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02

3 semanas después...



Jimin estaba en la sala recostado en la alfombra, raspándola con sus garritas, su celo había acabado hace días atrás y a pesar de esto seguía sintiéndose de mal humor. Definitivamente algo había cambiado en él, pues su abultado vientre lo delataba.

Pensaba en aquella noche, tres semanas atrás, con Yoongi; se supone que sería solo la puntita, pero ahora intenten decirle eso a las crías dentro de él. Sabía que no debía haber cedido ante el deseo. Lo peor de todo era que aquel idiota no había vuelto a aparecer por aquella casa, debió suponerlo, ¿no? Él solo había sido atraído por el aroma.

Se sentía un estúpido por haberse creído toda esa palabrería que le dijo mientras estaban en el acto. Tonto Yoongi y su buena labia. Podía tener una parte gatuna a la cual no le interesaba demasiado con quién se envolvía y su solo deseo era llenarse de pequeñas crías, pero su parte humana se sentía llena de humillación.

—Jimin-ssi... —Jungkook lo llamaba extendiéndole un poco de su compota en la cuchara pequeña de plástico. Su papá le había dicho que no podía darle su comida así al gatito, pero la verdad él solo quería ser bueno compartiendo sus cosas y así, quizás, Jimin quisiera jugar con él.

El gatito se estiró y bostezó sin hacer caso a los llamados del bebé, ignorándolo como si ni siquiera estuviera allí pidiendo por su atención.

"¿Ese niño no entendía cuándo un gato estaba despechado? Uhm, probablemente no".

—Él me mintió... Él me dijo que me amaba y no era verdad... Él me mintió... —maullaba el gatito lastimero.

Jungkook frunció su pequeño y adorable ceño ante la actitud de su gato, además de su forma extraña de maullar, no podía entenderlo, así que prefirió buscar ayuda de un experto.

—¡Eomma! —se levantó con un poco de dificultad y caminó hasta dónde se encontraba su papi, que estaba haciendo el puré de papa para su almuerzo, y tiró de su pantalón.

—Es Appa, Jungkook, soy appa.

El niño hizo caso omiso señalando al gatito sobre la alfombra, al parecer rascando su espalda con esta y maullando aún de esa forma extraña.

El mayor lo observó; era un poco extraño mirarlo así en su opinión.

Había notado el cambio en su gatito juguetón; antes solía saltar en los sillones y sofás, correr por la casa y hacer tropezar a Jungkook de vez en cuando, pero últimamente estaba como decaído. ¿Será que Namjoon tenía razón y debía buscarle una pareja a Jimin? Creyó que mejor sería llevarlo al veterinario; en su comunidad había un pequeño consultorio, quizás podría llevarlo al correr de esa semana.

—Creo que Jimin se siente enfermo. —le comunicó al pequeño, obviamente preocupado por la situación.

—¿fermo? —preguntó con un tono triste.

Asintió, un poco enternecido por la preocupación de su bebé.

—Sí, Kookie. —respondió volviendo a su tarea de aplastar la papa que sería almuerzo de su bebé pues no le gustaban los grumos; ese niño mimado gracias a Namjoon.

Jungkook estaba preocupado por su Jimin, no entendía mucho de enfermedades, o quizás absolutamente nada, pero sonaba a que era realmente feo. Corrió hacia la peluda alfombra y tomó al gatito de imprevisto, abrazándolo fuertemente contra él, casi dejándolo sin aire.

—Jimin~ te amo. —dio muchos besos sobre su cabeza peluda. Sus papás hacían eso con él cuando lloraba mucho, quizás podría ayudar de alguna forma.

El gatito por su parte se dejó abrazar sin rechistar, necesitaba ese conforto, cerró sus ojos y ronroneó ante el cariño dado. A veces podía sentirse celoso del pequeño Jungkook, pero a final de cuentas podía admitir que le gustaba cómo siempre estaba dispuesto a llenarlo de mimos.

"Así es pequeño humano, mímame, trátame como me lo merezco".

Seokjin frunció el ceño, normalmente Jimin gruñía y hasta intentaba rasguñar al bebé cuando lo abrazaba de esa forma. Definitivamente tenía que llevarlo al veterinario esa misma semana.








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El gatito tenía una cara molesta mientras iba en el transportador en manos de Seokjin. ¿Para qué lo llevaban a un veterinario si él ya sabía lo que tenía? Además, Jungkook iba cantando una ridícula canción infantil que le hacía doler la cabeza.

Definitivamente su mal humor no quería irse, menos ahora que sabía que ir al médico solo significaba que su dueño iba a enterarse de todo.

Unos minutos más tarde observó cómo Seokjin abría una puerta haciendo sonar una campanita; el lugar no era muy grande, al contrario, era un espacio reducido pero cómodo y bien ambientado.

—Hola, Hoseok. Marqué la cita para una hora más adelante, pero se me presentó un pequeño contratiempo y tuve que venir antes, ¿es mucho problema? —fue lo primero que dijo al encontrarse con el especialista hablando amenamente con la chica de la recepción.

El aludido dejó de lado su conversación para poner mejor atención al joven frente a él.

—No, para nada, Jin. Estoy libre a esta hora, podemos pasar al consultorio de una vez. —invitó, y el mayor asintió siguiéndolo cuando este comenzó a caminar hacia una de las puertas que estaban en el pequeño local.

Entraron a aquel lugar donde estaba una camilla y algunos equipamientos médicos; Seokjin colocó sobre la camilla el transportador y abrió aquella reja que mantenía preso al gatito, esperando que este saliera apenas fuera dejado libre, pero eso no sucedió.

El castaño se asomó mirando a su gatito recostado sin ninguna intención de salir al exterior.

—Vamos, Jimin. Sal. —llamaba, pero él hacía caso omiso, ignorando cada una de sus palabras.

"No me pueden obligar, humanos inútiles", maullaba el gatito.

El chico bufó por lo necio que era su mascota; debía hacer las cosas por las malas.

—Jimin. —llamó esta vez metiendo su mano y tomándolo por su patita, no quería lastimarlo, así que esperaba no hacerlo mientras tiraba con cuidado de su extremidad.

"No te atrevas, Seokjin, por favor".

Sus garritas se enterraron en el interior del transportador mientras tiraban de él intentando sacarlo, lo que ocasionó un ruido bastante molesto sumándole sus maullidos de clemencia. Un desastre.

Hoseok al ver que el otro no podía solo, decidió meter las manos en el asunto ayudándole con el gato testarudo.

Cuando al fin se rindió de su insólita lucha, lo recostaron en la camilla. Mientras Seokjin relataba los extraños síntomas y cambios que su gatito había presentado últimamente, el especialista asentía escuchando y revisando superficialmente al gatito como era normal en cada una de sus citas.

Palpó sobre su estómago y Jimin chilló disgustado, pues estaba muy cerca de sus pequeñas crías, lo cual no era de su agrado.

El veterinario se sorprendió ante la acción volviendo a tocar con más detalles, en búsqueda de sentir algo diferente, recibiendo la misma respuesta un tanto salvaje del animal.

—Mnm, creo que empiezo a entender qué es lo que sucede. —mantuvo al gatito boca arriba para confirmar su hipótesis y palpó un poco más abajo de dónde lo había hecho hace un rato.

—¿Qué sucede, Hoseok? —preguntó extrañado.

El nombrado le hizo una seña para que esperara un poco y se movió de su lugar para buscar el instrumental necesario.

Seokjin frunció el ceño al mirar lo que Hoseok tenía en sus manos, pues era aquel transductor que utilizaban para realzar ecografías, y entonces se preocupó por lo que pudiera estar pasando con su gatito internamente. ¿Y si era demasiado grave? No estaba nada listo para afrontar la pérdida de Jimin.

—¡Gatito! —el grito de Jungkook los hizo desconcentrarse, pues el pequeño tenía un gatito negro entre sus brazos abrazándolo, y el felino luchaba por huir por el dolor que le provocaba ese abrazo.

—¡Suéltalo! —la voz de un niño se escuchó casi de inmediato desde la puerta del consultorio— Lo lastimas, tonto. —expresó con molestia en su voz.

Jungkook hizo un puchero triste ante el grito, nunca antes le habían gritado de esa forma, y aflojó su agarre.

—¡Taehyung! —regañó Hoseok severamente—. No puedes entrar de esa manera a mi consultorio, y tampoco puedes decirle ese tipo de palabras a nuestros pacientes.

—¡Pero él lo está lastimando! Tiene su patita rota —señaló al pequeño que aún sostenía al gato—. Niño malo.

Seokjin decidió intervenir rápidamente, acercándose hacia su pequeño bebé.

—Kookie, suelta al gatito —el niño levantó su mirada encontrándose con la mirada calmada y cálida de su padre, entonces dejó al animalito en el suelo y seguidamente levantó sus bracitos pidiendo ser cargado, cosa que su padre hizo; sus manitos comenzaron a explorar por el pecho del castaño—. Lo siento, Taehyung, pero Jungkook aún es un bebé, no entiende muchas cosas.

—Taehyung, pide perdón y te retiras del consultorio porque estoy trabajando.

El pequeño bufó mirando hacia el bebé mimado en brazos de su padre; volvió su mirada hacia Hoseok que seguía esperando por lo que le había pedido.

Rodó los ojos inconforme, pero prefirió hacer caso.

—Lo siento, Jungkook. —se disculpó el pequeño niño.

El otro menor escondió su cara en el pecho de su papá sin siquiera escuchar a Taehyung, el cual bufó y salió de brazos cruzados del consultorio.

Jimin, por su parte, no aguantó el chisme; asomándose miró hacia abajo encontrándose nada más y nada menos que con aquel que le había embarazado y abandonado.

"Me están jodiendo, ¿verdad?"











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