sweet sin pt.1
Nota: Antes que nada mis queridos lectores, cabe aclarar que el siguiente contenido de categoría madura. No será algo super mega hot ya que estamos hablando de personajes que sabemos que no lo son, y aunque el primer borrador que me prepararon de esto era muy fuerte, no quiero que con esto se pierda la esencia de mis personajes por lo que tuve que meterme un poco en esto.
Por lo que será dividido en 2 partes.
¡Los amo, besos!
Pdt. Qué nervios.
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14 de Febrero.
Suspiró nerviosa.
Desde que se mudó a New Jersey obtuvo nuevas costumbres e incluso cedió a nuevos comportamientos que le demostraban las personas a su alrededor, podría decirse que antes se escandalizaba por ver a una chica usando un simple crop top y short, y ahora ya en la nueva ciudad podía hasta admitir lo linda que podría ser sin sentirse avergonzada de semejantes muestras de piel.
Lo mismo sucedió con las muestras de afecto públicas.
Para lo que ella era motivo de un infarto, desde abrazos efusivos hasta besos ya sea de parejas heterosexuales como lo que aprendió que era una comunidad de personas libres capaces de luchar por una libertad que tenían derecho pero, según su investigación, las personas oprimían por no ser "común" entre ellos.
Según sus compañeros de clases, no era un delito darse muestras de cariño en las calles mientras no rozara lo sexual; que toda pareja podía abrazarse y besarse.
Ahí el primer problema, Stella tenía conocimiento parcial de una relación sexual; el segundo problema llegó cuando supo que no tendría ni la menor idea de cuándo se presenta una situación sexual porque tenía conocimiento nulo.
En Arcadia todo era diferente, pues era un pueblo pequeño donde todos se conocían, y las muestras de cariño que tuvo con su campeón fue en el bosque, o bajo tierra; aquellos besos resentidos por estar al borde de la muerte.
—¿Tienen 7 años de novios y aún no te ha metido la lengua hasta la garganta?
¿Eso es posible? ¿No sería anti higiénico?
—En realidad serían 5 años si descuentas la época donde el vino a Nueva Jersey a vivir.— corrigió un poco apenada, pues a veces era abrumador.— Nos conocimos a los 16, a los 17 hubo algo, él se fue por motivos académicos.— mintió.— y casi llegando a los 19 oficializamos todo y nos mudamos aquí.— murmuró.
—¿Y no te da curiosidad?.— Stella miró sin ninguna expresión a Jess, una chica confiable nacida en aquel estado, la chica sabía de los poderes de Stella, pues el desastre mundial de los titanes no se pudo tapar con un dedo en 1 día. Y Jess fue la única que prestó mínima atención cuando la pelirroja pisó la Institución la primera vez. Los demás o hacían oídos sordos o no era algo para morirse.
Mas no sabía el contexto de toda la vida de la chica, respetaba la decisión de la extranjera.
—Creo que no.— dijo dudosa.— me siento cómoda con Jim así, nunca he pensado en algo más.— se sinceró.
Pero la espinita de la lengua hasta la garganta estuvo ahí las siguientes horas de clase.
.
—Gracias, Axel.— dijo incómoda.— pero no estoy interesada.
Quinto rechazo y contando.
Tal parece que el día que apodaban Valentine's Day era uno donde cada 14 de Febrero las personas decidían declararse a otras, en espera de ser correspondidas. Jess le había dado un collar de la amistad, le aseguró que no solo era día de declaraciones, también celebraban la amistad.
"Mañana tendremos día de chicas ¿Si? Celebra hoy con Jim, y no lo olvides... Solo déjate llevar."
En otras circunstancias, el dejarse llevar hizo que terminara dormida por 900 años en lugar de luchar por una salida.
—¿Es por el chef ese, cierto?.— dijo con molestia.
Genial, otro gruñón
Stella Miracle no esperaba que su 14 de febrero fuera tan estresante, ya llevaba 8 rechazos y apenas eran las 12:45 del mediodía, y aunque hubo rechazos qie fueron comprendidos, hubo otros como este, donde se volvían gruñones.
Soporto más a los Goblins
—¿Y qué si es por él?.— soltó altanera.— el hecho de que solo compartamos el salón de Economía no significa que nos conozcamos, apenas y llegamos a ser conocidos. No sabes nada de mí.
—Sé de tu pésimo gusto por el escuálido chef.— aquella mueca de asco la hizo abrir su boca en una "O" y fruncir su ceño.
¿Acababa de rebajar a su chico?
—Mis gustos son selectivos.— le corrigió.— y ahora si entiendes vete, que él está por llegar.
—Vete al infierno, perra.— soltó dejando ahí los chocolates y soltando otras maldiciones.
—¡De ahí vengo, no te preocupes!.
Se rió de su propio chiste, aunque no mentía, las Tierras Oscuras fueron un infierno para ella cuando le tocó estar ahí por salvar a Jim.
—Esos chocolates ni pienses en comerlos.
Su voz, ¿Desde siempre había sonado tan bien con ese tono tan demandante?
—No pensaba hacerlo.— le sonrió cuando su vista chocó con los fríos azul cielo.
—No le hagas caso, nunca serás una perra.— dijo cambiando la mirada a una cariñosa solo para ella.
—Es físicamente imposible ser una perra, Jim.— dijo confundida.— a no ser que haga un hechizo de cambia formas, aunque Douxie es experto en esos trucos.
El joven azabache rió por la explicación tan literal.
—Casi 23 y sigues con la inocencia con la que te conocí.— susurró besando la comisura de los labios contrarios.
—Saludame bien.— pidió juntando sus labios en un beso cariñoso entre ellos.
Sin embargo, como algo nuevo e incluso interesante, Jim había sujetado con fuerza su cintura, no queriendo dejarla ir; era nuevo.
El agarre pudo sentirse brusco si no estuviera concentrada en que el chico movía un poco más los labios sobre ella.
¿Por qué me siento así?
Su estómago revoloteó ante un beso nunca experimentado. ¿Acaso...?
Descartó la idea de "Meter la lengua a la garganta" ya que solo se besaban, ninguna lengua estaba dentro de una boca ajena.
Déjate llevar.
Y cuando el azabache se atrevió a dejar un mordisco en el labio inferior de ella, la fémina se separó de golpe; estaba sorprendida, nerviosa, su cara estaba calientita, y su respiración era irregular.
¿Qué fue eso?
—¿A qué se debe eso?.— preguntó sin aire, detallando los labios de él llenos de su brillo labial con sabor a cereza, un descubrimiento que era gracias a Jess.
"Créeme, te sentará bien usar este brillo, solo no te lo comas"
Y sí comió un poquito, pero eso era un secreto solo de ella, quizás lo compartiría con su chico.
En su defensa, si sabía a cerezas y quedaba bien en sus labios rojitos.
Ahora verlo sobre los labios de Jim, un poco embarrado, era nuevo, sublime e incluso magnífico, un espectáculo donde ella era la única espectadora y la actriz principal.
Bonito
—Te veías hermosa molesta.— se sonrojó de golpe, últimamente Jim era más atrevido a la hora de decirle cosas lindas y ella aun no se acostumbraba.—, debo admitir que un labial de cereza era lo que menos esperaba.
—¿Verdad que sabe bien?.— ella sonrió ahora que compartía su secreto con él.
—Mucho.— ambos se levantaron y comenzaron a caminar para salir del complejo y poder llegar a casa.— solo no te lo pongas frente a mí, el mundo merece ver lo precioso que te queda el brillo, y yo lo estropearía con solo verte aplicarlo.
