Big Ben
Basil, Chat Noir, Dawson y Flaversham corrían los más rápido que podían por los pasillos del Palacio de Buckingham, debían alcanzar pronto a Ratigan y salvar a Ladybug y Olivia antes de que... un disparo se escuchó cerca de ellos seguida por gritos, los hombres se detuvieron asustados ¡esa voz era de Ladybug! El primero en salir del trance fue el detective seguido enseguida por el héroe y los demás.
Dieron vuelta en una esquina y los hombres se detuvieron con horror al ver a la heroína inmóvil en el suelo.
—¡Ladybug! —gritó asustado Chat Noir corriendo hacia su compañera
El felino-roedor se hincó junto a la catarina-roedora, la acomodó entre sus brazos y la revisó. El pelaje del cuello de la chica tenía marcada la mano de Ratigan, Dawson revisó su pulso y el médico suspiró aliviado.
—¡Gracias al cielo! Solo esta inconsciente
La calma regresó a los hombres. Basil se arrodilló al otro lado de Ladybug y la llamó. Lentamente, la joven recuperó el conocimiento encontrándose con un par de ojos verdes viéndola con preocupación
—¿Basil? ¿Chat?
—¡Mi Lady! Que susto nos diste —dijo el joven, levantándose y ayudando a su compañera a hacer lo mismo
—Señorita ¿dónde está mi hija? —preguntó asustado Hiram
—Ratigan se la llevó. Traté de liberarnos a las dos, pero de repente esa rata sacó su revólver e intentó dispararnos, afortunadamente desvié el disparo. Creo que impacto en el techo —como si fuera una señal de confirmación, la bala cayó del techo aterrizando en la cabeza de Chat Noir—. Pero durante el forcejeó por el arma logró darme en la cabeza y dejarme inconsciente no sé por cuánto tiempo
—Por suerte no fue mucho —dijo Basil—. Por lo que aún tenemos oportunidad de alcanzarlos
La heroína no quiso desanimarlos, así que los cinco salieron del Palacio de Buckingham. Para su mala suerte, no los vieron por ningún lado.
—¡Demonios, escapó de nuevo! —bramó Chat Noir
—¡Claro que no! —aseguró Ladybug mirando hacia el cielo y señaló hacia arriba—. ¡Allá va!
Ratigan escapaba en su dirigible con Olivia como rehén. La joven vio el asta bandera, luego le dio un codazo a Basil señalándole la bandera británica y los globos atados cerca de ahí. El detective de inmediato captó la idea de la heroína. Los dos fueron hacia el asta bandera y treparon a esta con la ayuda del yoyo de Ladybug. Una vez arriba, llamaron a sus amigos.
—¡Chat Noir! —llamó la joven
—¡Dawson! ¡Flaversham! —llamó el detective
—¡Traigan esos globos! —indicaron ambos a la vez, señalando dichos globos
Sin tiempo que perder, los cinco ratones empezaron a construir su propia aeronave con los primero rayos como banda sonora.
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—¡No puedo creer que tu trampa mortal fracasara! —bramó Papillombre—. ¡TE ADVERTÍ QUE SI FALLABAS TE QUITARÍA TUS PODERES!
—¿Sabes qué? ¡Ya me tienes harto, Mariposa engreída! —bramó Ratigan en el timón del dirigible.
—¡¿Qué dijiste?!
—¡Se te hace muy fácil legarle tu trabajo a otros! Pero hay un pequeño detalle que no has tomado en cuenta y por lo mismo esos mocosos te derrotan una y otra vez.
—¿Y qué es ¡Oh, gran Napoleón del Crimen!?
—¡No utilizar a cualquier idiota solo porque sentiste sus emociones negativas! ¡Tienes que analizar muy bien a tu oponente para así poder enviar un ataque directo y fuerte! Por esa razón estaba "huyendo" ¡analizaba a esos chiquillos para así saber qué hacer con ellos! Pero la guerra no se gana en un día, toma tiempo y...
—¡Si ya terminaste de hablar solo, será mejor que te rindas de una vez por todas!
Ratigan cortó la comunicación con Papillombre. Creía que esa chiquilla malcriada estaría callada y asustada como en su guarida; al parecer usar un Miraculous y pasar tiempo con esos mocosos héroes y el detective de segunda la hicieron sacar sus agallas, y la convertirían en una molestia.
—¡Ya verás, Basil y Ladybug son más listos que tú! ¡Te van a meter en la cárcel y le quitarán los Miraculous de Mariposa y Pavo Real a Papillombre! —aseguró Olivia. Después, agarró la cola de Ratigan y tiró de esta—. ¡No le tienen miedo a una vieja y horrorosa rata como tú!
Eso fue todo, la poca paciencia que conservaba el profesor se perdió por las provocaciones de esa niñita, y peor aún ¡se atrevió a llamarlo rata! Mirándola, le arrebató su cola y le habló con un tono duro.
—¡¿Quieres sentarte y cerrar la boca?!
El grito de Ratigan envió a Olivia volando hacia atrás, derribándola junto con un taburete y chocando contra la orilla del dirigible. Ratigan se volvió y vio de repente la bandera británica ondeando frente a él, bloqueando su camino. Fidget se encogió de miedo sabiendo que estaban en grandes problemas.
Basil, Ladybug, Chat Noir, Dawson y Hiram habían construido un globo aerostático con la bandera británica, los globos y una caja de fósforos que, afortunadamente, encontraron cerca de donde ellos estaban. Ratigan miró colérico a sus enemigos, dio media vuelta al dirigible y ordenó a gritos a Fidget que pedaleara más rápido.
—¡Propulsión, amigos! —indicó Basil a sus amigos
Dawson y Hiram desataron el nudo de un globo y soltaron el aire. Basil miraba al frente, sujetándose con fuerza al globo con una sonrisa triunfante en su rostro y una feroz determinación en sus ojos mientras la persecución comenzaba. Ladybug iba abrazada a Basil y también tenía una mirada de determinación en su rostro. Chat Noir iba sujetado al otro lado del globo, mirando desafiante al dirigible que se alejaba.
Las dos aeronaves se movían de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo, a toda velocidad, volando entre los tejados y las chimeneas de Londres, rodeando la estatua de Lord Nelson. Tomaron más altura, llevando su persecución hacia el cielo. Ratigan miró hacia atrás con frustración, sus adversarios todavía iban detrás de él, pero estaba decidido a no rendirse tan fácilmente. Se dirigió hacia el Puente de las Torres, con la esperanza de perderlos allí mientras el dirigible pasaba debajo del enorme puente con facilidad gracias a que Fidget pedaleaba con todas sus fuerzas. Chat Noir miró horrorizados el enorme puente, en cambio Basil sonreía ampliamente, al igual que Ladybug, sin una pizca de preocupación. A medida que el puente levadizo se acercaba más y más, Chat Noir se soltó cubriéndose la cabeza con las manos a la espera del impacto. Pero para su alivio eso nunca pasó; abrió los ojos y miró sobre su hombro el puente que lograron pasar sin problemas alejándose.
Mientras tanto, Fidget continuaba pedaleando rápido, pero comenzó a disminuir la velocidad porque había usado demasiada energía, incluso los sentimonstruos podían agotarse. Jadeaba y tosía a causa del cansancio y la lengua le colgaba de la boca. Ratigan volvió la cabeza hacia él, molesto porque su secuaz había frenando. Fidget subió a bordo y señaló a Olivia y explicó a la vez que trataba de recuperar el aliento.
—Debemos aligerar el peso —dijo el sentimonstruo jadeante
—¡Ah! ¿Quieres aligerar el peso? —preguntó Ratigan "casualmente", aunque en realidad se podía detectar el sarcasmo en su voz y movimientos.
—¡Sí, sí, sí, sí, sí!
Fidget rio creyendo que su jefe captó su mensaje, pero el profesor lo tomó de las orejas a la vez que decía:
—¡Excelente idea!
Y sin más, arrojó a Fidget del dirigible.
—¡No! ¡No! ¡Yo no! ¡Yo no! —suplicó el murciélago aleteando inútilmente para mantenerse en el aire—¡Yo no! ¡No puedo volar! ¡NO PUEDO VOLAR!
Fidget cayó en picada. Estaban sobre el rio Támesis, a pesar de caer en agua, la altura sería suficiente para matar al murciélago. Los cinco ratones pasaron por donde caía el sentimonstruo; Ladybug no sabía porqué, tal vez por lástima, quien sabe, pero se separó de Basil yendo al otro extremo del globo aerostático donde estaba Chat Noir, sacó su yoyo y lo arrojó hacia el murciélago. El arma se enredó en la pata de palo y en cuanto sintió el tirón de la captura, jaló con todas sus fuerzas el yoyo haciendo subir a Fidget. En cuanto el sentimonstruo se sujetó a la orilla del globo aerostático entre ella y su compañero lo subieron.
—¿Me salvaste? Te lo agradezco mucho, pero ¿por qué? —preguntó confundido Fidget
—Lo mismo me gustaría saber —preguntó Chat Noir mirando con una ceja arqueada a su compañera
Ella hundió los hombros antes de responder.
—Supongo porque me diste lástima. Y porque sé que en realidad no eres malo, Ratigan te obligó hacerlo
El murciélago iba a decir algo más, pero en cuanto la mano de la catarina-roedora guardó el yoyo, Fidget sintió una punzada en su pecho comprendiendo enseguida de lo que ella decía. El sentimonstruo volvió a agradecerle a la heroína esta vez con un fuerte abrazo, tan fuerte que no dejaba respirar a la joven.
En el dirigible, Ratigan se sentó en los pedales de la hélice y empezó a pedalear con todas sus fuerzas. Gracias a ese momento de inmovilidad, el globo aerostático estaba casi encima del dirigible. Basil se paró en la orilla del globo aerostático, preparándose para saltar. Ladybug, aún tratando de quitarse al exageradamente agradecido Fidget, vio al detective y se preocupó; no podía dejar que Basil se enfrentara a Ratigan solo.
—¡Fidget, ya entendí! ¡Sí, de nada! ¡Estás a salvo! ¡Ahora, por favor, suéltame ya! ¡Tenemos que parar a Ratigan!
—¡¿Qué?! ¡No, no, no! ¡No lo hagan! ¡Es muy poderoso!
—¡Fidget, YA SUÉLTAME!
Por fin Ladybug logró quitarse al murciélago de encima, pero en consecuencia del forcejeó, el sentimonstruo jaló con demasiada fuerza la capa Inverness de la joven al tratar de detenerla que rompió el bolsillo donde estaba guardada la varita y terminó en manos de Fidget. Antes de que el murciélago pudiera advertirle a la catarina-roedora, Ladybug abrazó a Basil lista para ir con él tras Ratigan.
—¡Así! ¡Eso es! —indicó el detective para que mantuvieran firme el globo aerostático.
—¡Espera, Ladybug! —advirtió Fidget, pero fue demasiado tarde
Ella y Basil saltaron del globo aerostático al dirigible de Ratigan. A pesar de estar abrazados, Basil y Ladybug pusieron sujetarse a la cola del dirigible con la mano libre rasgándola y sus piernas colgando casi golpeando la cabeza de Ratigan, pero el profesor se agachó justo a tiempo. El malvado profesor miró a sus enemigos con una sonrisa triunfante y ellos a la rata con furia.
De pronto Olivia gritó, atrayendo la atención de los mayores. Ratigan miró al frente y su sonrisa desapareció dejando paso a un grito de horror. ¡Iban directamente hacia el Big Ben! Como nadie estaba al timón no había manera de girar el dirigible, por lo que la aeronave terminó estrellándose contra una de las caras del reloj.
Chat Noir, Dawson, Hiram y Fidget miraban asustados e impotentes los restos del dirigible colgado y oscilando en el agujero del reloj. No había rastros de nadie. Ni Olivia, Ni Ratigan, Ni Basil... Ni Ladybug. El globo aerostático se acercó al Big Ben; Chat Noir sacó su bastón, lo extendió y se preparó para saltar hacia el mayor monumento de Reino Unido.
—Oye, chico —llamó Fidget—. Espera, que... ¿qué haces? —el héroe saltó, con ayuda de su arma, al agujero del reloj—. ¡No!
Chat Noir fue detenido abruptamente a mitad del camino por un campo de energía semitransparente negro-morado que lo arrojó de vuelta al globo aerostático. Los dos ratones y el murciélago ayudaron al felino-roedor a volver a subir.
—¿Qué carajos fue eso? —exclamó el héroe desconcertado
—Era lo que trataba de advertirte —contestó el sentimonstruo—. El poder de Ratigan crece conforme a sus emociones. En este momento esta completamente enloquecido de furia, con el objetivo obsesivo de matar a Basil y a Ladybug de una vez por todas, por lo que su poder creó un campo de energía en las caras del Big Ben para que absolutamente NADIE interfiera.
—¡¿QUÉ?! ¡¿Entonces ¿Basil, Ladybug y Olivia están solos contra esa rata demente?!
—Lamentablemente, sí. Lo único que nosotros podemos hacer es esperar y observar
Chat Noir dejó caer su bastón al suelo del globo, se llevó las manos a la cabeza y gritó en señal de frustración e impotencia. Dawson, Hiram y Fidget miraban preocupados el agujero del reloj, deseando que sus amigos estuvieran a salvo.
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L...
Lady...
«¿Qué...? ¿Qué pasa?»
Ladybug...
«Esa voz... me parece familiar...»
Alex
La joven lentamente abrió los ojos topándose de inmediato con unos ojos de color verde que la miraban con preocupación, pero esta dejó paso al alivio y felicidad.
—Alex, gracias al cielo. Despertaste —dijo en un susurro Basil puesto que estaba llamando a la joven por su nombre real—. ¿Estás bien?
—Sí —respondió ella sentándose con ayuda del detective—. Que horrible aterrizaje ¿tú estás bien?
—También.
—¿Dónde está Olivia?
—No lo sé. Tampoco estaba Ratigan cuando desperté. Debe estar oculto en alguna parte con la niña cautiva. —el ratón se frotó el cuello—. Nos fue bien a pesar de haber aterrizado en el mecanismo del Big Ben...
—¡¿Qué?!
Ladybug se incorporó de un salto y miro su alrededor. ¡Efectivamente, estaban en el interior del Big Ben! Eso puso en alerta a la heroína: La batalla final comenzó.
Ambos ratones observaron su entorno en busca de Olivia y Ratigan. Ladybug sabía que el profesor los atacaría por detrás, pero si se cubrían la espalda este nunca se dejaría ver y por ende tampoco Olivia. Estuvieron en silencio unos segundos inspeccionando el mecanismo del reloj; de las sombras salió Ratigan sosteniendo a Olivia con la mano derecha y con esa misma tapándole la boca. Levantó su mano izquierda listo para atacar a sus enemigos por sorpresa. Olivia logró quitarse la mano de la rata de la boca y gritó:
—¡Basil! ¡Ladybug! ¡Cuidado!
Los dos enseguida voltearon. Ladybug iba a defenderse, pero Basil la empujó a tiempo de evitar el ataque de Ratigan. El profesor golpeó al detective en el rostro derribándolo y rodando sobre el engranaje, casi caía de no ser porque se sujetó a tiempo de la orilla. Ratigan se acercó a su rival indefenso y lanzó otro ataque; pero este nunca llegó porque Ladybug se puso en medio y atrapó el puño del malvado profesor.
—Creo que se acabo tu "poder milagroso", niña —se burló Ratigan empujando a la joven con todas sus fuerzas haciendo que sus pies se arrastraran hacia atrás
—Yo no lo creo —respondió la heroína, pisando firme deteniéndose y regresando el empujón a su adversario—. No será un piquete de abeja, pero sí una manita de puerco*
Ratigan miró suspicaz a la joven ¿Qué quiso decir con eso? Olivia comprendió de inmediato. Al mismo tiempo Ladybug torció el brazo del profesor y la niña le mordió la mano que seguía sujetándola. Ratigan gritó de dolor, dándole a Basil la oportunidad de subir al engranaje, pasó junto a la heroína, agarró la capa del profesor, se subió a los engranajes que estaban detrás de la rata y enredó la capa entre dos engranajes.
Ratigan comenzó a ahogarse, eso lo hizo dejar caer a Olivia para agarrar el broche de su capa. Ladybug recuperó a la pequeña.
—¿Estás bien? —preguntó la heroína
—Sí, estoy... ¡cuidado! —gritó Olivia
Fue muy tarde, Ratigan levantó una mano y atacó a Ladybug con su poder por la espalda, arrojándolas del engranaje. Ambas aterrizaron en un engranaje mucho más grande, conectado a otro que las aplastaría en cuestión de segundos. Olivia se levantó y fue por Ladybug, pero la heroína no reaccionaba, el ataque de Ratigan también impactó contra su cabeza haciendo que perdiera el conocimiento.
—¡Ladybug! ¡Despierta! —llamaba la niña a su amiga, sacudiéndola tratando de despertarla—. ¡Despierta , por favor!
La joven despertó entre jadeos de dolor. Se incorporó tocándose la cabeza lastimada. Un ruido metálico llamó su atención, Ladybug levantó la mirada y vio con horror los dientes de engranaje que se acercaban y las aplastarían.
Ver que el engranaje donde estaban las chicas hacía sus últimos giros hizo que Basil corriera rápidamente y saltara del engranaje donde él estaba, abandonando a su suerte y atrapado a su rival. Aterrizó en una palanca provocando que su peso la empujara hacia abajo y la cadena de al lado subiera, afortunadamente hacia donde estaban las chicas.
Ladybug escuchó un ruido de cadena, miró a su derecha y sonrió al ver la cadena moverse ¡estaban salvadas! Rápidamente cargó a Olivia y se detuvo en la orilla del diente de engranaje.
—¡Ladybug!
—Tranquila, Olivia. Solo espera unos segundos más
Basil vio a las chicas en la orilla del diente de engranaje y el otro casi encima de ellas. Levantó la mano izquierda hacia ellas. ¡Ahora! Antes de que los engranajes chocaran, la joven saltó extendiendo su brazo derecho hacia el detective, ambos agarraron la mano del otro a tiempo. Basil tiró y Ladybug subió abrazando al detective por el cuello con el brazo derecho.
—¿Están bien? —preguntó Basil, abrazando con fuerza a la heroína de la cintura con su brazo izquierdo
—¡Sí! —gritó feliz Olivia
—¿Ladybug?
—Sí. —ella respondió—. Mi héroe
Ladybug lo había dicho con un tono juguetón y bromista, pero las palabras eran reales y su sonrisa lo demostraba. Basil también sonrió a la joven captando el doble sentido de sus palabras. Olivia, sujetándose firmemente al cuello de la heroína, miraba feliz la interacción entre los mayores.
«¡Se ven lindos juntos! Parece una escena sacada de un cuento de hada donde el caballero rescata a su damisela!» pensó dulcemente Olivia
Llegaron a una columna, saltaron y corrieron hacia la salida. Basil sujetaba a las chicas de sus manos (Olivia a su izquierda y Ladybug a su derecha) guiándolas.
Abajo, Ratigan seguía tratando de liberarse de su propia capa, sin asfixiarse en el proceso. Miró hacia arriba y vio a tres individuos escapar a la vez que un rayo brillaba iluminando sus sombras a través de la pared. Había luchado por años contra los instintos salvajes comunes de su especie para hacerse un lugar en el mundo de los ratones, pero desde que Basil y él, Ratigan, se volvieron enemigos la furia amenazaba con dejar salir ese lado primitivo suyo. Pero ahora... ese detective de segunda junto con esa chiquilla entrometida con complejo heroico arruinaron todo. Años forjando su porte y elegancia de un caballero inglés se fueron al demonio por culpa de esos dos y ahora lo pagarían con sus vida.
Su lado salvaje se liberó. Sus ojos llenos de furia también reflejaban su locura y sed de venganza y sangre. Partió el broche de su capa a la mirad, liberándose, y enloquecido fue tras esas pestes que merecían morir. Se puso a cuatro patas, sus garras atravesaron las puntas de sus guantes; sus manos crecieron de tamaño arrancándose los guantes por completo. A medida que su fuerza crecía ligeramente, su cuerpo también haciendo que su ropa se desgarrara casi por completo. Gruñendo como la rata que realmente era, corrió tras ellos...
Basil, Ladybug y Olivia salieron del reloj, llegando al borde de la torre. La lluvia se hacía fuerte y una densa niebla cubría la base del Big Ben. La heroína miró sobre su hombro preocupada; era la parte donde Ratigan se había liberado y recorrida los engranajes del reloj a cuatro patas, como la rata que era, con la intención de asesinar a Basil y ahora a ella.
«Hablando de El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde»
—¡Ladybug!
Los tres ratones levantaron la mirada y vieron acercarse el globo aerostático. Basil miró sobre su hombro, sabiendo que no tenían mucho tiempo para escapar; se volvió hacia Olivia, la cargó y la levantó hacia el globo. Los pasajeros de la aeronave comprendieron de inmediato; Flaversham se paró en la orilla y Dawson sujetó al juguetero por el nudo de su delantal y entre Fidget y Chat Noir agarraron al médico sujetándose ellos al globo.
—¡Mas cerca, amigos! —pidió Basil, estirándose lo más que podía par acercarles a la niña—. ¡Más cerca! ¡Más cerca!
Ladybug miró el globo y después el interior del Big Ben. Era consciente de lo que sucedería a continuación, pero si las cosas se ponían peor a como pasó en la película, no dejaría que Ratigan dañara a Basil o peor, lo matara. Con esa determinación, sacó su yoyo.
—¡Lucky Charm! —activó su poder y en su mano cayó...—. ¡¿Una llave inglesa?! ¡Ay, por favor!
Unos gruñidos se aproximaban, resolvería el asunto después. Guardó la herramienta en el bolsillo interior de su saco (su traje cambió de nuevo), lanzó su yoyo hacia el globo enredándolo en la caja de fósforos y empezó a tirar; comenzó a llover y eso hacia que el globo se alejara.
—¡Papi, no te alcanzo! —exclamó Olivia, estirando su mano lo más que podía—. ¡No te alcanzo!
En ese momento llegó Ratigan y embistió a Basil y Ladybug. El detective soltó a Olivia haciendo que la niña volara por los aires, afortunadamente Flaversham alcanzó a su hija a tiempo y la puso a salvo. Padre e hija se abrazaban felices, pero su felicidad se interrumpió cuando Chat Noir gritó los nombres de sus amigos a la vez que recuperaba el yoyo de la joven que se había quedado enredado en la caja de fósforos.
Ladybug, Basil y Ratigan caían rodando por la pared de la torre. En el forcejeo, el detective y la joven trataron de quitarse al profesor de encima, pero la rata los sujetó con fuerza de la cintura a ambos y ellos trataron de sujetarse a la pared, pero entre la pared húmeda y el peso de Ratigan no pudieron frenar la caída. La pared se terminó y cayeron más; Ratigan vio las manecillas del Big Ben, por lo que agarró de la cintura de nuevo a sus rivales y los colocó debajo de él para amortiguar su caída. El impacto de la caída ocasionó que los tres se separaran, Basil cayó en el borde de la aguja horario. Su visión se volvió borrosa por un segundo, se recuperó y se dio cuenta de dónde estaba. Jadeó asustado, se levantó y se alejó de la orilla recargándose en la aguja.
—Eso estuvo cerca —murmuró el detective mirando el borde de la aguja—. ¿Estás bien, Ladybug? —no obtuvo respuesta, miró al otro lado descubriendo con horror que estaba solo—. ¿Ladybug? ¡Ladybug!
—¡Basil, por aquí! —llamó con todas sus fuerzas Dawson a su amigo.
Al principio el detective ser alegro de verlos, pero su sonrisa desapareció al ver que la joven no estaba con ellos ¿entonces dónde estaba?
—¡Basil, Ladybug necesita tu ayuda! —gritó Chat Noir—. ¡Cayó al otro lado de la aguja y Ratigan también! ¡No podemos ayudarlos! —para probar esa parte, el joven lanzó el yoyo de su lady y el arma impactó contra el campo de energía
Un grito de mujer hizo que todos voltearan hacia su origen. ¡Ladybug! Rápidamente, Basil fue al rescate de la joven.
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Aún con sus poderes, esa caída había sido dolorosa. Lentamente se puso en pie, comprobando que en efecto no se rompió nada y buscó con la mirada al detective.
—¡Basil! —llamó la joven
De pronto escuchó pasos detrás de ella, dio media vuelta esperando encontrarse con el ratón, pero para su horror era Ratigan. Ladybug gritó al ver a la rata, nunca se había asustado ante la imagen amenazante del profesor, ni siquiera cuando era pequeña; pero ahora...
«Por algo dicen "la realidad supera la ficción"»
También podía deberse a que estaba en una situación peligrosa. Le dio la espalda y corrió hacia el otro lado huyendo de la rata, pero Ratigan dio un gran salto cortándole el paso a la joven. Ladybug retrocedió asustada intentando no caerse a causa del húmedo piso.
—¿Qué ocurre, mocosa? ¿A dónde se fue esa valentía y altanería? —preguntó con burla Ratigan, acercándose amenazadoramente a ella—. ¿No se suponía que los superhéroes no se asustan? —sutilmente, Ladybug metió una mano en su bolsillo en busca de su varita, pero sus orejas palidecieron al no encontrarla. Debió caerse en el globo cuando Fidget trató de detenerla—. ¿O será que no eres quien presume ser, que quien hace en realidad todo el trabajo es tu mascotita y tú solo te llevas el crédito? —La heroína no se molesto en buscar su yoyo, lo perdió cuando Ratigan los atacó quedándose enredado en la caja de fósforos del globo—. ¿O finalmente reconoces que no podrás salir con vida de esta?
El pie de Ladybug que retrocedía, regreso al frente. La joven miró desafiante a la rata; es cierto, reconocía que estaba asustada como nunca lo había hecho en las miles de veces que vio The Great Mouse Detective porque a diferencia de ver todo desde una pantalla, ella lo estaba viviendo. A pesar de ser en su tiempo una película infravalorada, «Clásico Olvidado de Disney», reconocía la maldad y peligro del profesor Ratigan, mismas que no bastarían para intimidarla. La heroína adoptó una pose de combate, le mostraría a esa rata de alcantarilla lo que era capaz de hacer. El profesor sonrió malignamente, rayando en la locura. ¡Oh, como iba a disfrutar eso! Al mismo tiempo, Ladybug y Ratigan se abalanzaron contra el otro.
La catarina-roedora se agachó a tiempo a esquivar el zarpazo de la rata y dándole un fuerte golpe en el estómago; Ratigan se dobló hacia adelante a causa del dolor permitiéndole a Ladybug darle un fuerte uppercut a su oponente lanzándolo lejos. Aprovechando el aturdimiento de su oponente, la heroína fue hacia él y le propicio una serie de golpes directos en el rostro y abdomen. Estaba por darle con el puño izquierdo, cuando el profesor detuvo el impacto sujetando su mano; apretó el puño de ella con fuerza logrando que cayera de rodillas a causa del dolor. Sacó las garras de su mano libre y le dio un golpe directo en el rostro rasguñando casi por completo el lado derecho del rostro de la joven. La soltó y le dio otro zarpazo, ahora con la mano derecha dándole en el mentón y arrojándola lejos de él.
Ladybug aterrizó boca abajo, se puso a cuatro patas y en ese momento Ratigan la atacó por detrás arañando su espalda rasgando su ropa. La heroína sentía correr la sangre por las heridas que el profesor le estaba causando. Un nuevo zarpazo la arrojó hacia unos de los detalles sobresalientes de la manecilla. No habían sido muchos golpes, pero la diferencia de fuerza entre una ratona y una rata era mucha por lo que daba sentido a que Ratigan lograra herirla tan rápido y fácil. El profesor se abalanzó de nuevo contra su presa, la joven se cubrió la cabeza con los brazos; el ataque de la rata nunca llegó porque algo, o mas bien alguien, saltó desde el detalle de la manecilla, detrás de Ladybug, y le dio un golpe limpio y directo en el rostro al villano arrojándolo lejos de ellos.
—Una rata siempre será una rata, sin importar lo refinado que sea —dijo Basil desafiante a su enemigo. Dio me vuelta y fue con la joven—. ¡Ladybug! ¿Estás bien?
—¡Basil! —chilló emocionada la joven, abrazando al detective—. Ahora lo estoy —respondió separándose un poco de él
—Vamos, salgamos de aquí
Basil ayudó a Ladybug a levantarse y treparon "la pared" de la manecilla. Bajaron al otro lado con cuidado y vieron a sus amigos esperándolos flotando a unos metros de ellos. Solo dieron un paso cuando Ratigan apareció por detrás y con un brazo agarró a los dos del cuello estrangulándolos. Levantó el otro brazo para atarlos, pero Ladybug mordió el brazo que los aprisionaba a ella y a Basil. El profesor los soltó a causa del dolor y los dos corrieron, pero mientras trepaban Ratigan saltó sobre ellos y les cortó el paso.
—¡No escaparán está vez, Basil y Ladybug! —amenazó el profesor mientras los dos ratones daban media vuelta huyendo de él.
Una vez más Ratigan saltó sobre ellos y les cortó el paso. Un trueno sonó a la vez que sacaba de nuevos sus garras, golpeó a Ladybug en el rostro, ocasionándole nuevos cortes, mandándola a volar lejos de Basil. La joven rodó por la aguja horario hasta el borde y casi caía de no ser porque se sujetó del borde a tiempo.
—¡Ladybug! —gritó Basil
Corrió a ayudarla, pero de nuevo Ratigan le cortó el paso. El detective retrocedió, teniendo cuidado de no dirigirse al otro borde de la aguja; el profesor dio un zarpazo al abdomen del detective rasgando su ropa. Basil retrocedió, pero ese instante de distracción ayudó a la rata para propiciarle un uppercut a su rival lanzándolo lejos. Ladybug subió y vio con horror a Ratigan atacar sin piedad a Basil; la rata estaba por darle un zarpazo al ratón por la espalda, pero la catarina-roedora lo detuvo subiéndose a su espalda y rodear con sus brazos el cuello del villano.
—¡Déjalo en paz, bravucón! —exclamó la joven, sujetándose con fuerza para que Ratigan no pudiera quitársela de encima tan fácilmente
—¡Ladybug! —exclamó Basil, levantándose
—¡Corre!
—¡¿Qué?!
—¡Que corras! ¡Yo lo detengo!
—¡¿Estás loca?! ¡No te voy a dejar!
—¡Aw, que ternura! —se burló Ratigan—. ¡Los dos juntos POR ÚLTIMA VEZ!
Levantó un brazo hacia Ladybug, clavando sus garras en el hombro de la joven, se la quitó de encima y la lanzó hacia Basil. El detective ayudo a la heroína a ponerse de pie, al hacerlo vio a Ratigan ir hacia ella con su garra en alto; la abrazó y dio media vuelta recibiendo el ataque por ella. Pero al momento del golpe, una luz rosa se desprendió haciendo que el profesor saliera volando lejos de ellos.
—¡Basil! —gritó asustada Ladybug al ver que el detective recibió el ataque en su lugar
—Ahora entiendo porque el Magical Charm apareció en mi espalda —comentó el ratón con la intención de aligerar la tensión
—Basil...
El detective iba a soltarla, pero de repente recibió otro ataque por la espalda arrojándolos a ambos hasta el borde de la aguja. Basil estuvo a punto de caer de no ser porque Ladybug lo atrapó a tiempo. La joven iba a subirlo, pero el detective gritó en advertencia. La heroína miró sobre su hombro y antes de sentir un intenso dolor en su espalda vio unas grandes garras dirigirse hacia ella. Los zarpazos continuaron contra la espalda de la joven, pero sin importar el dolor ella no soltaba al detective.
En el globo Chat Noir lanzaba el yoyo con todas sus fuerzas a la vez que lágrimas de frustración e impotencia recorrían sus mejillas; su lady estaba en peligro de muerte y él no podía hacer nada para ayudarla gracias ese maldito campo de energía.
Las garras de Ratigan estaban cubiertas de sangre. Respiraba agitadamente viendo encolerizado e impresionado al ver la resistencia de Ladybug a sus ataques, en ningún momento su agarre a Basil flaqueó. El detective en todo el ataque le dijo a la joven que lo soltara y se salvara, pero ella no lo escuchó.
—Ladybug
—No te voy soltar. Ratigan no ganará
El profesor rio ante las palabras de la incrédula heroína.
—Creo que la pérdida de sangre afectó tu cerebro. ¡En la posición en la que se encuentran nunca podrán ganarme!
—Nunca digas nunca... rata
La furia regresó al rostro de Ratigan al escuchar esa palabra. Levantó su garra para atacar de nuevo, pero algo rojo con negro lo golpeó con fuerza en la entrepierna. El profesor se encogió de dolor y recibió ese mismo impacto rojo con negro en el rostro aturdiéndolo momentáneamente; Ladybug vio que se había salido de su saco el Lucky Charm, a pesar de los ataques pudo alcanzar la llave inglesa con su cola y ocultarla entre su ropa rasgada y en cuanto tuvo la oportunidad atacó al villano con esta. Con su cola guardó la llave inglesa, no podía perder su Lucky Charm.
Ahora que el profesor estaba momentáneamente fuera de combate los dos podían huir. Ladybug intentó subir a Basil, pero gracias al ataque de Ratigan la heroína se quedo sin fuerzas. Escucharon gemidos junto a ellos, se les agotaba el tiempo. La catarina-roedora miró su entorno descubriendo el globo a unos metros por debajo de la aguja horario, cerca de la punta y eso le dio una idea; tal vez solo se necesitaba a uno para derrotar a Ratigan y el otro permanecer a salvo.
Miró a Basil con cariño. El detective al verla tuvo un mal presentimiento, esa mirada parecía ser de... despedida.
—¿Alex? —susurró el ratón detective
—Basil. Muchas gracias por todo, por esta gran aventura, la cual me ayudó a darme cuenta que parte de lo que soy ahora es gracias a ti
—Alex
—Cuando la misión termine... le entregarás mi Miraculous a Chat Noir o directamente a Su-Han
—¡No!
Con las pocas fuerzas que le quedaban, Ladybug comenzó a balancear a Basil. El detective se sujetó con fuerza para evitar soltar a la joven, pero ella empezó a soltarlo.
—¡Chat Noir! —llamó la heroína
El felino-roedor vio directamente a los ojos de su compañera comprendiendo de inmediato lo que quería hacer; odiaba cuando tomaba esa postura suicida, pero al final siempre funcionaban para derrotar al villano akumatizado en turno.
Sucedieron varias cosas a la vez: Ratigan se recuperó de su agonía y se abalanzó contra Ladybug, unos segundos antes de que la rata atacara a la catarina-roedora ella soltó al ratón detective lanzándolo por los aires en dirección al globo. Chat Noir lanzó el yoyo y esta vez atravesó el campo de energía permitiéndole así atrapar a Basil en el aire y subirlo al globo.
El profesor dio un zarpazo a la heroína enviándola a la punta de la aguja horario. Ladybug se sujetó al borde con todas sus fuerzas. El Big Ben sonó, la joven miró la hora; faltaban unos segundo para las diez de la noche. Ratigan se paró en el borde de la manecilla viendo con superioridad a la indefensa chica que colgaba por su vida.
—Se terminó la buena suerte milagrosa de la catarina —dijo el profesor
Ratigan levantó una garra, Ladybug cerró los ojos a la espera del golpe. El profesor dio el zarpazo haciendo que la joven se soltara y cayera. Basil y Chat Noir extendieron los brazos para atraparla ya que caía hacia sus dirección, pero el viento sopló provocando que el globo se alejara y Ladybug no pudiera alcanzarlos.
—¡NO! —gritaron todos en el globo
El propio Ratigan casi no se lo podía creía ni tampoco Papillombre, pero una sonrisa cruel se extendió por el rostro de ambos. El profesor saltó y se rio maníacamente a la vez que los rayos resonaban.
—¡HE TRIUNFADO!
—¡NADA DE ESO!
El festejo de Ratigan se interrumpió. Miró por el borde de la manecilla hacia abajo y sintió que sus ojos se saldrían de sus cuencas al ver a Ladybug sujetándose con una mano de la hélice de su dirigible destruido y con una gran sonrisa. ¿Acaso no podía morirse esa chiquilla entrometida?
—¡El juego no una terminando aún! —exclamó la heroína.
Ladybug metió su mano libre al bolsillo de su pantalón y de este sacó una campana de mano, la levantó para que todos la vieran y la tocó.
—¡¿QUÉ?! —bramaron a la vez Papillombre y Ratigan, este último revisando el bolsillo de su chaleco desgarrado.
¡Ese era el objeto que contenía el akuma y el amok ¿en qué momento esa mocosa se lo había robado?! Irónicamente, no tuvieron tiempo para responder esa duda porque justo a tiempo el Big Ben marcó las diez en punto y sus campanadas comenzaron a sonar. Las vibraciones hicieron que Ratigan perdiera el equilibro y cayera del borde de la manecilla.
—¡PATAAAAAAAN! —gritó Ratigan cayendo directamente hacia Ladybug, sino pudo derrotarlos a ambos, al menos se llevaría a uno con él.
—Oh, oh —dijo Ladybug, había olvidado ese detalle de la película
Guardó la campana y rápidamente trepó por la hélice, pero solo había logrado sostenerse con ambos brazos cuando Ratigan la agarró por los pies haciéndola bajar. La fuerza de la caída del profesor, más el peso de ambos roedores, hicieron que las cuerdas del dirigible se rompieran y la hélice se separó del resto de la aeronave haciéndolos caer a ambos.
—¡LADYBUG! —gritaron Basil y Chat Noir
Los cinco ratones y el murciélago en el globo aerostático, vieron con impotencia y horror cómo Ratigan gritaba y caía junto con Ladybug, que llevaba consigo la hélice del dirigible roto. Bajaban, bajaban y bajaban, hasta que ambos desaparecieron en la pesada niebla.
El Big Ben seguía dando sus campanadas, los seis pasajeros miraron por la orilla del globo hacia abajo, a la espera de las catarinas mágicas del Miraculous Ladybug salvando a la joven heroína porque ella llevaba su Lucky Charm ¿cierto? Pero nada pasó, lo único que había era la densa niebla cubriendo el suelo y la base del Big Ben; por primera vez uno de los villanos akumatizados logró su cometido impuesto por Papillombre: eliminar a Ladybug.
Olivia abrazó a su padre y comenzó a llorar por su amiga, la chica que se había convertido en una hermana mayor para ella. Fidget se quitó su sombrero en señal de respeto y Dawson hizo un saludo militar. En cuanto a Basil y Chat Noir, ninguno de los dos apartaba la mirada por donde cayó Ladybug.
El joven apretó con fuerzas sus puños, donde descansaban el yoyo y la varita (el murciélago se la entregó al chico después del choque contra el reloj) de su lady. No, no, no ¡NO! ¡Esto no podía estar pasando! ¡ESTO NO PODÍA SER REAL! ¡Él y ella habían logrado superar todo tipo de peligros, tanto los villanos de Papillombre como los mortífagos y al mismísimo Lord Voldemort! ¡¿cómo era posible que Ladybug encontrara su final en una película de Disney?! Las lágrimas comenzaron a salir y recorrer las mejillas de Chat Noir, de repente algo que Ladybug le dijo al inicio de esa aventura cruzó su mente:
Ya entendiste que la historia no es "tan infantil" como creíste, pero eso no quita que sigue siendo clásico de Disney. No importa lo que suceda, que tan mal se vean las cosas, el héroe siempre se salva y triunfa.
—Mentirosa —murmuró el joven, pero los demás lo escucharon—. ¡Mentirosa! —bramó entre llantos el dolido héroe—. ¡Me dijiste que sin importar lo que sucediera, que tan mal estuvieran las cosas, nos salvaríamos y triunfaríamos! ¡Conocías hasta el más mínimo detalle de la situación y pudiste evitarlo! —empezó hablar en español no solo para no revelar eso, sino porque era la lengua materna de Ladybug—. ¡Pero no, la señorita, con su enorme complejo heroico, tenía que sacrificarse! ¡¿POR QUÉ SIEMPRE TIENES QUE SER UNA EGOÍSTA DEMENTE?! —y por fin rompió en llanto.
Basil seguía inmóvil viendo el vacío; entendió cada palabra dicha en español por el joven, pero eso no le sorprendió gracias a las revelaciones de Ratigan, y en algunas partes estaba de acuerdo con él, pero lo único que le importaba ahora era que de nuevo, por culpa del malvado profesor, perdió a la persona que más quería en el mundo. Sí, a pesar de llevar poco tiempo juntos (el hecho de conocerse fue más que nada por tratarse de un trabajo en conjunto) Basil volvió a experimentar el amor, pero más allá del tiempo-espacio y especies. El detective también rompió en llanto. ¿Acaso nunca podría ser feliz? ¿Era necesario que como último acto maligno de Ratigan hacia él fue llevarse a Ladybug?
De repente un ligero chirrido se escuchó a pesar de las campanadas del Big Ben. Olivia fue la primera en escucharlo, se separó del abrazo de su padre para echar un vistazo a la orilla del globo. Basil y Chat Noir fueron los segundo en escuchar el débil chirrido. Todos se asomaron al borde del globo.
Abajo, surgió una hélice, quien lo conducía... ¡era Ladybug! Pedaleaba a toda velocidad como si no hubiera un mañana, subiendo lentamente como un helicóptero. Miró aliviada hacia abajo después de escapar de una espantosa caída que habría acabado con su vida. Miró hacia arriba, al escuchar los gritos de júbilo de sus amigos.
—¡Ho, ho! ¡Miren! —exclamó Dawson feliz—. ¡Es nuestra amiga, nuestra gran amiga!
Fidget giró de emoción sacudiendo al aire su boina.
—¡Que bien, es Ladybug! —chilló feliz Olivia saltando a los brazos de su padre
—¡Bravo! —vitoreó Hiram abrazando con fuerza a su hija
Basil y Chat Noir veían a Ladybug acercarse a ellos con una gran sonrisa a pesar de sus heridas, sangrando y su ropa rasgada. La joven llegó al globo, el detective y el joven se levantaron y apartaron para darle paso a la joven. Rápido la catarina-roedora saltó de la hélice a la aeronave ayudada por los dos silenciosos ratones.
—¡Ladybug! ¡Estás viva! —exclamó Olivia abrazando a la joven—. ¡Tus poderes realmente son milagrosos!
—Sí que lo son —concordó la heroína, tragándose sus quejidos de dolor
Hiram se dio cuenta de las reacciones de la chica, así que apartó con cuidado a su hija diciéndole que tuviera cuidado con la joven por sus graves heridas. Dawson también abrazó a la joven, pero él con cuidado; enseguida la examinó rápido determinando que debían regresar a Baker Street lo más pronto posible para curar sus heridas o estas se infectarían, a lo que ella estuvo de acuerdo. Fidget también abrazó a la joven, pero sin delicadeza, por lo que el médico y la niña regañaron al murciélago por no tener cuidado.
Los únicos que faltaban eran Basil y Chat Noir. El primero en hacerlo fue el felino-roedor; olvidando por completo la condición de su compañera, la abrazó con fuerza como si en cualquier momento fuera a desaparecer. Olivia y Dawson iban a decirle algo al chico, pero Basil les hizo un gesto con la mano para que no interrumpieran. El joven rompió el abrazo, colocando sus manos en los hombros de ella y entre llantos habló:
—Hasta que no me provoques un infarto no vas a estar feliz ¿cierto?
—Siento mucho preocuparte así. A pesar de saber todo, actúe sin pensar
—Como siempre. —los jóvenes volvieron a abrazarse—. Eres una loca
—¿En serio? —Ladybug se separó un poco de Chat Noir sin romper el abrazo—. Creo que me queda mejor «egoísta demente» ¿no crees? —Las orejas del felino-roedor primero palidecieron y después se sonrojaron. Él iba a decir algo, pero la catarina-roedora le ganó—. A pesar de ser ratones, estoy segura de que esos gritos se habrán escuchado por todo Londres
Chat Noir se paso una mano por la nuca avergonzado. De repente recordó algo y adoptó una postura más seria.
—Por cierto, antes de que los dos cayeran a las manecillas con Ratigan invocaste tu Lucky Charm y me pareció que lo usaste contra esa rata ¿dónde está? ¿No me digas que se te cayó o...?
—Tranquilo, aquí esta —respondió Ladybug sacando la llave inglesa del bolsillo de su pantalón—. Y antes de que me regañes por no usarlo para salvarme, recuerda que el Lucky Charm te da un objeto de acuerdo a la batalla; si me apareció como herramienta era porque debía usarlo para reparar la hélice y salvarme, no usar su poder. Todavía no es el momento —lo último la heroína lo dijo mirando de reojo a Basil y los demás.
Y hablado de Basil. El detective no decía ni hacía nada; desde que ella regresó sana y salva dejó que los demás se acercaran a ella para abrazarla y todo, pero él no hizo nada... hasta ahora. Ladybug se volvió hacia el ratón y se le acercó. Estaba por decirle algo cuando Basil se le adelantó abrazándola por los hombros.
—Nunca más vuelvas a hacer algo así de imprudente, por favor —dijo Basil
—Uy... —dijo Chat Noir rodando los ojos y cruzando los brazos— no sabes cuántas veces yo le he pedido eso y... ¡auch!
Olivia le piso con fuerza un pie a la vez que le hacía un chitón, el joven estaba arruinando el momento. Ladybug ahogó una risa al ver el trato de la niña a su amigo; abrazó a Basil y le respondió en un susurro:
—No prometo nada porque este trabajo es muy peligroso, pero haré mis mejor esfuerzo
—Con eso estaré más tranquilo. Y hablando de tranquilidad —se separó un poco de ella sin romper el abrazo—, creo que es momento de dejar salir esas presiones y cargas que llevas contigo.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—Habló que en estos momentos no necesitas aparentar fuerza; has vivido mucho, hablando antes de esta aventura, y no es sano que cargues con tantas cosas en tu interior.
—Basil, no te preocupes. Estoy bien
El detective solamente sonrió y volvió a abrazarla. La joven seguía afirmando que estaba bien, cuando poco a poco su voz se fue entrecortando hasta que finalmente rompió a llorar. Basil tenía razón; Ladybug tenía guardado en su interior un montón de sentimientos y con esta aventura se añadieron más, los cuales el detective se dio cuenta y por eso le dijo que los soltara.
La lluvia terminó, las nubes se apartaban dejaron paso a una gran y hermosa luna llena. El profesor Padraic Ratigan, el villano akumatizado en turno de Papillombre, finalmente fue derrotado y no solo por Ladybug y Chat Noir sino también por Basil de la Calle Baker, el gran ratón detective.
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Manita de puerco: Expresión mexicana que se refiere a torcerle el brazo a una persona, hablando de un acto físico. También significa forzar a alguien para que haga algo contra su voluntad.
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