LCDUGI #8
Capítulo ocho.
- Si estás muerto, nadie puede matarte – decía Nick Furia tumbado en su camilla. – Además que no sabía en quién podía confiar.
Natasha bajó la cabeza.
Sam, de pie en la habitación, estaba de brazos cruzados. Estaba bastante preocupado. Preocupado por Emma. El Capitán América se acercó a él y sabía perfectamente lo que le ocurría.
- La agente Raven y Emma, una conocida consiguieron escapar – empezó a hablar Steve.
- Necesito saber si Emma está bien – le interrumpió Sam.
Nick Furia sonrió.
- Consíguele una línea segura – le dijo Nick Furia al médico que estaba con Natasha. Al parecer, este ya había terminado porque fue a hacer lo que Furia le ordenó. Sam le siguió rápidamente.
El médico le dejó un teléfono, de apariencia antigua. Y Sam inmediatamente tecleó el número de Emma. El médico le dejó solo, para que pudiera hablar.
Al segundo pitido, Emma habló.
- ¿Quién es? – demandó Emma.
- ¿Así es como le dices hola a tu viejo Sam? – se rió Sam.
- Sam, dios. ¿Dónde estáis? ¿Estáis bien? – Sam podía oír cómo Emma estaba más tranquila.
- No te lo vas a creer. Y sí, estamos bien. Estamos en un lugar seguro – respondió Sam. – tenéis que esconderos. Las dos. Y tratad de no llamar la atención.
Emma se quedó en silencio. Se podía ir la respiración y las indicaciones de Raven.
- ¿A dónde vas Emma? – preguntó Sam.
- A la boca del lobo.
Valëzka se encontraba en la sala de su trabajo. Estaba leyendo algunos informes, qué síntomas estaba presentando. Pero todo lo que le estaba ocurriendo, debía ocurrir.
El soldado estaba sentado en su camilla. Había dos médicos retocando su brazo biótico, que había sufrido daños.
El soldado miraba a la nada. Su mente seguramente intentando recordar cosas, intentando rellenar huecos en blanco. Valëzka vio por el rabillo del ojo cómo se estremecía y de un momento a otro, uno de los doctores había acabado en el suelo; empujado por él.
Uno de los guardias se colocó delante de la doctora Valëzka, mientras que el resto de guardias, del equipo STRIKE, le apuntaban con sus armas.
Por la puerta entró Pierce, por lo que Valëzka se giró, para observarle. Otros dos médicos iban detrás de él, contándole los problemas que estaba dando su mejor soldado.
Pierce se quitó las gafas y las guardó en uno de sus bolsillos. Levantó las manos, indicando que todos los agentes de la sala bajaran las armas. Lo cual, hicieron.
- Informe completo – le ordenó Pierce.
El soldado se mantuvo callado.
- Informe de la misión – le ordenó de nuevo.
Pierce se acercó a él, se colocó un poco a su altura, y después, le soltó un bofetón que consiguió que moviera la cabeza.
El soldado reaccionó, frunciendo el ceño.
- El hombre del puente, ¿quién era? – preguntó perdido.
- Le viste a principios de semana en otro trabajo.
- Yo le conocía – afirmó el soldado. Él mismo no sabía de qué, pero sí que sabía que le conocía.
Pierce se sentó en una butaca (en la que antes se sentó el médico que había caído al suelo) antes de hablar:
- Tu labor ha sido un gran regalo para la humanidad. Eres un hito de este siglo. Y necesito que continúes forjando el futuro. La sociedad vive un punto de inflexión entre el orden y el caos y mañana por la mañana vamos a darle un empujón. Pero, si tú no haces tu parte, yo no puedo hacer la mía. Entonces HYDRA no le dará al mundo la libertad que merece.
- Pero le conocía – volvió a decir el Soldado de Invierno.
Pierce suspiró antes de levantarse de la butaca y salir.
- Prepárenle.
- Lleva mucho tiempo fuera de la biocongelación – le informó uno de los doctores. – Pues bórrenlo y comiencen.
Los doctores se pusieron manos a la obra. Encendieron la máquina y rápidamente empezaron las descargas eléctricas a su cerebro. Pierce finalmente se marchó y Valëzka fue tras él. Una vez fuera de aquella sala, Valëzka habló:
- Se lo advertí – dijo Valëzka. Pierce paró de andar, pero no se giró. – La electrocutación funciona. Hasta que el individuo encuentra un detónate de los recuerdos. Y el Soldado de Invierno lo ha encontrado.
- ¿Y qué más da? – dijo Pierce. – Borrón y cuenta nueva.
- A partir de ahora su cerebro va a intentar rellenar los espacios vacíos que la electrocutación le ha dejado. Empezará a tener fallos hasta que finalmente no funcione bien. Se lo advertí.
- HYDRA podrá prescindir del soldado y su médico personal una vez que el proyecto Insight salga a la luz – Pierce cortó a Valëzka, subió los escalones y se fue, seguido de sus guardias y del equipo STRIKE.
Valëzka mordió el interior de la mejilla. Regresó de nuevo a la sala y veía al soldado sufrir las descargas.
Con una sonrisita en la boca y en mente las palabras de Pierce, se dirigió al centro de amndo de la máquina y la apagó.
- Doctora, aún no ha acabado-
- Lo sé. Pero si Pierce va a prescindir del Soldado y de sus médicos, nosotros podremos prescindir de esto – le cortó Valëzka. – No hará falta esto.
El médico se quedó callado, simplemente observaba al soldado quien respiraba con dificultad y tenía los ojos cerrados.
- Sí. Vas a tener mucho dolor de cabeza – asintió Valëzka.
- ¿Qué tal están? – fue lo primero que le preguntó Steve a Sam.
- Van a ir al Triskelion – le respondió Sam.
- ¿Están locas?
- Dicen que es la única manera de ayudarnos – se encogió de hombros Sam.
Sam y el capitán terminaron de prepararse y junto con María Hill marcharon de allí, rumbo al Triskelion.
- Está bien, ¿cómo lo vamos a hacer?
- Entrando por la puerta – respondió simplemente Raven.
- ¿Qué? ¿Estás loca? ¿No te estaban buscando?
- Sí, lo estaban haciendo.
Emma suspiró.
- ¿No hay otro plan menos suicida?
Raven negó con la cabeza.
- Está bien – volvió a suspirar Emma.
Ambas salieron del coche, con las armas bien escondidas. Cruzaron la acera y con la cabeza gacha entraron por las puertas del edificio más seguro del mundo.
Raven iba primera, para poder guiar a Emma por el gran edificio. Entraron en un ascensor y justo cuando se cerraron las puertas, podían ver a Pierce andando por la planta baja seguido de varias personas.
Raven pulsó un botón y después se giró hacia Emma.
- ¿Y ahora qué? – le preguntó la chica más morena.
- Vamos a ir a una oficina. Ahí... – Raven frunció el ceño. – Sé que hay una persona que está de nuestra parte.
- Está bien – asintió Emma.
Las puertas se volvieron a abrir y ambas caminaron rápidamente fuera del ascensor, rumbo al final del pasillo.
Pasaron por la cafetería y entraron en esa oficina. Raven cerró la puerta detrás de sí y echó el pestillo.
Después, ambas podían respirar con tranquilidad.
Aunque esa calma duró poco, porque sonaron unos golpes a la puerta y el manillar de la puerta se movía un poco.
- ¿Raven? ¿Eres tú?
Emma miró a Raven, y después sacó un arma. Raven levantó la mano para que no disparara y abrió despacito la puerta.
- ¿Marinette? – dijo Raven mirando por el hueco de la puerta.
- Sí, soy yo. Déjame pasar.
Raven suspiró antes de dejarla entrar y volver a cerrar la puerta.
- Te están buscando, Raven – susurró Marinette. – ¿Dónde está el capitán?
- Está en un lugar seguro – respondió Raven. Esta miró brevemente a Emma. – Es de fiar.
Emma no guardó el arma, pero sí que la bajó.
- Hay que acabar con el proyecto Insight, Marinette. Si no, cometeremos un grave error. Mucha gente morirá.
- ¿Qué?
- El proyecto Insight planea acabar con todos los enemigos que tiene HYDRA.
- Dios mío – la mujer más mayor se pasó las manos por el pelo. – Está bien. Ahora mismo tengo que estar con los del consejo. Lograré parar esta atrocidad.
Raven asintió.
Marinette, aún con la cara preocupada, salió de allí.
Bella se encontraba en la sala desde donde se iban a lanzar las naves del proyecto Insight. Miraba algunas pantallas, observando que todo fuera bien, hablaba con algunos hasta que una voz conocida habló:
- Sé que no ha sido precisamente un camino de rosas – hablaba Pierce al consejo. Estaban en su despacho, con copas de vino en la mano. Isabella y Marinette también se encontraban ahí. – Y que algunos de ustedes con gusto me hubieran bajado ya de este tren. Por fin estamos aquí. Nos lo deberían agradecer.
Y la voz de quien menos se iba a imaginar Pierce, habló:
"Atención a todos los agentes de SHIELD, les habla Steve Rogers. Estos días han oído hablar mucho de mí y a algunos se le ordenó darme caza; ya es hora de que sepan la verdad. SHIELD no es lo que creíamos que era. Ha sido colonizada por HYDRA. Alexander Pierce es su líder, los STRIKE y las tripulaciones de Insight son de HYDRA, no sé cuántos más hay. Pero están aquí dentro. Podría estar a su lado y ya casi tienen lo que quieren. El control absoluto. Mataron a Nick Furia y no se detendrán ahí. Si despegan esos helitransportes HYDRA podrá matar a todo aquel que se interponga en su camino. A menos que los detengamos. Sé que les pido mucho, pero el precio de la libertad es alto. Siempre lo ha sido. Yo estoy dispuesto a pagarlo y si estoy solo en esto, lo aceptaré. Pero apuesto a que no lo estoy".
- Es usted despreciable y miserable – habló con veneno en la boca uno de los miembros del consejo.
En ese momento, agentes del equipo STRIKE aparecieron y Marinette empezaba a ponerse nerviosa.
- Deténgale – le dijo otro al equipo STRIKE.
Pero este no obedeció. Sino que levantó el arma y le apuntó a él.
- Creo que el que manda soy yo – dijo Pierce.
Rumlow se acercó por la sala de control. Bella le miraba fijamente, sus dedos casi podían rozar su pistola. Rumlow se acercó hasta llegar al chico que se encargaba de lanzar los helitransportes.
- Puede ahorrarse la cuenta atrás. Quiero esas naves arriba ya – le ordenó con la voz dura.
El chico temblaba de miedo. No sabía qué hacer. Hasta que finalmente se negó a hacerlo.
Rumlow le apuntó a la cabeza y en ese mismo instante bella levantó la pistola y le apuntó a él.
- Como ha dicho: órdenes del capitán – dijo Bella.
En ese momento toda la sala empezó a sacar sus pistolas y apuntarse los unos a los otros.
- Se equivoca de bando agente.
- Depende de cómo lo mire.
Rumlow acabó guardando el arma, pero después, con un cuchillo le hizo un corte en el antebrazo a Bella, porlo que ella soltó el arma y cayó al suelo. Rumlow cogió su arma y empezó a disparar. Con el pie, Bella consiguió tirar abajo al chico que estaba en la silla.
Rumlow consiguió activar el lanzamiento y huyó.
- Permítanme una pregunta – habló Pierce después de mirar lo que estaba ocurriendo afuera. – Si mañana Pakistán invadiera Bombay y usted supiera que sus hijas están detenidas en un estadio de fútbol para su ejecución – le entregó una copa a uno del consejo. – y pudiera evitarlo apretando un botón, ¿no lo haría? ¿No lo harían?
- No si el botón fuera suyo – negó el hombre. Y tiró la copa al suelo.
Pierce se rió y uno de los agentes de STRIKE le pasó una pistola. Pierce la cogió y apuntó al hombre. Peor la única mujer del consejo consiguió acabar con todos del equipo STRIKE, y, en realidad, era la Viuda Negra.
- Lo lamento, ¿le he estropeado su momento? – habló en realidad Natasha. Después miró a Marinette y a Isabella y Marinette habló:
- Somos de tu equipo – la convenció. – Vamos a ayudar.
- Deberíais ir a la sala del lanzamiento – dijo Natasha. –Ahí sí que necesitarán ayuda.
Marinette asintió y ambas mujeres salieron corriendo.
- ¡Han activado el lanzamiento! – se oía gritar a alguien fuera del despacho de Nick Furia.
- Hay que hacer algo – dijo Emma.
- Habrá que bajar a la sala de Insight – frunció el ceño Raven.
Emma asintió, de acuerdo. Ambas sacaron armas y salieron rápidamente del despacho. El ascensor no les iba a permitir bajar hasta esa planta, por lo que tendrían que utilizar sí o sí las escaleras. Por el camino se encontraron a varias personas que intentaron dispararlas, pero las vencieron fácilmente.
- ¡Cierren la compuerta! ¡Cierren la compuerta! – gritaba un hombre, agitando los brazos.
Marinette e Isabella pudieron presenciar como este acababa pulverizado por los disparos. Ambas se escondieron detrás de numerosas cajas y sacaron su arma.
Marinette fue la primera en salir y empezar a disparar pero algo cortó su muñeca por lo que le hizo soltar el arma y caer de rodillas. Marinette se giró para ver a Isabella empuñar un cuchillo.
- Lo siento Marinette. No puedo permitir que hagas esto – habló Isabella.
- ¿Cómo? – Marinette estaba atónita.
Aún así reaccionó y se levantó, apretando la herida que tenía en la muñeca.
- Va a morir gente Isabella. No podemos permitir eso – intentó razonar Marinette.
- Has confiado en la persona equivocada – negó Isabella. – No deberías haber confiado en mí.
Marinette no se podía creer esta traición. Miraba sin parpadear a Isabella, quien levantaba su pistola y apuntaba a Marinette.
Sonaron tres disparos, pero Marinette no sentía nada. Volvió a abrir los ojos y vio a Isabella en el suelo, con tres disparos en la espalda. Detrás de ella se encontraba Bella.
- ¿Estás bien? – preguntó Bella acercándose a ella. Solo vio un corte en la muñeca y se alegró de que solo fuera un rasguño.
Marinette asintió. Ambas empezaron a huir de allí, porque la verdad era que ya no podían hacer nada para estar allí. Las naves ya estaban en el cielo.
Isabella, con el último soplo de su vida pronunció dos últimas palabras:
Hail Hydra.
Los ascensores estaban inutilizables, por lo que tenían que subir las escaleras rápidamente, y escapar del baño de sangre.
A la subida se encontraron con dos personas por lo que Bella levantó el arma. Pero la volvió a bajar al ver que se trataba de Raven acompañada de otra chica.
- Hay que irnos – dijo Marinette. – Aquí ya no queda nada que hacer.
- Deberíamos ayudar lo que queda de SHIELD – comentó Raven.
Emma asintió de acuerdo.
- Evacuemos este lugar lo más rápido posible – dijo Bella, y después de eso, las cuatro chicas subieron escaleras hasta llegar a la planta baja. Ahí se podían escuchar disparos y gritos.
El capitán corría por uno de los helitransportes. Necesitaba llegar al núcleo de este para poder eliminar el problema. Pero había bastantes agentes de HYDRA que le impedían avanzar más deprisa.
Jena se encontraba con un grupo de agentes de HYDRA cuando el capitán lanzó una granada. Jena fue mucho más rápida en divisarla y consiguió esconderse tras un muro. El resto de agentes cayeron, muertos. Jena empezó a correr, iba detrás del capitán. Levantó el arma, apuntó a su cabeza y disparó.
Una bala rozó su oreja por lo que inmediatamente el capitán se agazapó y lanzó el escudo contra Jena, que lo logró esquivar. Jena siguió disparando. No lograba ver al capitán, pero así este no se movería de su sitio.
El capitán consiguió levantarse y con un arma (que seguro que se la había quitado a otra persona) disparóa Jena. Jena se escondió detrás de un muro, pero era demasiado tarde: una bala le había rozado el abdomen.
Maldiciendo, salió de su escondite y disparó con una loca. Le alegró saber que mientras el capitán corría, le había dado en uno de sus costados.
Para cuando Emma, Marinette, Raven y Bella habían escapado del Triskelion, con un gran número de agentes de SHIELD (algunos heridos otros no), los tres helitransportes habían empezado a dispararse entre ellos y a caer sobre el Triskelion. Menos mal que estaban alejadas de todo eso.
- ¿Hemos ganado ya? – preguntó Bella mirando al cielo.
- Tiene pinta – estuvo de acuerdo Emma.
Emma se encontraba sentada sobre el regazo de Sam, leyendo una revista. Estaban en una habitación de un hospital, en la camilla se encontraba el Capitán América, todavía sin despertarse.
La pareja andaba entretenida hasta que el capitán habló:
- Por la izquierda.
Todo había acabado bien. HYDRA murió, aunque eso no quitaba que algunas ratas se escaparan del nido. Nick Furia en realidad no estaba muerto. A Marinette no le ocurrió nada. Rumlow se encuentra en un estado cien veces peor que el del capitán. El resto del equipo STRIKE se encontraba en las mismas condiciones, y una vez que se recuperaran vivirían el resto de sus días en la cárcel.
Okey, tenía ganas de publicarlo y no podía esperar a mañana srry.
PRÓXIMA HISTORIA:
Thor.
Sinopsis:
Thor aparece en la Tierra como castigo de Odín. Lo que Thor no piensa es que se va a encontrar con alguien que conoce. Pero, ¿cómo la va a conocer si es una simple humana?
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