JiMin creía que su vida era tan aburrida, incluso más que la de un anciano. Jamás salía de fiestas por que tal cosa le estresaba, la música a todo volúmen, personas borrachas, olor a cigarro y los chicos, y chicas, intentando coquetearle solo causaba dolor de cabeza en él.

Su único amigo era Jeon JungKook, un chico que se pasaba de fiesta en fiesta con su tal novio V, al que jamás ha visto en persona. Y que tampoco quería hacerlo.

Cerró los ojos tratando dormir, más le fue imposible tal acción.

Se levantó de su cama y caminó hasta la cocina para calentar una tasa de leche, tal vez eso le ayudaría a lidiar con el insomnio.

Luego de beberla por completo, se dispuso a caminar por el pasillo para ir directo a su habitación, pero un ruido de algo rompiéndose lo hizo detenerse. Su mirada viajó hasta la oscuridad que adornaba toda la sala.
Tragó grueso, agarró un palo de escoba que estaba por ahí y se dirgió hasta el ruido.

"¿Hay alguien ahí?"

Se golpeó mentalmente, ¿Cómo porqué debería haber alguien en su departamento?, quizá solo dejó un vaso mal acomodado

"Mierda, además de insomnio ahora alucino" jadeó cansado. Volvió a dejar el palo a un lado.

Luego de calmarse, caminó de nuevo hacia su cuarto, su cuerpo cayó a la suave cama cansado del día tan ajetreado en el trabajo, después de todo, ser secretario de uno de los CEO'S más importantes de Corea no era fácil, ni un poquito. Un solo día traía consigo miles de papeleos por hacer a computadora, además de recrear la nueva agenda de su jefe porque éste siempre salía con que tenía alguna comida con su familia.

Aún no entendía por que si estaba muy cansado no podía dormir. ¡Sólo quería cerrar sus ojos unos minutos, tal vez horas, y soñar con la vida que tanto deseaba! ¿Era mucho pedir?

Se acomodó debajo de las gruesas colchas que lo protegían del frío de la noche y madrugada.

El crujir de la puerta lo hizo abrir los ojos alarmado, le estaba dando la espalda a la puerta.

<<¿Debería voltear?>>

<<Tal vez si me hago el dormido el ladrón no me haga nada>>

JiMin tembló, y no de frío.

La cama se sumió detrás de él. Su cuerpo se tensó.

"Hey, ¿Estás dormido, lindo?" una voz ronca se escuchó cerca de su oído, provocándole un escalofrío "Te caché, mentirosito" el dueño de la voz rió "Tranquilo, no muerdo, bueno, de hecho si" rió de nuevo.

JiMin volteó sin más opción, teniendo muy de cerca a un chico pálido de cabello negro. La nariz del contrario se frunció, al parecer oliendo algo en el aire. Su lengua salió solo por un poquito, luciendo tierno.

"Hueles bien" sonrió, mostrando sus encías.

El rubio miró detalladamente al contrario, su piel era pálida, sus labios se notaban secos y sin color alguno, sus ojos...¡Sus ojos!

<<Un momento, ¿sus ojos son rojos?>>

Su diminuta mano fue directo a la cara del chico, tocando levemente la suave piel ajena.

"Eres raro" habló de nuevo "¿Por qué no gritas?, invadí tu casa. Según vi el comportamiento de los humanos siempre gritan cuando alguien invade su propiedad, ¿tú no eres humano?"

Él sólo se encogió de hombros. No era muy normal que alguien entre a su hogar sin su invitación, pero tampoco gritaria. Él chico era guapo y no se sentía en peligro, si quisiera hacerle daño ya lo habría hecho, ¿no?

"¿Qué puedo hacer?, si salgo corriendo me matas, si grito me matas, todo lo que haga me llevará a lo mismo"

"No te mataré" el pelinegro se levantó y caminó por toda la habitación "Vine a buscar hospedaje. Salí de mi grupo y no tengo a donde ir"

JiMin arqueó su ceja. ¿Salió de su grupo?

El chico tomó un cuadro entre sus manos, en ella la foto de JiMin pequeño junto a su madre se encontraba enmarcado. La sonrisa que se expandió por toda su cara hizo que el rubio sonriera también sin darse cuenta.

"Mmh, no quiero que me tomes como un loco acosador, pero, te he visto desde hace unos días" miró a JiMin y dejó el cuadro en su lugar.

"¿Entonces cómo te tomo?, ¿Cómo un admirador, seguidor, fan?"

El pálido miró al rubio con una leve sonrisa viendo el gesto asustado de JiMin.

"Tomame como un chico guapo que viene a alegrar tu aburrida vida" la sonrisa se expandió aún más, haciendo ver sus adorables encías rosas.

<<¡Auch!, eso si dolió>>

Cruzó sus brazos, mirando detalladamente al contrario.

"¿Y, ya lo pensaste?" la voz del pelinegro lo hizo salir se su ensoñación.

"¿Pensar qué?" la cara de confucion del rubio causó ternura en el mayor.

"En si me dejas dormir aquí"