cap. diez
¿En qué momento todo había terminado de esa manera? No podía creer que se encontraban en esa situación, hace menos de cuatros semanas estaban leyendo un libro en su sillón en la sala de lectura, estaban comiendo mochis y su pequeño esposo era todo sonrisa y felicidad, ahora se encontraba sosteniendo su mano mientras iban en una ambulancia rumbo al hospital y la vida del menor dependiendo de un hilo.
Horas antes...
Yoongi con los Kim iban en un vehículo seguido por otra dos camionetas. Con ex compañeros del servicio militar y actuales servidores de seguridad privada.
Cuando vio la imagen del auto fuera de la mansión en la pantalla de la computadora se percató que el conductor no era más que Choi, el despreciable hombre que estaba a cargo del orfanato donde se crío el menor. Mientras salían de la mansión tomó su arma reglamentaria y la enfundó en su cadera al borde de su pantalón, Namjoon repitió lo mismo, Seokjin insistió en ir, su esposo se había negado a la idea de que vaya y se ponga en peligro o que su prioridad se vea afectada.
Por su parte Yoongi decidió que era necesario que vaya, no sabía que sucedía con el menor y de ser necesario tener asistencia médica preferiría que sea castaño claro quien atienda a Jimin, llegando a un común acuerdo de que pase lo que pase, debía quedarse en el auto hasta tener al menor bajo su custodia.
Les había tomado tres horas llegar al antiguo orfanato, dudaban que se encontrarán ahí, el lugar fue clausurado hace cuatro años. Pero por un lado debían comenzar su búsqueda, si se trataba de esa persona que posiblemente a caer preso podría haber perdido recurso y aliados, optaron por ir a ese lugar que no tendría vigilancia activa de la ciudad.
—Por favor que no estén ahí, por favor. — Rogaba el pelinegro al ver el lugar en ruinas.
Los dos mayores no se atrevieron a mencionar palabra alguna, no hay vocablos suficientemente reconfortantes para mitigar esa circunstancia que atravesaban sus amigos.
No se podía ver nada, ingresaron en silencio, la falta de electricidad generaba una completa ausencia de visibilidad. Entre los escombros de los muros destruidos y los vidrios fracturados de las ventanas, cautelosamente avanzaron, evitando tanto caer como alertar a aquellos que pudieran encontrarse en el tétrico recinto.
Con el frio calando sus huesos exploraron el nivel inferior con exhaustividad, pero no encontraron nada. Ascendieron a los pisos superiores, sin éxito una vez más. Finalmente, al regresar al piso inferior, divisaron en el patio una sombría vivienda al fondo del terreno, donde una lámpara tenue emitía su débil resplandor.
—Vamos por atrás— Dijo Namjoon —seguro en el frente haya algún civil.
Escabulléndose con cuidado emprendieron camino entre los árboles por el auricular le comunicó al resto del equipo.
— En el edificio principal no hay nadie. Vayan al fondo del terreno hay una pequeña estructura probablemente sea el punto de extracción— Anunció Kim
Como se les pidió se reunieron a unos pocos metros de la zona todo el escuadrón.
Lim era el comandante a cargo del escuadrón de seguridad privada que estaban compuesto por siete hombres más, todos de su máxima confianza alguno eran ex militares del país y otros de países extranjeros, estaban especializados en misiones de rescates.
Lim era un hombre alto de 40 años de edad, estuvo junto con Namjoon entrenando a los cabos ingresantes del servicio miliar antes de que este último se diera de baja.
—Tengo el plano del terreno, está el edificio principal, y este otro— dijo apuntando la casa a unos metros de ellos.
—La casa tiene dos entradas una en el frente y la trasera. — Concluyo mostrando unos papeles con las indicaciones a los hombres presentes.
—¿Los planos de adentro los tienen? — preguntó Min.
