Loki #5
Capítulo cinco: Nos vamos.
Selvig asintió emocionado y cerró la puerta, dejándoos solos de nuevo. Loki no mencionó nada. Y con una sonrisa se levantó de la cama.
- Vete vistiendo, nos vamos – te ordenó y tú asentiste.
Loki se vistió rápidamente y salió por la puerta. Tú, en cambio, tardaste un poco más que él. Cuando te colocaste el manto, saliste por la puerta.
Caminaste por el pasillo hasta la gran sala. Ya no estaba la gran máquina que abriría el portal, por lo que supusiste que se la habían llevado ya.
- Tenemos que irnos – habló Loki detrás de ti. Te diste la vuelta lentamente, tú labio inferior temblando. – No puedes rendirte ahora.
Al ver que no te movías, Loki dio dos pasos hacia ti y te agarró del brazo con fuerza.
- Vámonos – te ordenó.
Tú temblabas, y no era por su tono enfurecido, no. Loki te estaba agarrando del brazo donde tenías el dichoso chip. ¿Lo notaría? ¿O no?
Pues sí, sí que lo notó.
Loki frunció el ceño mientras miraba tu brazo. Lo giró, haciendo que la cara interna del brazo se mostrara y apretó con más fuerza, notando algo duro en tu brazo.
- ¡Selvig! – gritó Loki.
Selvig apareció por la puerta rápidamente.
- Hazle una incisión, tiene algo escondido en el brazo – Loki le ordenó y tú negabas con la cabeza mientras Selvig se acercaba con un bisturí (ni siquiera sabías de dónde lo había sacado).
Loki te agarró con más fuerza tu brazo, para que no te escaparas. Selvig hizo el corte y con unas pinzas extrajo el pequeño rectángulo metálico.
- ¿Qué es eso? – le demandó Loki.
- Es... - Selvig se quedó observándolo. – Parece un chip. Seguramente sea un chip de rastreamiento.
- ¿Y eso qué hace? – le preguntó Loki, su agarre no disminuyó en ningún momento.
- Sigue a las personas que lo portan – respondió aquel hombre. Loki, iracundo, te miró con el ceño fruncido.
Tú miraste al suelo, evadiendo su mirada enfadada. Selvig te colocó un algodón sobre la pequeña herida (que no sangraba, menos mal).
- Márchate – masculló Loki. - ¡Márchate!
Selvig cogió su botiquín y como pudo, se largó rápidamente.
Una vez que Selvig salió por la puerta, esta se cerró. Pegaste un saltito, por el estruendo. Esperabas cualquier cosa por parte de Loki: que te levantara la mano o que te gritara. Estaba claro que no cambiaría de opinión ni volvería contigo a Asgard.
- ¿Chip de rastreamiento? ¿Te ofreciste voluntaria a eso?
- Loki, yo-
Loki te dio una mirada que te congeló y te hizo callarte.
- Sabía que era demasiado bueno para ser verdad – se lamentó en un susurro. Al ver tu postura rígida y encorvada suspiró. – No te preocupes, no te voy a pegar.
Le miraste con los ojos de un animal salvaje: con miedo. No sabías qué esperar de Loki. No ahora que se veía devastado.
Se rió tristemente.
- Aunque me hayas traicionado, no quiero que te alejes de mi lado, por eso – habló, y antes de que pudieras hacer algo, la punta de su cetro estaba en tu corazón. – Hago esto.
Querías gritar, pero tu cuerpo pareció dormirse y una fuerza que no era la tuya te controlaba.
Loki te había hechizado con su cetro.
Notabas como el hechizo iba haciendo mella en ti, recorriendo cada parte de tu cuerpo y sublevándote a su poder. Tu cuerpo se quedó completamente tenso, y tú no podías hacer nada: no moverte, ni hablar.
- Era demasiado bueno para ser verdad. – Volvió a decir lo mismo. – Todo era una farsa, ¿verdad? Nunca has estado de acuerdo conmigo. ¡Ni siquiera sé por qué te creí cuando venías conmigo por las buenas!
Loki andaba de un lado a otro, parecía realmente dolido y eso hacía tu corazón encogerse. Sabías que fue una mala idea.
- Nunca me amaste, ¿verdad? – habló y lo que más querías hacer era negar con la cabeza y renegarle, pero no podías hacerlo. – No, ¿cómo lo ibas a hacer? Siempre he sido el imperfecto, el otro, el que no es Thor. Dime una cosa, en todo este tiempo que yo desaparecí, tú estabas follando con otro, ¿verdad? Sí, eso sería muy propio de ti.
No podías negarle lo que decía. Simplemente te quedabas ahí, escuchando y sin poder hacer nada. Dos lágrimas silenciosas descendían por tus mejillas de la impotencia.
Todo lo que decía Loki, era mentira. Siempre le amaste, incluso cuando hizo lo que hizo en Asgard y cayó al vacío. ¿Y cómo ibas a follar con otro si estabas siempre lloriqueando y de luto por su supuesta muerte? Te dolía el alma que Loki dijera esas cosas de ti.
- Nos vamos – volvió a su estado normal y empezó a caminar hacia la salida. Tú, de forma robótica, le seguiste.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro