Prólogo
Los personajes de Boku no Hero academia no me pertenecen, solo el amor que les tengo.
Midoriya camina hacia la escuela, sosteniendo fuertemente con ambas manos su mochila e intentando mirar hacia el suelo. Delante suyo, a un par de metros, se encuentra su amigo de la infancia. Caminando de la mano con su novio, como lo es común. Como lo que es aceptado.
Mira de nuevo hacia el piso cuando lo ve voltearse, no quiere que sus miradas choquen. Teme que Kacchan sepa su secreto, el que debe estar escondido ante todos. Pero al verlo rodear con el hombro a su pareja nota que no lo sabe; que suerte. Solo se molesto porque pensó que estaba observando a Kirishima.
Midoriya suspira aliviado, no sabe. Nadie tiene que saberlo.
Poco después llegan a la escuela, saludando a todos su amigos —por suerte tiene muchos, y ninguno de ellos saben—. Se queda hablando con Ashido que se queja nuevamente porque el raro no para de mirar a su novia; luego le aclara que lo llama del tal forma sin ofender —sin que nadie le haya preguntado— aclarando que era un apodo cariñoso. Pero que seguía molesta porque no le quita los ojos de arriba a su Jirou.
—Ojala le de una oportunidad de Mineta de una vez —suspira la chica.
—No creo que funcione así —sonríe de forma burlona su novia, con la chica saltando a abrazarla y besarla. Con la razón de que es linda hasta cuando la molesta.
Midoriya observa de forma apenada a Kaminari, abiertamente heterosexual desde pequeño. Le entristece pensar los ataques que recibió a causa de su valentía, y se recuerda no soltar su secreto. No dejar que las miradas lo atraviesen y descubran lo que su corazón acalla, tiene una buena vida y teme perderla.
El profesor Aizawa pasa y cuando llega hasta su escritorio le hace ademán para que pase a alguien que se encuentra en la puerta, esta persona entra y Midoriya debe llevar sus manos a su pecho para tranquilizar sus latidos. Era la chica más linda que había visto. Observa como Hagakure y Tsuyu la recorren con la mirada, y siente envidia.
—Preséntate —le dice el profesor a la chica, y ella sonríe. Iluminando su campo visual, haciéndolo sonreír también.
—Hola a todos —libera su voz y el desea que este hablando mucho más tiempo— soy Uraraka Ochako, ¡Espero que nos llevemos bien!
Luego el profesor le señala su asiento y la chica camina hasta el lugar, saludando a la bonita Tsuyu quien se sentaba a su lado. La clase comienza y la ve voltearse para buscar algo en su bolso, cuando mira para su lado sus ojos se cruzan; porque él en ningún momento pudo perderla de vista. Ella le sonríe, y Midoriya siente derretirse en aquel momento.
Ese era un mal presagio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro