
Capítulo 42
(28 de Mayo del 2008)
P.O.V Nat
*2 meses después*
Ya han pasado un par de meses desde el ataque a las chicas y todos hemos estado mucho más alerta; tenemos miedo de que las vuelvan a atacar, incluso Taylor y yo tuvimos muchas dudas si volver a mandar a las niñas al colegio. Fury nos ha estado ayudando mucho. Las niñas son acompañadas por guardaespaldas, que se quedan cuidando el perímetro de la escuela para que nadie extraño esté rondando las instalaciones escolares.
Las primeras semanas para Alex fueron difíciles de llevar, porque finalmente le dije la verdad de lo que había pasado ese día y no se lo tomó muy bien. Tiene mucho miedo de que la vuelvan a controlar, dice que van a hacer que nos haga mucho daño y ella tiene mucho miedo de lo que puede llegar a hacer cuando la controlan.
Mi pequeña hace poco también cumplió 8 años. Le hicimos una pequeña fiesta, algo no muy grande. Primero con Taylor y Caro, las llevamos al cine y a un parque de diversiones para disfrutar el día y el fin de semana nos fuimos a la granja de Clint para divertirnos con los Barton, y Laura y Clint nos dieron la sorpresa de que van a tener un bebé.
Falta un poco menos de un mes para que las niñas salgan de vacaciones y la profesora de Alex me citó para una reunión, ya que necesita hablar sobre algunas cosas de Alex. Sé que ella estuvo desconcentrada estos últimos meses por todo lo que pasó, solo espero que no me digan nada malo y que todo esté bien con ella. Ya estoy en la escuela, a punto de entrar al despacho de la profesora para hablar con ella. Toco la puerta y desde adentro me dicen que pase.
—Natasha Romanoff, ¿no? La madre de Alexandra.
—Sí, soy yo.
—Un gusto verla. Soy Florence, la maestra de Alexandra. El primer día que vinieron a conocer la escuela no nos pudimos presentar ni hablar mucho. Bueno, ahora hablemos de lo importante.
—Tengo mucha intriga del porqué me citó ¿Todo bien con Alex?
—Bueno, Alex es una muy buena alumna, tiene excelentes notas…
—Siempre hay un pero ¿Qué es lo que sucede con mi hija?
—Lo que sucede con Alex es que nunca presta atención en las clases y se la pasa hablando con Caroline. Siempre intentamos separarlas porque no se callan y cuando las sentamos lejos una de la otra hacen cualquier cosa menos prestar atención, incluso hay veces que empieza a decir que la clase es aburrida, que ella ya lo sabe y cosas de ese estilo.
—Pero me acabas de decir que tiene excelentes notas…
—Y es así, la verdad no sé cómo lo hacen ella y Caroline, que nunca prestan atención, pero tienen 10 en todas las materias. Cuando tienen prueba siempre compiten entre ellas para ver quién termina primero el examen y siempre terminan sacando 10. El problema es que me interrumpen la clase y distraen a los que le cuesta más, entonces les paso llamando la atención; tienen varias anotaciones negativas dentro de su expediente.
—No sé qué decirle… Lo siento mucho, lo voy a hablar con ella para que este último mes cambie su actitud.
—Lo agradezco, pero llevo conociendo a su hija todo este año de clases y no creo que cambie en lo que queda del mes. Yo hablé con ella al respecto y hubo un cambio, pero luego pasó el incidente y volvió a tener la misma actitud, incluso ahora está mucho más retraída con el resto de los estudiantes de la clase, solo habla con Caro.
Seguimos hablando durante un rato más sobre Alex, su desempeño en el colegio, las cosas que debe mejorar, entre muchas cosas más. Ya era la hora de que la reunión terminará y no nos queda mucho de lo que hablar.
—Natasha, ¿le puedo dar un consejo? No como profesora porque no sería ético, una recomendación.
—Eeeh, supongo que sí.
—El próximo curso no meta a Alex a la escuela. Ella no sirve para esto, ella sabe mucho y está adelantada para los niños de su edad. Necesita que le exijan más, de esa forma no sé va a aburrir. También es muy hiperactiva, no sirve que esté sentada ocho horas al día porque se estresa e incómoda; necesita pararse, saltar y caminar para liberar toda la energía que tiene… Necesita de un profesor que logre enseñarle todo lo que necesita, que vaya a su ritmo. Si es posible llévala con un psicólogo o que una educadora diferencial la evalúe. Estoy más que segura que Alexandra tiene altas capacidades, por lo cual necesita que la ayuden a llegar al máximo de su potencial… Sé que no debería decirle estás cosas, ya que sacar a un niño de la escuela no es lo más recomendable…
—No sé si quiero sacar a Alex de la escuela, ella necesita socializar con otros niños de su edad ¿No sería mejor adelantarla que sacarla directamente?
