Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo único

Sentía derretirse en sus brazos ante cada una de esas deliciosas caricias que recibía, tan suaves que irradiaban ese amor tan intenso que guiaba sus corazones de jóvenes amantes. No había momento alguno en el que no se demostraran mutuamente esas emociones tan puras, sus deseos carnales a flote pero siempre bajo la idea absoluta de jamás lastimarse.


Uno de los dedos del mayor de los dos rozó por sobre aquellas marcas en su pecho, sacándole un suave suspiro que los hizo a ambos perderse unos segundos. Abbacchio contorneó cuidadosamente aquellos tatuajes que adornaban curiosas a su amante que estaba en ese punto ya a su absoluta merced; luego su mano viajó por ese bien marcado cuerpo antes de apartarse, aún manteniendo esa mirada neutra fija sobre el rostro del de cabello oscuro.




— Bucciarati —suspiró acechando su cuello, en respuesta, el susodicho se mordió el labio inferior; ansioso, jadeante.


— A-anda... puedes moverte.



Estaba listo, y su confianza en él era suficiente que no dudaba en entregarse por completo a aquel que por ya bastante tiempo fue tan devoto a él, a seguirlo, apoyarlo, brindarle el mayor apoyo posible desde que optó por seguir su camino. No le cabía duda alguna acerca de que, en verdad, anhelaba desde hace tiempo tener un momento de semejante intimidad con aquel de cabello blanquecino.


Gimió apenas sintió al contrario moverse, embistiendo suavemente y aún teniéndolo preso en aquel abrazo que funcionaba bien para soporte y moverlo a su antojo, aún si debía más bien montarlo. No, Bruno no debía esforzarse demasiado... Abbacchio, con cierto recelo ante aquel fugaz pensamiento de obligar a ese apuesto hombre a moverse por su cuenta, decidió dar lo mejor de sí y estimularlo más, atacando la piel clara del suave cuello de su jefe... curiosa forma de llamarlo. Curioso... sobre todo considerando que desde hace ya algún tiempo, solían tener aquellas prácticas sexuales. ¿Qué eran fuera de todo ese asunto de Passione?



No lo meditaba mucho antes de responder; de hecho, ninguno de los dos titubeaba al dejarlo muy en claro entre ellos...




— H-hey, Bucciarati —volvió a llamar, esta vez presa del placer soltando varios jadeos entrecortados para así lograr articular unas cuantas palabras —; te amo...


— T-también te... ah... hah~, a-amo... Abbacchio~ —esa respuesta tan dulce fue suficiente incentivo para que sus embestidas aumentaran un poco, lo suficiente para hacer al menor rozar el cielo pero no para lastimarlo. Siempre todo con mesura, era su forma de actuar.




Las marcas del labial de Abbacchio quedaron regadas por el cuello, pecho y hasta en el mismo miembro del de oscura cabellera una vez terminaran su sesión de esa noche. Rendidos, optaron por permanecer quietos, unidos mediante un abrazo simple, y en absoluto silencio; mismo que fue roto cuando el carraspeo del mayor llamó la atención.


Había algo que debía decirle, algo nuevo, tan similar a los sinceros discursos que le daba cada noche pero que a su vez fuera único y no repetitivo.




— Siempre me acabarás sorprendiendo en esto —musitó con infinita calma Abbacchio, aprovechando abrazar a su pareja para con su pulgar acariciar esa tersa piel —, de verdad que no me arrepiento de nada desde que te conocí... y me alegra que mis alegrías sean por y para ti; realmente haberte conocido ha curado mi alma de una forma que no creí posible; te has ganado un lugar fijo en mi mente, que solamente puedo recordarte cada segundo... Me has vuelto adicto a ti, Bucciarati; al dulce sabor de tus besos, la calidez de tus abrazos... ya no puedo imaginar una vida sin ti a mi lado... —un dedo se colocó sobre su boca, impidiéndole seguir.


— Oh, mi dulce Abbacchio... no hay necesidad de que me lo repitas a diario —esbozó una pequeña sonrisa, antes de levantarse un poco para acercarse y besarlo. Un suave roce entre sus labios fue suficiente para poner a ambos algo nerviosos —; sabes que con o sin esas palabras, yo entiendo perfectamente lo que sientes y estoy feliz de poder contar contigo también, por favor, no te separes de mi lado, jamás —esta vez dedicó un beso en la frente ajena, apartando antes el alborotado cabello claro.




Nuevamente silencio, y enseguida un abrazo; risas y besos resonaron.




Ti amo, mio bellissimo amore~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro