Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 29

—Sabes bien que no, estaré a la hora acordada, no te retrases.—cuelgo la llamada, eliminando el registro de esta. Meto mi celular en mi cartera, abriendo la puerta de casa.

Me quejo por mis botas altas, quitandomelas y dejándolas al lado de las escaleras para subirlas luego.

Camino hacia la sala, enciendo la televisión, dejando que las noticias corran de fondo. Camino hacia la cocina, abriendo la puerta para llegar a la zona de la lavadora. Saco toda la ropa que dejé en la mañana y las meto a la lavadora.

Cuando me aseguro que todo está en orden regreso a la cocina. Saco el unico vaso disponible y abro la refrigeradora para servirme agua.

Me quedo paralizada al ver la refrigeradora llena de comida.

Frutas, vegetales, yogures, quesos, jamones, sodas, jugos, leche, huevos.

Cierro la puerta con fuerza. Mi cuerpo retrocede hasta pegar en la isla.

Miro las gavetas, mi corazón palpita con fuerza cuando las abro y las encuentro con especies, cereales, avenas, harinas, aceites.

Cierro todo con fuerza.

Y corro, corro escaleras arriba y me detengo al ver mi puerta ligeramente abierta.

Entro a mi cuarto notando las botas negras, los pantalones negros y la maldita camiseta negra.

No es solo su presencia, después de casi dos semanas y media, la que me hace temblar ligeramente.

Es la pistola en su mano.

Mi pistola.

—Debo admitir que esperaba un vibrador en la gaveta bajo llave, tremenda sorpresa al encontrarme este diferente juguetito.

—¿Qué hacer aquí Ian?

Voltea a verme, sentado en mis blancas sabanas, con sus codos sobre sus rodillas, limpiando la pistola en sus manos.

—Veras Young, venía para hablar contigo sobre lo que pasó, en la casa de Luna, la mierda del viaje de Oli y tu maldita cocina vacía, pero esto.—dice viendo la pistola, silbando ante ella.—Esto es un tema más interesante.

—¿No crees que una chica debería de tener como protegerse?—pongo mis manos atrás de mi espalda, juntándolas ahí para evitar que tiemblen.

Ante mi movimiento Ian mira mi cuerpo, deleitándose como acostumbraba a hacer. Sus ojos bajan de mis ojos hacia mi clavícula, decorada por un collar dorado, y baja hacia mi pequeño vestido negro.

—Reconozco un arma para matar Young.—me quedo paralizada.

Mi celular empieza a sonar en la cocina.

Una y otra vez. Demasiadas veces para ser coincidencia.

Demasiadas veces como para advertir de una emergencia.

Tal vez algo pasó con el plan, tal vez eso que pasó es algo que pasará.

En esta casa.

—¿Cómo entraste Ian?—me acerco a él, sus ojos sin apartarse de los míos.

Un predador viendo a otro.

—¿Por qué tienes un arma Young?—sonrío de lado.

—Es un hobby.—digo encogiéndome de hombros.—Me gusta el poder que contienen.

—Curioso hobby.—dice, bajando sus ojos a mis piernas.

—Podría enseñarte a tirar algún día.—digo, colocándome frente a él. Ian se hace para atrás, colocando sus manos sobre mi cama, la pistola bajo una de ellas, abriendo sus piernas para darme acceso.

—Me gustaría verte con una pistola más grande que tu entera.—se burla pero le sonrío.

—No he tenido problemas con pistolas grandes antes.—digo acercándome a él lo suficiente para mis desnudas pernas rocen con sus jeans.

Sus ojos se oscurecen y aunque la presencia de la pistola es un faro de atención, no aparto mis ojos de sus ojos.

—Me cuesta recordarlo, no me vendría mal un recordatorio.—mi cuerpo tiembla, no de miedo.

Nunca de miedo.

Uno de sus dedos toca mi collar, baja hasta el límite de mi vestido, sin apartar sus ojos de los míos.

—Dime que pare Young.—su voz suena ronca, pero sus ojos son tristes.

—No quiero que pares.—susurro, mi voz quebrándose.

Su mano va a la parte de atrás de mis muslos, acercándome a él.

Mi nariz rosa la suya. Ian cierra sus ojos respirando profundo. Mi barbilla tiembla.

Abre sus ojos, subiendo su mano a mi rostro.

Me recuesto en su palma, sin poder dejar de mirar sus ojos. Queriendo decirle todo, queriendo sincerarme como nunca antes. Pero mi garganta esta cerrada. Así que junto nuestros labios esperando que él entienda.

Ian regresa el beso con la misma intensidad.

Se para, agachándose lo suficiente para que nuestros labios no se separen.

Escucho como deja la pistola en el escritorio antes de poner su mano libre sobre mi cintura, acercándome a él, quejándose porque aunque yo haya distancia entre nosotros no es suficiente.

Nunca es suficiente.

Paso mis manos por su cuello, agarrando su cabello, obligándolo a estar más cerca.

Ian vuelve a caer sobre la cama, baja su mano a mi muslo, invitándome a sentarme sobre él, mi vestido se sube completamente.

Gimo al sentir la presión en su pantalón contra mí ropa interior.

Las manos de Ian van a mi culo apretándolo ligeramente. Su gruñido se junta con mi gemido, mientras nuestras lenguas juegan entre sí.

Mis manos le arrancan su chaqueta de cuero negra, haciéndolo apartar sus manos de mi cuerpo lo suficiente como para que necesite gritar.

Su camiseta desaparece. Junto nuestros labios sintiendo como sus manos desabotonan la parte de arriba de mi vestido solo para jalarlo hacia arriba dejando mis pechos al aire.

Busco sus labios, pero Ian se aleja, sus ojos fijos en los duros pezones.

Me río por lo bajo, sus ojos chocan con mis ojos antes de jutas nuestros labios, más salvaje, más hambriento que antes.

Abraza mi cuerpo, levantándose conmigo para luego dejarme caer en la cama.

Mis manos van a sus pantalones, separo nuestros labios para desabotonarselos. Ian se levanta, quitándoselos, sacando el pequeño envoltorio plateado antes de tirarlos al suelo.

Se acerca a mí, dejando un rastro de besos desde mi ropa interior hasta la curva de mis pechos.

Gimo desesperada cuando su lengua juguetea con uno de mis pezones.

Levanto mis piernas, amarandolas a su cadera, levantando mi cadera lo suficiente para sentir la presión en mi entrada. Ian gruñe dejando caer sus caderas para que la presión sea más fuerte.

Mis manos bajan desesperadamente su ropa interior, escuchando su risa baja ante mis temblorosas manos.

Sus labios encuentran los míos al mismo tiempo que siento como mis bragas son movidas de lado. Sin advertencia alguna ingresa dos dedos.

Gimo sobre sus labios ante sus fuertes movimientos.

—Por favor Ian.—suplico, el chico gruñe, bajando mis bragas completamente, entrando de una.

Me quedo paralizada ante la oleada de placer, Ian empieza a moverse mucho antes que mi cuerpo pueda entender todas las sensaciones. Sus embestidas se hacen más fuertes mientras sus labios bajan a mi cuello.

—Dios, dios.—gimo agarrando las sabanas a mi lado.

Ian baja la velocidad, juntando nuestros labios.

El beso es más lento, más apasionado.

Mis mejillas se llenan de lágrimas ante la sensación de despedida.

Él lo nota, porque separa sus labios, junta nuestras frentes, mirándome a los ojos, pero mis ojos están cerrados, cerrados mientras las lágrimas corren y corren.

El dolor de mi pecho crece cuando escucho sus maldiciones, entendiendo que el orgasmo esa cerca para ambos.

Ian cae a mi lado, su pecho subiendo y bajando.

Abro los ojos, viendo el techo sobre mi cabeza.

Harta del dolor de mi pecho me levanto, girando hasta estar sobre él.

—Otra vez.






Ian's Outfit


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro