M-1.
D / A • CR = DNL.
El despertador, que normalmente es inútil los fines de semana, sonó a las 8:30, despertando a un Daniel somnoliento.
Desde la ventana de...
D
aniel Haminson.
Abrí los ojos con dificultad mirando al techo. Me levanté para mirar al espejo y contemplé mi rostro sin brillo.
El agua no está haciendo el efecto deseado. He intentado dormir temprano, comer mejor, e incluso he estado haciendo ejercicio, ¿Qué más quieres de mi, acné?
Ocupé mis pantuflas de conejo rosado para bajar a la cocina. Mi madre estaba lista para partir al trabajo junto a mi padre. El negocio era, a mi punto de vista, bastante consumista para ambos. Por lo menos tienen un consuelo: "Somos nuestros propios jefes, todo es más flexible; somos las reglas", pero no se dan cuenta que se exigen aún más que cualquier jefe, ¿Qué onda con eso de trabajar los domingos?
Los saludé con un típico--- Buenos días, bendición.
A lo cual ellos contestaron--- Dios me lo bendiga me lo guarde y me lo favorezca.
Cuando ya estuvieron a punto de irse me depositaron dos besos en la frente, y luego cerraron la puerta. Miré mi rostro en el espejo de la cocina. ¡No he dormido mal últimamente! ¿Por qué me haces esto rostro?
Preparé una ensalada de frutas con pan y avena. Cambié mi dieta para mejorar mi aspecto, y si, eso es muy tonto, porque comencé a cambiar por Josep, pero me he sentido mejor; tengo más energía y no me quiero matar 24/7
Ahora es 17/6, lo cual es un avance.
Subí a mi habitación, revisé algunos mensajes y notificaciones, y se me ocurrió buscar algo gracioso.
Tecleé "Cómo eliminar el acné en tres horas", miré la hora: 8:55, am. Contemplé cinco horas para llegar al cine, cambié el tres de la búsqueda por cuatro horas.
La gran mayoría de métodos estaban escrito con mucha fantasía; no existía método milagroso y lo sabía perfectamente. Cómo si no investigara sin descanso sobre cómo eliminar el acné en mi tiempo libre...
Terminé el desayuno, estiré mi cuerpo para después de un rato hacer una rutina de ejercicios, hacer una mascarilla de avena y miel e ir a ducharme y vestirme.
Después de hacer mi lista anterior, la hora estaba a mi favor: 12:55pm.
Miré al espejo; mi rostro aún no estaba lindo. Pensé en como corregir el problema, y pensé en Brenda, ella sabrá que hacer. Salí y toqué a su puerta, ella abrió con una gran sonrisa.
---¿Cómo estás?--- Miró a mi ropa. Tenía tiempo sin saber de mi vecina--- ¿Vas a salir?
---Si. Y por ello necesito tu ayuda.
---Adelante--- Se hizo a un lado para dejar ver su gran casa; la conocía de memoria---. Vamos a mi habitación.
Le seguí. Observé a la mamá de Brenda, le saludé.
Ya en el cuarto la chica cerró la puerta tras de sí, apoyando su espalda en ella--- Cuenta, ¿Qué necesitas?--- Preguntó con una sonrisa.
---¿Puedes ayudarme con mi fea cara?
---¿Maquillaje?
---Un poco.
La chica fue en busca de su bolso con cosméticos--- Es raro que quieras maquillarte. La última vez que me dejaste hacerlo fue en nuestra última pijamada.
---Tendré una "cita"
---¿Por qué no me habías dicho nada?--- Preguntó indignada, fingiendo llorar.
---Lo siento, no hemos estado juntos últimamente.
---Ah, cierto--- La chica abrió su bolso de cosméticos, tomó su base---. Sólo una base, ¿Verdad?
---Algo discreto, que difumine mis manchas y el acné.
Brenda cumplió con mi petición. Me despedí de ella para arreglar mi ropa para así partir al cine. En casa miré a mi rostro; estaba perfecto y lindo. Pensé en que era deshonesto, así que lavé mi rostro, alisté mi ropa (un pantalón y mi suéter verde) para así tomar rumbo a la sala de cine.
...
Llegué al lugar de espera, cerca a un pequeño puesto de helados con unas mesas verdes. Miré a mi alrededor en busca de Daniela, marqué su número.
---¿Dónde estás?
---Ya estoy llegando, no te preocupes Daniel--- Su voz era algo agitada, lo cual me hizo gracia.
---Vale, nos vemos--- Colgué.
Miré el flujo de las personas transcurrir por el gran centro comercial, y luego de unos diez minutos Daniela llegó, limpiando su rostro con un pañuelo morado.
---¡Llegué, beiby!--- Nos abrazamos. Daniela observó mi ropa, su rostro cambió un poco---. ¿Por qué usas el suéter verde?
---Está limpio, no te preocupes.
---Josep pensará que nunca te bañas--- Daniela río un poco---, todas las fotos que he mostrado de tí sales con ese suéter--- Sentí un poco de pena, pero a la final ello era mentira. Daniela se acercó a mi cuello, Inhaló---. Por lo menos no hueles feo.
Luego tomó mi mano y me guío por el lugar---. Apresúrate, Sebastián y Josep deben estar preocupados.
Fuimos hasta las salas de cine con paso apresurado. Al llegar saludamos a los dos chicos. Josep me miró de pies a cabeza, no comentó nada. Ambos chicos me saludaron con un gesto de manos. Los hermanos Bowen compartían la edad de 18. Josep usa sombrero y Sebastián tiene un cabello cool.
Fue algo incómodo, quiero decir, Josep y yo estamos aquí porque somos gays y debemos de estar juntos (no en el sentido literal), pero no sé cómo debo de reaccionar, que debo de hacer. Si, suicidarme, es la mejor opción.
Caminamos hasta la taquilla de entradas y comida.
---¿Qué película quieren ver?--- Preguntó Daniela.
Josep me sonrió, supongo que para ablandar la situación; mi compleja situación a causa de mis inseguridades. Miré a los carteles que promocionaban las películas.
---Cualquiera me parece bien.
---Me gustaría la de acción--- Dijo Sebastián.
---Concuerdo con mi hermano.
---Me parece bien--- Respondió, mientras compraba cuatro boletos para la sala. Nosotros tres fuimos a comprar las golosinas.
---¿Y desde cuándo conoces a Daniela?--- Indagó Sebastián. Josep simplemente miraba los mostradores llenos de comida chatarra.
---Tenemos dos años siendo amigos, creo.
---Me ha hablado de tí, dice que eres genial.
---Eso creo.
---Lindo suéter--- Señaló. Jalé mi suéter, sonreí tontamente.
---Gracias.
---Oye--- Sebastián se acercó a mi odio, susurró---: ¿Te parece lindo mi hermano?--- La pregunta me tomó por sorpresa, comencé a sudar. Cuerpo por favor, no ahora---. Se que su sombrero es feo, y que es feo, pero.
---Pues...
---¿Compramos unos de estos?--- Preguntó Josep señalando unas barras de chocolate---, he escuchado que son deliciosas.
Ambos afirmamos. Estuvimos en la fila en silencio. Había mucho ruido al alrededor; era sábado, estaba de más quejarse. Al rato Daniela hace acto de presencia, con los boletos en sus manos, entrega uno a cada uno.
---¿Ya han decidido qué comprar?
---Josep está en eso.
---Llevaremos cuatro de esos, tres de ellos, cinco de aquellos, las palomitas y las gaseosas. Oh, aquellos son deliciosos, cuatro de ellos--- Señaló. No pude evitar sonreír por la actitud de Josep. Oh no, esto se está volviendo muy cliché, demasiado para mí gusto.
Llegado nuestro turno el par de hermanos no recibieron nuestra parte del precio a pagar.
---Los Bowen pagan.
---Nosotros pagamos.
---Pero... Son muchas cosas--- Acerqué mis billetes a la cajera, quien nos miraba con rostro cansado; no necesitaba escuchar dilemas juveniles---. Es un abuso--- Daniela le golpeó la espalda de manera disimulada. Que me callara dice.
---Tranquilo Daniel--- Me sonrió Josep. Oh no, oh no, ¿Dónde está el botón de salir de la partida?
---Muchas gracias--- Respondí mirando al suelo, sudando. Froté de manera suave el antebrazo de mi suéter en mi frente.
Entramos en la sala de cine con toda nuestra deliciosa porquería. Daniela se sentó al lado de Sebastián, Josep a su lado y yo a su lado. Daniela me sonrió complacida, yo limpiaba mi rostro sudoroso. Logré visualizar un rostro de incomodidad en Josep, ¿Sería por mi rostro de sartén?
Colocaron la película. Josep me miraba cada tanto, yo le miraba cada tanto. La película no era buena, o debe ser por mi poco interés por la acción. Daniela estaba sumergida en otra película. Hubo un momento en el que Josep y yo miramos al mismo tiempo a los tortolitos en la película "Enjuágame hasta la lengua, pero no me dejes" o "Expedición en la lengua dorada" o "¿Quién necesita un dentista? o "Trágame pero no me dejes"; Todas son comedias románticas de bajo presupuesto.
---Tú hermano no pierde el tiempo--- Dije sin pensarlo, lo suficientemente alto.
---Tú amiga tampoco--- Nos miramos, le sonreí. Debo admitir que Josep me agrada, me gusta estar con él, pero sé, que al conocer al Daniel Haminson a profundidad, con sus imperfecciones y su alma torpe, no volverá a costear jamás su parte en la compra de golosinas en una taquilla de cine, con una cajera frustrada.
...
---¿Les gustaría comer...?--- Los tres chicos debatían en dónde llenar nuestros estómagos. La película resultó ser malísima, pero por alguna extraña razón la gente iba a verla. A la final decidieron comer hamburguesas, estaba muerto de hambre.
Entramos al pequeño lugar con aire acondicionado. Tenía música de jazz de fondo y su agradable decorado de colores pasteles. Un chico tomó nuestro pedido, y allí en la mesa gris Daniela comenzó una conversación.
---¿Cierto que la película fue un asco?
---Si cariño, estaba muy fea.
---¿Ustedes vieron algo?--- Preguntó Josep sonriendo un poco.
---Menos mal no lo hicimos.
---No se perdieron de nada, a fin de cuentas--- Agregué, mirando algunas ilustraciones del pequeño local.
---¿Ustedes si vieron la película?--- Preguntó Daniela, sonriente. Sabíamos a qué se refería.
---Creo que dormir por media hora--- Josep apoyó su mano en su mejilla.
---Yo la ví, y me arrepiento--- Dije.
---Debieron haber hecho lo mismo que nosotros.
Me tensé un poco en el asiento, comencé a sudar otra vez. Daniela y Sebastián comenzaron a reir. Josep le otorgó una patada por debajo de la mesa a Sebastián, haciendo que riera por lo alto. Algunos clientes miraron la escena irritados y fuera de lugar.
---Míralo.
Josep me observó e intentó contener una sonrisa al ver mi rostro apenado y fuera de lugar, ¿Dónde está mi lente de contacto?
Que horror. Me levanté para ir la baño, quizás fue una actitud muy estúpida; no quería seguir siendo el punto de atención. ¡Estoy quedando como un imbécil frente a Josep! Estoy seguro que ya debe de estar desencantado con mi personalidad. Tomé agua entre mis manos para lavar mi rostro, me miré, irritado, me miré, compadecido.
Fuí a orinar, lavé mi manos para volver a mirar mi rostro lleno de imperfecciones. Los estándares de belleza me atormentaban día y noche, pero esta situación era diferente; no comprendía a qué me refería.
Una cosa si era cierta: no puedo estar mal conmigo. No puede ser mi tortura personalizada el llevarme puesto todos los días.
Salí del baño, tenía intenciones de marcharme; me sentía mal, y no físicamente. Ocupé el puesto en la mesa gris, los chicos hablaban tranquilos de que sabe que, pero no me importaba tampoco.
---Mi madre me ha llamado, debo de regresar. De verdad disculpen--- Daniela me miró con los ojos muy abiertos, haciendo gestos negativos casi imperceptible. Me despedí de Josep y Sebastián con un apretón de manos, ambos me miraban en silencio. Comencé a sudar. Me despedí de Daniela con un beso en la mejilla y salí del lugar; con un nudo en la garganta.
No estaba dispuesto a formar otra escena cliché. Lo único faltante es que Daniela me alcance, arreglemos las cosas o simplemente culpemos al otro, y hagamos un show.
Caminé por los pasillos llenos de locales. Hacía mucho frío, y al cabo de un tiempo escuché pasos apresurados en mi dirección; oh, raios; era Daniela, me tomó del brazo.
---¿Para donde vas? ¡No me creo lo de tu mamá! ¿Qué te ocurre?
---No me siento bien allí, estar con Josep es incómodo porque no lo conozco y ustedes hacen comentarios muy rancios de nosotros. Intento ser yo pero, a veces me miras como que no lo haga.
---Yo no he hecho...---Hizo un silencio, pensativa---. Bueno, si, pero estoy segura que no son buenos momentos para hacer chistes rancios y feos.
---¡Mis chistes no son tan rancios...!--- Me corregí al no proseguir.
---¿Solo por ello piensas irte?
---No solo por ello, he intentado ser yo mismo pero creo que Josep se incómoda. Además, me miras con tu expresión de "ya wey" y aaaay.
Daniela miró al ventanal, luego de visualiza las montañas a lo lejos dijo--- Lo lamento, es cierto, he intentado que no seas como eres, es inmaduro--- Me tomó el hombro, sonriente---. Vamos, disfruta el resto de la tarde, se tu mismo, y si a Josep no le gusta que se joda.
---Josep me agrada.
---Entonces solo disfruta Daniel, aunque tus glándulas de la piel jueguen en tu contra, rías como hipopótamo y tus gestos sean de un niño mongólico--- Me hice el ofendido, ambos reímos por lo alto---. Pero ello es el paquete completo, y es perfecto.
La tarde había sido incómoda, con dilemas tontos sobre cómo debo actuar o qué debo decir, pero ya no más. Daniela abrió sus brazos estrujando mi cuerpo. Ambos reímos.
---Disculpa mi actitud.
---Disculpa mi actitud, tú también.
Caminamos hasta el pequeño lugar de comida. Todo esto había sido muy cliché, pero jamás en mi corta vida había pasado por un momento cliché de ese tipo. Sebastián esperaba en la entrada del local, al vernos caminó hasta nosotros casi corriendo.
---¿Qué ocurrió? ¿No debías ir con tu madre?
---Pues...
---Josep está preocupado.
---Hablaré con él--- Dije, caminando.
---Pero...
Caminé hasta el asiento. Daniela habló con Sebastián. Al ocupar mi puesto al lado de Josep, quien con su mano apoyado en su mejilla miraba un cuadro de un perro jugando con una ardilla, desvío sus ojos hasta los míos.
---¿No debías ir con tu mamá?
---Fue una excusa--- Inhalé. Sería honesto, porque debe ser así. Y si todo sale mal, siempre puedo pedir perdón y jamás regresar.
---¿Por qué?
---No soy de salir en este tipo de planes. Ya sabes, tu hermano y Daniela y tú y yo, pero de manera difuminada--- Solté el aire. Me sentía más relajado. Josep me miró por unos momentos a los ojos, y mágicamente no me sentí incómodo; todo está bien, supuse.
---Entiendo. Los comentarios de mi hermano también me hacen sentir incómodos.
---Daniela no se queda atrás.
---Me agrada que ellos estén juntos--- Desvío su mirada a la pareja de tórtolos, quienes ocupaban sus antiguos puestos frente a ellos---. Hablando de los reyes de Roma.
---¿Se dieron cuenta que aún no traen la comida?--- Comentó Daniela.
---Pésimo servicio.
Y a partir de ese momentos las cosas fueron más calmadas. Todos hablamos en grupos, llegó la comida y disfrutamos de ella. Hablé mucho con Josep esa tarde. Los tórtolos ya no hacían comentarios feos. Todos eran más natural, sin presiones.
---No soy de leer libros--- Dijo Josep en algún momento de la amena conversación, acomodando su sombrero---, pero veo muchas películas. ¿Has visto El Hoyo? ¡Es súper genial!
---¿De qué trata?--- Pregunté.
---Habla de la religión, la política, las clases sociales. Es un hoyo dividido en pisos y...--- Me tomó del hombro---. ¡Deberíamos mejor verla juntos! Amo sea película.
¿Deberíamos? ¿Juntos?
---Creo que sería genial.
Saldamos la deuda. Josep pagó mi parte, incluso cuando le rogué que no lo hiciera; no es por cuestiones de orgullo, es más porque siento que estoy abusando de la confianza de la otra persona. Caminamos los cuatro por el centro comercial. Daniela y Sebastián iban adelante. Josep y yo atrás, hablando cómodamente. Este chico es genial, pero no tardará en aburrirse de mí: sin gracia, depresivo y estúpido.
En un momento le pedí que me prestara su sombrero, Josep se puso nervioso, lo cual me pareció bastante tierno, y me causó mucha curiosidad.
---Sebastian me cortó el cabello--- Dijo sosteniendo su pequeño sombrero. Le respeté su excusa
---Tranquilo--- Le dije con una sonrisa, Josep hizo lo mismo.
Y así pasó el tiempo. Fuimos a la parada, nos despedimos cada uno.
---Oye Daniel, ¿Me das tu número?--- Preguntó Josep. Abrí mucho los ojos. Daniela y Sebastián estaban inspeccionando sus bocas, buscando algún intruso.
---Aah, si si--- Dije nervioso, con una sonrisa. Se lo dije, el anotó en su teléfono, y luego se abrazó fuerte. Me gustó mucho. Me alegró tanto no haber dicho no a esta tarde tan peculiar.
---Nos vemos--- Le dije a Josep y a la pareja detrás de él, dónde estaba su hermano. Miré por la ventanilla, Josep solo miraba hacia el autobús.
Ya acomodado en el asiento no lograba borrar mi estúpida sonrisa de chico pendejo por la conversación con Josep. Acepto que mis inseguridades me seguirán, que tengo cosas que no le guste, y que hay chicos mucho mejores para él, y si no ocurre nada entre él y yo, lo aceptaré; me dolerá, pero lo aceptaré. Un momento, ¿Por qué me estoy ilusionando de esta manera? ¡Vamos Daniel, no seas tonto!
Miré por la ventanilla a la ciudad en movimiento; con sus brillantes anuncios, luces de colores y la gente que iba de un lugar a otro. A mi lado había un señor mayor, y entre mis divagaciones regresé a una cuestión antigua, para matar el tiempo.
¿Debería entonces simplemente aceptar que lavaré baños por el resto de mi vida como manera de sustento?
En todos lados hay baños, y muy pocos gustan de la actividad de asear. Hasta que existan los robots y hagan ese trabajo, mientras, ciento de miles de personas podrán seguir llevando pan a casa.
Miré a la pequeña botella de agua del señor a mi lado. Agua, ¡El agua es vital!, si lograba vender agua siempre tendría cliente y dinero al ser algo de primera necesidad.
Dinero.
Miré a todos los pasajeros, sumergidos en sus propias historias, desde su mente, sus celulares y audífonos. ¿Qué es lo que necesita las personas?
Saqué el pequeño papel y el lápiz. Cosas que la gente necesita, coloqué de título.
Comida.
Refugio.
Agua.
Electricidad.
Internet.
Transporte.
Estabilidad laboral, emocional, mental.
Salud.
Amor y afecto.
Aprobación.
Seguí pensando con el lápiz en mi boca pero no se me ocurrió nada más; me limitaba solo a lo verdaderamente importante. Mucha personas dicen necesitar cosas cuando en realidad no es así. Pensé en como satisfacer esas necesidades.
Comida => Restaurante o bodega.
Refugio => Tener una casa para arrendamiento.
Agua => Crear una planta de tratamiento de aguas.
Electricidad => Ser científico y encontrar otras maneras de generar energía con eficiencia y a bajos costos.
Internet[Nuevo agregado del siglo] => Crear una red social que sea útil. ¿Y qué red social sería útil? / Ser técnico en redes o algo así.
Transporte => Comprar un carro para ser taxista o ser transportista público.
Estabilidad laboral => Tener una empresa para ser un buen jefe con los empleados.
Estabilidad emocional y mental => Ser psicólogo o escritor de libros de autoayuda.
Salud => Ser médico.
Amor y afecto => Ser acompañante sexual.
Aprobación => Inaugurar un salón de belleza para las personas que solo ven desde fuera.
Observé la lista por unos instantes, volví a mirar a las personas en el autobús, miré a la ciudad en movimiento agitado producto del sábado en la noche. Si miras bien puede encontrar grande oportunidades allí fuera, solo debes pelar bien ese ojo, hijo; dijo mi papá una vez.
Volví a la lista y no evité reir por lo bajo. El señor de la izquierda me miró extrañado, se alejó un poco, corriendo su cuerpo. Tomé mi lápiz para hacer una gran equis.
Escribí.
Puede que los inodoros tengan un mal olor, que sus historias sean horrible: ver cómo se mueve los anos al cagar, toda esa mierda y todos esos desechos. Pero algo es seguro: lavar baños es un trabajo digno, ¿Sabes cuántas enfermedades se erradican al tener superficies limpias?
Miré mi escrito, y comprendí que mi papá tenía razón; las oportunidades están cerca, en este caso, debajo de mi trasero relajado cuando intento cagar.
Doblé la hoja con mucho cuidado, meditaría de eso más tarde, por ahora, contemplaba el limpiar baños como la mejor opción.
No hay nada que unos guantes y un tapabocas no pueda cubrir...
D = Depresión.
A = Autoestima.
CR = Chistes malos.
¡Se cuidan, nos vemos pronto!
Muchas gracias.
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