Epílogo
Dos años después
Bostezo levantándome de la cama, entro al baño a cambiarme antes de caminar hacia las puertas de vidrio.
Salgo, cerrando las puertas detrás de mí, para que el aire acondicionado no se escape. Siento el cálido calor, esperando que mi cuerpo se acostumbre al cambio de temperatura. La brisa trae consigo arena, el olor de protector solar llena el ambiente, los turistas han salido de sus casas, caminan por la playa esperando la hora para que los restaurantes y bares abran sus puertas para celebrar las festividades.
Miro el libro en la mesa de afuera, me siento en una de las sillas agarrándolo.
Ojeando las páginas delicadamente, el pobre libro ha sido leído incontables veces ya, me sorprende que aun siga de una pieza.
Me río ante algunas de las anotaciones a los lados, recordando una y otra vez algunas de las memorias escritas.
Bajo el libro un momento, recordando los acontecimientos de hace dos años.
Agarro mi celular, sonriendo cuando una fotografía de Luna aparece en mis redes sociales. Su cara esta llena de pintura, un cuadro el doble de grande que ella se ve al fondo.
Luna en su tercer año de universidad recibió una de las becas tras ganar un concurso de pintura, su mudanza a España no fue bien recibida por su madre, pero Aurora sabia que el talento de su hija iba a llevarla lejos.
Sonrío al ver la siguiente foto, Oli está igual de manchado que Luna, indudablemente él siento el que le sostenía los botes de pintura.
Mi corazón se hace pequeño al ver la sonrisa de mi hermano. A pesar de que Oli no ha respondido ninguno de mis mensajes después del todo lo que pasó con sus padres Luna me mantiene al tanto de él.
Oliver a pesar de que su padre fue llevado a juicio, juicio que duró meses donde todos los bienes de ellos se congelaron y la crítica pública fue masiva, donde su madre había sido encontrada en uno de los estados del sur llevada a interrogación antes que ella confesara algunos de sus crímenes después de una breve investigación sobre los fondos de sus fundaciones. Oliver había logrado hacer su vida lo más normal posible en España, donde destacó en el primer año, consiguiendo así beca para lo que restaba de su carrera.
Luna me ha dicho que trabaja en algunos lugares para mantenerse.
Y aunque ya han pasado dos años no hay día que no revise si Oli ha cambiado el cheque que dejé en su maleta. No ha tocado ni un centavo.
Luna dice que necesita tiempo, que luego que todo saliera a la luz Oli investigó mas sobre mi verdadera vida, mi nombre, mi madre y mis razones. Oli entendió que su padre no era el buen hombre que decía ser y que su madre no tenía un corazón tan bondadoso, pero la bomba fue tan grande que no lo culpo por querer fingir que no existo.
Sonrío con tristeza cuando Luna me envía foto del boleto de avión, donde promete viajar para vernos en año nuevo, sabiendo bien, que ese boleta será cambiado, a una fecha muy muy lejana, como las últimas festividades.
Tiempo, necesita tiempo. Le daré todo el que necesite.
Regreso a las redes sociales, viendo una foto de un paisaje precioso.
Sonrío al ver las últimas fotos de Asher, Luego de tanto insistir, el padre de Asher dejo que él fuera a Escocia a conocer de su país de origen solo con la condición que él fuera con él, como medida de protección. Su padre no se esperaba que sus hermanos los recibieran tan cálidamente, ni que todos hayan podido solucionar sus diferencias de años. Asher ha pasado todo el año haciendo una pasantía con su abuelo, aun considerando si regresara a la ciudad el próximo año o en dos años más.
Bajo mi celular viendo como las olas se calman ante la caída del sol. Agarro el libro una vez más, preguntándome si este año si vendrá el abuelo.
Una mano se pone en mi mentón , alzando mi cabeza hacia atrás.
Los labios de Ian chocan con los míos, un beso corto.
Me río cuando le da la vuelta a la silla y veo su oscuro cabello desordenado por estar dormido.
Pueden que sean las largas sesiones de baile por la noche o el clima pero en la vida habíamos dormido tanto.
Ian se sienta a mi lado, poniendo sus manos en mi espalda, levantándome sin mucho esfuerzo para ponerme sobre sus piernas. Grito un poco, mi risa rebotando en su mejilla.
—Buenos días.—me saluda, sonriéndome aun con los ojos medio cerrados.
Paso mi mano por su mejilla, subiéndola a su cabello para ordenarselo un poco.
—Son casi las cinco de la tarde.—digo con una sonrisa de burla.
—No es lo suficientemente tarde como para deshacernos de esa cabeza.— me río, viendo a través de las ventanas de la habitación la estatua del rostro agonizante.
Cuando el chico de piel oscura descubrió que fui yo quien la compró no pudo sentirse más aliviado. Me dio a entender que él siempre supo que me pertenecía a mi.
Ian me abraza más a él, dejando caer su frente en mi hombro.
Me río, encogiéndome un poco ante la cosquillas que su cabello provoca.
Respira profundamente antes de dejar un beso justo en mi clavícula. Dejando un trazo de besos hasta llegar a mi fina tira del vestido blanco de playa.
Sus ojos chocan con mis ojos, su mano pasa por mi cabello, mucho más corto que hace dos años, mucho más corto que nunca antes.
Ian pasa un rubio cabello detrás de mi oreja, apenas o suficientemente largo para que se detenga.
—Hoy es noche buena.—digo, dejando de respirar cuando sus ojos bajan a mis labios.
Ian me mira una vez más, acariciando mi mejilla con mi pulgar.
—Será la segunda navidad juntos.—sonríe, besando mi nariz.
Me río, tocando su mano que aún sigue en mi mejilla.
—¿Tienes algo en mente para celebrar?—pregunto con una sonrisa traviesa.
Sus ojos parecen más despiertos que nunca, su sonrisa crece y su ceja se levanta.
—Oh Ava, tengo muchas cosas en mente.—mi risa se ahoga cuando sus labios chocan con los mios.
Nuestras frentes chocan cuando nuestros cuerpos exigen aire.
—¿Qué?—la pregunta del chico me hace apartar los ojos de sus labios, curiosidad baila en sus ojos. Su respiración igual de trabajosa que la mía.
—Sigo sin poder creer que el estés tu aquí... Que siempre hayas estado. A pesar de todo.—una tierna sonrisa aparece en sus labios, una sonrisa que llega a sus ojos.
—A pesar de todo Ava, no lo dudes más.—sonrío, queriendo decir esas dos palabras que él siempre me repite, pero que yo no he podido expresar.
Lo beso, esperando que él pueda entenderlo. Que él pueda saberlo.
Porque aunque no he podido decirle esas dos palabras, sé bien que nunca he sentido esto por nadie y que jamás lo haré.
Porque es solo por él.
Solo por el que quemaría el mundo hasta sus cimientos.
Ultima Ava's Outfit :')
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro