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En una oficina se encontraba un pelinegro oculto en una tonelada de papeles por leer, aceptar, rechazar, firmar y pedir que corrijan,

el dolor de cabeza que le atravesaba ya no lo dejaba concentrarse, no iba ni medio día de trabajo y necesitaba salir temprano para ver a su esposo

hablando de su esposo, como lo extrañaba necesitaba tanto tenerlo cerca para aplacar el mal humor que iba haciendo aparición, al próximo que le interrumpiera por no saber hacer su trabajo lo echaría a la calle sin mediar palabra.

Y como si de invocar fuera, sintió una presencia entrar sin anunciarse, ni siquiera fue necesario levantar la vista de su computadora que sintió una calidez cerca de su costado y supo reconocer de quien se trataba,

su hermoso Minie estaba en su oficina, ¿en su oficina? Levantó la vista para confirmarlo y si, era el su esposo estaba a su lado y no en sus clases.

-Oh, Hola Cariño- saludó besando su manito, - que haces aquí amor? No deberías estar en clases?- cuestionó poniendo toda su atención en el dándole una rápida escaneada para ver si había algo mal.

-Hoy no tengo, suspendieron las clases, tenían que hacer reparaciones- le dijo acercándose más a su Yoon.

-Que hermosa sorpresa cariño, porque no me avisaste que venias así despejaba la mañana para estar contigo- preguntó alejandose del escritorio para darle más espacio al más bajo para que se a acerque o se subiera en el, lo que le sea más cómodo sin poner presión en sus decisiones.

-No quería molestar- dijo simple. -no es educado interrumpir el trabajo, el trabajo es importante para Yoon, y le dijiste a mimi que la bruja ya no estaba, así que no tenía miedo de subir y.... y... y.... E-el señor Kim vi-vinnno conmigo

- ya eran demasiadas palabras seguidas y le era inevitable comenzar a tartamudear cuando quería explicar el por qué de sus acciones, el solo quería ver a su Yoon, eso estaba mal?

-De apoco amor- tranquilizó el mayor haciendo pequeños masajes en círculos en las manos, eso siempre funcionaba para que sepa que el estaba con el y nada pasaba.

- Esta muy bien lo que hiciste, me alegra que hayas venido, te necesitaba conmigo acá, ¿y que te digo siempre?, no molestas, jamás interrumpes nada, eres mi esposo y siempre voy a querer que estés aquí conmigo- le recordó sin reproche alguno lo mucho que amaba su compañía en la oficina.

Mmm- fue lo que recibió como respuesta del rubio.

Ambos se sumieron es sus responsabilidades, Yoongi en reducir la pila de papeles y Jimin en terminar sus trabajos prácticos que podía mientras estaba en la oficina en un armonioso y cómodo silencio.

Dicho silencio fue roto por el rubio, -Yoon voy por jugo- le avisó a su esposo.

-Podemos pedir que lo suban cariño- respondió el pelinegro.

No Yoon, yo puedo solo. Tomo el ascensor al piso uno- indicó mostrando un pequeño y regordete dedo índice. -Derecho a la cafetería y le pido, ¿por favor un jugo?- terminó su oración en un susurro. - si! Eso, si Jimin puede, Jimin sabe- finalizó volviendo a su timbre de voz vibrante.

-Si, Jimin sabe- dijo con su voz cargada de orgullo de lo seguro que se había desenvuelto este último tiempo su adorado esposo. -Como mimi sabe, ¿me podrás pedir un café que sea frío?- pidió no queriendo arriesgar a que se queme en el transcurso del camino.

-si, un café frío y sin azúcar para esposito-dijo más para si mismo en modo de recordatorio antes de salir a la búsqueda de sus bebidas.

Habiendo abandonado la oficina el rubio, el teléfono comenzó a sonar, sobando el puente de su nariz contestó.

-Señor Min disculpe que lo moleste, se que no toma cita hoy, pero aquí en recepción se encuentra un joven , se anunció como Lee Taemin y dice que quiere verlo.- anunció la recepcionista de la entrada.

Respirando hondo por el otro lado de la línea que permito que lo dejara pasar directo a su oficina.

-Señor Lee, el Señor Min lo espera en su oficina tome el ascensor y en el piso cinco se encuentra su despacho.- les dijo dirigiéndose directamente a los jóvenes que se encontraban en la entrada esperando por poder pasar.

Mientras en la cafetería un hermoso joven de hebras rubias le pedía por favor sus pedidos al que atendía la barra, viendo que sus pedidos ocupaban ambas manos prefirió bebér su jugo en las mesas disponibles y desechar su botella en los cestos de basura que se encontraban en el salón.

Con cuidado de no derramar el café de su Yoon, partió camino al ascensor, tocó el botón y espero que llegara a su piso y abrieran la puertas para ingresar. Pero para su suerte -o mala suerte- había dos personas más en el cubo metálico, dudando si entrar o no, titubeó dando un paso al frente y otro para atrás.

-Niño- le llamo la atención de manera seca la persona del otro lado de las puertas -vas a subir o no? Continuó sin una pizca de paciencia.

Sin dirigirle la mirada le contestó un suave -si-.

Para cortar con el incómodo silencio el hombre del ascensor le preguntó -trabajas aquí? Estás hace mucho trabajando de ayudante? O eres un pasante- bombardeo con preguntas. Sin recibir respuesta alguna continuó.

-no hablas? No sabes que es de mala educación no responder a los mayores?!- hubiera insistido de no ser que las puertas se había abierto en el piso cinco, sin percatarse ninguno de los dos que estaban saliendo al mismo tiempo, el más alto empujó al más pequeño haciendolo caer y llevándose el café con el al piso.

Abrumado por el contacto físico, su insistencia por hacerle hablar, Jimin estalló en crisis -El café, café, café- solo podía ver el liquido derramado en el piso y el haber fallado en su encargo, se resumió en un mar de llanto, el cual ocasionó una fuerte presión en sus oídos, en el intento de aliviarse comenzó a golpearse sus orejas rojas.

Teamin siendo tomado por sorpresa ante la situación intento acercarse al joven en el piso, pero no le respondió a ninguno de todos sus intentos.

La fémina que estuvo todo el tiempo concentrada en su teléfono sin prestar atención a su alrededor, volvió sobre sus pasos al percatarse que su hermano había quedado cerca de las puertas del ascensor -Teamin? Que sucede? Quien es ese?- preguntó apuntando con la mirada a un muy tembloroso Jimin.

-no se, no ha hablado de nada hasta ahora, solo repite café- respondió enderezándose en su lugar.

-No puedo creer que Yoongi contrate ese tipo de gente, se ve que normal no es, vamos no quiero contagiarme de eso- escupió con tanto veneno que es sorprendente que fuera tan delgada y no se hinchara producto de la toxicidad que se cargaba.

Justo en ese momento se acercó el Señor Kim a ver que su joven jefecito se demoraba se encontró con lo que temía, al pequeño rubio en una crisis.

-JOVEN MIN!! -asustado por ver que se estaba dañando olvidó reducir su volumen de voz, aumentando la crisis del menor. El no era como Yoongi que podía pensar en frío cuando las crisis escalaban a ese grado, le dolía tanto que un pequeño tan bueno sufriera tanto, inconscientemente abrazó a Jimin para sostener sus brazos. Recibió un manotazo brusco mientras era alejado

-NO! No toque, no toquen a mimi! - apenas si pudo pronunciar el rubio entre sollozos y espasmos. -El café, e-el café de Yoon se cayó y tocaron a mimi y-y-y caí, el café cayó, no hay café

- le dijo mostrando el vasito de plástico transparente todo aplastado por haber caído sobre el.

Tratando de respirar hondo para poder pensar con claridad Kim imitó lo que siempre veía hacer al señor Min.-

Podemos pedir otro-dijo usando el tono de voz más bajo que tenia y hablando pausadamente continuó, - le parece bien si vamos juntos? Pedimos otro café, lava su carita así no duele más?- enumeró lo que podían hacer, remarcar una rutina. Eso siempre debía funcionar y lo hizo.

-¿otro? Pedimos otro, ¿a-agua para mi también?- soltó en un susurro, con su cuerpo cansado por los violentos espasmos que lo había golpeado sin piedad.

-Si, otro café para Yoon, agua para ti y lavar la carita- contesto más relajado al saber que su intento había funcionado.

En la oficina Yoongi sentía que algo no iba bien, Jimin se había demorado demasiado, el no charlaba con nadie de su círculo así que no era una opción que estuviera demorado por eso, ¿se habrá perdido? Intentó considerar, no menos, no es la primera vez que iba a la cafetería y el hiperfoco de su esposo era la memoria.

Cuando estaba por salir en su búsqueda en la puerta de su oficina se encontraba su antiguo amigo Lee Teamin.

-Yoongi, tanto tiempo mi amigo- saludó el castaño con un medio abrazo -tu secretaria nos dijo que podíamos pasar.

-¿Nos?- ese plural lo tomó por sorpresa, la recepcionista no dijo que iba acompañado.

Cuando terminó de reaccionar una voz conocida hizo su acto de presencia.

-Si Yoonie, nos- Dijo la esbelta joven ingresando como si fuera dueña del mundo, -tanto tiempo sin verte, extrañaba verte, ni bien bajé del avión quise venir a saludar.-

Taemin, Lisa. Por favor tomen asiento- apuntó a las sillas cerca del escritorio. - Los dejo dos segundo tengo que hacer algo y vuelvo- Dijo abriendo la puerta para salir.

-Hombre, siempre tan ocupado- Taemin sonrió -no nos hemos terminado de sentar que ya abandonas a tus visitas- le dijo en broma.

Yoongi ya se encontraba impaciente por no ser descortés con las visitas y por correr a buscar a Jimin.

- Lo siento, que debo...- no terminó su respuesta que venía entrando su esposo con su café sosteniendolo con fuerza con ambas manitos.

-Oh, el chico del ascensor- mencionó Taemin al ver al bajito ingresar a la oficina al lado de Yoongi.

Lisa tratando de sonar interesante para el pelinegro -Yoongi, que bondadoso de tu parte contratar a personas así

-dijo señalando al menor con la cabeza

El pálido realmente quería creer que estaba mal interpretando algo. -Gente así, contratar- soltó incrédulo que sea lo que el pensaba que era.

Pero la incrédula era Lisa, si pensaba que después de lo que dijera iba a seguir sentada tomando algo con el mayor.

-Claro, así retardado. Se nota que no es normal, en el ascensor monto toda una escena porque al inútil se le cayó el café, y así quieren que uno los contrate y encima le paguen por un pésimo trabajo- Soltó tan desagradable comentario.

Apretando con fuerza los dientes para no alzar la voz. -Pidan disculpas, si planean seguir con su status y no perder todo, pidan disculpas a mi
E S P O S O en este mismo instante- apenas y si podía modular lo que decía.

-TU ESPOSO??? EN SERIO!!! ES TU ESPOSO!!- Lisa pegó el grito en el cielo.

-si es mi esposo Min Jimin. Y te exijo en este instante que no vuelvas a alzar la voz y controlen el volumen o realmente no respondo de mi
- declaró aún más colérico de lo que ya estaba.

-Es que, tu con tu status te podrías casar con cualquier mujer de alto nivel. Alguien que realmente esté a tu altura.- argumentó Lee.

Y eso fue todo lo que necesitó para explotar y lanzarle un golpe en el rostro al contrario, si no se callaba por voluntad propia los callaría el bajándole todos los dientes. Entre cada golpe que le daba, le gritaba que se disculpen que se retracten de las cosas que dijo sobre su esposo.

Lisa dio un grito al ver al pelinegro tan fuera de si, fue tan agudo que le llegaron a doler los oídos a Yoongi, justo en ese momento se dio vuelta y vio a su pequeño hecho un bollito debajo del escritorio sosteniendo su cabeza mientras se golpeaba contra una de sus paredes. Exaltado por no pensar en el daño que le había provocado al menor soltó a Taemin, y llamó a los gritos al señor Kim que sabía que estaba del otro lado de la oficina.

Envolviendo con fuerza a Jimin -Señor Kim- dijo con el terror en su rostro -la manta de Jimin, ¡ahora! Y saca a estos dos afuera, asegúrate que estén en la calle y avisa en recepción que no tienen permitido volver a ingresar en las instalaciones bajo ninguna circunstancia.

Namjoon acató la orden inmediato, sin pensarlo dos veces levantó sin esfuerzo alguno al castaño del suelo y sujetó sin delicadeza a pesar de ser una mujer arrastrando los hacia afuera.

Sintiéndose lo bastante humillada porque nada había salido como había pensado que pasaría se soltó con fuerza del agarre -Suéltame bruto, yo puedo salir sola - dijo haciendo un berrinche saliendo del lugar detrás de su hermano que apenas se podía mantener de pie.

Una vez que tenia la manta en su poder envolvió con fuerza a Jimin dentro como si fuera un rollito, odiaba con todo su ser tener que llegar a esos extremos, habían pasado meses incluso ya ni recordaba la última vez que tuvo que llegar a eso. Pero era su última medida para que el pequeño no se haga daño ni a el, pero eso último no le preocupaba, si salía herido en el proceso se lo merecía por no haber echado fuera a los dos hermanos antes de explotar de esa manera.

Medicó al rubio para dormirlo y llevarlo a casa a curar sus heridas mientas durmiera así no tenía que sentir el ardor del alcohol sobre su piel lastimada.

Sería un día más largo y duro de lo que pensó, un Jimin sedado no era la mejor versión de el, no hablaba, solo veía puntos fijos. Pero no se esperaba que cuando despertara esa sea su pregunta.

-Estas conmigo por lastima? Te casaste conmigo por caridad?- fue su pregunta en un susurro apenas audible debido a los sedantes que le administró en la oficina.

Desconcertado Yoongi se preguntaba hace cuanto tenía ese pensamiento en su cabeza. -No mi amor- dijo entre besos suaves en su cabellera. -jamás pienses eso de nosotros, de mi o de ti, no eres caridad, eres el ángel más hermoso, bondadoso, dulce e inteligente que puede existir, jamás pienses que lo que siento es lastima.

Yo te amo y es tan grande el amor que siento por ti que no se puede escribir ni en mil libros.- asegurándose que le creyera. Se pasó el resto del día pidiendole perdón por no estar a su altura, se sentía tan poca cosa al no poder sido capaz de contener su brote de ira sabiendo que estaba su esposo presenciando todo.

Editado por: CalypsoAndStars🥰🥰

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