—Bueno, sí, esa también es una opción, pero conociendo a Alexandra no sé si se adaptaría. Aunque podemos evaluarla, ver en qué curso la ponemos y ver cómo se adapta.
—Creo que esa opción me gusta más.
Hablamos un rato más sobre los planes que tenemos para Alex y que va a suceder con ella. Después nos despedimos, ya que yo tenía que ir a buscar a Alex a su entrenamiento de gimnasia. Al llegar al gimnasio me quedo en la grada para padres, puesto que el entrenamiento aún no terminaba. Veo a Alex que está practicando en la viga de equilibrio distintos movimientos. Se acerca una competencia y Alex va a participar, así que necesita estar preparada.
20 minutos después de que el entrenamiento terminó, Alex fue a buscar sus pertenencias para irnos a la casa.
—¿Cómo te fue hoy, malyshka (bebé)?
—Bien, aunque estoy bastante cansada. El entrenamiento de hoy fue bastante duro
—Bueno, se acerca una competencia y los entrenadores quieren que den el 110% de ustedes.
—Lo sé, pero es agotador—me río frente a lo que me dice.
—¿Te sientes preparada para la competencia?—nos subimos al auto.
—Mmm… Sí, algo—contesta con ciertas dudas.
—¿Qué te preocupa, pequeña?
—Es que me da miedo equivocarme en mis rutinas o que me salgan mal.
—Alex, no te preocupes por eso. Has estado ensayando mucho y tus rutinas te salen bien… Si te llegas a equivocar está bien, todo el mundo se puede equivocar. Aparte, es tu primera competencia; solo relájate y disfruta de la experiencia.
—Bueeeno—contesta resignada.
Seguimos hablando hasta que llegamos a la casa. Ya se había hecho bastante tarde, así que decidimos comer y acostarnos. Acompañé a Alex para que se acostara junto con Rajah y me quedé con ella hasta que se durmió. Fui a mi habitación y caí rendida inmediatamente. Me desperté un par de horas después por un sonido que venía del living.
P.O.V Alex
*Un par de horas antes*
Mamá acaba de salir de mi cuarto como todas las noches. Sé fingir muy bien que estoy durmiendo cuando no es así. Como todas las noches durante estos últimos meses, me levanto y empiezo a repasar mi plan, el cual esta noche voy a llevar a cabo.
Rajah y yo nos vamos a ir. Ya tengo todo preparado y planeado: nos vamos a ir del país a un lugar al que nadie nos pueda encontrar. No quiero hacerle daño a las personas que quiero. Si la KGB me vuelve a encontrar tengo mucho miedo de lo que me pueden obligar a hacer. Todavía faltan unas horas para que Mamá esté profundamente dormida y yo pueda salir sin ser escuchada.
Dentro de mi bolso llevo ropa, un libro, comida para mí y para Rajah, algunos juguetes para Rajah y su correa, también llevo los implementos de mi traje de viuda como mis bastones, un cuchillo y mi mordida de viuda negra. Mamá tenía mis pistolas escondidas y no tengo permiso para volver a ocuparlas.
Mi reloj marca las 3 AM, eso quiere decir que ya es la hora de poner el plan en marcha,. Le pongo el arnés a Rajah y yo me pongo mi mochila.
—¿Estás listo Rajah?—le pregunto en un susurro y él me mueve la cola muy emocionado, piensa que vamos a dar un paseo, le encanta salir—. Tomaré eso como un sí… Ahora debemos salir en silencio, ¿si, mi lindo perro espía? No queremos que Mamá nos descubra.
Le hago cariño y salimos de mi habitación. Miro a ambos lados para cerciorarme de que Mamá está durmiendo y camino hasta el living, pero Rajah choca contra un sillón y le empieza a gruñir.
—Rajah, silencio, vas a despertar a Mamá—lo reto en un susurro y él me mira con cara de cachorro regañado—. Ahora vámonos, antes de que hagas más ruido y la despiertes.
Empiezo a caminar en dirección a la puerta, destrabó los seguros y cuando estoy a punto de abrir la puerta…
—¡Alexandra! ¿Qué estás haciendo?—me reta Mamá mientras me apunta con su pistola, pero la baja cuando se acerca a mí.
—Yo…Yo…Yo…
—Alexandra, habla ¿Qué ibas a hacer?—pregunta un poco enojada y Rajah le empieza a ladrar. A él no le gusta cuando otras personas me hablan fuerte.
—Na… Nada. Nada, lo juro—respondo un poco asustada.
— ¿Y qué llevas en esa mochila?—se cruza de brazos.
—Nada interesante.
—¿Ah, sí?—dice subiendo una ceja.
—Es verdad—abro mucho los ojos.
—Alexandra, te conozco demasiado bien. Sé que estás mintiendo—me quita la mochila.
—No, pasámela, por favor—le suplico, pero la empiezo a revisar.
—...Alexandra, te estabas escapando ¿Qué es lo que está pasando por tu cabeza?—me siento un poco mal, porque no lo dice con enojo sino con decepción.
—Yo… no lo sé—le digo apenada y veo que sus ojos se llenan de lágrimas.
—¿Ya no quieres que te cuide? ¿No quieres ser mi hija?
—No, no…
—Pues parece todo lo contrario.
—No es eso Mamá…
—¡¿Entonces qué es Alexandra?! ¿Ya no me quieres?—pregunta alzando la voz y luego bajándola.
—¡Es porque te quiero! Te amo y amo que seas mi Mamá, pero no quiero que ellos te hagan daño, ni a ti ni a nadie que quiero. Si me alejo ellos no les van a hacer nada, pero si me quedo ellos me van a encontrar. Me van a obligar a hacer muchas cosas que no quiero hacer—le digo llorando y ella me abraza—. No, suéltame, me tengo que ir—me suelto de su abrazo.
—Hey, pequeña, ven—me vuelvo a alejar.
—No, no te quiero hacer daño.
—Alex, no me vas a hacer daño.
—Si, yo soy mala. Ellos me hicieron mala—me abrazo a mi misma y le doy la espalda.
—Hija, no eres mala. Eres de las mejores personas que he conocido. Eres alegre, buena, atenta, compasiva, amable, bondadosa, feliz, leal, optimista y millones de cosas más que podría seguir enumerando hasta mañana.
—Mientes, no soy nada de eso. Soy una mala persona e hice cosas horribles—siento como de a poco se va acercando a mí.
—No, mi amor, no es así. Solo te obligaron a hacer todas esas cosas cuando tú no querías. Sé todo lo que te hizo Madame B; si fueras mala ella nunca te hubiera castigado de esa manera.
—Pero yo las maté, yo no les quería hacer daño.
—Lo sé, Alex, ellos te obligaron y te conozco. Sé que tú nunca le harías daño a nadie porque quieres—me abraza, toma en brazos y me lleva al sillón para sentarnos, yo no puedo dejar de llorar.
—Lo siento—digo entre sollozos—. Yo no me quería ir, pero era lo mejor para que nadie les hiciera daño.
—Shh, pequeña, ya pasó. Eso ya no importa, ahora lo que importa es que no vas a volver a tratar de irte y si vuelves a sentir eso de que nos vas a hacer daño o que si te vas no nos va a pasar nada, habla conmigo y yo te voy a ayudar ¿si?—me abraza más fuerte.
—Sí, Mamá.
—Ya es bastante tarde, ven vamos a dormir, milenka (mi pequeña).
—¿Puedo dormir contigo?
—Claro que sí. Desde que llegó Rajah mi cama se siente vacía, por cierto ¿dónde está Rajah?—miramos por todos lados y buscándolo.
—Mira, Mamá está durmiendo en su cama.
—Se ve muy cómodo, dejémoslo durmiendo aquí. No quiero que se vuelva a comer mis zapatos—me río, ya que él siempre se roba las cosas de mi Mamá.
—Sí, mejor dejémoslo aquí—bostezo.
Las dos nos ponemos a caminar hacia su pieza. Nos acostamos en la cama y nos dormimos al instante.
NA:
Alex tiene algunos traumas que debe sanar.
No sé si el domingo haya capítulo, ya que mi editora está de vacaciones, así que si no hay cap ya saben el porque ejejje.
~Heima💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro