009 🎭
"Esta es una Belladona. Es mi flor favorita y la única que mantengo en la sombra. Es una de las plantas más venenosas ya que puede provocar cuadros de delirio, infartos, alucinaciones, incluso la muerte. Me la regaló mi difunta mujer en uno de sus viajes a Europa cuando aún nos estábamos conociendo... . Desde entonces, la cuido con mucho cariño y con mucho cuidado".
El señor Chae le explicó a Wonho cada uno de los significados de las plantas y flores que cultivaba en el invernadero. Siempre le hacía ilusión tener invitados a los cuales poder inculcar el amor por la botánica.
"Papá, creo que ya es suficiente" se quejó el menor de los tres.
"No, para nada. Es agradable escuchar a alguien hablar tan bien de lo que le apasiona. Además, las flores son preciosas. ¿Cuánto tiempo le dedica, señor?".
"Todas las mañanas, por supuesto. Hyungwon no es muy dado al cuidado de otro ser vivo y son pocas las veces en las que le dejó entrar aquí".
Hyungwon se puso igual de rojo que las amapolas que tenía al lado. Estaba empezando a pensar que pasar el día con los dos hombres más importantes de su vida, no había sido tan buena idea.
"Vosotros seguir con las plantitas que yo estaré en la cocina" dijo con un ápice de disgusto en su voz. Al darse la vuelta para salir del invernadero, pudo sentir en su nuca la mirada del mayor clavándose sobre él. Mas no se detuvo y le puso a prueba.
Una vez en la cocina, abrió la nevera para servirse un smoothie de fresa y plátano. La humedad y el calor del invernadero contrastado con el frío otoñal de la casa, provocaron en su delgado cuerpo, varios escalofríos. Con el smoothie en la mano, cerró la puerta de la nevera llevándose un susto - bastante esperado - provocado por la presencia de Wonho.
"¿Ya han terminado las lecciones de cómo plantar un Aloe Vera?" sonrió con sarcasmo.
"Tu padre es un hombre muy sabio" se acercó a él. "Pero me preocupa que tengáis plantas tan peligrosas ahí fuera...".
"Nunca las usaría contigo" bromeó. "Lleva años cuidando de ellas, no pasará nada. Tenemos medicamentos por sí cocina con la planta equivocada..." Bebió del batido, apoyándose en la encimera de mármol.
La cara de sorpresa que puso su compañero le resultó entrañable. Le entretenía jugar con él. Provocarlo. Aquellas flores venenosas se encontraban en la zona del invernadero donde no daba la luz del solo para saber diferenciarlas con otras aparte de que esa era la condición en la que debían estar. Jamás se le ocurriría utilizar la Belladona con Wonho. Con él no.
"Pareces un conejito asustado" rió.
"Es tu forma tan natural al hablar de eso. ¿Acaso hubo accidentes por ello?" preguntó curioso.
"Casi... pero no me apetece hablar de eso"
Wonho asintió aún con curiosidad. Pero entendía que podía ser un tema delicado si el accidente fue grave y con alguien de su núcleo familiar. Los dos se quedaron por un largo rato mirándose a los ojos. Se resistía a mirar los labios del menor que estaban húmedos por el smoothie. Hyungwon dejó el vaso de cristal en la encimera y se acercó al mayor. Recorrió con sus manos los brazos fuertes de este hasta llegar a sus hombros.
"¿Has sabido algo de Umma?" preguntó disimulando inocencia.
"Pasó la noche con uno de sus amigos. Me envió una foto de no muy buena calidad" suspiró y se detuvo para acariciar con delicadeza la cintura del menor antes de seguir hablando. "Lo haría con la intención de ponerme celoso pero el chico me llamó para explicarme qué hacía con ella. Le conté que lo habíamos dejado y se enfadó al sentirse utilizado".
"¿Y tú cómo te sientes? No me gustaría saber que te viste presionado a tomar esa decisión por todos mis comentarios y por lo que te dicen los demás...".
"Hyungwon, quiero saber lo que piensas en todo momento. Sobre todo si afecta a nuestra amistad".
Hyungwon ahogó un gemido cuando las manos cálidas de Wonho, se colaron por debajo de su camiseta y le acarició. Su corazón empezó a latir con fuerza. Sus mejillas volvieron a tornarse rojas, y sus ojos brillaban tanto como los del contrario. Mil escenas empezaron a reproducirse en su cabeza como el carrete de una película antigua.
"Ayer pude pensar largo y tendido en aquella noche" susurró. "En el beso que nos dimos y cómo me sentí…" habló tímido.
"¿T-te gustó?"
"Algo así…" miró por encima de su hombro para asegurarse de que el señor de la casa no estaba escuchando. "Fue tan distinto. Tan íntimo. Estábamos solos y en lo que duró el beso los ruidos del exterior dejaron de existir. Nunca había reaccionado así. No soy un chico celoso ni pretendo serlo pero, de cierta manera, me molestó que Kai te besara…" suspiró sin atreverse a mirar al menor. "Es raro hablar de esto"
"¿Por qué?" Hyungwon alzó una de sus manos. Tomó la barbilla del mayor con sus dedos para tener un contacto visual. "Eres humano, es normal sentir deseo por alguien. Y el ambiente solo ayudó…" sonrió. "A mí me gustó mucho" se mordió el labio cuando Wonho se sonrojó. "Me gustó como tus labios y los míos se conectaron. Cuando tus manos me sujetaron con fuerza. No pude dormir en toda la noche…"
Wonho no sabía por dónde meterse. Sus manos seguían en las caderas de Hyungwon. Ahora frías y estáticas. Su pecho subía y bajaba con rapidez debido a las palabras del menor. Tantas veces le había protegido para que cuidara su lenguaje y sin ser muy explícito, le había hablado con tanta suavidad y sensualidad que la impresión le embargó. Hyungwon aún le sonreía, le daba leves caricias en la mejilla que tanto ardía. Su voz era profunda y dulce.
"Dime algo, lo que sea. O bésame otra vez" acercó sus labios a los temblorosos del contrario. "Una vez más. Sin alcohol. Sin música que no nos deje escuchar lo que nuestros cuerpos digan".
"Hyungwon, y-yo no creo estar preparado para que suceda esto entre nosotros. Acabo de dejarlo con Umma…" dijo asustado.
"Pues no le pongamos etiqueta a nada hasta que lo estemos. Y por favor, cuando me tengas así de cerca, rogando por tus labios, no hables de esa chica que tantos problemas te ha dado" advirtió.
Wonho asintió con la cabeza. Pasaron unos segundos en los que no se dijeron nada más. Demasiado temor. Mucho en lo que pensar. Una sola decisión. Ahora. En este instante. En la cocina.
Con nerviosismo, Wonho terminó con los centímetros que los separaban. Sus labios volvieron a unirse. No había rastro de alcohol. Nada de música a su alrededor. Solo el ruido proveniente de los aspersores del jardín. Paz. Tranquilidad.
"Esto está bien, ¿verdad?" habló entre besos.
Hyungwon musitó un «sí». Con los ojos cerrados le abrazó y se dejó llevar. No era un beso pasional como el de aquella noche. Era más lento. Apreciando el poco tiempo que tenían antes de ser descubiertos. Estaban sobrios. Demostraban que se querían. Recordarán esto hasta donde les alcanzara la memoria con el paso del tiempo.
"Tengo miedo de lo que diga la gente"
"Solo piensa en mí..."
Se preguntó cómo podía tener tanta firmeza en sus palabras. Le conocía bastante bien, quería pensar. Era un chico de pocas palabras, tímido y cariñoso. Pero en ese instante transmitía otra aura diferente.
Finalizaron el beso cuando escucharon la puerta corredera abrirse. Las bocas de ambos se encontraban rojas por los largos minutos de besos y pequeñas mordidas. Agacharon la cabeza cuando el señor Chae entró en la cocina. Hyungwon se puso delante de Wonho para evitar preguntas incómodas de su aspecto.
"Creía que te habías ido ya" dijo mientras se quitaba los guantes que usaba para mover la tierra de las plantas. "¿Por qué no te quedas a dormir? A Hyungwon le vendría bien algo de compañía y así desayunamos juntos".
Wonho apoyó su cabeza en la espalda del menor y rió nervioso.
"No quiero molestar, señor" mintió.
"No acepto ningún no por respuesta, jovencito" acabó de limpiar. Miró a su hijo. "Prepara tu cuarto para tu amigo. Llegaré temprano a casa…" se acercó y le plantó un beso en la frente "te lo prometo"
Se despidió también de Wonho antes de irse a trabajar y dejarlos solos. Una vez el señor de la casa cerró la puerta con llave, suspiraron soltando todo el aire que habían contenido en sus pulmones por la tensión acumulada.
"Bueno, ve pensando en qué quieres para cenar porque yo necesito mi tiempo". Dijo Hyungwon separándose de él.
"Espera… " fue tras él hasta que llegaron a la habitación. "sobre el chico de los mensajes, no he vuelto a recibir nada de él pero si eso pasa otra vez y nosotros llegamos a…tener algo, ¿te molestarás conmigo?" hizo un puchero con sus labios.
"No le conoces. Solo son mensajes y fotos, ¿por qué me enfadaría contigo?" sonrió para reconfortarlo. "Somos tú y yo, hay confianza y comunicación pero no tienes porqué pensar en eso ahora ni darme explicaciones"
Wonho asintió aliviado. Se sentía como un niño confundido. Cogió del armario una de las camisetas más anchas que usaba Hyungwon para las clases, y la utilizó de pijama. Mientras el otro preparaba las habitación, él se metió en la ducha para deshacerse de la erección. Intuía que el menor la había notado al darle la espalda porque él sí se fijó en la suya y como la ocultaba con la camiseta. Salió de la ducha, se secó con la toalla para no hacerle esperar más tiempo y se puso la camiseta. A él no le quedaba tan grande pero pasaría por esta vez. Con el pelo aún mojado, caminó por la casa buscando a su mejor amigo. Lo encontró tumbado en la cama durmiendo.
"Con que necesitas tu tiempo para cocinar, ¿eh?" negó con la cabeza, sonriendo al ver su rostro tan relajado.
Wonho salió de la habitación para dejarle descansar. Cogió su teléfono móvil y borró todos los mensajes que le había enviado Umma en la mañana. Ahora no eran nada. No tenía que soportar sus mensajes de reproche y enfado. Era libre de nuevo. Quizás en clase lo pasaría mal porque tendría que verla muchas horas seguidas al día, pero con compañeros tan buenos que tenía a su lado, sería fácil superar la relación que habían tenido.
Apagó el teléfono y lo guardó en algún sitio del salón de la casa para no cogerlo más en lo que restaba de día. Era un invitado amigo, por lo que tenía que centrar su atención en Hyungwon y en nadie más. Aprovechó que el menor dormitaba para preparar la cena.
Y mientras lo hacía, rezaba para no perder el control y acabar haciendo algo más que dormir en la cama con su mejor amigo.
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