelaje blanco con un lazo azul en la parte posterior de la cabeza, maquillaje de sombra de ojos lavanda sobre sus ojos azules, nariz granate y sus labios pintados de rojo. Llevaba un chal fucsia sobre los hombros, falda azul cobalto y tacones azules. Mirando a la audiencia, comenzó a cantar.
Yo les pido su atención, oigan mi canción
Todos sufren mucho aquí, aburridos sonEso va a cambiar, los voy a alegrar
El tono de la música comenzó a cambiar a un ritmo alegre cuando los miembros de la banda comenzaron a tocar. Miss Kitty comenzó a bailar y todos los hombres empezaron a balancear sus cabezas en sincronía con el ritmo, con la excepción de Basil, que no se inmutó ante el hermoso canto de la ratona. Dawson miró a la dama y suspiró, como si se hubiera enamorado de ella. El detective puso los ojos en blanco ante la actitud de su amigo.
«¡Por favor, Alex canta mejor y es más hermosa...!»
Basil sacudió su cabeza en cuanto llegó ese pensamiento. En verdad le afectó hacer que la joven actuara en el escenario. Alex se percató de la reacción del detective y sonrió disimuladamente al ver lo que había provocado en él.
«Te salió el tiro por la culata. Eso te enseñara a no hacerme ese tipo de cosas.»
Amigos, ya estoy aquí
La fiesta ya va a empezarEl sueño loco de ayer vendráSu amiga quiero ser
Alex miró hacia la barra, llamó la atención de Basil tocándole el brazo con el dorso de la mano y luego inclinó la cabeza en dirección a la barra. Mirando en esa dirección, Basil sonrió cuando él y Alex notaron que la camarera le susurra algo al cantinero. El cantinero observó en ambas direcciones para asegurarse de que nadie estuviera mirando a la vez que sacaba una pequeña botella verde de su chaleco, le quitó el corcho y vertió una especie de líquido rosado en los tres tarros, haciendo que las bebidas burbujearan.
La joven y el detective se miraron con una sonrisa; al parecer esos dos sabían más sobre Ratigan de lo que la camarera dijo y querían hacerles algo, suponían que drogarlos para después hacerlos desaparecer o llevarlos directamente con el profesor, pero no caerían tan fácilmente; debían estar conscientes para enfrentarse al profesor. Regresaron su atención a Miss Kitty, debían actuar lo más tranquilos posible para no llamar más la atención de la que habían ocasionado.
Valientes, muy solos están hoy
Yo quiero tenerlos en mi corazónAmigos son
Basil colocó su mano sobre la de Alex, haciendo que mirara su rostro sonriente mientras él susurraba un «Buen trabajo». Alex sonrió asintiendo en respuesta y se preguntaba por qué puso su mano sobre la de ella. No le importaba en ese momento, porque ahora tenían que concentrarse en la tarea.
Tranquilos y beban ya
Disfruten, ya estoy aquíLo que les guste tendránSu amiga quiero ser
Miss Kitty se retiró detrás de las cortinas mientras el ritmo de la música se hacía más fuerte. Cuando las cortinas volvieron a correrse, allí estaba Miss Kitty, pero esta vez sin su chal, revelando un traje azul cielo ajustado con la espalda descubierta y guantes largos hasta los hombros. Uniéndose a ella, lado a lado, había otras dos ratonas de pelaje blanco que se parecían a Miss Kitty, pero cada una de ellas tenía un lunar debajo de su ojo derecho. Las gemelas vestían lo mismo: vestidos rosas, sombreros de plumas y los mismos guantes que Miss Kitty.
Amigos, tristezas ya no habrá
Miss Kitty se quitó la falda, revelando plumas azules debajo y un liguero con volantes en el muslo derecho. La audiencia comenzó a gritar, animar y silbar por esta gran actuación. Uno de los clientes trató de agarrarla mientras intentaba subir al escenario, pero dos de sus amigos lo detuvieron tirando de él hacia abajo. Miss Kitty le guiñó un ojo al ratón que intentaba subir al escenario, pero lo empujó con el pie.
Las penas muy pronto terminarán
Yo lo sé
Miss Kitty sacudió su trasero a la multitud antes de guiñar un ojo y señalar a Dawson, cuyas orejas enrojecieron avergonzado por eso. Las gemelas empezaron a bailar can-can y el público siguió alentándolas.
—¡Servidos, amigos! —la camarera regresó con las bebidas de los tres y puso los tarros en la mesa—. Y... la casa invita —dijo ella y se alejó de ellos
—¡Oh! Aquí son muy generosos —dijo Dawson agarrando su tarro a la vez que Basil y Alex agarraban los suyos
La joven olió su cerveza y después la hizo a un lado, mientras que Basil inspeccionaba la suya.
—Dawson. —Basil remojó un dedo en la cerveza y la probó, comprobando que estaba adulterada con alguna clase de droga y le susurró a su amigo—. Esta cerveza... ¡No! —miró al médico y se alteró al verlo. ¡El ratón bonachón se había tomado toda la bebida!
—Mh... Esta bastante amarga ¿mh? —dijo Dawson relamiéndose los labios y mirando a sus amigos. Soltó una risita y regresó su atención al escenario levantándose—. ¡Salud, señoras! ¡Salud!
Basil tiró de la camisa a su amigo regresándolo a su asiento
—Dawson, tenemos que ser prudentes —le recordó susurrándole
—¡Oh! —el médico levantó su parche para ver mejor a las bailarinas. Se acomodó en su asiento a la vez que el detective lo soltaba—. ¡Bravo! ¡Bravo! —animó el ratón bonachón con aplausos
Basil miraba molesto a su compañero con los codos recargados en la mesa y su cabeza recargada entre sus manos. Alex se frotó las sienes en señal de frustración ¡había olvidado lo frustrante de esa escena ante la actitud de Dawson!
—¡Doc, por favor! —exclamó indignada la castaña—. ¡Contrólese...! —Basil tocó la mano de Alex, llamando su atención—. ¿Qué?
El detective llevó un dedo a sus labios indicándole silencio. La chica lo hizo y escuchó pisadas irregulares aproximándose. Miraron sutilmente sobre sus hombros y una sonrisa triunfal apareció en sus rostros ¡Fidget, finalmente, había llegado a la taberna!
Tranquilos y beban ya
Disfruten, ya estoy aquí
El murciélago estaba tan concentrado en el acto que no se dio cuenta de que pasaba por detrás de sus enemigos...
—¡Ay!
Ni que pisó un agujero en el suelo sino hasta que su pata de palo se atoró en este.
Lo que les guste tendrán
Tiró de su pata de palo liberándose, pero trastabilló estrellándose contra la barra.
—Vaya, es nuestro amigo, pata de palo. —murmuró Basil al verlo—. Dawson, Alex ¡oh, ho, ho, ho! ¡Qué suerte! —el detective se volvió hacia el médico, pero este había desaparecido—. ¿Dawson? —Alex ahogó un jadeo, agarró a Basil de la barbilla haciendo girar su cabeza y que mirara al escenario—. ¡Dawson!
En ese momento de descuido, Dawson (bajo los efectos del alcohol y la droga) ¡se subió al escenario para bailar con las gemelas!
Tu sueño al fin llegará
Su amiga quiero ser
Basil y Alex se golpearon el rostro con la mano avergonzados por el actuar de Dawson, en especial porque este, después de ser besado en las mejillas por las gemelas, les lanzó un beso, giró y cayó del escenario ¡aterrizando en el piano destruyéndolo!
¡Ya!
«Y aquí es cuando se pone feo.» pensó Alex preocupada.
La joven se ocultó bajo la mesa y el detective la miró con una ceja arqueada.
—¿Qué estás...?
La latina lo sujetó del abrigo y tiró de este haciendo que se agachara y se ocultara junto a ella bajo la mesa.
El pianista miró colérico al obeso ratón que destruyó su preciado piano. Tomó una tabla, listo para golpear a Dawson en cuanto esté se incorporó, pero cayó desmayado en el piano esquivando el ataque ocasionando que el músico girara por culpa del peso de la tabla golpeando en la nuca a un enorme y fornido ratón. El cliente se levantó, agarró del cuello al músico y trató de golpearlo, pero su víctima se agachó a tiempo esquivando el ataque. No obstante, el golpe impactó contra el piano lanzándolo hacia la banda dispersándolos y aterrizando en las mesas de los clientes rompiéndolas y tirando las bebidas y juegos de azar.
El caos azotó la taberna. Todos los clientes empezaron a pelear, todos contra todos. Incluso el cantinero (sacando de debajo de la barra un garrote) y la camarera se involucraron para detener la pelea. Esta empeoró cuando algunos clientes sacaron armas de fuego y blanca.
Basil y Alex salieron de su escondite y fueron hacia Dawson, casi a arrastras, esquivando peleas y ataques. Ayudaron al médico a sentarse y el detective golpeó levemente las mejillas del doctor para despertarlo.
—¡Dawson! ¡Dawson!
El ratón bonachón despertó y vio asustado el lugar.
—¿Qué? ¿Qué? ¿Q...Qué... Qué? Pero ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué?
—Acabamos de ver a... —respondió Basil mirando hacia la barra, pero Fidget ya no estaba. Entre él y Alex ayudaron a Dawson a ponerse de pie—. ¡Vamos, amigos! ¡No hay tiempo que perder...!
Una bala paso rozando la oreja derecha de Basil, la disputa en la taberna estaba empeorando. Alex no recordaba que esta escena fuera tan violenta.
«Tampoco venían incluidos en el guion Chat Noir, Papillombre, los Miraculous y yo.»
La joven sacó su varita, los cubrió a los tres con un Encantamiento Escudo y corrieron a la barra. Se metieron y Basil exclamó un «¡Ajá!» al ver una trampilla. El detective tomó la delantera abriendo la trampilla y les hizo señas para que bajaran por el agujero en una sola fila. Alex fue la primera y Dawson después. Echando un último vistazo a la atmósfera caótica pero violenta, Basil cerró silenciosa y cuidadosamente la puerta por encima de él, justo cuando una silla rebotaba en la puerta.
Abajo, escucharon a Fidget tarareando, miraron hacia abajo y notaron que entraba en la abertura de una tubería llevando consigo una linterna encendida.
—Su amiga quiero ser —cantaba Fidget metiendo la linterna dentro de la tubería y al trepar soltó un gruñido. Basil hizo un gesto a los demás para que lo siguieran conduciéndolos hacia la tubería, escuchando el tarareo del murciélago viéndolo caminar dentro de la tubería—. Tranquilos y beban ya —Fidget continuó cantando alegremente, completamente ajeno al trío que lo seguía—. Disfruten
A medida que se alejaba de ellos, solo logrando ver la luz de la linterna de Fidget, Dawson dijo:
—Basil...
Pero el detective lo calló rápidamente, luego se impulsó y de un saltó entró de la tubería. Asomó la cabeza y les dijo:
—Síganme
—Espera, falta Tikki
—¡Es cierto! Por cierto ¿dónde está?
Alex metió una mano dentro del cuello de la camisa sacando una bolsita de tela café, vacío su contenido revelando un par de aretes con diseño de catarina, se los puso y de estas se desprendió una luz rosa que giró alrededor de ella y a un lado de los tres ratones apareció la kwami con apariencia de catarina.
—No podía entrar a la taberna transformada como Ladybug, además de que la búsqueda de disfraz se hubiera convertido en una pérdida de tiempo. Y tampoco podía andar ella por ahí por su tamaño, así que encontré esta bolsita entre las cosas para disfrazarse y guardé los aretes.
—¡¿Estás loca?! ¡Esas joyas son importantes, no es lugar para que las guardes ahí! —regañó Basil
—Por eso me asegure de que fuera algo que pudiera traer colgando y fuera seguro. —contestó Alex—. Además, no es la única joya valiosa ahí —vacío por completo el contenido de la bolsita revelando el anillo plateado con esmeralda y se lo puso en su tercer dedo de la mano derecha—. ¿Ves?
Basil ya no dijo nada más, apenado les dijo que entrarán a la tubería. Alex se transformó rápido en Ladybug, entró primero a la tubería y luego Dawson, aunque... bueno, tuvo un poco de problemas para subir por lo que Ladybug y Basil ayudaron al ratón bonachón a subir. La tubería resultó ser más oscuro de lo que pensaron.
—¡Cielos, no veo nada! —se quejó el médico
Ladybug tomó su yoyo, activó la función de cámara de video y de esta la de visión nocturna, se colocó al frente de la fila y les pidió a los hombres seguirla.
—¿Sabes, al menos, a dónde ir? —preguntó el detective de manera sarcástica.
La heroína se tensó ¡se suponía que no lo sabía!
«¡Seré tarada!» se reprendió mentalmente
Basil pasó junto a ella y le dijo que lo sujetara de su abrigo y que Dawson se sujetara de la capa Inverness de ella.
Ladybug trató de agarrar el abrigo de Basil, pero en su lugar lo agarró de la mano, para sorpresa de ambos. Sus orejas se pusieron rojas mientras que las orejas de Basil se tiñeron de rosa, el detective aclaró la garganta levemente, haciéndola pensar que no quería que tomara su mano. Estuvo a punto de soltarse y agarrar su abrigo como él le dijo, pero para su sorpresa, sus dedos lograron entrelazarse con los de ella. Ladybug suspiró levemente envolviendo su otro brazo alrededor del brazo de Basil y apoyó su cabeza en su hombro, sin darse cuenta de que las orejas de Basil se pusieron rojas por esa situación inusual.
—¿Qué están haciendo?
En la cabeza de la heroína sonó el ruido de un disco de vinil siendo interrumpido. Basil carraspeó, soltó a Ladybug y reanudaron su camino a oscuras. A medida que los ojos de Ladybug comenzaron a ajustarse a la oscuridad, se las arregló para envolver sus brazos alrededor del brazo de Basil, haciéndole sonreír mientras continuaban, pero notaron que Dawson iba por el camino equivocado a medida que sus ojos comenzaron a ajustarse lentamente a la oscuridad.
—¡No, no, no, no, no! ¡Por ahí no! —advirtió Basil—. ¡Dawson, cuidado con...!
Hubo un ruido metálico cuando la cabeza de Dawson se golpeó y gritaba de dolor:
—¡AAAAAYYYYY!
—Auch... —murmuró la heroína haciendo una mueca de dolor
—¡Demonios! —maldijo el médico, masajeando su frente—. Basil ¿sabe usted, a dónde vamos?
—Por supuesto —respondió el detective, continuando con su camino—. A la izquierda... y ahora a la derecha —siguieron un poco más hasta que Basil anunció—. ¡Aquí, doctor!
Finalmente salieron a la superficie, Basil levantó la rejilla, haciéndola crujir. El trío vio un montón de cajas y botellas de vino vacías aquí y allá. Más adelante, vieron una luz lejana brillando proveniente de un barril con una R dorada pintada.
—¡Ajá! ¡Al fin, Dawson y Ladybug! La encontramos: La Guarida Secreta de Ratigan —Salió rápido y levantó la rejilla para que sus amigos salieran y añadió—: Y esta más sucia de lo que imaginé.
Basil cerró la rejilla y se adelantó con cautela con Dawson y Ladybug siguiéndolo. Miraron a la vuelta de la esquina para asegurarse de que ninguno de los matones de Ratigan estuviera a la vista. Pero era extraño, todo el lugar estaba tranquilo y vacío, excepto por la luz que todavía brillaba dentro del barril, lo que significaba que alguien estaba allí. Ladybug sabía que Ratigan los estaba esperando.
—Dawson, Ladybug. La botella —susurró Basil
Él y el médico sonrieron aliviado al ver a Olivia recostada ahí sana y salva. Iban a ir por ella, pero la heroína los detuvo.
—Esperen un momento ¿dónde está Chat Noir? —preguntó ella
—Seguramente en otro lugar donde no pueda usar su poder para escapar —respondió rápido el detective—. Como sea, debemos sacar a Olivia de ahí y después iremos por el joven. ¿Crees que puedas contactarlo?
—Si está encerrado en otro lugar, obviamente no puedo porque lo pondría en peligro. A todo esto ¿no les parece extraño que no haya nadie aquí y Olivia esté ahí, sola? Eso es demasiado fácil y situaciones así dan muy mala espina.
—Entonces ¿Qué sugieres que hagamos? —preguntó Basil, empezando a enojarse por la conducta a de la joven
—Dah, revisar el perímetro. Esto no parece algo que Ratigan...
—¡Todo lo que ha pasado ya no ha sido del estilo de Ratigan desde que Papillombre apareció y ustedes dos también! Olivia está ahí, no hay moros en la costa. ¡Es nuestra oportunidad y no voy a desperdiciarla!
—¡Con más razón deberíamos ser más precavidos!
—¿Por qué? ¿Acaso sabes algo?
Ganas no le faltaron a Ladybug de gritarle «¡Sí, es una trampa!» pero no podía hacerlo. De alterar (más de lo ocasionado) la historia, Ratigan usaría su poder para retroceder en el tiempo y hacer que la situación sea a su beneficio. La heroína bajó la mirada molesta y cerró sus manos con fuerza haciendo que temblaran sus puños. A estas alturas ¿Qué podía hacer?
Basil se dio cuenta de que Ladybug comenzaba a alterarse, incluso podría decir que estaba asustada y no era para menos; a pesar de que ella y Chat Noir se han enfrentado a cosas peores que Ratigan (cortesía de Papillombre) eso no quitaba que ella y su amigo fueran solo unos adolescentes con un gran peso sobre sus hombros.
—Alex, mírame —la llamó Basil por su nombre real en un susurro, posando una mano sobre la mejilla de ella, haciendo que sus miraran se encontraran. Las orejas de la joven se tiñeron de un ligero tono rosa al sentir la mano del detective en su mejilla—. Si estás asustada, como ahora, recuerda que Dawson y yo estamos contigo —Basil le sonrió, pasando su mano de la mejilla de ella al hombro. Ahora mismo no necesitaban discutir entre ellos, sino unirse—. Me has dejado en claro que te has enfrentado a grandes adversidades desde una muy corta edad y has podido salir adelante a pesar del miedo del momento. Pero lo que en verdad ha logrado ese existo, es porque nunca has estado sola; has contado con la ayuda de amigos invaluables. Así que muestra un poco de esa valentía y trabajo en equipo, y sigamos nuestro camino. Olivia y Chat Noir nos están esperando.
Basil apartó su mano del hombro de Ladybug y se adelantó con Dawson. La heroína trató de detenerlos, pero fue tarde. Se llevó las manos a la cabeza y se maldijo a sí misma.
«¡Idiota! ¡Pedazo de pen...! ¡Debiste pensar en algo mejor para detenerlos PORQUE OBVIAMENTE DECIRLE LA VERDAD NO ERA UNA OPCIÓN!»
Era cierto que en Baker Street le explicó sobre ella, Chat Noir y Papillombre, pero ¿cómo explicarle que ella era del futuro y que conocía esta aventura de principio a fin porque la verdad era que él, Ratigan, los demás y el caso solo eran una película infantil de Disney? ¡Si apenas Basil logró procesar el tema de los Miraculous y la magia!
Sabiendo que esto no iba a terminar bien, tomó el camino opuesto todavía oculta. Ladybug los vio ir hacia la botella... de la nada algo la sujetó por detrás tapándole la boca y se la llevó entre forcejeos.
Basil y Dawson llegaron a la botella. A primera vista, Olivia parecía estar bien. El detective trepó al cuello de la botella y tiró del corcho, pero este estaba muy ajustado.
—¡Esta atorado! Ladybug, ayúdame... —levantó la mirada descubriendo que solamente estaban él y Dawson—. ¡Demonios! ¿A dónde se fue esa mujer? —gruñó y siguió tirando del corcho.
—Olivia —llamó el médico a la niña tocando el vidrio de la botella.
Olivia miró sobre su hombro ¡pero no era ella! ¡Era Fidget! El murciélago le sonrió burlón al ratón bonachón y le lanzó un beso.
—¡SORPRESA!
En un instante, toda la cámara se iluminó. Basil se cayó del cuello de la botella sorprendido. Él y Dawson miraron alrededor confundidos ¿qué rayos era todo eso?
Todos los matones de Ratigan salieron de su escondite riendo y aplaudiendo. Llovió confeti del techo, globos flotaron en el aire y se desplegó una pancarta roja con la orilla amarilla que decía «Bienvenido Basil». Ratigan salió del barril, aplaudiendo.
—¡Bravo! ¡Bravo! —Basil y Dawson voltearon hacia el barril y lo vieron—. ¡Que maravillosa proeza! —Ratigan rio maliciosamente bajando los escalones del barril y se acercó al detective. La sorpresa en el rostro de Basil desapareció siendo rápidamente reemplazada por ira. ¿Ahora a qué diablos estaba jugando su némesis?—. Sin embargo, te esperaba quince minutos antes —dijo el profesor con una sonrisa sacando un nuevo reloj de bolsillo dorado y "revisando" el tiempo—. He, he, he. ¿Tuviste problemas con la tubería, amigo?
El enfado del detective ahora fue reemplazado por una mirada tranquila y junto sus manos.
—Mh. Ratigan, nadie puede tener mejor opinión de ti que yo —la calma dejo paso al enfado, y bajo sus manos—. Y creo que eres una vil y despreciable ¡rata de alcantarilla!
Los jadeos de la multitud de matones no se hicieran esperar. La cara de Ratigan estaba congelada en una sonrisa. Una parte de él estaba tratando de luchar contra la rabia que se estaba acumulando dentro de él y por suerte para él era solo una pequeña chispa que fue aplastada instantáneamente como un insecto. Cerró su reloj de bolsillo dorado y lo volvió a meter en el bolsillo de su chaleco riendo divertidamente.
—A propósito, Basil. Me gusta mucho tu disfraz —Ratigan agarró una orilla del bigote falso del detective y se lo arrancó. Basil ahogó un gemido de dolor. El profesor siguió con su burla posando una mano en la barbilla de su némesis para que lo mirara y la otra quitándole e "inspeccionando" su sombrero—. En realidad, sería difícil reconocerte —regresó el sombrero a su lugar, las risas de los hombres del profesor fungían como música de fondo. Se rio empujando la figura de Basil y continuaba burlándose de él—. ¡El mejor... —Sofocó una risa—...detective... de todo el reino! –Se echó a reír y sus matones se unieron. Se recompuso, miró a su alrededor y dijo—: Oh, casi lo olvido. ¿No se suponía que una "heroica dama" venía contigo?
—¿Se refiere a ella, profesor?
Ratigan, Basil y Dawson se volvieron hacia el origen de la voz, las orejas del detective palidecieron de golpe al ver a unos matones sujetar a Ladybug. La heroína forcejeaba, pero las ataduras negras eran una creación del poder del profesor y le era imposible soltarse.
—¡Ratigan, déjala ir ahora! —exigió Basil
—Tranquilo, Romeo. Tu Julieta estará bien... por ahora. ¿Dónde la encontraron?
—Intentaba escabullirse por otro lado —respondió uno de los matones—. Por suerte la atrapamos antes de que se perdiera la sorpresa.
El profesor se acercó a la joven y sus matones, sujetó su barbilla obligándola a mirarlo a los ojos.
—¿Sabes? Me da un poco de envidia, Basil ya ha visto tu rostro, pero yo no
—¡Quítale las manos de encima!
El villano miró con una ceja arqueada a su némesis. Nunca lo había visto así ¡ni siquiera por Relda! Eso le dio una idea; si lo que sospechaba era cierto, entonces tendría una gran ventaja. Regresó su atención hacia Ladybug, la joven sintió un escalofrío recorrer su columna al ver la sonrisa retorcida de la rata. Ratigan soltó su barbilla, con un gesto de la mano le dijo a sus hombres que la soltaran y estos lo hicieron. El profesor chasqueó los dedos y las ataduras de la joven desaparecieron, antes de que ella procesara lo que hacía, Ratigan la abrazó de la cintura.
—Me impresiona lo rápido en que confiaste de esta linda señorita, Basil. En especial porque todavía tiene secretos muy escondidos
—Buen intento, Ratigan. Ladybug ya me contó todo
—¿De verdad? ¿Sabes la verdad sobre ellos... y nosotros?
Basil sonrió al ver el enojo en el rostro de Ratigan. Su as bajo la manga no funcionó. El profesor iba a decir algo, pero Ladybug se retorció en sus brazos llamando la atención del profesor.
—¡Ya fue mucha habladuría! ¿Dónde están Chat Noir y los Flaversham? —exigió la heroína
Ratigan la miró con una ceja arqueada, al parecer esta jovencita no le dijo todo al detective.
—¿Por qué preguntas eso sí ya lo sabes?
Basil y Dawson miraron confundidos a la rata mientras que Ladybug sintió una opresión en el pecho. Oh, no. No... ¡todo menos eso! Ratigan se dio cuenta del terror en el rostro de la chica y su sonrisa maligna creció más.
—¿De qué rayos estás hablando ahora, Ratigan? —preguntó Basil—. Es verdad que Ladybug es una bruja, pero no es una vidente
—No lo dije por eso. —respondió el profesor, acercando más hacia sí a la joven—. Sino porque tu chica no es lo que presume ser
—¿De qué...?
—Hablo de que tu nueva Relda viene del futuro y sí te contó la verdad sobre nosotros, pero no te dijo que lo ha visto cientos de veces. Bu, bu.
Basil, Dawson y Ladybug se quedaron en shock. No ¡no! ¡Esto tenía que ser una pesadilla! Ratigan liberó por fin a Ladybug y ella cayó de rodillas derrotada, ese gesto de debilidad fue suficiente para Basil. Era cierto... Ladybug, Alex... ¿supo todo lo que sucedería desde el principio? ¡Ella le dijo que ya no había secretos entre ellos!
«Al parecer existía un secreto más.»
Dolido, el detective caminó hacia la joven. El profesor suponía lo que sucedería, así que les daría "espacio". Ladybug vio a Basil acercarse, rápido se puso de pie, quería explicarle...
¡PAF!
Los jadeos inundaron el lugar. Dawson no podría creer lo que veía, al igual que Fidget, los matones e incluso Ratigan.
«De acuerdo, esto no lo vi venir. Pero resultó ser mejor de lo que creí.»
Ladybug miraba hacia su derecha y un fuerte dolor empezó a aparecer en su mejilla izquierda. Se tocó el área golpeada y miró incrédula a Basil que seguía con la mano arriba y una clara expresión de enojo en su rostro, pero sus ojos reflejaban la decepción.
—Me dijiste que ya no había ningún secreto, que me revelaste todo en Baker Street ¡y resulta que no era así! —la tomó del brazo sujetándola con fuerza—. Lo sabías. Sabías el más mínimo detalle del caso y lo peor ¡sabías desde un principio dónde se ocultaba Ratigan Y AÚN ASÍ NO DIJISTE NADA!
—Yo... yo... ¡creí que, al igual que con la magia y los Miraculous, no me creerías! —se defendió Ladybug—. Sin mencionar que gracias al poder que Ratigan tiene se olería que algo no andaba bien y regresaría en el tiempo o haría algo diferente como lo ha hecho hasta ahora
—¡No me interesan tus excusas! ¡Todo este tiempo contamos con una ventaja para encontrarlo y derrotarlo y fuiste demasiado egoísta e imprudente...!
La heroína se soltó de un jalón del agarre del detective y retrocedió varios pasos. Esto era peor que lo sucedido en la juguetería ¡esto no podía estar pasando! ¡NO PODÍA SER REAL!
—En verdad eres peor que Ratigan
Estaba hecho. Esas palabras calaron en su alma y se sintió como si le hubieran hecho el maleficio Cruciatus directamente en su corazón. Ladybug cayó de rodillas ante Basil, no podía respirar, el lugar empezó a dar vueltas. Basil ignoró a Ladybug y caminó hacia su némesis amenazadoramente.
—Ratigan, oye esto: ¡Tú estarás muy pronto en la cárcel!
—¡Vaya torpe! —exclamó el profesor en la cara de su rival—. ¿No te das cuenta aún? —preguntó sujetando a Basil del cuello de su abrigo levantándolo y sacudiéndolo en el aire—. ¡La mente superior ha triunfado! —anunció triunfante, soltando a Basil—. ¡Yo vencí!
Ratigan rio seguido por sus matones. Basil se estremeció con furia ante las risas dirigidas a él, trató de aguantar la humillación, pero fue demasiado, logró romperlo por dentro. Desinflando su ego en cuestión de segundos, destruyéndolo por completo. Su cuerpo se desplomó derrotado, ahogándose en las risas. Ladybug no estaba mejor; continuaba en el suelo desgarrada por dentro, no prestaba atención a su entorno. Una horrible opresión en su pecho le impedía respirar. Todo se obscurecía y antes de caer en esa negrura, alcanzó a escuchar a Ratigan gritar triunfante.
—¡Soy feliz, muy feliz! ¡Feliz! ¡Feliz! ¡Feliz!
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