—Si— extendió Lim los planos que le habían pedido. —Es una propiedad de tres espacios, cocina comedor, una habitación y el baño. Creemos que era donde vivía Choi antes de ser apresado hace cuatro años. —
Haciendo señas que era irrelevante la historia de que suponía que era el lugar previamente. y no le interesaba que continuará con ese relato. —¿Han podido ver adentro si se encuentra mi esposo? Es lo único que me interesa saber, cuantas personas hay en el interior y cuantas rutas de escape tienen, esas cosas se requieren en este momento no que hacían hace cuatro años en ese andrajoso lugar— Espetó Min al encargado del escuadrón.
Ahora Lim recordaba porque el pelinegro era el protegido de Kim, frío, directo, y calculador.
—Se identifican cuatro individuos vinculados al secuestro, con uno posicionado en el frente como punto focal, mientras que los restantes se encuentran distribuidos estratégicamente en diferentes ubicaciones periféricas. — Habló otro de los hombres uniformados.
—Nos desplegaremos en parejas, trabajando en equipo de dos. —Tomó la palabra Lim. —Neutralizaremos al individuo que se encuentra en la posición delantera para asegurar la entrada sin obstáculos, permitiendo el acceso de Kim y Min, quienes, a pesar de tener experiencia militar, aún siguen siendo civiles. Ustedes dos, — A punto a los dos extranjeros— se encargarán de la puerta trasera, mientras que ustedes— se dirigió a los cuatro restantes del escuadrón— asegurarán cada ventana
—Mantengan especial atención en la seguridad del menor, ya que su protección es nuestra máxima prioridad. —Ordenó para todos los presentes.
—Quien lo localice primero, no se atreva a tocarlo... me llaman de inmediato a mi o Kim, no es negociable— Impuso Yoongi.
—¡Ya oyeron, MUÉVASE!!! ¡NO ESTAMOS DE VACACIONES CABALLEROS!!!!
Corridas silenciosas abordaron todo el espacio, solo se podía oír el crujido de las hojas debajo de sus pies.
La medianoche se acercaba amenazando con la luna en su punto más alto, las estrellas cubiertas con un manto de nubes, el frío haciendo estragos en la penumbra del terreno recorrido. El silencio nunca es bueno en su totalidad, es la calma ante de la tormenta, que espera paciente por derrumbar todo a su paso, demoler todo lo que se ha construido, la calma después de la tormenta es igual de densa, es aterradora, es el silencio tenso que solo quiere demostrar cuánto daño a hecho, cuán grande es su alcance y destrucción. Siempre al acecho queriendo corromper, porque el silencio es frágil, siempre es el sonido por más bajo o fuerte que sea lo rompe, el silencio es la clara indicación que todo termino, que la vida de algo o alguien concluyó.
Todo fue exhaustivamente rápido y lento a su vez, Yoongi fue dado de alta bajo sus términos a las nueve de la mañana de ese día, pasaron diez horas conectando los puntos, a las siete de la tarde partieron camino al primer lugar que reconocían como posible escondite del agresor teniendo en cuenta su perfil criminal y la falta de recursos del mismo, tres horas les tomó llegar a destino sumando una más en lo que se reagruparon y planearon su estrategia.
No solo podían ingresar a disparar sin poner la vida de Jimin en más riesgo. Y si lo hacían debían ser silenciosos, no debían poner más presión sobre el menor.
Con una imagen cada uno de Choi comenzaron con el operativo, los dos extranjeros de atrás inmovilizaron con un crujir de su cuello al que vigilaba ese sector, los cuatro restantes atraparon a los que vieron deambulando cerca de la cocina, Lim no se tomó la molestia de usar su cuerpo en un combate que claramente estaría en desventaja el contrario, colocó el silenciador a su arma y de un disparo certero eliminó a quien se encontraba cuidando el frente.
Una vez asegurado que habían eliminado las amenazas, ingreso Min junto a su mano derecha, ambos sacaron sus armas de su sitio y se pusieron en posición escaneando el área del interior.
Dentro la casa se encuentra en ruinas y desolada, el aire frío y húmedo se cuela por las grietas de las paredes desgastada y descascaradas, cubiertas de un moho rastrero que parecen susurrar en cada esquina.
El suelo de baldosas rotas y desniveladas se cubre de una fina capa de polvo, mientras que los escombros y fragmentos de muebles despedazados yacen dispersos por todas partes. Las ventanas sin cristales permiten que la gélida brisa penetre sin piedad, transformando el ambiente en un calabozo helado y desolador que penetra hasta los huesos, trayendo consigo el eco del sufrimiento. El silencio agobiante y la sensación de abandono contribuyen a crear un lugar donde pareciera congelar el alma misma. Cuando el hedor de su interior los golpea haciéndolos tambalear.
El alma se les escabulle de sus cuerpos buscando refugio en la luna que inoportuna intenta iluminar el interior atravesando las grietas del techo.
Buscan al rubio que a simple vista no hace presencia, adentrándose en el baño sigue su ausencia demostrando que el silencio es cruel.
Con su corazón latiendo en sus oídos Min se adentra en la habitación, sumida en la penumbra. El débil resplandor amarillento de la luz intermitente apenas ilumina el espacio, revelando una escena desoladora. En el centro, una cama vieja con un colchón desgastado se hunde bajo la decadencia del tiempo. El aire está cargado de un olor a humedad y abandono. El único mueble restante es un ropero desvencijado, medio abierto, como si sus puertas tambaleantes ocultaran algo en su interior. En ese momento, entre el silencio opresivo, Min descubre al menor inconsciente, escondido en el rincón más oscuro y desolado del hogar.
En ese tétrico refugio, el menor, envuelto en desnutrición por sus semanas sin ingerir alimento alguno, muestra signos de autolesión en sus brazos, son heridas ya conocidas producto de sus crisis que no han sido reguladas, sus heridas abiertas cuentan la triste historia de su dolor. Su cuerpo tembloroso y frágil, víctima de la hipotermia sus labios se encuentran azules, lucha por sobrevivir en medio de ese espacio reducido a la espera de su esposo.
Las rodillas de Yoongi golpean con brusquedad el suelo junto al pequeño cuerpo, lo carga entre sus brazos, sus gritos desesperados no se hacen esperar.
—NAMJOON!!!! LLA-LLAMÁ YA A SEOKJIN, TRAIGANLO URGENTE!!!— Sus ojos cristalizados ya no tienen fuerzas para retener sus gruesas lágrimas que caen sin permiso alguno.
Lleno de inquietud, Lim ingresa a la habitación guiado por los desgarradores gritos de Min. Su corazón se oprime al presenciar el estado profundamente lastimoso del menor. Impulsado por la situación marca el número de emergencias para solicitar una ambulancia y brindar al joven el apoyo médico que tan desesperadamente necesita en ese desolado entorno.
Seokjin acompaña a Yoongi en la ambulancia rumbo al hospital. El pelinegro es incapaz de soltar la mano de su esposo, siente que si lo suelta se irá y jamás regresará.
—Amorcito por favor— rogando con la mano del menor apoyada en su frente.
—Se fuerte minie, mi pequeño bebé— con su otra mano acariciaba con parsimonia sus cabellos rubios
—Yo sé que eres fuerte, se bueno y quédate conmigo, y-yo no puedo seguir si no estás, perdóname por haberte fallado, sé que te prometí que jamás te volverían a hacer daño y te fallé, perdón por llegar tarde. Pero mi amor quédate conmigo. — sollozando pedía por que no se fuera tan pronto de este mundo aún quedaba mucho por conocer y disfrutar.
El sonido chillante de la máquina, su línea fina y su número en cero, le decía que no era posible todo lo que le pedía.
Editado por CalypsoAndStars
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