cap. tres
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Esa mañana se encontraba la pareja desde hace rato, —discutiendo si se le puede decir— ya que era más lo que imponía el pelinegro con la indiscutible negativa a lo que la psicóloga les proponía.
—He dicho que me niego rotundamente a esto—continuó— Como se le ocurre pensar que esto puede ayudar de alguna manera?— no le entraba en él la sola idea de dejar a su esposo ir solo por su cuenta hasta la universidad donde estudiaba,
por favor, ellos tenían un chofer y un excelente vehículo totalmente equipado para el, con sus libros, una manta, comida suave y esponjosa -ya que al menor la comida crujiente no era de su agrado, decía que el masticar le dañaba sus oídos- y sin mencionar que creía totalmente innecesario ya que el menor venía estudiando desde la comodidad y seguridad de su casa, cuando debía entregar algún trabajo de manera presencial se ocupaba el señor Kim, ¡era perfecto por el amor a Dios! totalmente innecesario e indignante para su parecer.
—Señor Min, no puede limitar a Jimin, el tiene que aprender hacer más independiente, en el tiempo que he estado siguiendo su caso a habido avances agigantados, no puede detener todo lo que se logró por un simple capricho suyo, su esposo es muy inteligente— concluyó la doctora Dirigiéndose a un muy obstinado Yoongi.
—Claro que es muy inteligente!— saltó a la defensiva — ha visto sus notas??— prosiguió en un intento muy cobarde de cambiar el tema.
—Yoon confía en mi, mimi puede— suplico el rubio. El solo quería avanzar más, para no seguir siendo una carga constante para el señor Kim que se repartía entre el y su esposo. Era su trabajo, claro, pero para Jimin no dejaba de ser una persona y no se debía abusar de ellas.
—Cariño créeme yo quiero que seas más independiente también, pero irte solo a la universidad, para eso tenemos a Kim el es tu chófer—
—No Yoon, por favor esposito, yo quiero poder ir solo, quiero aprender como todos a ir en autobús— respondió con toda la ilusión pintada en su rostro.
En un intento de llegar a un acuerdo Min propuso —Muy bien pero...— bueno intentó proponer, pero comprendan el solo vive por y para su esposo
—No, solo, sin compañía,
Ya practiqué contigo y con el señor Kim, puedo hacerlo solo— dijo poniendo su mejor cara de cachorrito, esa que sabía que si usaba conseguía más mochis y menos verduras
Claramente resignado respondió —bien, pero te estaré esperando en la parada. cuando llegues estaré ahí, para saber si llegaste bien, necesito verte y corroborar con mis propios ojos que llegaste bien—
Un enérgico Jimin agradeció a su esposo la oportunidad y voto de confianza que le habían dado. —Si, gracias Yoon—
El pelinegro le lanzo una mirada para nada cortés a la doctora con el miedo latente de que no sabría que hacer si algo le llegara a pasar a su hermoso Jiminie.
—Todo estará bien señor Min, confíe en su esposo, le hará bien esto. A ambos en relidad— respondió la doctora dejando pasar por alto la mirada del pálido frente a ella, mientras el pequeño rubio se sumía en su mundo recordando las paradas, los colores y los números de importancia para su travesía hasta su universidad.
—Lo se, créame, pero no quita que me preocupe, y si lo llegan a tocar o lo miran a los ojos? O gritan muy cerca? Como puede estar segura que no le dará una crisis en el autobús y necesitará su manta? Y si es muy frío el aire acondicionado y se enferma? El odia tomar medicamentos—comenzó un bombardeo de preguntas, expresando sus verdaderas preocupaciones y temores respecto a su pareja.
—si no lo hace nunca lo sabremos,— le dijo intentado de brindarle un poco de calma.
Y el día menos deseado para Yoongi había llegado, lunes a las seis de la mañana un rubio iba con su papelito con todos los detalles anotados, aunque eran innecesario porque se lo había aprendido de memoria, solo así podía tranquilizar a su esposo que se encontraba caminando por todo el piso de la entrada.
—Amorcito— lo llamó el mayor tratando de no sonar tan preocupado, —recuerdas como ir?, que numero de Autobús tienes que subir?—
—si, mimi sabe, esta aquí— mostró su papelito con una excelente caligrafía, — Autobús azul, numero 408, y me tengo que bajar en la tercera parada después de las tiendas chicas— dijo con confianza confirmando lo que dijo era lo que anotaron en su notita.
— Si cariño, es así bonito, lo aprendiste muy bien— dijo el mayor besando la frente del más bajo.
Jimin sonrió con suficiencia y miro por unos breve segundo a los ojos a su esposo desviando enseguida sus vista a otro lado.
—Te estaré esperando cariño— despidió el pelinegro al Rubio dándole la confianza de emprender su camino.
Detrás de un árbol se escondía el señor Kim, disfrazado de rapero, aunque para su edad solo parecía alguien con una crisis de edad madura, en un lamentable intento de pasar desapercibido para el rubio que acostumbraba a verlo enfundado en trajes negros y camisas blanca.
Solo que no esperaba lo que sucedió a continuación —Señor Kim salga de ahí ya lo vi— oyó la voz de su jefecito
Avergonzado salió de su escondite, como podría haberlo notado, juraban que de esa forma nunca lo notaría, pero debían de suponer con lo observador que llegaba a ser el pequeño debería haberse esforzado más en ocultarse, más lejos tal vez?
Jimin una vez que el moreno estuvo cerca –pero no lo suficiente como para invadir su espacio— le dijo — le permitiré ir conmigo pero no quiero indicaciones yo puedo solo— con una mirada seria espero por su autobús.
— Esta bien joven Min, y lamento seguirlo— se disculpó en un suspiro.
—No se preocupe yo se que no fue su idea— respondió el rubio, “no del todo” pensó el señor Kim pero no lo diría en voz alta, no le correspondía tomar esas libertades, si bien Yoongi lo consideraba un amigo de toda la vida y Jimin como el padre que nunca tuvo, no le parecía correcto tomar atribuciones que no iban en su puesto de trabajo, pero el cariño siempre fue recíproco para con sus dos menores que había visto crecer en los años trabajando para Min.
En la parada del autobús que estaba afuera de la universidad un pelinegro se mordía las uñas, al ver bajar su tan conocida cabellera rubia soltó todo el aire que ni sabía que estaba reteniendo.
Se acercó a su esposo le tomó por sus mejillas sin hacer fuerza y lo beso suave, primero en los dos mofletes, seguidos por sus labios, su frente y por último en su naricita de botón.
—Lo lograste mi amor, lo hiciste muy bien cariño— le felicitó aun besando todo el rostro aliviado que su amor llego bien y a salvo.
El rubiecito soltando una pequeña risa por las cosquillas que le generaba los besos que le repartía su esposo le contó su travesía —y lo hice todo yo sólito, el señor Kim no me tuvo que ayudar en nada, el estuvo en silencio en un asiento del fondo— terminó su relato disfrutando más de su recompensa.
—el señor Kim?? — intentó sonar los más sorprendido que podía, no quería que mal interpretará que el pensaba que era tonto y por eso lo había mandado a seguir, todo lo contrario sabía que era muy capaz, pero el mundo es un lugar muy retorcido para un bello ángel como su dulce Jiminie.
Ya no tenía sentido que siguiera escondiéndose se acercó Namjoon.
—Lo siento Señor, me descubrió de inmediato ni bien se marchó usted.
— Comunicó con un deje de decepción en su voz por no poder cumplir lo que le habían pedido, cuidar del rubio sin ser notado.
Soltando una risa nasal el pelinegro lo miró sabiendo que no había culpa de nadie, —No te preocupes, ésta ternura de aquí es muy inteligente y observador, debimos suponerlo— dijo acariciando los cabellos rizados del menor.
Jimin en ese instante miró la hora de su reloj amarillo y se dio cuenta que se le iba a hacer tarde, no podía llegar tarde, no era de buena educación llegar tarde. —Yoon me tengo que ir faltan cinco minutos para mi primera clase— intentó irse de inmediato.
Yoongi lo frenó le dio un beso mas en su frente, —Muy bien cariño, te vendré a buscar a la salida— se despidió de el
—no, no, yo puedo irme solo a casa, tú tienes trabajo, y no mires al señor Kim. Le di el día libre por intentar engañarme y como recompensa por no indicarme donde bajar.— respondió un Jimin serio, sin dar lugar a discusión. Yoongi lo miró con la suplica teñida en su rostro pero el menor solo pasó de largo sin mirarlo, en su prioridad solo estaba en llegar a tiempo a su primera clase, las personas educadas jamás se retrasan, y el era muy educado como Yoongi le enseñó, llegar tarde no era una opción, no en él, que no había grises, solo blanco o negro, bien o mal.
Hoy definitivamente sería un día muy largo para los mayores que quedaron parados afuera en la calle de la universidad viendo como la cabellera rubia se perdía en las puertas del enorme edificio. Uno miraba con orgullo como como el pequeño ya no tan pequeño había superado algo tan grande y el otro, ya estaba extrañando tener a su esposito entre sus brazos y dormir en la oficina, aunque claro no lo diría en voz alta ya que el debería trabajar y usaba como excusa a su pequeño mimi para justificar el sillón cama que tenía en su oficina.
Pero volvemos a lo mismo, como lo podía culpar si veía a su esposo dormir plácidamente en su lugar de trabajo, con su cachete aplastado sobre el sillón y su labios de piquito, era de lo más tentador abrazarlo y descansar un poco junto a él, total para que era el jefe ¿Verdad?.
Editado por: Torres353 🥰🥰🥰
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