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🌸Uno : Celos.

🌸Uno : Celos.

—Asi vestido, no vas a ir a ningún lado. — reclamó Jungkook, cruzado de brazos y bufando molesto, con la frustración pintada en su rostro. Sus ojos estaban fijos en Taehyung, quien lucía sorprendentemente radiante con esa vestimenta provocativa, lo que solo incrementaba el ardor en su pecho, una mezcla de deseo y celos que le resultaba difícil controlar.

—Amor, no seas celoso, es solo una camisa transparente y un pantalón de cuero, que me gusta mucho. — dijo el rubio, haciendo un puchero con sus labios, intentando suavizar la tensión en el aire, mientras movía sus caderas de manera insinuante, consciente del efecto que tenía en Jungkook.

—No, y no. Si intentas poner un pie fuera de esta habitación vestido así, me voy a ver obligado a quitarte la ropa a la fuerza. — sentenció Jungkook, lleno de seguridad y con una mirada que desafiaba cualquier intento de desobediencia, incluso temiendo que sus palabras pudieran ser más de lo que realmente quería.

Taehyung inclinó su rostro hacia un costado, mientras una gran sonrisa traviesa se dibujaba en sus hermosos labios, lo que dejaba ver que le encantaba provocar a su pareja, casi como si quisiera llevarlo al borde de la locura. Su audacia siempre había sido una parte de su encanto, y ahora parecía estar disfrutando cada momento de esta deliciosa tensión.

—De acuerdo, Jungkookie, si así lo quieres. — desafió, dando un paso hacia la puerta, su corazón latiendo con emoción ante la idea de jugar con los límites de su relación, queriendo explorar el lado más juguetón de su amor.

—¡Taehyung!. — levantó su voz, tomándolo del brazo y girándolo a la fuerza, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. — No juegues conmigo cariño, quítate esa camisa. — advirtió, la firmeza de su tono contrastando con la vulnerabilidad que sentía ante aquellos celos.

El rubio se acercó al oído del azabache y, con una sonrisa llena de picardía, murmuró; — Quítamela tú, mi amor. — esas palabras, cargadas de insinuación, fueron como un desafío que hizo que el corazón de Jungkook latiera más rápido, sumiéndolo en una mezcla de deseo y necesidad.

— Si eso es lo que quieres, entonces aquí vamos. — respondió tomando el borde de la camisa de Taehyung con una sonrisa traviesa dibujada en sus labios. —No me hago responsable de mis actos, mi amor. — dijo en un tono sarcástico, como si lo que iba a hacer no tuviera consecuencias, disfrutando del juego de poder entre ellos.

Con un movimiento rápido y decidido, rasgó la camisa en un movimiento que parecía bailar entre la provocación y el deseo desenfrenado. El rubio dio un jadeo fuerte, dejando escapar un pequeño gemido de sorpresa, mientras los pedazos de tela caían al suelo, creando una pequeña explosión de fragmentos que simbolizaban la ruptura de barreras.

— Ahora el pantalón. — murmuró cerca del cuello de Taehyung, su aliento cálido provocando escalofríos que recorrían su columna vertebral, mientras metía sus dedos por el borde de la prenda como si estuviera desatando los cimientos de un deseo oculto.

—Quitamelo, mi amor. — demandó Taehyung en un tono deseoso que hacía eco de su propia anticipación, su corazón latiendo con fuerza por cada segundo que pasaba.

—De acuerdo, bebé. — Jungkook lo tomó de la cintura, con una determinación feroz, guiándolo hacia la cama como si estuvieran en medio de un apasionado baile. Una vez cerca de ella, lo empujó con fuerza, haciéndolo caer sobre el suave colchón, el sonido amortiguado de su cuerpo contra la cama resonando en la habitación como una promesa de lo que estaba por venir. —Voy a castigarte por lo que hiciste. — advirtió con una chispa de diversión en sus ojos, desabrochando el botón del pantalón con un ritmo casi ceremonioso, mientras bajaba unos centímetros el tejido hasta llegar a la ropa interior del rubio. —Contigo arreglo luego. — le dijo al miembro ya erecto, su voz cargada de intenciones mientras le sacó por completo el pantalón junto a los zapatos, dejando que la anticipación llenara el aire.

Taehyung se levantó un poco, apoyándose sobre sus codos, su mirada llena de desafío. —¿Tan solo harás eso, mi amor? — preguntó, retándole a seguir adelante con la provocación.

Jungkook lo miró intensamente, relamiendo sus labios como si ya pudiese saborear el resultado de ese acto. — ¿Quieres más? — inquirió en el mismo tono, sabiendo que cada palabra pronunciada solo alimentaba el fuego entre ellos, y el rubio asintió con una sonrisa llena de complicidad. —Perfecto. — dijo, su voz sonando como un juramento mientras lo tomó por la cintura y giró rápidamente su cuerpo, dejando la espalda y el trasero de Taehyung a su disposición, casi como un regalo.

Se acercó, su rostro a poca distancia del redondo trasero del rubio, y mordió el borde de la ropa interior, rompiendo la tensión de la atmósfera. Con una delicadeza inesperada, bajó la prenda, dejando al descubierto la piel suave y cálida.

Levantó su mano, sintiendo el impulso de la emoción, y la bajó con fuerza. El golpe resonó en la habitación, haciendo gemir al rubio con una mezcla de dolor y placer. —Eso por portarse mal, mi amor. Eres muy lindo para salir así. — dijo, con una risa juguetona, antes de volver a nalguearlo, saboreando cada momento de esa danza prohibida que compartían.

Taehyung soltó un fuerte jadeo, avivando aún más el deseo que ardía en el interior de su novio. Con una rapidez casi instintiva, se deshizo de su ropa, dejando esas prendas caer descuidadamente en un rincón oscuro de la habitación, donde la luz tenue apenas podía alcanzarlas.

Jungkook, sintiendo la electrizante energía entre ellos, masajeó su miembro, mojándolo con su pre semen, mientras con su mano libre exploraba la entrada de su novio, jugando con la delicadeza de su piel.

El ambiente estaba cargado de tensión y deseo.—Mereces ser castigado por ser un niño travieso —dijo, aplicando un tercer golpe en la nalga de Taehyung, dejando su mano marcada una vez más.

Alineó su miembro con la entrada del rubio y, con un movimiento decidido, penetró en su cuerpo de una sola estocada, provocando un gemido profundo que reverberó en toda la habitación.

Jungkook, tomando del cabello a Taehyung, se acercó a su oído y le susurró en un tono travieso: —Amo cuando te portas mal. — Luego, se reincorporó y le propinó una segunda estocada, haciendo que su novio se estremeciera, arqueando la espalda mientras mordía sus labios con placer.

—Cuando... —Jungkook dio una fuerte estocada, provocando un jadeo de puro placer de su pareja. —No, es...— señaló con un movimiento firme, entregando otra profunda penetración. —Es no, mi amor.

Volvió a inclinarse, tomando delicadamente el rostro del rubio entre sus manos y lo besó con una intensidad apasionada, saboreando aquellos dulces labios rosas, para finalizar con una mordida que acompañó con una estocada más.

— Más.— exigió Taehyung entre gemidos, sus ojos cerrados y el cuerpo arqueándose hacia Jungkook, buscando el éxtasis que ambos tan ansiosamente deseaban.

Cada movimiento era un juego de entrega, donde la pasión se podía sentir en el aire cargado de deseo.

El vaivén desenfrenado comenzó, Jungkook entraba y salía del cuerpo de su amado, tocando aquel punto dulce una y otra vez, mientras el sonido de sus cuerpos se encontraba en una sinfonía de gemidos y jadeos, haciendo que los murmullos de Taehyung reverberaran por toda la habitación. Jungkook estaba perdido en su propio mundo, cegado por los celos y la lujuria, deseando marcar a Taehyung de una manera que solo él podía entender.

Con fuerza, tomó a Taehyung de las caderas, haciendo un movimiento decidido que lo reincorporó, dejándolo en cuatro apoyado sobre sus manos y rodillas, creando una imagen deliciosa de vulnerabilidad y deseo. Lo observó con un intenso fuego en su mirada, y volvió a moverse, dándole estocadas profundas llenas de lujuria y pasión, cada empuje era un desafío, un impulso para llevarlo cada vez más cerca del cielo del placer. 

La habitación se llenó de gemidos hasta que ambos llegaron al punto más alto del clímax, el tiempo parecía detenerse mientras todo su ser se unía en ese momento de pura entrega. Ambos se quedaron por unos segundos quietos, con sus cuerpos aún temblando tras la tormenta de sensaciones, sintiendo cómo las vibraciones del placer aún reverberaban en sus pieles.

Taehyung se dejó caer sobre la cama, tratando de recuperar el aliento, sus labios entreabiertos mientras la ráfaga de sensaciones empezaba a calmarse. Jungkook se acostó arriba de él, con cuidado de no aplastarlo, como si su amado fuera un cristal delicado, mientras dejaba un camino de suaves besos sobre su espalda, cada contacto era un recordatorio de su amor y posesión mutua.

—Tu castigo aún no termina, mi amor.— susurró sobre la suave piel del rubio, una mezcla de ternura y travesura en su voz, haciendo que el corazón de Taehyung acelerara de nuevo.

—¿Aún hay más? —preguntó agitado, con un aire de mezcla entre curiosidad y miedo, sintiendo la anticipación en el aire.

—Sí, bebé.— respondió Jungkook con una sonrisa traviesa y sus ojos brillando con una chispa de complicidad. —Quiero que me prometas de rodilla que no vas a volver a portarte mal.

—¿De rodillas? —preguntó confundido, su mente aún tambaleándose entre lo que acababan de compartir y las nuevas demandas de su amante.

—Sí. —Se colocó de pie, una figura dominante en la penumbra de la habitación. —Ven aquí.— le ordenó, su voz era un suave pero firme, que hizo que Taehyung sintiera un escalofrío recorrer su espalda.

En un instante, Taehyung se giró, los ojos fijos en el miembro de su novio de nuevo erecto, entonces lo comprendió, sintiendo que la confusión se disipaba, sustituyéndola por una excitación palpable.

Se acercó a él a gatas, caminando sobre sus rodillas y manos, su rostro iluminándose con una inocente expresión, que contrastaba deliciosamente con el deseo que ardía en su interior. Junto a un puchero, dijo: —Prometo ser bueno, mi amor.

—A mí no, a él.— dijo Jungkook, señalando su miembro con una sonrisa encantadora que prometía más que solo castigo.

La respuesta de Taehyung fue una sonrisa traviesa. —De acuerdo.— se acercó lentamente, acercando su rostro al miembro de su novio, su aliento cálido haciendo eco en el aire. —Prometo portarme...mal, muy mal.— dijo con picardía, antes de rodearlo con sus labios, atrapando a Jungkook en un mar de sensaciones que prometía explorar mucho más allá de lo que habían imaginado.

El azabache soltó un jadeo ahogado, mientras se mordía su labio inferior, cerró sus ojos y tiró su cabeza hacia atrás, atrapado entre el deseo y la necesidad que le inundaba. La habitación estaba impregnada de un aire cargado de pasión, donde cada susurro era una melodía diseñada para encender aún más sus cuerpos.

—¡Aahmm! Sí. — murmuró al aire, su voz temblorosa entregando un matiz de vulnerabilidad que resonó en el pecho de su novio. Sin pensarlo, dejó que sus manos se acercaran a la rubia cabellera de su amado, enredando los dedos en esos mechones dorados como si intentara atesorar cada instante de esta delirante conexión. De pronto, inclinó su rostro hacia abajo y lo miró intensamente, esa escena le fascinaba; era un juego entre el placer y el dominio que los envolvía en una burbuja de intimidad.

De pronto Jungkook lo detuvo con un movimiento firme pero suave, su mirada un torrente de deseo. —Esto es un castigo, bebé. — dijo levantando una ceja con picardía, como si anticipara cada reacción del rubio, disfrutando del control que tenía sobre él. — Quiero que lo chupes hasta el fondo. — Su voz era grave, cada palabra cargada de intención, mientras empujaba con delicadeza hacia su miembro, obligando a Taehyung a ceder aún más a la corriente de placer.

El rubio siguió las órdenes de su novio con una devoción ferviente, sintiendo que cada succión era un pacto, una entrega de aliento y deseo, mientras su lengua danzaba al ritmo de las estocadas, convirtiendo la acción en una sinfonía de gemidos suaves. El rudo ritmo que le marcaba, cada empuje contenía la promesa de una euforia que se acercaba, arrastrando a ambos a un abismo de éxtasis que parecía ilimitado.

Jungkook intentaba mantener sus ojos abiertos, deleitándose en el espectáculo que ofrecía su novio; la dedicación en su rostro era un regalo que lo llenaba de satisfacción. Pero pronto, una corriente de electricidad recorrió su cuerpo, y el estremecimiento se apoderó de él, como si cada célula estuviera a punto de estallar en una explosión de placer. Su corazón latía con fuerza, guiado por un ritmo propio que parecía sincronizado con los movimientos de Taehyung. Su mente repleta de sensaciones lo llevó hasta el borde del clímax, pero, en un acto de pura complicidad, suavemente lo detuvo, sacando su miembro de la boca de su amado. —Toma mi lechita, mi amor. — dijo, con voz entrecortada, derramando su esencia blanquecina sobre los labios entreabiertos de su novio, una ofrenda cargada de amor y deseo, la culminación de su desenfrenada conexión.

Taehyung se dejó hacer, disfrutando de aquel lujurioso castigo. La dulce picardía que les envolvía era casi palpable, una chispa en el aire que hacía vibrar cada rincón de la habitación tenue, iluminada solo por la luz suave de una lámpara en la esquina. Jungkook se sentó en la cama, lo miró con ternura y pasó su dedo pulgar por el labio inferior del rubio, secando unas gotas de su semen  —La comida no se desperdicia, mi amor —le dijo irónico, guiñándole un ojo con complicidad, antes de atrapar esos labios en un beso apasionado y profundo, como si su vida dependiera de cada suspiro y roce. Lo tomó de la cintura con firmeza, acercándolo más a su cuerpo, mientras sus manos recorrían el delgado cuerpo de su novio, explorando cada curva y cada rasgo con devoción casi reverente. Taehyung, pasó sus brazos por los hombros del azabache, abrazándose a su pareja como si el mundo exterior simplemente no existiera.

—Te amo, bebé —susurró sobre los labios ajenos, dejando que sus palabras fluyeran como un suave murmullo que se entrelazaba con el eco de su pasion.

—También te amo mucho, mi Jungkookie —respondió Taehyung, aún algo agitado por la intensidad, pero feliz.

Luego de un reconfortante baño, la pareja se recostó en la cama, abrazados y disfrutando de la compañía. El ambiente era de total paz, lleno de risas compartidas y susurros entrecortados. Como si nada más importara en el mundo, solo ellos dos y su burbuja de felicidad.

—Bogum me invitó a un bar —comenzó a comentar debajo del pecho de su novio, una sonrisa traviesa jugando en sus labios, un brillo de aventura en sus ojos que le hacía parecer más atractivo aún.

—¿Qué? Ni loco te dejo ir solo con ese idiota —respondió Jungkook, casi en un gruñido, la preocupación cruzando su rostro, mientras que en su pecho había un torbellino de celos.

—Si voy a ir —replicó Taehyung, levantando su rostro para mirarlo a los ojos, desafiando a Jungkook con un destello de picardía en su mirada.

Jungkook bajó su mirada para verlo, y lo encontró mordiendo sus labios de una forma tan sexy que le hizo perder el hilo de sus pensamientos. Entonces, comprendió el juego de su amado y una sonrisa divertida asomó en sus labios. —De acuerdo, bebé, mañana tendrás doble castigo —dijo, prometiendo un día lleno de lujuria y pasión.

—Mmm, estos castigos me gustan demasiado —respondió Taehyung, y ambos estallaron en carcajadas, llenando la habitación con el eco de su felicidad compartida.

🌸~Fin~.


🌸 Hola, y bienvenidas a mis minis fic🤭. Espero que les haya gustado.

🌸 Gracias por leer mi pequeño bebé 😊.

🌸Nikki.

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