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Loki #2

Capítulo dos: Otra persona sacada de una obra de Shakespeare.

Nunca habías visitado Midgard, y tenías muy escasos conocimientos sobre ella. Cuando aparecisteis en Midgard, era de noche y había una tormenta de rayos.

Debías dar gracias a Odín* que podías volar. Ese era tu don.

Seguías de cerca a Thor, que perseguía una especie de nave volante. Al principio no la habías visto, pero después lograste ver sus lucecillas parpadeantes. Thor se adelantó hasta llegar a la parte trasera de la nave. Una puerta trasera se abrió (podías ver que dentro de la nave había por lo menos tres hombres), Thor entró y se llevó a Loki, que estaba ahí dentro y esposado.

Reprimiste las ganas de llorar y los sollozos al ver al amor de tu vida vivo. Thor salió volando hacia las montañas, y tú fuiste más deprisa, para poder seguirle. Sabías perfectamente que debías dejar espacio a los dos hermanos por lo que no fuiste a donde ellos estaban.

Thor dejó a Loki en una llanura de una montaña y tú te alejaste bastante. Les podías ver pero no oír. Cuando Thor acabara de hablar con él, serías tú la que después hablarías y después volveríais a Asgard. Los tres juntos.

Pero el plan no fue tal y como lo planeasteis: Algo metálico de color rojo y amarillo salió de la nada y embistió a Thor. Estabas preocupada, pero no podías ayudar a Thor ya que alguien debía mantener un ojo sobre Loki. Loki se quedó mirando al suelo, pensativo. Te acercaste a él. Pisaste sin querer una pequeña ramita, la cual crujió e hizo que Loki mirara hacia arriba; en tu dirección.

Su cara pasó de pensativa, a asombrada y después se quedó neutra, o al menos lo intentó. Podías ver a través de todas sus máscaras.

- Pensé que habías muerto – le dijiste caminando hacia él. – Pensé que te había perdido. Y mientras yo te lloraba, tú estabas ¿dónde?

- Es bueno saber que estás bien – dijo él. Ignoró las palabras con un poco de odio que le habías dicho.

- Ah, ¿sí? – resoplaste. – Es bueno saber que estás vivo. Gracias por avisarme.

Terminaste de andar porque ya estabas en frente de él. Le miraste de arriba abajo y... no había cambiado nada. Llevaba el traje que tú tanto amabas y su pelo largo al aire. Tenía las manos esposadas y sus ojos azules mostraban muchos más sentimientos que el resto de su cara.

Como fuerza de un impulso, le abrazaste. Pasaste los brazos por su cuello y te apegaste a él por varios segundos. Apoyaste la cabeza en el cuello del hombro e inspiraste hondamente su fragancia (era la misma que recordabas y te alegraba saber que eso no había cambiado). Después te soltaste, quedando donde antes estabas (o tal vez un poco más cerca, pero eso no importa). Convertiste tu mano en un puño y le pegaste un puñetazo en la mandíbula que le hizo irse hacia atrás.

- ¿Por qué has hecho eso? – gritó sin comprender nada.

- Porque me mentiste – le respondiste calmadamente. Bajaste las manos a tus costados, más relajada. – Dijiste que no ibas a nacer nada estúpido y lo próximo que sé de ti es que estás en Midgard. ¿Qué planeas hacer aquí?

- No lo entiendes – habló. – No podía quedarme de brazos cruzados.

No hacía falta que Loki dijera que quería venganza, porque eso estaba claro.

- ¿Quieres venganza? ¿Es por eso que eliges Midgard? ¿Porque Thor ama esta tierra?

Loki se quedó callado.

- Merezco ser un rey – dijo a mala gana.

- ¿Y así lo conseguirás? ¿Invadiendo un planeta? – No podías creer que Loki realmente quisiera esto, que llegara tan lejos por la venganza y el ansia de poder. – Veo que no te vale con ser mi rey y mi amado.

Negaste con la cabeza, incrédula.

Loki abrió la boca para hablar pero fue interrumpido. Thor volvió con el hombre con un traje robótico y había un tercer hombre, que vestía un traje de color azul bastante llamativo.

- Genial, otra persona sacada de una obra de Shakespeare – bufó el del traje robótico. Frunciste el ceño y miraste por un momento tu ropa: un vestido largo de color oro junto con un manto de color negro, que te resguardaba del frío. ¿Qué tenía de malo tu ropa? ¿Y qué era una obra de Shakespeare?

- ¿Thor? – preguntaste sin saber quiénes eran.

- Nos llevaremos a Loki, podéis venir con nosotros – habló más pacífico el del traje azul.

No entendías nada pero como Thor no parecía ni objetar ni luchar, tú tampoco lo hiciste.

El hombre con el traje azul se enganchó al que parecía un robot y salieron volando, Thor agarró a su hermano y tú les seguiste por detrás. A lo lejos apareció una nave futurista, justo la misma donde estaba Loki. Las puertas traseras se abrieron y todos entrasteis en ella. Loki volvió a sentarse donde estaba antes, tú le acompañaste, sentándote a su lado. Aunque tenía las manos atadas conseguiste entrelazar tu mano con la suya.

El hombre con el traje azul miró pero no dijo nada. En cambio, el del traje de metal sí que habló.

- Que interesante – dijo riéndose pero la mirada del hombre del traje azul le hizo callarse hasta el final del trayecto.

La nave en la que viajabais pronto se acercó a una especie de helitransporte. Aterrizó en él y todos bajasteis. Loki se levantó y se bajó solo de la nave (tú le seguías muy cerca, no querías perderlo de vista). Fuera de la nave había un montón de hombres armados y vestidos de negro. Loki fue llevado por un montón de guardias hasta una celda de máxima seguridad.

El de la armadura, el del traje chillón, una mujer pelirroja (que estaba pilotando la nave), Thor y tú les seguisteis por detrás. Entrasteis dentro del helitransporte y Loki y los guardias desaparecieron por un pasillo.

Ibas a seguir a aquellos guardias, porque no querías separarte de él, pero Thor te paró. Te había agarrado de la muñeca así que te giraste y le miraste a la cara.

- ¿Sí?

- Quieren hablar contigo – señaló con la barbilla a unos hombres. Centraste tu atención en aquellos hombres para ver que uno de los dos era negro y el otro era blanco.

Asentiste y te acercaste a ellos.

El hombre negro iba completamente vestido de negro, y llevaba un parche en el ojo. El otro, llevaba un traje y el pelo lo tenía muy repeinado.

- Soy Nick Furia y él es el agente Coulson – el hombre negro habló y el otro asintió. – Thor nos ha contado que eres la pareja de Loki.

Asentiste, poco insegura.

- Veníamos a proponerte algo – continuó hablando Nick Furia. – Loki tiene en sus manos el Teseracto. Una fuente de poder. Y sabemos perfectamente que con el aquí, se nos hará imposible encontrarla.

Frunciste el ceño, no sabías a dónde quería llegar.

- Dejaremos en libertad a Loki, y así nos llevará al Teseracto-

- Loki no es tan estúpido – le cortaste. – En el momento que le dejéis libre sospechará.

- Tú iras con él – habló esta vez el agente Coulson. – Podremos seguirle a través de ti. Te colocaremos un chip rastreador y así podremos localizaros. Solo tiene que aceptar.

Te quedaste callada. ¿Ibas a engañar a Loki de esa forma? ¿Acaso Loki se iba a creer esta pantomima? Sabías perfectamente que no eras capaz de hacerlo. No eras capaz de engañar al mismísimo amo del engaño. Sabías que tarde o temprano te ibas a arrepentir de tu respuesta:

- Acepto.

*En vez de decir gracias a dios, ella dice gracias a Odín, porque es su dios.

 

Se están acercando las 10.000 leídas, y ya tengo preparado algo. Cuando se acabe eta mini historia lo anunciaré.



 

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