Capítulo 15: Ansiedad
Un hijo.
Lo había deseado por tanto tiempo...
Un hijo idéntico a él, tan precioso como Loki.
Pero no podía saberlo, cuando su primogénito nació luciendo exactamente como él no pudo evitar lanzar un suspiro resignado. Cabello rubio, ojos zafiro, era una copia en miniatura.
El puchero que se formó en su rostro hizo reír a Loki, tal vez hubiera carcajeado de enfadar a su hermano hasta en esos momentos, pero dolía.
No, no había acabado.
Otra criatura había crecido en su vientre.
Thor se encontraba contemplando al niño, después de todo, era lindo porque había salido de Loki y era fruto de su amor. Estaba sano.
Le sonrió antes de besar su frente para entregárselo a una ansiosa enfermera que ya estaba a punto de perder los nervios ante ese, algo odioso, padre primerizo.
Un quejido de Loki desvío su atención de inmediato. No había terminado.
Sus ojos brillaron cuando un bebé con algunos cabellos negros llegó al mundo gritando suavemente. Pero eso no era lo que captó su atención. La piel del bebé era azul, lo tomó entre sus brazos de inmediato. Ah, no podía describir lo feliz que se sentía. No podía ser más feliz, pero el bebé era una caja de sorpresas. Abrió sus ojos por un momento, y dentro de ellos reposaban una esmeraldas, las más hermosas que había visto, después de las de su Loki, por supuesto.
Eran tan parecidos. Un recuerdo vino a su memoria, un pequeño bebé fue puesto en sus manos hace muchos siglos, aunque juró protegerlo... lo hirió, pero eso no pasaría de nuevo.
Lágrimas nublaron su vista, otra enfermera le arrebató al pequeño bulto de las manos. Reaccionó, pero las lágrimas no se detuvieron.
–Eres un sentimental.–La suave voz de Loki lo llamó. Se veía cansado.
Se acercó a él lo más rápido que pudo abrazándolo delicadamente, tratando de no dañarlo. Loki rió bajo.
–Son preciosos. Serán unos príncipes dignos. Oh, Loki, me haces tan feliz.–Exclamó repartiendo besos por toda su cara.
–... ¿Thor es que acaso estás ciego?–Rió el pelinegro.
–¿Por qué lo dices?
–Princesas, quisiste decir. La mayor es idéntica a ti, ¿Verdad? Es preciosa.
–... ¿Eh?
–Aunque es una pena que tenga esos rasgos tan toscos tuyos...
–Loki... ¿Eran niñas? ¡¿Ambas?!
–Sí, y la segunda tenía una piel que era azul, por si no lo notaste.
–Ah, yo... creo que...
–Sí, creo que deberías sentarte. No quiero un mastodonte desmayado sobre mí.
El dios del trueno se sentó, a decir verdad pensó que debía preocuparse por el que creyó niño, al parecerse a Loki no le faltarían pretendientes, pero ahora que sabía que sus bebés eran niñas... Tal vez debía esconderlas en lo más recóndito de los Nueve Reinos protegidas por Jörmungander.
–Thor, sabes que cuando piensas te ves muy atractivo, pero me temo que tus ideas son todo los contrario.–Lo sacó de sus pensamientos.
–Pero... Ellas...
–Oh, ya veo, serás del tipo sobreprotector, ¿Eh? Bien, entonces yo también lo seré. Las sobreprotegeré de ti.
– ¡Loki! ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué se supon– Su teléfono interrumpió su paranoia.
–¿Quién es?
–Ah, es Tony. Hoy es su cumpleaños, que coincidencia...–
–Oh, no.
–¿Hola?... ¿Tony?... ¿Para qué?... ya veo... Okay.– Asintió mientras le sonreía a su pareja y le pasaba el teléfono, Loki rodó los ojos.
–Hola, Stark.– Saludó de mala gana.
“Hola, Cuernitos” Por su voz en el auricular se escuchaba sobrio, lo que le pareció extraño al pelinegro. “Dime una cosa, ¿Lo hiciste a propósito o fue una gran coincidencia?”
–No es como si el día de hoy tuviera algo de especial. Fue el destino que mis hijas nacieran hoy.
“Oh, bien, pero déjame decirte que aunque hayan nacido el mismo día, y aunque sean hijas de dioses, no serán tan talentosas, inteligentes y bonitas como yo.”
Loki suspiró.
–No, ojalá y no sean como tú. No lo soportaría.
“¿Ah? Bien, espero que sean exactamente como tú.” Casi podía ver su sonrisa.
–Eso sería encantador. Que Odín te oiga.
“Ja, pues dímelo en una semana, mi querida diva.”
–Claro que lo haré. Y ahora, sí me disculpas, puedo ser un dios o algo así, pero acabo de alumbrar y quiero descansar. Así que me privaré de oír tu agradable voz y me iré a dormir.–Dijo con la voz más monótona que pudo, oyendo una risa al otro lado de la línea.
“Oh no, no tienes que hacer eso... Porque...”
Rodó los ojos otra vez.
La puerta de su habitación se abrió de repente haciendo que casi saltara de la cama. Invocó un cuchillo de inmediato y no lo guardó aún cuando descubrió que esa inesperada visita era Tony Stark.
–¡Estoy aquí!– Anunció, como si no lo hubiera notado. Tony, como siempre, no había llegado sólo. Estaba acompañado por unos pobres muchachos cargados de regalos.
–¿Por qué te dejaron entrar?–Murmuró para sí mismo mientras frotaba su entrecejo, siendo escuchado por el castaño.
–Tal vez sea porque este hospital es mío, no conozco muchos por aquí que ayuden con el parto de un dios, ¿sabes? Pero creo que el motivo principal es porque ninguna recepcionista puede resistirse a mis encantos y a mi elocuencia. Una enfermera trató de detenerme pero era porque no me había reconocido. Y heme aquí.
–Vaya eso me hace tan feliz, pero no recuerdo haber solicitado tu presencia, mi querido hombre de hojalata.–Sonrió cínico apuntando al hombre frente a él con el cuchillo, éste sólo le dedicó una encantadora sonrisa acercándose para abrazarlo. Sabía cuánto lo odiaba, cuánto odiaba los abrazos. Loki se debatía entre apuñalarlo o llamar a Thor y armar un teatro. Bueno, después de todo era el cumpleaños del castaño así que lo pasaría sólo por hoy.
Cerró los ojos tratando de no sentirse asqueado por el fuerte olor a alcohol y vainilla que desprendía el hombre de hierro. Una tos incómoda los interrumpió. Thor estaba parado en el marco de la puerta con dos pequeños bultos que se vean aún más diminutos en sus brazos enormes. Loki se preguntó en qué momento se había ido, ese Tony Stark tenía un don para captar la atención.
–Creí que desearían verlos.
–¡Pero por supuesto que sí!–Tony revoloteó alrededor de Thor, pero sin intentar tocar a sus bebés.
– Tráelos aquí.– Casi ordenó el pelinegro. Thor asintió sonriente, acercándose a su pareja que intentaba ocultar su ansiedad de una forma adorable moviendo sus manos nerviosamente.
Loki extendió sus brazos para tomar a la primer bebé, acunandola en su pecho para recibir a la otra.
–Una de las bebés es... ¿azul?
–¡Sí! ¿No es preciosa?–Contestó el rubio casi gritando, obviamente estaba orgulloso de su bebé, de las dos.
Loki lo fulminó con la mirada, y antes de que el rubio pudiera entender porqué las bebés, que hasta ahora habían estado dormidas, despertaron llorando.
El pelinegro soltó un bufido para luego mecer a sus bebés suavemente mientras las arrullaba. Tenía una mirada tan dulce en su rostro que Thor deseó que el hombre de hojalata no pudiera verla, quería golpearlo por esa sonrisa boba que tenía en el rostro, si, era una escena conmovedora, pero era su familia. Suya...
–No empieces.–Susurró Loki como si leyera sus pensamientos. No hacía falta, con sólo ver su ceño fruncido era suficiente. Su advertencia fue escuchada de inmediato.
–Lo siento... Por cierto, Tony, ¿Dónde están los demás?– Thor intentó cambiar el tema lo que pareció incomodar a todos en la habitación.
Sí, Loki algunas veces era difícil de tratar, pero no venir en un día tan especial era demasiado.
–Bien... Steve, Clint y Natasha están en una misión, no sé de qué se trata porque es una misión de SHIELD, así que me dejaron solo en mi cumpleaños por irse a su misión. El capitán parecía muy interesado, un viejo amigo según parece, en fin. Oh, y Brucie está en casa, en el taller, decidió no venir para no provocarle estrés a Loki. Sabe que no le agrada el “otro sujeto”. Es tímido, así que seguro espera una invitación, no pude obligarlo a venir y no insistí más porque valoro mi vida.
–Ya veo...– Murmuró el rubio , se veía apenado, seguramente quería presumir a sus niñas a todo el mundo.– Luego organizaremos una reunión formal. De cualquier forma las princesas de Asgard deberán ser presentadas ante los Nueve Reinos.–Agregó con creciente determinación dedicándole un mirada a su bebés que se removieron en los brazos de su madre.
Entonces lo vió.
Loki no parecía para nada feliz.
Estaba pálido, más pálido de lo normal y sus manos habían comenzado a temblar.
Ante la oleada de emociones de su progenitor las bebés estallaron en llanto, un llanto que Thor no pudo comprender. Pero que le erizó la piel al notar que la habitación se cubría por una gruesa capa de hielo y las runas de una de sus bebés empezaban a activarse.
–Loki. Loki, cariño, tranquilízate, estás alterandolas.–Llamó a su hermano que no parecía reaccionar. Colocó una mano sobre su hombro protectoramente. Trató de mirarlo a los ojos, sus esmeraldas empañadas en lágrimas se tornaron rojizas y su piel azul. Thor se desesperó.–¡Loki, por favor, cálmate!
–Cuernitos, el pronóstico del clima de hoy era todo lo contrario al actual, así que, ya, todos calmados.–Tony intentó acercarse al dios del trueno que, sin notarlo, ya se veía afectado. Éste notó su preocupación e intentó calmarse, haciendo que la tormenta amainara un poco.
–Estoy bien.–Afirmó Loki recomponiendose.
–Loki...–Thor acarició su mejilla. Su mirada le rogaba que le dijera qué era lo que pasó.
–Estoy bien.– Repitió para después bajar su mirada hacia sus llorosas hijas y recitar un conjuro que las durmió al instante.
–Pero, Loki...
–Vamos, si cuernitos lo dice, entonces está bien.–Lo interumpió el castaño palmeandole la espalda.
Thor no respondió, sólo dió una mirada inquisitiva a su pareja que evitó hacer contacto con sus ojos.
–Bien, creo que será mejor que los deje solos. Sólo vine a ver a las princesitas por un rato. Además una fiesta sin un cumpleañero es algo extraño, Pepper va a matarme por escapar de esa aburrida reunión. En fin, ¡Felicidades por sus hijas!–Dijo Tony despidiéndose de sus amigos, haciendo un gesto con la mano, sí, como ya había dicho antes, valoraba su vida.
El hombre de hojalata se fue dejado aún más preocupado a Thor ya que no había oído ni una risita de su hermano cuando casi tropieza con el hielo que cubría una parte del suelo.
–¿Loki, no me dirás qué es lo que te sucede?
–Padre. Madre. Ellos... Yo... soy un mal hijo, Thor. A pesar de que ellos me cuidaron, aún cuando no soy hijo suyo, aún siendo hijo del enemigo... A pesar de todo ellos me cuidaron. ¡Y yo les pago de esta forma! ¡¿Y les pago de esta forma?!
–Loki, sabes que eso no es–
– Siempre estoy haciendo honor a mí título, aunque eso no es mi deseo, Thor. ¿Qué voy a hacer ahora? Puedo esconderme de Heimdall, pero esconder a cuatro personas es algo difícil.
–Loki, no me digas que...
–Tenía que hacerlo, Thor. No podía permitir que ellos se enteraran. ¿Como estaría mamá? ... Seguramente horrorizada.
–Loki, tú me dijiste que eso ya no te importaba. ¿Como pudiste hacer esto durante tanto tiempo? Si tanto te preocupa madre, ¿Como crees que está ahora, sin noticias de sus hijos por más de un año?–Dijo intentado razonar.
–No es así, sólo he creado ilusiones. Tú con la mortal y yo... Todo es como antes. Pero... Estoy agotado, estoy agotado y tengo miedo... ¡Tengo mucho miedo, Thor!–Dijo ya con lágrimas en los ojos.– Ya no quiero que pase lo de hace un momento, no quiero ser un monstruo, pero tengo miedo... Tanto, tanto miedo.
Para Thor era algo difícil encontrar las palabras correctas en momentos como ese, sólo quería que el llanto de su hermanito se detuviera, consolarlo, pero la única manera que se le ocurría siempre era abrazarlo, sin palabras. De esa forma Loki sabía que estaba allí con y para él.
–Te amo, Loki. Y no importa lo que suceda yo te protegeré, ¿Está bien? ... Sólo quédate a mi lado.
Era tan fácil decirlo.
Sonaba ya fácil.
Loki se aferró a sus bebés, acercándolas a su rostro mientras susurraba cosas que el rubio no pudo oír.
Loki sentía una calidez indescriptible. Tenía su tesoro más preciado entre sus brazos y al hombre que amaba junto a él... Esa sensación de felicidad siempre le causaba ansiedad.
–No quiero que nada les suceda, ni a ti, ni a nuestras hijas...
–No pasará mientras viva, lo juro.–Prometió solemnemente mientras deslizaba su mano por la mejilla empapada del pelinegro, intentado secar las lágrimas que no parecían tener fin.
–... Thor, ¿Puedo pedirte un favor?– cuestionó con aire reflexivo.
–Lo que sea.– Respondió inmediatamente, algunas veces parecía que Thor no aprendía de sus errores.
–Escapemos.–Sentenció seguro, esbozando una sonrisa mientras le daba una mirada cargada de desesperación a su pareja.
Thor frunció el ceño, frustrado.
Hola, sip, sip, lo dejo aquí porque el capítulo se hizo largo de repente. Sé que dije que sólo sería un capítulo más, pero, bueno, no es tan malo si se alarga un poco, ¿No?
En fin, me da algo de pena, acabar el fic, quiero decir.
Es mi primer Thorki.
Ah, a Loki no le agrada el “otro sujeto” porque un día le jugó una broma que no le fue tan bien, como ya había dicho los vengadores se reúnen por primera vez por otro villano.
¿Sabes?
Me alegra leer los comentarios, ver las opiniones, las tonterías que comentas. Me hacen reír.
Hey, gracias por leer esto.
Me hace feliz ya que un puberto-adolescente que escribe fanfics homosexuales incestuosos no recibe buenas críticas en la realidad, fuera de internet quiero decir.
Así que gracias por las cosas bonitas, por seguir este intento de fanfic, y por eso.
¿Se nota mucho que estoy de buen humor? Es que mi crush me habló hoy. Además hoy actualizan, ya tu saeh 7u7, o tal vez no. Yo sí sé, pero no te woa decir.
En fin, cariños o como se demuestre afecto <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro