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De vuelta a la juguetería

Un aullido sobresaltó a Ladybug haciendo que abriera los ojos de golpe. Seguía abrazando por los hombros a Basil y Dawson, soltó a ambos y miró a su alrededor desconcertada: estaban en el lomo de Toby y regresaron a la juguetería donde encontraron a Fidget.

—¿Qué sucedió? —preguntó confundido el médico. Observó su alrededor y miró estupefacto a Basil y Ladybug—. ¿Cómo...? Estábamos en Baker Street y de repente... esa...

—Ladybug ¿podrías explicarnos qué sucedió? —pidió Basil

—Eso...

—Es el poder del que les hablamos —la catarina-roedora y los dos ratones voltearon y ninguno pudo ocultar su asombro. Eran Chat Noir y Olivia—. Ratigan usó el poder que Papillombre le otorgó y eso hizo que regresáramos aquí

—¡Chat Noir! ¡Olivia! —exclamó Ladybug feliz y aliviada al verlos sanos y salvos. La niña corrió hacia la heroína, la joven se arrodilló y recibió a la pequeña con los brazos abiertos. La joven rompió el abrazo y revisó de pies a cabeza a Olivia—. ¿Los dos están bien? ¿No les paso nada?

—¡Tranquila, Mi Lady! Estamos bien —aseguró Chat Noir acercándose a los demás

—¡Encontramos a mi padre! —anunció Olivia

—¿Qué? —preguntó Basil

—Como era de esperarse. Fidget nos llevó a la guarida de Ratigan —contestó el felino-roedor—. Pero estuvimos dentro el saco todo el tiempo, así que no sabemos el camino

—Chat, Olivia ¿qué pasó? —preguntó Ladybug

Entre los dos, el joven y la niña les contaron lo sucedido: Olivia reencontrándose con su padre, Ratigan impidiéndole a Chat Noir usar su poder (el héroe revisó su mano derecha y descubrió que ya no tenía la esfera de metal), ambos siendo encerrados en una botella de vino, la conversación de Ratigan y Fidget, el castigo del profesor al murciélago y la amenizada de Ratigan de que tenía "reservada una gran sorpresa" para Basil y Ladybug. No obstante, hubo una parte del relato que llamó la atención del detective.

—¿Ratigan se sorprendió de que los esté ayudando? —preguntó Basil. Conocía de años al profesor y esa reacción por parte de su enemigo no era normal

—¡Debe ser porque tampoco esperaba que hicieras alianzas, cuando normalmente trabajas solo! —contestó rápidamente Ladybug, tratando de despistar a los ratones

—¿Segura? Por lo que Chat Noir y Olivia relataron, más bien pareciera que Ratigan no quería que me involucrara. Incluso me atrevería decir que no esperaba que estuviera en Londres. Y ahora que recuerdo, Fidget dijo que ni Dawson y ni yo deberíamos estar aquí porque se suponía que ustedes dos tomaron nuestros lugares. ¿Qué quiso decir con eso?

«¡Me recargo en la pared! ¡Mendigo murciélago chismoso!» pensó preocupada Ladybug, tratando que no se notara en su rostro

—¡Por lo mismo de que Papillombre quiere nuestros Miraculous —intervino Chat Noir— Ratigan supuso que al ser algo ajeno a ustedes, ninguno de los dos se involucraría!

—Pero Ratigan nunca había visto a Dawson ¿cómo...?

—¡Eso no importa! —interrumpió Ladybug—. ¡Tenemos asuntos más serios que atender!

—Cierto —coincidió Basil—. Si Ratigan hizo que Chat Noir y Olivia regresaran con nosotros, y retrocedió el tiempo a este punto, eso solo significa...

—Que nos tiene preparada una trampa, tal como nos acaban de advertir —dedujo la catarina-roedora

—Elemental, mi querida Ladybug

La joven sonrió feliz al escucharlo. Al ver a su compañera, Chat Noir sintió una punzada de celos y enojo en su pecho. ¿Cómo rayos era posible que reaccionara así con ese ratón? ¡Era un personaje animado creado por un akuma, por el amor de...! Era ridículo, estaba celoso de una simple caricatura que desaparecía en cuando derrotaran a Ratigan y Ladybug regresara todo a la normalidad.

«No te alteres por cosas sin importancia. Concéntrate en la misión y todo volverá a ser como antes.» se tranquilizó a sí mismo el felino-roedor

De pronto Toby ladró llamando la atención de los presentes.

—¡Ah, claro! —dijo Basil. El sabueso acercó su nariz al alféizar de la ventana y el detective se bajó de un salto—. ¡Excelente trabajo, Toby!

Esta vez, Ladybug cargó a Olivia y bajó de un salto ahora sí poniendo atención por donde caminaba, y con preocupación ya que llevaba a la pequeña en sus brazos. Igualmente, Chat Noir ayudó a Dawson a bajar y así evitar que Toby arrojara al médico sin cuidado. Una vez todos en el alféizar, Basil se dirigió al can.

—Bueno, Toby ¡Sentado! —ordenó al sabueso, y al igual que la vez anterior, el perro no obedeció.

El detective suspiró con resignación y miró celoso a Olivia, sabía que la única manera de que Toby obedeciera era que la niña se lo dijera. La pequeña vio al detective y este señaló al sabueso; con eso Olivia entendió que ella tenía que darle la orden al can.

—Siéntate, Toby —ordenó la pequeña amablemente y haciendo una seña con la mano para que se sentara.

Tal como la última vez, Toby obedeció alegre a Olivia.

—Todavía no puedo creer que Toby obedezca a la niña y no a mí —comentó Basil algo molesto

—Debe ser porque Olivia es más dulce que tú —opinó Ladybug—. Pero hablaremos de tus problemas como entrenador de perros más tarde. Ahora, entremos a la juguetería

—Busquemos otra entrada —aconsejó el detective—. Es demasiado obvio que en la puerta de la ventana habrá alguna clase de trampa

—Entonces, esperen aquí —Ladybug tomó su yoyo mientras hablaba y se alejaba de los demás—. Iré a buscar otra entrada. Chat Noir se quedará con ustedes para protegerlos

—¡Por supuesto que no! —objetó el héroe yendo hacia su compañera y sujetándola de la muñeca deteniéndola—. Ratigan va tras de ti también. Ir sola es como si te estuvieras entregando en bandeja de plata. Yo iré a revisar, tú quédate con ellos.

—Exactamente por eso voy sola —respondió la joven liberándose del agarre del chico de un tirón—. Basil y yo somos un blanco fácil juntos, pero si estamos separados...

—¡Suficiente! —cortó el detective. Se paso la mano por el rostro y continuó—. Entraremos por donde lo hicimos antes y permanezcamos alerta ¿entendido?

—Bien —contestaron a la vez los portadores de Miraculous.

—¿Iremos como antes? —preguntó el joven a su amiga

—Es lo mejor —contestó ella

—¿De qué hablan? —preguntó Basil

—Antes de que tú y Ladybug "pelearan", caminamos por la juguetería estando ella al frente y yo atrás

—¿Pelear?

Ladybug se pasó la mano por la parte posterior de su cuello a la vez que sus orejas se teñían de rojo.

—El "paso de baile" que hiciste conmigo para estar a la cabeza del grupo y que até tu cola a una marioneta

Las orejas de Basil también adquirieron un intenso color rojo y desvió la mirada avergonzado ante ese acto infantil de su parte. Dawson y Olivia miraban a los demás sin entender lo que decían porque ellos no recordaban haber visto que eso sucediera.

Esta vez fue Chat Noir quien carraspeó para romper el silencio.

—Debemos movernos. No sabemos qué está planeando esa rata

—Cierto —Ladybug avanzó en el alféizar—. Olivia, no te separes del Doc en ningún momento ¿entendido?

—Sí, esta vez no me separaré —prometió la pequeña

—Y yo no le quitaré los ojos de encima —afirmó Dawson, tomando la mano de la niña

—Bien. Chat Noir...

—Sabes que siempre cuidaré tu espalda, Mi Lady —declaró el felino-roedor tomando su bastón y poniéndose alerta

La catarina-roedora le sonrió a su amigo. Miró a Basil y eso bastó para que el detective entendiera; él iría junto a la joven y estarían atentos a lo que pudiera suceder ya que la rata de alcantarilla los quería a ambos. Sin más, el grupo al fin avanzó por donde comenzaron.

Llegaron a la puerta secreta. Con cautela, Ladybug metió su dedo en el agujero del vidrio y abrió lentamente. Echó un vistazo por el hueco de la madera, a simple vista parecía que no había nada ni nadie. Cuidadosamente, la joven entró a la juguetería. No había moros en la costa.

—Despejado —avisó Ladybug—. Entren, rápido

Uno por uno ingresaron de nuevo a la juguetería. Basil, Olivia, Dawson y Chat Noir, siendo este último en cerrar la puerta. Sacó su varita y cerró la entrada con magia a la vez que colocaba una alarma que les avisaría si alguien lograba abrirla y entrar al lugar.

—Está más oscuro que la última vez —comentó Dawson viendo su entorno—. Espero no estrellarme contra otro juguete o algo peor

—En la oscuridad es más fácil que nos ataquen por sorpresa —advirtió Basil—. ¿No hay alguna manera en la que puedan saber si hay alguien?

Ladybug y Chat Noir se miraron; sabían que hechizos usar, pero desconocían si uno de estos podría descubrir algo... O tal vez sí, y era algo que ninguno de los ratones debía conocer. El héroe sacó su varita y apuntó arriba de ellos para lanzar el primer hechizo, pero la joven corrió hacia él y lo detuvo agarrándolo de la muñeca.

—¿Qué haces? —preguntó desconcertado Chat Noir

—¿Todo bien? —preguntó Basil al ver el actuar de los jóvenes

—Sí, solo... denos un momento —contestó Ladybug tratando de oírse tranquila

Soltó la muñeca de su compañero y lo empujó alejándolos de los ratones, pero sin perderlos de vista.

—¿Ahora qué te pasa? —preguntó desconcertado el felino-roedor en cuanto su lady lo dejo en paz

—Ni se te ocurra usar Revelio —advirtió la catarina-roedora

—¿Por qué no? Podría funcionar

—Porque el encantamiento revela objetos ocultos, mensajes, cosas invisibles y pasadizos secretos

—¿Y?

La joven se palmeó la frente.

—También se puede usar en seres vivos para revelar su verdadera apariencia cuando ésta es alterada por algún hechizo y para revelar las huellas dejadas por criaturas, proyectando una imagen de esta al momento de dejarlas.

—Otra vez: ¿Y?

—¡Que...! —Ladybug respiró profundo para calmarse y no gritar, no quería llamar la atención de los ratones. Una vez serena, continuó—. Sí, podríamos usarlo para saber si Ratigan, Fidget o alguien más está aquí, además de encontrar pistas. Pero el problema es que, tal vez, podría revelar lo que realmente son Basil, Dawson y Olivia

—No son reales, sino que fueron creados por el akuma de Papillombre —dijo Chat Noir comprendiendo enseguida lo que su lady decía

¡Gracias! Ya entendiste

—Entonces, descartemos la magia

—O al menos los hechizos de revelación. Limitémonos a usar solo los Miraculous por ahora, la magia la usaremos como último recurso

En cuanto terminaron de hablar, Ladybug y Chat Noir regresaron con los demás.

—¿Y bien? —preguntó Basil

—No encontramos nada que pueda ayudarnos a detectar la presencia de otras personas —contestó la joven—. Así que habrá que ir "a ciegas" y prestar más atención a nuestro alrededor

El detective tenía el presentimiento de que los jóvenes ocultaban algo (otra vez), pero no era el momento de averiguarlo. Reanudaron su andar por la juguetería, atentos ante cualquier peligro. Recorrieron el mismo camino que la primera vez.

Mientras avanzaban, y sin bajar la guardia, Ladybug analizaba los hechos: En base a la historia de Chat Noir y Olivia, y recordando cada detalle de la película, el curso de las cosas iba bien: Al momento en que el felino-roedor y la niña eran llevados a la guarida de Ratigan, ella, Basil y Dawson regresaron a Baker Street, y se suponía que sería la escena en donde Basil examinaba la lista de Fidget y descubrían dónde encontrarlo, lo seguían hasta el escondite de Ratigan y la dichosa "sorpresa reservada". El que la rata cambiara el curso de la historia significaba que se sentía intimidado al tener que enfrentarse a su archienemigo original. Aun así, el hecho de tener poder sobre la historia hacía que el profesor tuviera una enorme ventaja sobre ellos y se notó al "retroceder la película"; si las cosas no mantenían su curso, Ratigan regresaría el tiempo las veces que fueran necesarias o lo cambiaría.

«Esto es grave. Volvimos a la juguetería antes de encontrar a SentiFidget y secuestrara a Chat Noir y Olivia ¿Por qué Ratigan regresaría a esta parte? ¿Usará los libros y de ese modo derrotarnos? De ser así estamos en serios problemas. No obstante, Lily me ánimo a no desalentarme por eso; sería una pelea como cualquier otra. Supongo que lo frustrante es que Ratigan está haciendo trampa al usar un elemento que desconozco. De todas formas, a esa rata de alcantarilla no hay que subestimarla.»

—Te aconsejo que no le des demasiadas vueltas a los actuales acontecimientos

—¿Eh?

Basil se percató de la preocupación de la joven y de su mente trabajando en busca de respuestas y soluciones. Eso llamó mucho su atención: Así es como él actuaba en sus casos, sobre todo contra Ratigan.

«En verdad que está mujer me admira. Incluso se comporta como yo, aunque eso es extraño. Interesante, pero extraño» pensó impresionado el detective

—Ratigan es un gran enigma, difícil de descifrar gracias a su mente diabólica y retorcida. —explicó Basil metiendo las manos a los bolsillos de su capa Inverness y sin ver a la joven—. El tratar de enfrentarlo en base a su manera de pensar solamente aumentará su ego y le dará una ventaja letal. Es mejor solamente analizar a tu oponente y con esa información diseñar una estrategia en base a tus habilidades y tu entorno, de ese modo podrás derrotarlo fácilmente. Bueno, eso sería fácil si no fuera porque...

—Porque tu oponente te conoce y también utiliza ese método —completó Ladybug

—Exacto. —La heroína se sorprendió al ver al detective sonreír, pero más al darse cuenta de que era nostálgica. Enseguida la sonrisa desapareció y en su lugar apareció una expresión seria—. Es el problema de una rivalidad de años. Ratigan y yo nos conocemos demasiado y por eso no podemos vencer al otro, no solamente porque Toby aúlle —lo último lo dijo ahora sí mirando a la joven y con una sonrisa, recordando el regaño que ella y el chico le hicieron la primera vez que llegaron a la juguetería.

Ladybug estaba estupefacta. Mentiría si dijera que nunca ha tenido curiosidad respecto a la historia de la rivalidad entre Basil de la Calle Baker y el profesor Padraic Ratigan. Desafortunadamente, la película nunca la mostró, ni siquiera una pequeña mención de cómo se originó y suponía que esta vendría explicada en alguno de los libros de Eve Titus. La única referencia que tenía era el fanfiction The Professor's Portrait de FantasmaTraNoi y a pesar de no ser canónica esta encajaba muy bien con la historia de la película.

«Si en verdad este villano akumatizado leyó toda la serie de Basil of Baker Street, por favor que al menos muestre un poco de esa historia.»

—A propósito —la joven interrumpió sus pensamientos y se volvió hacia el detective—. ¿Hace cuánto que se enfrentan a Papillombre?

—Sino llevo mal la cuenta, hace más de un año

—No es mucho. Aun así, no es conveniente que Papillombre siga suelto por ahí. Eventualmente se volverá más peligroso y eso les ocasionará más dificultades.

—Lo sé. Gracias a él, Chat Noir y yo perdimos a nuestro maestro y guardián de los Miraculous. ¡Tranquilo, él está vivo! —Ladybug se apresuró aclararlo al ver la expresión de horror de Basil—. El Maestro Fu fue quien nos eligió para ser los portadores de los Miraculous de Catarina y Gato Negro y es por él que nos convertimos en superhéroes para enfrentar a Papillombre. Por desgracia hace unos meses Le Papillon (originalmente así se llamaba porque solo usaba el Miraculous de Mariposa) y Mayura (su aliada que utilizaba el Miraculous de Pavo Real) capturaron al Maestro Fu y robaron la Caja de los Miraculous por culpa de mi descuido.

—¿Descuido?

—Fui a buscar al maestro transformada en Ladybug cuando siempre lo había hecho como civil para mantenerlo a salvo. En cuanto me alejé, Papillon y Mayura lo atacaron y capturaron

El detective no podía ver bien el rostro de la joven a causa de su cervadora y cabello, pero con solo escucharla podía percibir sus emociones: Tristeza y culpa, pero también nostalgia, cariño y respeto. Quien fuera ese hombre había sido una persona muy importante para ella. La chica respiró hondo antes de continuar.

—Papillon atacó la ciudad. Chat Noir y yo nos dirigimos hacia el origen del caos y donde ellos observaban el ataque y el Maestro Fu, utilizando el Miraculous de la Tortuga, se protegía de sus ataques. No pudimos salvarlo de inmediato porque primero tuvimos que encargarnos del embrollo que Papillon ocasionó antes. Los vencimos, pero el Maestro estaba muy débil y aún teníamos que recuperar la Caja de los Miraculous.

—¿Exactamente qué quería Papillon? ¿Por qué secuestrar al guardián si él y Mayura lograron robarle las joyas mágicas?

—Si se apoderaba de los Miraculous, podría conseguirse nuevos aliados y así tener más oportunidades de adueñarse de los nuestros. Con respecto al Maestro Fu, fue para obligarlo a que le revelara nuestras identidades

—De ese modo, si perdía esa pelea, el haber conseguido esa información hubiera sido suficiente porque así podría atacarlos como civiles en cualquier momento y sin oportunidad de defenderse

—Elemental, querido Basil —Antes le habría molestado al ratón que la chica usara su frase, pero ahora no sucedió. Simplemente le sonrió y la joven continuó—. La buena noticia, además de obvio, Papillon no pudo descubrir nuestras identidades. Lo malo... lo malo...

—Tranquila. Sino puedes decirme está bien

Ladybug inhaló y exhaló dándose valor para seguir.

—Lo malo es que el Maestro Fu perdió su memoria

—¿Disculpa?

—El Maestro Fu renunció a la Caja de los Miraculous nombrándome a mí como la nueva guardiana. La Ley de los guardianes dice que cuando el guardián renuncia a su cargo perderá la memoria con el propósito de proteger las identidades de los portadores de Miraculous. —La heroína suspiró. Todavía le pesaba el perder al Maestro y ser ahora la guardiana, pero tenía que esforzarse para cumplir con su nueva responsabilidad—. En fin, Papillon y Mayura escaparon sin la información ni los Miraculous, Chat Noir y yo nos despedimos del Maestro ayudándolo a mudarse de la ciudad para al fin descansar y vivir tranquilamente, y ahora no solo debo proteger mis joyas mágicas sino una caja casi llena de estas.

Basil no sabía qué decir. Con la aparición de esa joven y su compañero conoció y aprendió cosas que nunca se hubiera imaginado; él era un hombre de ciencias, por lo que el concepto de la magia no era algo que pudiera aceptar fácilmente; aunque técnicamente no podía decirse que fuera "magia" debido a que existe desde el origen del universo. No obstante, seguía siendo algo difícil de entender.

Otra cosa que le preocupaba, era que unos adolescentes (a simple vista podía asegurar que ni siquiera eran mayores de edad) tuvieran que cargar con una responsabilidad tan grande como esa, misma que debería tomarla un adulto y no unos niños. Y lo peor de todo, Ladybug ahora tenía la obligación de resguardar los Miraculous; aunque hubiera sido para protegerla a ella y a Chat Noir del enemigo ¿por qué poner semejante carga sobre los hombros de una joven? Su única preocupación era educarse para convertirse en una dama, casarse y formar una familia. Aunque pensándolo bien, Ladybug era una de esas mujeres "adelantadas a su época": no les interesaba el matrimonio y sabían que valían igual o tal vez más que un hombre y se esforzaban al máximo para probarlo. Tenía que reconocer que la joven en verdad tenía la valentía y fuerza de un hombre, y eso le gustaba, a la vez que le recordaba a alguien.

Ese último pensamiento hizo que Basil se detuviera y mirara fijamente a Ladybug. Ahora que lo pensaba, la joven se parecía mucho a ella. La Mujer. No había pensado en ella desde hace tiempo y ahora su recuerdo, el cual creía olvidado, volvió gracias a la heroína. Sus pensamientos no eran los únicos alterados ante la memoria de La Mujer, sino también sus emociones; el recuerdo de la última vez que la vio y habló con ella hizo que su mente y corazón se alterarán. De no ser porque conocía la verdadera identidad de Ladybug hubiera jurado que se trataba de La Mujer.

—¿Basil? ¿Está todo bien? —preguntó Dawson al ver al detective inmóvil.

Ladybug y Chat Noir también se detuvieron y contemplaron a los tres ratones. La joven se dio cuenta de que Basil la miraba fijamente y sin ninguna expresión en el rostro, esto provoco inquietud en la heroína ¿Ahora qué le ocurría? Se acercó al detective y lo miró con una ceja arqueada.

—¿Qué...?

De todo lo que han pasado hasta ahora, sin lugar a duda esto la catarina-roedora nunca lo vio venir: Basil la estaba abrazando. No estaba segura debido a que jamás leyó los libros, sino que su única referencia del personaje lo tenía de la película y esta a leguas se notaba que tenía como base las novelas de Sir Arthur Conan Doyle (respecto a Eve Titus podía decir que solamente tenía los personajes) y por lo mismo la tomó por sorpresa esa actitud del detective, porque ella recordaba que el detective no tenía una buena relación con las mujeres, más bien parecía que no le interesaban.

«¿Qué mosca le picó? Primero es receloso conmigo ¿y ahora le importo? ¿Quién lo entiende?»

Los demás solo veían la interacción de Basil y Ladybug, pero con diferentes reacciones: Dawson estaba sorprendido, Olivia sonreía a la vez de mostrarse curiosa por la actitud de la joven y el adulto. Y Chat Noir... su primera reacción fue shock siendo de inmediato reemplazado por celos. ¡Esto era el colmo! ¿Qué rayos estaba pasando? Al principio Basil se mostraba frío y desconfiado hacia Ladybug, incluso siendo brusco con ella ¿y ahora la abrazaba? ¿Por qué ese cambio? Lo que más le molestaba (y fue el detonante de sus celos) es que ella simplemente se quedó inmóvil.

Y hablando de Ladybug; la joven seguía estática, con las manos en sus costados y la cola erguida a causa del asombro. Las preguntas seguían dando vueltas en su cabeza: ¿Qué sucedía? ¿Por qué Basil repentinamente la abrazó? No sabía qué hacer ni decir ¿Acaso algo que dijo detonó ese comportamiento? Rememoró lo que habló con él tratando de buscar una explicación, pero no se le ocurría nada.

—Uh... ¿Basil?

La voz de la chica hizo que el detective volviera en sí dándose cuenta de lo que hacía. Rompió el abrazo sujetando a Ladybug de los hombros y se separó de ella con las orejas totalmente rojas y la vergüenza plasmada en su rostro.

—Yo... —Basil por fin soltó a la chica y carraspeó antes de continuar—. Siento mucho ese comportamiento. Será mejor continuar —y sin más qué decir, el detective reanudo su andar

Ladybug vio al ratón alejarse con una ceja arqueada. Si lograban tener un momento de tranquilidad se comería un pollito* con Basil.

—¿Sucedió algo malo, Ladybug?

La heroína apartó la mirada del detective volviéndose hacia Dawson.

—La verdad no tengo idea, Doc. Solo estábamos conversando y de pronto reaccionó así. —Ladybug suspiró cansada a la vez que se frotaba la parte posterior del cuello—. Dejemos el tema de lado por ahora. Sigamos.

El médico asintió. Tomó la mano de Olivia y reanudaron su caminar dejando solos a los portadores de Miraculous. La catarina-roedora miró incómoda a su compañero, el felino-roedor estaba de brazos cruzados y miraba a su compañera con el entrecejo fruncido, un claro gesto de que pedía una explicación. Cogió a Chat Noir de la muñeca y ambos caminaron casi a prisa detrás de los tres ratones.

—Antes que nada, bájale a tus celos. Entiende de una buena vez que somos un equipo. Compañeros. AMIGOS, NO PAREJA

—Ya lo sé. Pero también entiende que mis sentimientos por ti no desaparecerán de la noche a la mañana. —el héroe suspiró antes de continuar—. Lo más patético de todo, por no decir ridículo, es que estoy celoso de una caricatura.

Las orejas de Ladybug se pusieron rojas. Los dos dejaron de caminar otra vez, la joven soltó a Chat Noir y lo miro de frente.

—No malinterpretes las cosas. Es cierto que le tengo afecto a Basil, pero no románticamente como tú crees, sino de admiración. Basil es mi personaje favorito desde niña y al momento de descubrir lo que hizo Papillombre me emocioné; viviría la aventura de mi película favorita y resolvería casos con Basil de la Calle Baker, el gran ratón detective. Aunque bueno, las cosas no tienen ese toque de "magia Disney" gracias al akuma y al amok. —Ladybug suspiró y miró sobre su hombro a Basil, Dawson y Olivia—. Créeme cuando te digo que de verdad me estoy tomando en serio la misión como cualquier otra. Solamente tenme paciencia por si de nuevo me gana la emoción.

Chat Noir escuchó atentamente todo lo de su lady le dijo. Otra vez su compañera habló de algo personal, se abrió a él; cierto que la primera vez fue porque el ratón detective le preguntó a su amiga (le dolía pensar y decir esa palabra para referirse a ella) respecto a su extraño comportamiento en el tablero de ajedrez. No obstante, no esperaba que Ladybug volviera a compartirle algo personal, pero esta se debió a sus celos hacia Basil.

«No entiendo mucho de esto de los personajes animados y de "tenerles cariño", aún después de Animaestro. Pero, en fin, confío en Ladybug y si me compartió esto es por algo.»

—De acuerdo, trataré de no enojarme de nuevo. Pero si ese detective se pasa de listo, entonces no me pidas que me calme ¿entendido?

—Como si hubiera la posibilidad de que algo así llegue a pasar

Los portadores de Miraculous rieron. Chat Noir levantó una mano dirigiéndola al hombro de Ladybug, pero de pronto una mano lo detuvo sujetándolo de la muñeca. Voltearon encontrándose con Basil ¿molesto?

«Okey... esto se está volvieron cada vez más extraño.» pensó la heroína mirando confundida al detective.

—Eh... ¿Basil? —llamó dudosa la catarina-roedora—. ¿Qué...?

—No sé qué están haciendo y tampoco me interesa —dijo el ratón detective fulminando con la mirada al felino-roedor, quien respondió el gesto—. Pero ahora mismo tenemos asuntos más importantes que atender, así que déjense de tonterías y avancemos. Joven Chat Noir, usted siga cuidándonos la espalda —soltó al héroe, se volvió hacia la heroína y la tomó gentilmente de la mano—. Ladybug, sigamos al frente y ten mucho cuidado.

—S... sí

Basil lanzó una última mirada de enojo al héroe y se alejó llevándose con él a la heroína. Ladybug le dio una rápida mirada de confusión a Chat Noir esperando así que su compañero entendiera que ella no tenía ni la más remota idea de qué le sucedía al detective. El felino-roedor los vio alejarse; tal vez su lady no lo supiera, o no quería verlo, pero lo que sea que hayan hablado le afecto al ratón y por eso ahora actuaba así con ella.

«Caricatura o no, se mantendrá alejado de MI Lady»

Llegaron a la escalera de juguete. Chat Noir observó a Ladybug y Basil esperando a que pelearan como la primera vez por ver quién subiría primero. Sin embargo, el detective soltó la mano de la joven y con un gesto caballeroso la invitó a subir primero. En este punto, la catarina-roedora no sabía qué hacer; asombrarse, asustarse, preocuparse o qué. La joven subió por las escaleras, antes de llegar al final sacó su yoyo, lo abrió, activó la función de cámara y lo levantó; de ese modo podía revisar si había alguien al final de la escalera. Al no ver peligro, la joven cerró su yoyo, pero no lo guardó. Terminó de subir y comprobó que estuviera despejado.

—Vía libre —anunció Ladybug. Se asomó con cuidado por el borde de la escalera—. Pueden subir, pero háganlo rápido.

En cuanto la joven dio la indicación, Basil subió rápidamente las escaleras, no podía ni quería dejar a Ladybug sola. Enseguida subieron Dawson y Olivia. Chat Noir dejo que la pequeña subiera primero y en cuanto la niña estuvo con los demás, el joven se reunió con el grupo. Avanzaron con calma pasando junto a la caja musical de la banda de bomberos.

—Olivia, esta vez no te acerques a la caja ni a ningún juguete —pidió Ladybug—. Debemos ir lo más callados posibles para que ni Ratigan ni Fidget sepan dónde estamos ¿entendido?

—Sí, Ladybug —contestó la niña

Para demostrar que esta vez obedecería, Olivia se separó de Dawson, fue con Ladybug y la tomó de la mano. La heroína se enterneció con el gesto de la pequeña.

Los cinco avanzaron con cuidado. Todo estaba en calma y en completo silencio, tal como la primera vez, hasta que una música ensordecedora sonó detrás de ellos, sorprendiendo a los cinco individuos. Al igual que la vez anterior, Dawson saltó a los brazos de Basil y Chat Noir sacó su bastón y se puso en guardia. Ladybug y Olivia se abrazaron, la joven preocupada y la niña asustada. Voltearon hacia el origen del ruido y las orejas de Ladybug, Basil, Chat Noir y Dawson palidecieron a la vez que el miedo se reflejaba en sus rostros: ¡La caja musical de la banda de bomberos estaba encendida!

Chat Noir fue el primero en reaccionar, lanzó su bastón hacia la palanca de la caja musical y la apagó. El arma rebotó y regresó a las manos del héroe. Tardaron unos minutos en tranquilizarme. El médico se bajó de los brazos del detective y se llevó una mano al pecho.

—¡Santo cielos! Esto es más aterrador que la última vez —comentó Dawson, todavía con la adrenalina recorriendo su cuerpo—. ¿Qué sucedió? ¿Cómo es que esa caja musical se encendió sola?

—Esto es penosamente obvio, doctor —habló Basil, un poco más tranquilo que su compañero—. Ratigan y/o Fidget encendieron la caja musical con el propósito de alterarnos, además de probar que están más cerca de lo pensado

—Más bien querían ahorrarse la molestia de enfrentarnos y quisieron matarnos de un susto —opinó el felino-roedor

Un llanto atrajo la atención de los hombres, voltearon y vieron a la pequeña Olivia llorando cubriéndose los ojos con las manos y a Ladybug hincada frente a la niña tratando de calmarla.

—Sh, tranquila Olivia. Ya pasó

—¡Tengo mucho miedo! ¡Quiero a mi papi e irme a casa!

La catarina-roedora miró de reojo a los tres ratones. Entendía que Olivia estuviera asustada y quisiera irse, pero gracias a Ratigan las cosas cambiaron y no sabía qué podría pasar. Tomó las manos de la pequeña y las retiró de su rostro para verla a los ojos; las lágrimas seguían saliendo y el miedo impregnado en su carita.

—Entendiendo que estés asustada. Esto no es algo que una niña pequeña como tú tenga que pasar, pero a veces la vida nos pone situaciones cómo esta para probarnos a nosotras mismas de lo que somos capaces de hacer, a pesar de que siempre digan "no es asunto de niñas" o "no es asunto de mujeres" —lo último lo dijo viendo de reojo a Basil y el detective se acomodó apenado su corbata captando la indirecta—. ¿Recuerdas lo que les conté? ¿Sobre mis amigos y yo cuando teníamos once años? —Olivia asintió mientras se limpiaba las lágrimas—. Ese es un ejemplo; se supone que mis mejores amigos y yo teníamos como única preocupación estudiar, jugar y convivir con otros niños. Pero por alguna razón a los cuatro nos tocó descubrir la existencia de esa piedra, que alguien quería robarla y nosotros decidimos protegerla.

Con esa última declaración la niña y los hombres se quedaron atónitos ¿proteger la piedra? ¿Unos niños? Al ver sus reacciones, Ladybug continuó:

—Avisamos a una profesora, pero no nos creyó alegando que la piedra estaba a salvo y nos dijo que nos fuéramos. Ninguno de los cuatro nos quedamos tranquilos, en la noche fuimos a donde estaba resguardada pasando las pruebas que la protegían. Logramos nuestra misión: evitamos el robo de la piedra y el ladrón desapareció «porque no puedo decirles que en realidad murió ya que los preocuparía demasiado, además de que lloverían preguntas y exigirían explicaciones.» Pero eso no quiere decir que después de eso tuviéramos vidas normales.

—¿Qué quieres decir? —preguntó curiosa Olivia

—A partir de ese día mis amigos y yo vivimos toda clase de aventuras. Con el paso de los años se volvían más peligrosas que la anterior. Afortunadamente, eso no impidió que pudiéramos experimentar lo que cualquier persona de nuestra edad debe vivir y disfrutar. —limpió las lágrimas de la pequeña y le acarició la mejilla con cariño—. Encontraremos a tu padre muy pronto. No te prometo que olvidarás esta aventura, pero de una forma u otra podría ser bueno para ti: mostrarás tu valentía y de lo que eres capaz de hacer "a pesar de ser una niña pequeña".

Olivia y los hombres miraron impresionados a Ladybug; cuando pensaban que la joven no podía sorprenderlos más ella les probaba que sí. Esa era una de las razones por las cuales Chat Noir la amaba a pesar de que la catarina-roedora siempre lo rechazara y, obviamente, el no conocer su identidad. Basil ya no sabía que pensar de la joven; su mente le advertía que no confiara en ella ni tampoco bajara la guardia, pero su corazón... un momento ¿su corazón? El detective sacudió su cabeza y apartó la mirada de la heroína ¿qué demonios le pasaba? ¿Qué rayos le había hecho esa jovencita?

La pequeña terminó de limpiarse las lágrimas. Las palabras de Ladybug la tranquilizaron y motivaron; con la ayuda de los jóvenes y los adultos encontraría a su padre. Levantó su mano derecha apuntando su último dedo a la heroína. Ladybug al ver ese gesto enseguida entendió que la niña quería hacer la "promesa del dedo chiquito" con ella.

«Bueno, siendo ratones esto es lo más parecido que tienen.»

—¿Prometes que encontraremos a mi papi y que todos regresaremos a casa sanos y salvos? —preguntó Olivia

Ladybug miró perpleja a la pequeña. De seguir el curso de la película podría asegurarlo sin chistar, pero ahora con este cambio ya no estaba segura. ¡No, no podía pensar así! Todas sus misiones eran una aventura a lo desconocido, y salía adelante y victoriosa al lado de Chat Noir y sus nuevos aliados, esta no sería la excepción. Levantó su mano derecha y entrelazó su último dedo con el de la niña.

—Lo prometo

Olivia sonrió entusiasmada. Descruzó los dedos y abrazo efusivamente a Ladybug, la heroína era como la hermana mayor que siempre quiso. Ninguno de los presentes, y menos la portadora del Miraculous de Catarina, se percataron que una luz rosa salió del arete que tenía contacto con la niña y fue hacia la pequeña. Antes de que Ladybug y Olivia se separaran la luz desapareció.

La catarina-roedora se puso de pie, tomó la mano de la niña y se volvió hacia los hombres.

—Démonos prisa en encontrar a esa rata de alcantarilla y derrotarla

—Nunca dejas de sorprenderme, Mi Lady. Lo sabes ¿verdad?

La aludida simplemente sonrió. Así, el grupo nuevamente reanudo su camino.

Llegaron de nuevo al tablero de ajedrez y esta vez Basil no movió ninguna pieza ni Ladybug caminó por esta absorta en sus recuerdos. Al salir del tablero, todos miraron al suelo esperando encontrar de nuevo las huellas de Fidget, pero grande fue su sorprenda al descubrir que no estaban. Miraron a su alrededor y no las encontraron, ni siquiera una pista nueva. Casi corriendo fueron hacia donde se encontraban los soldados de juguete de la Guardia Real; los juguetes ya no tenían sus uniformes, así que el murciélago tenía que estar en alguna parte.

De repente una risa malvada rompió el silencio. Chat Noir se puso a la defensiva mientras que Olivia abrazaba a Ladybug, los dos conocían esa risa. Basil también la reconoció y rápidamente se colocó ante la joven para protegerla, sorprendiéndola.

—Sin importar la situación nunca dejas de ser un caballero ¿verdad, Basil?

—Una prueba más de la gran diferencia entre tú y yo. O debería decir, de un ratón como yo y una rata de alcantarilla como tú, Ratigan

No se veía a nadie, pero varios jadeos se escucharon alrededor de los portadores de Miraculous y los ratones. Basil y Ladybug sabían que esa reacción era porque Ratigan se volvía peligroso (más de lo usual) en cuanto escuchaba esa palabra. El profesor odiaba que lo llamaran rata, a pesar de ser una.

«Duda existencial: ¿Por qué Ratigan se enfada cuando lo llaman "rata"?»

El silencio inundó el lugar. Los cinco ratones miraban su alrededor; de repente se escucharon pasos. Todos concentraron su atención en la dirección de donde provenían las pisadas siendo acompañadas por la risa maligna de antes. Una figura sombría salió de las sombras, revelando a una gran rata de pelaje gris, colmillos, garras cubiertas por unos guantes blancos y una larga cola rosada. Vestía un esmoquin negro, una capa negra con la parte interior roja, camisa blanca de cuello alto, chaleco gris oscuro, mancuernillas doradas y corbata de rayas rosas y moradas. Su cabello negro estaba pulcramente peinado, su rostro estaba afeitado y círculos color lavanda enmarcaban sus ojos (no se apreciaba bien el color, pero la heroína estaba segura que eran rojos) y escleróticas amarillas, y gruesas cejas negras.

El Napoleón del Crimen, el villano akumatizado de Papillombre: el profesor Padraic Ratigan.

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*Comerse un pollito:Expresión mexicana usada para decirle a alguien que se tiene una conversación y/o discusión pendiente.

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