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06. Cafuné

Cafuné

El acto de acariciar el cabello de alguien.

Solo sabían que querían terminar lo que empezaron porque lo que tuvieron antes de la ceremonia fue una previa, necesitaban más y a regañadientes se abstuvieron de joderse en el baño, ya que estaban cien por ciento conscientes que si lo hacían se retrasarían y no llegarían a su boda.

En la actualidad muchos prefieren solo estar unidos, vivir juntos y ya, pero Jimin y Yoongi en serio querían formalizarlo ante la ley. Además, cuando eran unos críos de diecinueve años, soñaban con su boda, no fue lo que pensaron, claro que no. Sin embargo, fue especial.

De hecho Yoongi tuvo que guardar su regalo de bodas, tocar una melodía que había formado para Jimin con el piano. Podía hacerlo pero su mimado esposo le había dicho horas atrás que quería hacer el amor encima de un piano y sabía que no se resistiría ante esa petición, lo malo... el piano se encontraba en una habitación sin puerta.

Besos sonoros inundaban el ascensor, estaban de regreso a su habitación, torpemente caminaron hasta la puerta y mientras Yoongi la abría, Jimin le desabrochaba el pantalón. Ingresaron, el peli negro cerró la puerta con sus pantalones en el suelo, vistiendo solo su ropa interior, desvistió al rubio dejándolo también solo en bóxer.

Jimin se arrodillo y con el dedo índice delineó sobre la tela el bulto, se mordió el labio y alzó la mirada para apreciar la bonita sonrisa lasciva que le regalaba su esposo. Movió el dedo en círculos y recorrió toda la extensión, sintiéndolo duro y mojado. Su cabello era acariciado y peinado. Apretó el bulto y escuchó un jadeo.

—Estas portándote muy travieso hoy, cariño—su voz ronca le hizo estremecer pero jugaría con ello.

—¿Enserio?—preguntó inocente pasando la lengua por la tela.

Yoongi respiró agitado y no detuvo las caricias en la cabellera del rubio.

—Muy, muy, travieso—repitió.

Ignoró las palabras del mayor y apoyando sus manos en cada muslo contrario, llevó la boca hasta el borde del bóxer para atraparlo con sus dientes y bajarlo lentamente. La prenda desapareció de su vista y el miembro erecto chocó en su rostro.

—¿Puedo?—hizo ojitos lamiéndose los labios mirando al peli negro.

—Sí—accedió—, pero solo puedes usar tu boquita, no manos—explicó y Jimin le sacó legua haciéndole reir.

Yoongi agarró su falo y lo restregó juguetón por la cara ajena quien abría la boca con la lengua afuera esperando que lo introduciría ahí.

El pre semen estaba esparcido en las mejillas y arreador de su boca, arrugó la cara al percatarse que no obtendría lo que quería tan fácilmente, así que decidió buscarlo. Se acercó hasta los testículos e inició chupándolos, tomó su tiempo para atender uno por uno entretanto seguía apoyando sus manos en los muslos ajenos. Yoongi soltaba suspiros y le decía uno que otro comentario caliente.

Dejando un beso en cada bola subió hasta la base, con la lengua recorrió toda la extensión hasta la punta y rodeó haciendo más pequeña su lengua acercándose para que Yoongi sienta su aliento.

El pene de su esposo estaba caliente, erecto y empezaba a salir aun más pre semen. Ladeo la cabeza y besó ambos lados de la hombría.

—Me estas torturando, Minie.

—Solo quiero hacer sentir bien a mi Yoonie—metió su boca solo hasta el glande, el pelinegro gimió. La sacó para volver a hablar—. Voy a tomar eso de forma positiva—le sonrió.

Sobando el rostro de Jimin habló—. Lo es, ahora mete tu boquita.

Asentando con la cabeza metió toda la longitud que pudo en su cavidad bucal. Succionó y emprendió un movimiento de adelante hacia atrás, el sonido que formaba era sumamente exquisito para los odios de Yoongi quien gemía ronco y tiraba la cabeza hacía atrás.

Jimin sentía la piel caliente, la saliva, el pre semen, el sabor saladito y las venas. No detenía sus movimientos, más bien movía la cabeza con regocijo y se concentraba en respirar bien por la nariz. Las caricias en su cabello y rostro no paraban, sacó su boca hasta el glande y contrajo sus mejillas para succionar mientras sus ojos se topaban con los contrarios. Un Poph se escuchó para alejarse y respirar mejor, había una pequeña línea de saliva que unía su boca con el pene de su esposo.

Su entre pierna dolía y con los ojos le pedía a Yoongi que le devorara en la cama pero antes, quería que expulsara su esencia en su boca y sonriendo de lado volvió a meterla en el falo. Esta vez llevó su cabeza más al frente hasta sentir su boca llena. La longitud tocaba su úvula y lágrimas brotaban de sus ojos. Volvió a llegar a la mitad y respiró profundo mientras Yoongi limpiaba su rostro.

—¿Te gusta que me trague toda tu polla?

—¿Te gusta que mi polla folle tú boca?—preguntó lamiéndose los labios.

—¿Sabes que es de mala educación contestar una pregunta con otra?—. Min se encogió de hombros.

Jimin iba a protestar pero las manos contrarias le jalaron suavemente la cabellera haciéndole jadear y abrir la boca para ser profanada. Yoongi movía su pelvis de adelante hacia atrás. Se sentía tan extasiado follando la boca de su hombre.

La saliva bajaba por su mentón y envolvía su boca, estaba asfixiándose pero le encantaba lo que estaba haciendo o más bien lo que le estaban haciendo. Apretó los muslos de Yoongi y le escuchó gemir.
El peli negro se corrió en la boca del rubio quien se tragó los hilos blancos, sin embargo, una cantidad viajaba por su cuello y se detenía hasta su abdomen.

Yoongi le levantó e hizo que enredara las manos en su cuello y las piernas en su cintura.

—Lo hiciste bien, pero mi bebé merece un castigo por su travesura— beso los labios ajenos que sabían a su propia esencia.

—Si Yoonie, castígame—pidió besándole el cuello.

El mayor caminó con el fin de llegar a la cama pero tropezó con la mesa de noche haciendo caer la cartera de mano de Jimin, los objetos que cargaba se cayeron, iba a pasar sobre estos hasta que miró un bote algo peculiar.

Bajó al menor y este arrugó la cara sin entender.

El mayor recogió el lubricante y leyó—. Sabor mandarina, ¿He?—alzó una ceja, Jimin solo jugaba con sus manos asentando con la cabeza—. Bien, quiero oírte gritar y gemir mi nombre hasta que te quedes sin voz.

Le dió una nalgada que le hizo gemir y lo dirigió hasta la sala, le hizo apoyar las manos en la parte trasera del mueble.

Yoongi se paró atrás de Jimin y bajó el bóxer, le dió una nalgada en el glúteo derecho mientras masajeaba el otro y soltó otra nalgada sonora.

—¡Ah! Yoon...

El nombrado se agachó y abrió el botecito para tirar el líquido entre la raya que separaba ambos glúteos. Jimin se estremeció sintiendo el frío invadir su parte trasera. Yoongi separó las nalgas y con su legua delineó el arrugado anillo, movió su lengua con agilidad en especial en círculos.

El menor era un mar de jadeos tras las intromisiones.

Yoongi metió su lengua de una vez y como pudo buscó el lubricarme en el suelo untándoselo en sus dedos, índice y en el de en medio. Metió al mismo tiempo ambos dedos. No fue muy difícil gracia a que esa zona se encontraba extremadamente lubricada.

Jimin arqueó la espalda y buscó su pene para bombearlo, tenía dos dedos y la lengua de Yoongi dentro de él. Sus piernas comenzaron a temblar y se masturbaba con rapidez cerrando los ojos y mordiéndose el labio.

Los dedos no paraban y seguidamente habían tocado su próstata, la lengua se hundía más. Estaba a nada de correrse cuando las manos de Yoongi hicieron que dejara de masturbarse enderezándose y sintiéndose vacío.

Le había jodido su añorado orgasmo.

—Quiero que estes consciente que gimes como los dioses—le dio una nalgada.

Lo cargó estilo nupcial hasta la cama y gateando Jimin se puso en cuatro dejando a la vista su entrada. Movió sus caderas provocándole y lo logró. Vió por el rabillo del ojo como Yoongi se tiraba más del líquido sabor a mandarina y lo penetró.

No fue suave, para nada. Le estaba jodiendo tan deliciosamente.

Sus bolas tocaban la piel del menor en cada estocada, la cama se movía y por momentos rechinaba.

El cuerpo de Jimin parecía ser de algún material aguado, se movía y movía de arriba hacia abajo, autopenetrandose.

Yoongi apoyó el pecho en la espalda del menor para susúrrale un par de palabras sucias. Jimin ladeó la cabeza para encontrase con los ojos dilatados de su esposo, oscuros como la noche y llenos de lujurias.

Le gemía en la cara para que viera lo que él provocaba. Lo que solo él podía hacerle. Lo que él poseía. Yoongi cortó los gemidos con un beso, sus lenguas se juntaron mientras Jimin jadeaba y jadeaba.

El mayor se reincorporó sin parar las penetraciones.

—Yoon...—chilló arrugando las sábanas con sus manos.

Su entrada se contrajo y se corrió por primera vez, Yoongi por segunda.

—Móntame, cariño.

Jimin no lo pensó dos veces y ya estaba alineando el pene de Yoongi en su entrada. Bajó suavemente, sintiendo como se tragaba toda la extensión. Con las manos en los hombros contrarios empezó a saltar mientras balbuceaba y gemía el nombre de Yoongi. Este le sostenía de la cintura con una mano entretanto atendía el miembro del menor con la otra.

Gruñía y le decía lo bonito y espectacular que se venía Jimin montándole.

—¡Me voy a correr!

—¡Salta! ¡Salta!

Nuevamente el anillo de Jimin se contrajo asfixiando el pene de Yoongi.

La mano del mayor se embarró y besó los labios del menor.

Ambos estaban recuperándose de los espasmos, Jimin apoyando la cabeza en los hombros del contrario mientras sentía que le sobaba la espalda.

Le abrazó y miró al frente, de inmediato se sonrojó al tener aquella vista, Las Vegas en aquel gran ventanal.

—Las Vegas es muy bonito de noche—mencionó abrazando a Yoongi—. Me castigaste enfrente de esta maravillosa vista—rió bajito, Yoongi no se había percatado de aquello, estaban tan sumergidos en el placer que no se dieron cuenta del ventanal—. Cuando llegue a Seúl y le cuenta a Taehyung, morirá de envidia—chilló y mayor se carcajeó.

—Bien, vamos al ventanal, que Las Vegas aprecie cómo Min Jimin hace el amor con su esposo.

Y ahí estaban... Yoongi penetrando a Jimin mientras este apoyaba su cabeza en el cristal del ventanal.

Aquello no fue suficiente, la noche era joven....

Después irían al Jacuzzi.


Delineaba la espalda de Jimin mientras veía hacia el ventanal, lo hicieron toda la noche y madrugada gastando todo el lubricante. El cuerpo a su lado se removió perezosamente y entre abrió los ojos por la luz que pegaba en su rostro.

Yoongi le abrazó y dejó un beso en la frente—. Buenos días, hermoso—los ojitos ajenos le miraban con amor.

—Buenos días Yoonie—bostezó—. ¿A dónde vamos a ir hoy?—curioseo.

—¿No te duele? ¿Puedes caminar?—indagó preocupado y el rubio puchero haciendo una mueca.

—Duele, si—abrazó más el cuerpo contrario—, pero quiero no se, quiero ir recorrer los arreadores, al casino tal vez.

Sus piernas estaban entrelazadas y Yoongi jugaba con los dedos de los pies de su esposo.

—Voy a buscarte ropa para ir a tomar una ducha, quédate aquí—Jimin negando con la cabeza intento levantarse y se quejó por el dolor en su espalda baja—. Obedece a tus mayores.

—Eres mayor por meses, no exageres—le sacó la lengua y se volvió a acostar, Yoongi le dio su celular para que se distrajera mientras buscaba ropa en la maleta.

Mientras lo hacía escuchaba al típico chico de subway Sufersufer correr, saltar y dar volteretas. Jimin era muy ruidoso jugando eso y maldecía por lo bajo cuando perdía.

Tomó una camisa naranja y al alzarla una pequeña caja color morada cayó de esta, alzó una ceja.

"Taehyung les dejó un regalo, no duden en utilizarlo"

Recordó las palabras de Jungkook en el aeropuerto.

La curiosidad le ganó y la abrió, era un vibrador color rosa.

Ahora escuchaba como Jimin hacia una videollamada con Taehyung.

—¿Usaron mi regalo?—preguntó curioso, percatándose en las expresiones del rubio quien negó—. ¿Por qué?— se quejó.

—Busqué en la maleta pero no encontré nada, Tae.

—De hecho—Yoongi interrumpió la conversación—, creo que encontré tu regalo, Taehyung—. Les enseñó el vibrador en sus manos y Jimin abrió la boca en grande de la impresión.

Ahh, a eso se refería Taehyung.

—Oh, los dejo. Tengo que ir a firmar unos papeles para darle el alta a un paciente. Después me cuentas qué tal Jiminie—le guiñó el ojo y colgó.

—Aunque me encanta la idea, no lo vamos a utilizar. Sigues sensible—Jimin asentó con la cabeza, Yoongi le extendió una patilla y un vaso con agua, el menor la tomó.

El resto del día se limitaron a recorrer el hotel, comieron y bebieron unas copas de vino, y fueron al casino. Jimin había visto en Intenet el arte público de city center así que decidieron conocer el lugar.

Al regresar al hotel Yoongi sorprendió a su esposo con un vuelo nocturno en helicóptero. Un viaje de una hora recorriendo los arreadores por el aire. La vista era fantástica, luces en todos lados, las personas y carros. Una ciudad que se nunca descansaba.

El día había sido productivo y el siguiente lo sería más.

♦️

♦️Ya tengo todos los capítulos acabados :')

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