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cap. Doce





Kim y Min se encontraban desde hace media hora hablando con el encargado de la funeraria. Ya no saben cuantos papeles firmaron, cuantas veces le pidieron los datos del difunto. ¬ ¬

—¿Que color desean que sea el cajón? — Preguntó el encargado a los dos presentes.

Ambos se miraron entre sí, no era algo que habían pensado con tiempo dado lo improvisto de la situación.
—¿Llamo a Seokjin? — Preguntó el castaño.
—No, no es necesario. — ¿Respirando con calma, pensó que color lo representaría, que es lo que diría quien fue en vida? —Que sea blanco por favor. —Pidió decidido en su elección.
—Perfecto blanco será, ahora debemos hablar del interior, y lo que sucederá después de la ceremonia de despedida. ¿Familiares directos que estén presentes en la marcha? —bombardeo con toda la información y preguntas.

Ambos ya no tenían cabeza para todo eso, era demasiado que asimilar, Yoongi despertó de su coma farmacológico hace no más de tres días, su cuerpo dolía, no había podido dormir nada en esos días, la búsqueda del menor, al día siguiente el encuentro con los que secuestraron al rubio, y ahora estaban en ese lugar que a la vista era elegante y tranquilo, pero para ellos era abrumador.

—Disculpe, necesito tomar asiento— Era demasiado para Min, sentía como sus piernas flaquean y perdían la poca fuerza que le quedaba en el cuerpo. Le habían prohibido seguir tomando analgésicos como si fueran dulces.
—Claro Señor, ¿prefiere que sigamos en la oficina? — Indicando el camino el empleado los llevó a la oficina para poder organizar todo con mayor calma.
Le ofreció un vaso con agua al pálido retomando la organización. 

—Quisiera el paquete completo, y el más caro. Todas las flores que tenga y la mayor privacidad. — concluyó. —Una persona como él incluso en su muerte merece lo mejor. —
Soltando todo el aire de sus pulmones se pensó si él preferiría que lo cremaran nunca hablaron de algo así, y tampoco le preguntaron a Seokjin sobre qué hacer.

—Después del velorio preferiríamos que sea creado no es alguien que sea digno de ser encerrado, siempre fue alguien de espíritu libre y risueño, todo quién lo conociera sabría lo especial que era. — aseguro Min al empleado.

—¿Seguro Yoongi? ¿No crees que es demasiado? Con un paquete estándar sería suficiente. — Consultó Kim.

—No, así esta bien. Es lo menos que puedo hacer por él. — firmó los últimos papeles y extendió su tarjeta para abonar el servicio.

—Mínimo déjame pagar el arreglo de flores— Pidió el castaño.

—No te preocupes, solo contrata la corona de flores para que pongan los nombres de ustedes dos en el lienzo. — Dijo Yoongi.

—¿Hay algo en lo que pueda ser útil? — insisto el mayor.

—Si, llévame al hospital, no creo poder manejar de regreso.— pidió con un nudo en la garganta dificultándole poder hablar con normalidad.
—Claro, vamos te dejo ahí — Namjoon le ayudo a ponerse de pie y lo sostuvo hasta que lo sentó en el asiento del copiloto, Rodeó el auto, se acomodó detrás del volante y emprendió camino.
Una vez en marcha el vehículo fue como si le activaran un interruptor, Min se desarmó en lágrimas, ahogando con su mano los quejidos de dolor que salían de él.

Alarmado Kim orillo el auto fuera de la vía, se bajo corriendo y abrió la puerta del copiloto para que poder tener mayor acceso a su menor.

—Tranquilo Yoon, estamos aquí. Todo va a estar bien— le consoló con un fuerte abrazo. Realmente no pensaba que le afectaría tanto su fallecimiento. A él, no es que no le interese solo que era algo que debía suceder. Como ex militar la muerte es algo que sucede, por más lamentos que tengan una vez que se iban no había manera de hacerlos volver, es cuestión de afrontar la realidad y saber que están descansando en paz.

Una vez que se recuperó aceptó la botella de agua que le ofrecía Kim bebió lo suficiente para no colapsar ante la falta de alimento y descanso, debía hacerle caso Namjoon, todo estaría bien, debía ir con Jimin, solo tenía que dejar de pensar en el que pasaría si hubiera llegado antes, o que sucedería “en el caso de que”, eso ya no servía, tenía que concentrarse en lo importante volver con el menor, besar su rostro, leer un libro y estar para el sin importar nada.

Estoy yendo amor, solo espérame un poco….

—Gracias, ya estoy mejor. Vamos— Agradeció Min






—Gracias Yoongi por todo— le dijo el castaño sujetando su hombro con aprecio— No sé qué habría hecho si tuviera tenido que ir solo.

—Seguro que habrías perdido la mitad de los papeles, roto un ataúd y tartamudear ante el empleado, —soltó una risa desganada. —Es lo menos que podría hacer por Seokjin, no podría dejarlos de lado cuando el no quiso salir del hospital por cuidar de la salud de Jimin. — dijo devolviendo el apretón a Kim. —A parte su padre siempre fue una persona excepcional, incluso me ha brindado de su apoyo como un padre para mi cuando decidí casarme con mi esposo. Aunque se que estuvo dolido por que no fue primero un Kim y pasó directo a ser Min Jimin— Recordó con nostalgia al difunto padre de Seokjin,

Su fallecimiento los tomó por sorpresa, no es que no eran algo veían venir, era un anciano muy mayor, solo que no había enfermado con anterioridad, se encontraba sano, solo que nunca despertó, falleció en paz en su cuarto durante la noche, le había dicho a Seokjin que el se haría cargo de los gastos y el papeleo ya que el castaño claro se negó a abandonar al pequeño que se encontraba en el hospital,
Kim lo tomo con calma, el cree que su padre se fue con el ángel de la muerte para cambiar lugar con el menor. Y su corazón se encontraba tranquilo de saber que no sufrió y no debió ser hospitalizado, su padre era alguien alegre y fuerte terminar en un hospital no sería como se debería ir.

—Voy a subir con Jimin no quiero que se sienta solo. — despidiéndose en el ascensor ambos tomaron caminos diferentes. Kim debía de llamar a los familiares que faltaban avisar y después iría a la habitación del menor a saludar a su esposo.

Min una vez dentro de la habitación observo a su pequeño conectado a un montón de máquinas, sondas y cables que lo mantenían con vida, el estar con los trámites de la funeraria solo aumento el dolor e incertidumbre de que sería de su vida si el menor hubiera fallecido en ese momento, no podría elegir su cajón sin querer fundirse dentro del mismo junto a su esposo. El simple hecho de imaginarse que el funeral sería de para Jimin lo desgarró por dentro sintiendo por primera vez un ataque de pánico asustando a Kim en el vehículo.

— Hola bebé, ya volví. — saludaba al rubio que seguía inconsciente. —¿Me extrañaste? Porque yo si y mucho mi amor. — dijo mientras acariciaba los cabellos dorados del menor.

—Desfibrilador!! ¡Tiene un paro! ¡Se nos va! — grito Seokjin en la ambulancia el oír el pitido de la máquina.

Yoongi despertó de golpe, se había dormido en la silla junto al menor, cada que cerraba los ojos aparecía esa imagen de su esposo peleando por su vida. Todo se sentía tan vivido cuando subieron a la ambulancia el corazón del menor empezó a fallar y todo comenzó a ir en cámara lenta.

—tiene un paro— dijo Seokjin a los paramédicos en la ambulancia.
Le separaron al menor de las manos al pelinegro, el castaño se sumó al equipo médico ayudando con la reanimación,
—Carguen las paletas a 200! — la ambulancia apresuró su marcha.

—Paro cardiaco, hipotermia, posible pulmón colapsado, costillas fracturadas, lesión en brazos y piernas, posible hemorragia interna, alto grado de deshidratación y desnutrición, el paciente es autista reúnete al contacto físico y ruidos fuertes. — anunció el paramédico mientras bajaban la camilla donde se hallaba el rubio con Seokjin encima en la camilla, haciendo compresiones al menor intentando vivir los latidos de su corazón.
—vamos Mimi no te vayas, quédate acá, todos te necesitamos, — pedía agitado el castaño.

Mientras que Min solo podía seguirlos por detrás como un zombi que a penas y si podía levantar los pies del suelo. No le dejaron avanzar más allá de las puertas de urgencias.

Habían pasado aproximadamente cuatro horas cuando por las puertas cruzo Seokjin con su semblante agotado.

—¿Cómo esta que paso? — se levantó de inmediato Yoongi yendo a su encuentro.

—Yoon esto es muy difícil, necesito que te lo tomes con calma, lo que pase de aquí en más va ser un camino largo. Te necesitamos fuerte. — pidió mientras lo guiaba a un asiento para poner al tanto de la salud del menor.

—Por favor no, dime que no se fue, por favor. — Rogó desbastado, su cuerpo ya no podría resistir más, estaba agotado.
—No, está vivo, Jimin está vivo— Tranquilizó el mayor —Fue muy difícil hacerle quedar, tuvimos reanimarlo varias veces y parecía no querer quedarse. — soltó un suspiro y continuó.

