El mundo perdido
Abrí los ojos me sentía un poco confundido, un poco mareado, no entendía bien lo que pasaba. Escucho una explosión, el piso se movía baje al sótano y eso es todo lo que recuerdo.
Todo esta en silencio, no escucho autos en la calle, miro por la ventana y solo puedo ver el caos que hay afuera, camino por las calles y solo veo cosas destruidas, las calle rotas, autos tirados, pero todavía no veo a ninguna persona, estoy empezando a sentirme solo, estoy empezando a desesperarme escucho un ruido entre unos escombros y quise ir a ver, teniendo la esperanza de que fuera otra persona. Corrí los escombros y alcance a ver algo solo era un pequeño perro, lo saque de su encierro, lo mire a los ojos y en ese momento entendí que iba a ser mi única compañía.
Seguí caminando con el perro, el cual lo llame Bobby, nos dirigimos a la calle principal de la ciudad, empezaba a caer la noche y las luces de la calle se prendían, decidí volver a casa, necesitaba respuestas para entender lo que pasaba.
Al llegar a casa ribice la comida que tenia para sobrevivir lo que encontré solo alcanzaba para unos días, arme una cama para Bobby y me fui a descansar con ilusión de que al despertar todo volvería a ser como antes y que todo esto solo sea una pesadilla una muy mala pesadilla.
Al día siguiente, salí con mi perro decidido a encontrar otro ser humano, me negaba a creer que yo era el único hombre en la tierra.
Caminamos por varias horas sin encontrar nada, en el camino había recogido algunos alimentos para poder sobrevivir.
Llegamos a casa con Bobby, nos sentamos a descansar y a comer algo. De repente escuche un ruido en la puerta pensé que otra vez estaba alucinando por la ansiedad de ver alguien mas seguí comiendo y esta vez escuche perfectamente como golpeaban mi puerta, Bobby empezó a ladrar me levante y camine hacia ella y mire por la ventana era una luz, abrí la puerta el perro ladraba como loco y no podía creer lo que veía, era enorme algo inexplicable lo que podía llamarse una nave especial y allí estaba ella.
Su forma era curiosamente rara, su vestimenta era única, me miraron a los ojos y solo pude caminar hacia ellos.
Desde ese día me encuentro en este planeta, al menos no estoy solo, quizás sea el único ser humano, y aunque viva en un pequeño calabozo creo y solo creo que me alegra no ser el único.
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