No entiendo
—Pero no estropearías nada, si la que se lo pone soy yo.— el soltó una risa y caminó más rápido para dejarla atrás. Se sentía un poco avergonzado por ser más suelto con ella, quizás comenzaba a sobrepasarse y por eso su princesa no le entendía. —¡No te alejes de mí, Lake!
Corrió rápido hacia él para tomarle la mano, viendo el rostro rojizo de él. Por Deya, cuánto daría por ser como una chica de aquí, le entendería más a Jim, e incluso ella ya hubiera aplicado un meter la lengua a la garganta a él.
—Oh no, ahí viene Charlie.— dijo ella deteniendo su caminado y viendo a Jim.— cubreme, me dejó una nota que quería hablar conmigo hoy y seguro dirá algo por San Valentín.
—Ow, mi novia es toda una rompecorazones.— dijo con orgullo tomando las mejillas de ella entre sus manos, sintiendo la suave piel bajo sus dedos.— ¿A cuántos socios has rechazado por mí?
—Como 8, y si seguimos aquí no quiero que sean más.— ella no se dio cuenta cuando empezó a retroceder sus pasos bajo la atenta mirada del azabache.— usa tu Amuleto o algo, no sé. Pero mi mochila ya está llena de chocolates.
Volvió a su realidad cuando su espalda tocó la pared, y a juzgar por el color durazno de la pared, estaban en la Facultad de Ciencias Económicas, donde había tenido el mayor número de declaraciones.
—Jim, ¿Qué pasa?.
—Shhhh, solo espera.— dijo acariciando el rostro de la fémina para intentar calmar un poco los nervios de ella, viendo que ella aun conservaba un poco de lo que había sido su labial de cerezas, mordió su labio inferior esperando el momento perfecto.
A este punto, ella ya se había derretido por el amor de su vida, tenía una mirada fija sobre ella, incluso se sintió diminuta frente a él. Pero aquellas tiernas caricias que eran características de él, hicieron cortocircuito en su cerebro y detuvo su corazón.
—¡Stella, soy M-
Ahí estaba la señal.
Agresivo.
Demonios, ¿En qué punto de la historia las personas crearon el término para la acción más fogosa que su vida tuvo la dicha de tener?
Era una locura.
No sabía si Jim estaba molesto con ella, o con la persona que gritó su nombre hace unos segundos. Su cerebro estaba demasiado enloquecido para siquiera pensar o recordar quien la buscaba.
Hubo algo nuevo en ella.
Quiero más
Jim nunca fue así, 7 años de conocerlo le daban el poder de admitirlo; aunque tuviera los ojos cerrados, la persona que la sostenía no era ni una pizca de lo que su Jim Lake había demostrado ante ella.
James Lake era quien ahora la tenía con la espalda en la pared, con una mano detrás de su cuello y otra sobre la cintura ajena; tenía el ceño fruncido y ahora era dueño de aquellos labios color rojito cereza.
Cuando mordió el labio de la menor y esta soltó una queja a medias, con una vocecita más aguda, se declaró jodido.
Ahora quería más. Y cuando ella acarició su cabello desde el cuello, se declaró muerto.
Esa mediodía se dejaron en claro muchas cosas, interesantes a decir verdad, y que una Jess Stevens se sintiera orgullosa de su pequeño trabajo realizado.
Stella Miracle solo tenía un hombre en su vida, y era aquel intrépido azabache de la Facultad de Gastronomía que tuvo el honor de comerle la boca cerca de la Facultad de Ciencias Económicas.
Jim Lake Jr., no era un escuálido imbécil, era el tipo ideal de tener a un chico tierno y tranquilo a tu disposición; capaz de estar a los pies de una sola chica en su vida, sin quiera prestar atención a alguien más.
Tal para cual.
Y una vez que probaron un poco de lo que era pecar en los tiempos de Stella, la jovencita aprovecharía cada momento de su vida a partir de ahora.
***
Nos vemos en la lunes de miel gente bonita jsjsjs 💕✨
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