LA MAQUINA QUE GIRA
NARRA LUCY
Era miércoles por la mañana, era la única que estaba en el curso. Me parecía extraño que no haya llegado nadie... ¡Ni siquiera Kiku! Ella llegaba a la par mío o unos minutos después.
Deje de pensar en eso y empecé a acomodar mis cosas sobre el mesón donde trabajaría esa clase. Estaba tan inmersa en mis "santos" pensamientos que no logre escuchar a quien entro.
— ¡Lucy!
— ¡Hijo de... !
Me di la vuelta rápidamente, con una mano en el pecho, para ver de quien se trataba.
Y no era nada más ni nada menos que Daniel Levin de Merde, la persona que me había flechado desde los cursos de preparación en la Academia de Arte. Al tenerlo tan cerca me puse nerviosa y creo que un ligero rubor se depositó en mis mejillas. "Cálmate, y no entres en pánico" pensé tratando de que mi boca no saliera nada que considerara estúpido, o que hiciera notar mi enamoramiento por él.
— ¡No vuelvas a hacer eso! —exclame un tanto molesta.
— Ok, ok —me respondió soltando una risa, logrando que el rubor en mis mejillas incrementara notoriamente.
— Jóvenes... ¿Qué hacen aquí? —pregunto extrañado el profesor de cerámica al vernos ahí.
"No es lo que piensa... Si es que está pensando... Eso" me dije a mi misma, interiormente.
— Vinimos a clases, profesor. —contesto con tranquilidad Daniel.
— Jóvenes... Hoy no hay clases.
— ¿Cómo que no hay clases? —pregunte con una expresión de extrañeza en mi rostro.
— Ayer se avisó a su representante... —dijo intentando recordar el nombre de una de mis amigas, la otra representante... Lilith Ischavi—. En este momento no recuerdo su nombre... Pero ella era la encargada de avisar que hoy no habría clases para el paralelo "B".
"Esa desgraciada" fue lo primero que se me vino a la mente al recordar que su actitud era extraña ayer... ¡Al igual que la de Patty! Esas hijas de... Me las pagaran por eso.
— Pero, aun así, pueden quedarse para avanzar algo de sus cerámicas —comento el profesor para luego retirarse.
Ninguno de los dos dijo algo después de eso. Yo me fui a mi lugar y me puse los audífonos... Lo que no vi venir es que Daniel se vino a sentar a lado mío. Trate de ignorarlo toda la clase pero se me era imposible por su cercanía.
* * *
No sé en qué momento pero los dos habíamos dejado de hacer la cerámica y nos dedicamos a conversar. Era un momento que nunca creí que pasaría debido a que usualmente se la pasaba hablando con sus amigos o con Lilith... Aun creo que a Daniel le gusta ella y yo estoy esperando a que ellos sea cannon, cosa que Lilith ice que no pasara pero no matara mi Otp.
Pero dejando eso de lado, regrese a la realidad... A mi hermosa realidad. Me di cuenta de que Daniel no estaba... Supuse que se había ido. Suspire y me dedique nuevamente a trabajar en la arcilla que tenía en frente mío.
— ¡Muchas gracias, profe!
Daniel regreso del otro salón con una sonrisa enorme en su rostro. Me pregunóe qué es lo que habrá pasado para ponerlo así.
— ¡Lucy! El profesor nos dio permiso para utilizar la máquina que gira para hacer nuestros trabajos. ¿Quieres intentarlo?
— Bueno...
Ambos nos dirigimos hacía la dichosa máquina. Él fue el primero en utilizarla mientras yo solo observaba. Parecía que no era la primera vez que la utilizaba... Me impresiono.
Cuando llego mi turno... Pues, no me salió tan bien como hubiera querido. Hice una mueca de disgusto y escuche a Daniel reir.
— ¿Quieres que te ayude? —me pregunto viéndome directo a los ojos.
— Supongo... —a veces hasta yo me impresiono de mi lado Tsundere.
Yo esperaba a que el me indicara como hacer... Pero eso no es lo que paso.
Se sentó junto a mí, en se reducido espacio que era la silla de trabajo; puso sus manos sobre las mías e hizo mover la rueda de abajo para que la máquina funcionase.
Es en este preciso momento en el que mi corazón salió disparado, su tacto sobre mis manos mandaba corrientes eléctricas por toda mi espina dorsal. Si eso hubiera sido lo único que habría pasado, pero no, la vida y el plan de mi querida amiga Lilith me tenían preparada para otra cosa.
— Lucy—me llamo Daniel con su hermosa y pasiva voz de uke... En serio, este hombre parece más mujer que otra cosa. No me atreví a responderle, así que solo lo mire.
Gran error. Cuando gire mi rostro para prestarle atención, nuestras narices se rozaron... Mandando toda la pinche sangre de mi cuerpo a mi rostro, parecía un tomate español.
Y lentamente se fue acercando... Solo nos separaba un centímetro... Un pichi centímetro...
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Autora: Lesto :v algo corto pero soy feliz Xd
ESCRITO POR: Emily_Nightmare
@Emily_Nightmare
Grandiosa escritora... tiene hechas tres obras, y es muy fanática de "Pandora hearts"
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