—Ahora le están operando, unas de las costillas alcanzo un pulmón y se encuentra grave, tuvimos que hacer una tricotomía, para poder intubarlo, tenía la garanta muy inflamada seguro que lo habrán agredido intentando asfixiarle, lo van a ayudar Yoon, sean fuertes, él te necesita fuerte. — le pidió.
Mirando con angustia al menor en la camilla seguía recordando todo lo que pasaron en esos 3 días.
Cuando el menor salió de cirugía, lo llevaron a terapia intensiva, la imagen fue realmente cruel, se veía demasiado pequeño, su rostro carente de ese color que le daba vida, en el cuello tenía un tubo que respiraba por el menor, le dijeron que en las próximas horas debería despertar, y se sentiría asustado que lo sostenga con fuerza para que no se retire los cables y no hable, porque el tubo podía dañar sus cuerdas vocales haciéndole más daño de que ya tenia.
Dicho y hecho, cerca de las ocho de la mañana el menor despertó asustado y quiso quitarse los cables, sus ojos se llenaron de lagrimas y en su mirada solo tenía terror, no entendía que era lo que pasaba sentía mucho dolor por todo su cuerpo.
¿Qué había pasado? ¿Por qué no puede hablar? ¿por qué no podía moverse? un agudo dolor le atravesó en sus costillas le hizo retorcerse en la camilla soltando aún más lágrimas, en su desesperación pudo ver a su Yoon que lo sostenía, estaba ahí despertó, su esposito estaba bien.

—Amor, tranquilo, bebé estoy acá, estas a salvo, yo estoy contigo— dijo Min intentando calmarlo, pero no podía ejercer demasía da fuerza dado las lesiones del menor.
Cuando lograron estabilizarlo, Seokjin llamo a Yoongi hablar afuera de la habitación.

—Yoon, yo sé que no te gusta la idea, pero hay que dormirlo, por lo menos hasta que podamos retirar el tubo. En la condición de Jimin, es imposible que se pueda quedar quieto, hasta que no pueda volver a hablar y pedirnos lo que quiera será mejor que duerma, le ayudará a sanar más rápido y así no le dolerá las curaciones, la fractura de la costilla es muy dolorosa, es demasiado para que pueda asimilar el solo. —Sugirió el médico a su amigo.

—Sí, está bien. Lo entiendo, hagan lo creas necesario— aceptó resignado, no quería que el menor no pudiera dar su consentimiento, y tenerlo sedado le daba la sensación de que lo estaba perdiendo, pero no podía ser egoísta, no en eso.

Sin más remedio sedaron al rubio. Esa imagen de el menor llorando y asustado no se la podía borrar de la mente. Cerca de las diez de la mañana movieron al menor a una sala privada, y le pusieron seguridad en la puerta, jamás pasaría nada por alto, menos cuando hasta ese momento él no sabía todo lo que había pasado y sus “porque”, al mediodía fue a donde se encontraba Kim con el escuadrón no tenía carga en el teléfono así que no estaba informado de nada, el ir lo sentía que fue en vano, no había podido sacarles más información de la que le contaron los mayores en esa oficina. Lo que no podía creer es como la propia familia del rubio lo haya querido eliminar no solo una sino dos veces.
Esa noche la paso en el hospital junto a Seokjin que tampoco se quiso mover del menor, lo habían llamado al castaño en la mañana diciendo que su padre había fallecido, intentó comunicarse con su familia, pero ya no quedaban en el país, solo estaba el residiendo en Corea, su tía volvería esa tarde, dividido en que hacer le pidió a su esposo Kim que se a haga cargo de los arreglos fúnebres. La cara de Namjoon se dibujó de colores, él era una persona de acción, no de papeles.

—Yo voy, te acompaño— Se ofreció Min —Es lo menos que puedo hacer. Si sucede algo llámame— le dijo al mayor.

—¿Estás seguro Yoon? Se que no
quieres alejarte de Jimin, puedo hacer los arreglos por teléfono, yo no quiero dejarlo solo, en una hora le toca sus curaciones y preferiría ser yo quien le cambie el vendaje, y no algún enfermero. — era su padre quien había fallecido, pero ya nada se podía hacer, en cambio el menor seguía luchando por su vida y seguía en peligro, no quería estar lejos y que los doctores no supieran que hacer.

—Sí, yo acá no puedo hacer nada, agradezco tu dedicación y el amor que tenés con Jimin. Hacemos los arreglos correspondientes y vuelvo si surge lo que sea llámame tendré el teléfono a mano. — se despidieron cada uno a realizar sus responsabilidades.

Editado por: CalypsoAndStars











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