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cap. veintiuno

El hospital zumbaba con la actividad típica de un día bullicioso, pero para Jimin y Yoongi, el tiempo parecía haberse ralentizado mientras se dirigían hacia la sala de operaciones. Jimin, con su rostro contraído por el dolor de las contracciones, pero sereno, se aferraba a la mano de Yoongi con fuerza, encontrando consuelo en su presencia. Los pasillos blancos parecían interminables mientras que Seokjin guiaba a la pareja hacia el quirófano para realizarle la cesárea.

Yoongi no dejaba de mirar a Jimin con una mezcla de amor y preocupación. Su cabello negro contrastaba con la palidez de su rostro, pero sus ojos reflejaban una determinación inquebrantable. Seokjin, con su bata verde, les dio unas palabras de aliento antes de entrar a la sala de operaciones.

-Todo estará bien, chicos. Están en buenas manos- dijo Seokjin, tratando de calmar los nervios que se reflejaban en el rostro Yoongi.
Dentro de la sala, Yoongi se sentó junto a Jimin, tomándole la mano con firmeza. El médico y el equipo quirúrgico trabajaban con precisión mientras los monitores mostraban la vida que crecía dentro de Jimin. A pesar del nerviosismo, había un atisbo de emoción en los ojos de Yoongi. Estaban a punto de convertirse en padres.

Aferrados a la espera en la sala de espera, los padres de Jimin compartían miradas ansiosas. Namjoon, no podía ocultar su preocupación en una charla en la privacidad de su habitación su esposo le confesó su miedo por la salud del menor "el cuerpo de Mimi pasó por mucho esos años si llega a entrar en crisis no podrá salir de esta," pero aun así confiaba ciegamente la fortaleza del menor por vivir y en Seokjin con su habilidad médica. La madre de Min se sentía realmente arrepentida por los constantes malos tratos que tuvo con el menor.

-Debería haber estado allí para él desde el principio. Ahora solo quiero que ambos estén a salvo- murmuró en un susurro lleno de arrepentimiento.
Los tíos de Jimin, con sus parejas, intercambiaban miradas de apoyo mutuo. La espera se llenaba de un silencioso deseo que todo saliera bien. Junto al escuadrón de Lim, que luego de presenciar de donde había rescatado al menor hicieron la promesa de asegurar su bien estar.

La sala de operaciones pareció detener el tiempo, pero finalmente, el llanto de un recién nacido resonó en el aire. Las lágrimas de Yoongi reflejaban una mezcla de miedo superado y alegría indescriptible.

El tiempo en la sala de espera parecía eterno, lo que para cualquiera en el hospital sería un simple segundo ellos los sentían como si fueran mil horas cada vez se sentía más lento el pasar de los minutos hasta que Seokjin salió para anunciar la tan esperada noticia.

-¡Felicidades! Tienen un hijo sano- dijo desatando una ola de alivio y felicidad entre los familiares y el escuadrón.

La sala de espera se llenó de abrazos, lágrimas de alegría y suspiros de alivio. La vida de Jimin y Yoongi había cambiado para siempre, y todos allí presentes compartían en ese momento la conexión de un nuevo comienzo lleno de amor y esperanza.

-¿Jimin como esta? - pregunto de inmediato Namjoon a su esposo.
-Se encuentran estables ambos, realmente ha sido muy fuerte, todo ha salido a la perfección, - respondió realmente aliviado fundiéndose en un cálido abrazo reparador, aunque se mostró confiado en todo momento estaba el miedo latente de tener la vida de ambos en sus manos.

-¿Cuándo podremos verlos a ambos? - preguntaron los padres del menor.
-En un momento mandaré a buscarlos, en este momento están llevando a Jimin a la sala de recuperación cuando este consiente podrán verlo- informo para todos los presentes. Sin más nada que decir se retiró para poder seguir velando por el post operatorio de Jimin.

Yoongi no podía dejar de observar el diminuto ser en sus manos, sus ojos cargados de lágrimas nublaban gran parte de la vista, pero no dejaba de ser hermosa. Era una copia exacta de su esposo, sus pronunciadas mejilla y rechonchas manitos se aferraban a sus dedos, a excepción de su cabello que era negro como el suyo.
Beso con cuidado sus manitos y lo deposito nuevamente en el cunero que se encontraba a un lado de la camilla del menor. Su esposo realmente no dejaba de sorprenderlo, era un claro ejemplo de superación y fuerza. Por demasiado tiempo había postergado este momento por el miedo de que sea demasiado para el rubio, cuando menor le demostró lo contrario, no lo solo pudo con todas las emociones que conlleva un embarazo, sino que pudo hacer frente ante el accidente que casi los lleva a perder a su bebe, siendo un guerrero resistiendo hasta llevar a cabo la totalidad de los meses y ahí se encontraban admirando el fruto de vientre.

-Mi amor, te amo tanto, que no me alcanzaría la vida para devolverte ni la mitad de toda la felicidad que le has brindado a mi solitaria existencia. - decía a la vez que acariciaba con parsimonia el rostro relajado de su esposo.

-¿Yoon?- llamo en un tono bajo despertando de la anestesia. -¿bebé?

-Acá estamos mi cielo, él bebe está bien, es hermoso mi amor, es realmente precioso como vos-dijo ahogando un sollozo en la palma de su mano.

-¿Por qué llora esposito? -preguntó comenzando a preocuparse, ¿acaso había algo mal con su bebe?

-Es que estoy realmente feliz, te pido perdón por no confiar en ti, siempre me has demostrado sea tan valiente, y yo soy tan inseguro tenia tanto miedo que no pudieras con todo esto, pero estaba tan equivocado, eres grandioso mi bebe precioso, y nuestro hijo es magnífico como todo lo que haces- expreso Yoongi tomando al rubio de las manos sellando su declaración con un profundo beso volcando todo lo que lo amaba en ese acto tan noble.


Al cuarto día del postoperatorio les dieron de alta ambos, ese día volverían a su hogar, Kang había decidido mudarse de la mansión y alquilo un departamento cerca de la oficina de Yoongi para poder seguir respaldándolo hasta que pudiera organizar una rutina una vez él bebe sea más grande y a si mismo darle más privacidad a los nuevos padres, cuando el matrimonio Kim quiso seguir ese camino Jimin se negó rotundamente a que lo dejaran, en un golpe de sinceridad les dijo que no quería ser abandonado que ellos eran sus papas y los padres deberían estar siempre con sus hijos. No es que no quisiera a sus padres biológicos, pero en su perspectiva los Kim fueron sus padres por más tiempo y eso no lo cambiaria nadie.

Jimin se aferraba a su bebé con ternura mientras era conducido en la silla de ruedas por el pasillo del hospital hacia la salida. La pequeña criatura dormía plácidamente en sus brazos, ajeno al mundo que lo rodeaba.
Al llegar a su hogar, la atmósfera estaba cargada de nerviosismo y emoción. La casa estaba decorada con globos y carteles de bienvenida, pero para Jimin, la verdadera prueba de su nueva realidad estaba en sus brazos.
Sentado en el sofá, Jimin mantenía una mirada protectora sobre su bebé, mientras Yoongi trataba de disipar la tensión del ambiente. Los familiares y amigos cercanos se agolpaban en la sala de estar, ansiosos por conocer al recién llegado.

-Tal vez deberíamos dejar que la gente sostenga al bebé, cariño. No van a hacerle daño. La familia está emocionada por conocerlo- sugirió Yoongi con ternura, tratando de tranquilizar a Jimin.

-No, no pueden tocarlo mucho. Podrían enfermarlo- respondió Jimin con una mirada preocupada.

-Jimin, necesitas descansar y recuperarte de la cirugía. La familia está aquí para ayudarnos- insistió Yoongi, colocando una mano en el hombro de su esposo.

-Pero él es tan frágil, no Yoongi. No quiero que se enferme-reforzó su negativa el rubio afianzando su agarre sin lastimar a su pequeño bebe.
Yoongi se inclinó hacia Jimin y lo abrazó con suavidad. -Vamos a cuidarlo juntos. No estás solo en esto. Además, la familia solo quiere estar cerca y compartir este momento con nosotros-

Jimin asintió con timidez cedió a que solo Seokjin y su esposo lo sostengan. Reconociendo a medias la verdad en las palabras de su esposo. A medida que la tarde avanzaba, Yoongi ayudó al rubio a acomodarse en el sofá, asegurándose de que estuviera cómodo mientras se recuperaba de la cesárea.

Cuando llego la noche Jimin se negó a llevar al bebe a su cuarto alegando de que se sentiría solo, y exponiendo su temor gran temor "¿y si se lo llevan? ¿Y se lo quieren robar como a mimi?" y no hubo palabras de hicieran hacerle ceder, terminando victorioso con su bebe en la habitación principal junto a su amado esposito.

La primera vez que el bebé lloró, Jimin sintió una mezcla de ansiedad y determinación. A pesar de lo mucho que dolían sus oídos, se esforzó por levantarse y acudir al llamado de su hijo. Con la ayuda de Yoongi, enfrentaron juntos los desafíos de la nueva paternidad, construyendo un hogar lleno de amor y apoyo.
Jimin y Yoongi entendieron que, aunque su camino podría ser diferente al de otros padres, el amor que sentían por su hijo era tan fuerte como el lazo que los unía a ellos dos. En su hogar, la risa, el amor y la superación se entrelazaban, creando una familia única y hermosa.

El hogar de Jimin y Yoongi rebosaba de amor y alegría, pero también presentaba sus desafíos únicos. La llegada del bebé no solo trajo consigo pañales y biberones, sino también una serie de retos que pondrían a prueba la fortaleza de su familia.

Jimin se esforzaba por estar cerca de su hijo, aunque el llanto resonaba en sus oídos de manera intensa debido a su autismo. Cada vez que el bebé lloraba, las lágrimas brotaban en los ojos de Jimin, no solo por la angustia de no poder calmarlo fácilmente, sino también por el dolor que le causaba el ruido constante.

-No puedo soportar tanto llanto, Yoongi. Me lastima-, confesó Jimin, sus ojos vidriosos reflejando su frustración.

-Lo sé, cariño. Pero estamos juntos en esto. Vamos a encontrar una manera de hacerlo más fácil para ti-, aseguró Yoongi, acariciando la espalda de Jimin con ternura.

Decidieron explorar diferentes estrategias para calmar al bebé y, al mismo tiempo, hacer que la experiencia fuera más llevadera para Jimin. Usaron juguetes suaves, música suave y mantuvieron las luces tenues para reducir la estimulación sensorial.

Jimin, a pesar de la incomodidad que le causaba el ruido, se esforzaba por abrazar a su hijo y calmarlo. Aprendió a reconocer sus patrones de llanto y a responder con paciencia y amor, sin importar que tan desafiante podía llegar a ser.

- Te amo mi amor, eres capaz de superar cualquier cosa por nuestro hijo, realmente jamas dejare de admirarte-dijo Yoongi, sosteniendo la mano de Jimin con firmeza besando con suavidad sus labios, había decidido tomar un baño y así ayudar a su amado esposo a relajarse, aprovechando que el bebé se encontraba con Seokijn.

A medida que el bebé crecía, Jimin encontró maneras creativas de conectarse con él. Descubrieron que la suavidad de la voz de Jimin tenía un efecto calmante en el bebé, y así, las canciones de cuna se convirtieron en una rutina reconfortante.

A pesar de los desafíos diarios, el hogar de Jimin y Yoongi estaba lleno de risas, amor y pequeños triunfos. En su viaje, descubrieron que el amor de un padre supera cualquier barrera, y que incluso en medio de los desafíos, el lazo entre ellos solo se fortalecía. La historia de su familia estaba tejida con hilos de perseverancia, amor incondicional y la creencia de que juntos, podían superar cualquier cosa.

La vida en la mansión continuaba su curso, marcada por los hitos emocionantes de la infancia de Jiyoon. Uno de esos momentos memorables fue cuando los pequeños dientes de Jiyoon hicieron su primera aparición, marcando el inicio de una nueva etapa.

Jimin estaba sentado en el suelo, sosteniendo a Jiyoon en su regazo, mientras observaba con asombro esos diminutos dientes que asomaban. Aunque el proceso fue acompañado por noches inquietas y biberones adicionales, Jimin no pudo evitar sonreír ante la adorable sonrisa de su hijo.

-Mira, Yoon, ¡sus primeros dientes! - exclamó Jimin, mostrando con orgullo la boca de Jiyoon.

-Son perfectos, como él- respondió Yoongi con una sonrisa amorosa, acercándose para admirar los pequeños dientes que se asomaban.


La emoción continuó cuando Jiyoon, con una risa contagiosa, dio sus primeros pasos. Fue un momento lleno de aplausos, aunque eso implico una nueva aventura ante lo escurridizo que podía llegar a ser. Jimin y Yoongi se agacharon para recibir a Jiyoon con brazos abiertos, celebrando cada pequeño paso como un logro monumental.

Las palabras también comenzaron a formarse en el mundo de Jiyoon. Una tarde su hora de lectura, Jiyoon miró a su padre con ojos brillantes y pronunció su primera palabra.

-Appa-, dijo Jiyoon con una risita, extendiendo sus brazos hacia Jimin.
El corazón de Jimin se llenó de emoción. -¡Lo escuchaste, Yoongi! ¡Dijo 'appa'! -
-Eso es increíble, Jiyoon-, exclamó Yoongi, acercándose para unirse a la celebración familiar.

Con el tiempo, Jiyoon también pronunció su versión de "papa" para referirse a Yoongi. Cada vez que llamaba a sus padres, la felicidad inundaba la casa. Jimin y Yoongi se miraban con complicidad, compartiendo la alegría de cada nuevo logro de su hijo.
Los días pasaban entre risas, gateos y descubrimientos. La casa estaba llena de juguetes y risas infantiles, y cada pequeño momento se convertía en un recuerdo atesorado.






Escrito y editado por: CalypsoAndStars


Se acerca el final de esta hermosa historia 🥺




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