Futuro líder
Salí a caminar por el jardín, y con suerte, poder despejar mi mente.
Me encanta sentir el viento en el rostro, despeinado mi cabello. Es una sensación muy tranquilizante y se siente tan bien.
Respiro hondo llenando todos mis pulmones de oxígeno, luego lo dejo ir.
- ¿Tu debes de ser el bastardo? - dice alguien por detrás sacandome de mi ensimismamiento.
Volteó para ver de donde provino esa voz, era un chico. Aparentemente menor que yo, pero no nos llevábamos mucha diferencia.
Tenía casi todas mis características: ojos expresivos de un tono azul claro, casi era de mi tamaño, vestía elegante (así que un empleado no era) la único que lo distinguía de mi es su cabello rubio ondulado.
- ¿Disculpa? ¿Te conozco?
- No, aún no.
- ¿Por qué dijiste eso? - pregunto.
- Todavía no lo sabes.
- ¿El que?
- Olvidalo - dice sin mucho interés, caminando hacia otro lado.
- ¿Quién eres? - interrumpo su ida.
- Soy Leonardo, el hijo legítimo de Tomás.
¿Por qué eso no me sorprende? - pienso de vacilante.
- Quiere decir que somos hermanos. De hecho el también es mi padre.
- Ahí te equivocas. El es mi padre, pero el tuyo... No se quien pueda ser - responde y sigue su camino.
¿Qué quiso decir con eso?
Probablemente no quiere admitir que somos hermanos.
Mi padre siempre fue un imbécil, estando con mi madre se acostaba con la primera que le pasaba por delante. Por eso de tener un hermano regado no me sorprende en lo más mínimo.
Más bien el sería el bastardo, pero por algún motivo eso que dijo me causó curiosidad así que fui a buscar a la persona que podría tener la respuesta a todas las preguntas.
- Necesito hablar contigo - le digo a Tomás que se encontraba con unos amigos.
- Ahora no puedo.
- Es importante - replicó.
- Ey muchachos les presento a mi hijo Taylor y el futuro líder de la manada - Me arrastra por la espalda para presentarme a sus compañeros.
¿Qué? ¿Futuro líder?
Esta demente si de verdad piensa que aceptaré tomar su lugar en la manada, es que ni siquiera voy a formar parte de eso.
Todos aplauden y celebran mi llegada.
- ¡En serio necesito hablar contigo! - Digo está vez alzando un poco la voz para llamar su atención.
- Por supuesto, hijo mío. Sigueme - Me conduce a un lugar más reservado - ¡¿Qué quieres?!
Ese si es el hombre que conozco.
- Conocí al tal Leonardo, dijo que era tu hijo, pero yo no y lo más curioso es que ahora tu dices que soy el próximo líder.
- Por dios no podía mantener la boca boca cerrada - habla para si mismo pasándo una mano desde la frente hasta la barbilla.
- Si eso es verdad, me importa muy poco porque realmente desearía no ser tu hijo, pero pensaba que sólo los hijos legítimos podían asumir el papel del macho Alfa Supremo de la manada.
- Es cierto, no soy tu padre pero tu serás mi sucesor te guste o no. Porque nadie sabe que la zorra de tu madre me traiciono con cualquiera...
- ¡Cállate! ¡Lava tu sucia boca antes de hablar de mi madre, idiota!
Me abofetea.
- ¡Mocoso del diablo a mi me respetas y cuidado con volver a alzar la voz Me oiste!
La conversación se estába exaltando considerablemente. Dos hombres lobos enfadados y encerrados en una misma habitación es lo peor que pudiera pasar.
Estoy fuera de mis casillas, los puños apretados, mi ojos echaban fuego, los colmillos estaban expuestos y la tensión se podía percibir en el aire. El también está en las mismas condiciones que yo.
- ¡Vete olvidado de que sea el líder! - Dije mis últimas palabras y me dirijo lo más lejos posible de el sino quiero cometer una locura.
- Eso ya lo veremos - responde para si mismo pero lo pude escuchar a la perfección.
🐺
Ahora me encuentro en el patio caminando a toda prisa entre los invitados, tratando de calma mis demonios.
- ¡Taylor, ven muchacho ven con nosotros para festejar! - dice uno de ellos.
- No, gracias. - respondo en seco sin ni siquiera detenerme para mirarle.
- Insistió, por favor.
- ¡Te dije que no quiero! - digo en un tono muy elevado a tal punto que todos dirigieron sus miradas hacia mi.
Deje salir toda mi ira con ese señor que no tenía nada que ver con mis problemas, me siento un poco culpable por tratarlo de ese modo y sin merecerlo. Así que me disculpo observando a todos a mi alrededor y salgo de ahí casi corriendo.
Al final del patio ya no había nadie sólo una señora de buen vestir. La ignoro y si caminando, falta muy poco para llegar a la cabaña que ahora era mi hogar.
Pero la señora se me interpone, bloqueando mi paso.
- ¿A dónde vas tan enojado? - pregunta.
- Me dirijo a mi casa, con permiso - trato de rodear la, pero se sigue tratando de impedir que avance.
- Espera, tu eres Taylor ¿verdad?
- Ya lo descubrió, ahora quitesé.
No quiero ser descortes con ella, pero me está sacando la poca paciencia que me queda aún.
- Tranquilo sólo quiero hablar contigo.
- No es un buen momento.
- De hecho este es el momento apropiado teniendo en cuenta que necesitas a una amiga, a alguien con quien tener una plática decente.
- ¿Qué le cuesta apartarse y ya?
- Escucha... se que aveces la vida puede ser dura, pero no puedes dejar que te supere de esta forma.
- No sabes de lo que hablas, ni siquiera sabes nada sobre mi, así que te voy a pedir que no opines nada con respecto a ¡MI VIDA!
Trato de quitarla del medio aplicado un poco de fuerza pero me sorprende ver que no puedo, ella es más fuerte de lo que esperaba.
- Hasta que termine de decir todo lo que tengo que decirte no dejaré que te vayas.
- Ya veo que no me queda elección. Pues entonces te escucho.
Si te ha gustado la historia hasta ahora por favor ayúdame con tus votos y comentarios. No olvides que tú opinión cuenta.
Con cariño Katy 😘❤
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