Entrevista Seleccionado por los Originales
NOTA: Posibles spoilers. Quedan avisados.
El descenso sobre el aeropuerto de Vigo se produjo sin ningún inconveniente. Aunque, claro, hubiese preferido volar... Perdón, levitar, que los Seleccionados se enfadan.
Aunque, pensándolo en frío, sobrevolar el Atlántico sin la protección (ejem, bastante relativa) de un avión no hubiera sido lo más fácil del mundo. Me pasa por no ordenar mis prioridades. De España a Argentina y luego a España otra vez; necesito clases de Geografía antes de emprender un nuevo viaje, al parecer.
Estando un espacio tan pequeño a rebosar, me fue complicado divisar mi maleta; la maldición del bajito. Sin embargo, cuando la alcancé no tardé en coger un taxi; estaba justo al salir y, gracias a la tardanza, no había mucha cola.
El trayecto se me hizo corto. Vale, estoy mintiendo como una bellaca; estaba tan nerviosa que cada segundo se me hizo eterno. Estaría recolocandome la máscara por duodécima vez cuando llegamos.
Nada más rozar el timbre, una señora (la madre de Mireya, como descubriría más tarde) me dejó pasar. Con mucha amabilidad y una hospitalidad sobrecogedora, me guió hasta la cocina. Me invitó a sentarme alrededor de la mesa, cubierta con un mantel de limones, a lo que yo accedí.
-¿Quieres un vaso de agua? ¿Alguna otra bebida? -me ofreció mientras recogía unos libros de ajedrez y lectura que había desperdigados por ahí-. Perdón por el desorden -se disculpó, aunque, según yo, no estaba tan patas arriba como decía; si ella viese mi cuarto, seguro que no acabaría bien-. ¡Mireya! ¡Tu amiga de wattpad ya está aquí!
No cejó en su intento de reordenar lo ordenado hasta que Mireya entró en la cocina. Después, se fue para dejarnos más intimidad.
-Lo siento, mi madre tiene una extraña necesidad de tener todo perfecto cuando viene un invitado.
-Da igual; es un "instinto de madre", según la mía -le resté importancia-. Comencemos la entrevista. ¿Quién está detrás del usuario mirerp27?
-Pues detrás de mirerp27 se oculta una chica mucho más compleja de lo que quiere aparentar, llena de prejuicios e inseguridades, alguien de mucho caracter y poca paciencia, una soñadora incontrolable. La Mireya que se oculta tras este usuario es una persona que se guarda todo para sí, una Mireya que prefiere escaparse de la realidad a través de la escritura o de una buena y larga partida de ajedrez antes de enfrentarse a lo que tiene justo en frente de sus narices. Es alguien que prefiere un buen libro a estar rodeada de gente que le presta atención. Pero también es alguien que se ilusiona muy fácilmente, alguien que lucha por sus sueños hasta que no le queden fuerzas. Espero que todo este rollo haya servido... para conocerme un poco mejor; a veces me pongo un poco filosófica de más -concluyó su respuesta, sonriente.
-¡Las entrevistas son uno de los mejores momentos para ponerse filosófica! -exclamé-. Creo que, después de esto, te admiro aún más. Ahora bien, ¿por qué ese nombre de usuario? ¿Cómo se te ocurrió?
-La esencia del usuario, el "cómo se me ocurrió", es bastante sencillo: "mire" de mi nombre, Mireya; "rp" de mis apellidos; y "27" del día de mi cumpleaños, 27 de febrero. Ahora, el por qué de ese nombre tan sencillo en vez de uno más elaborado... bueno, eso también tiene una respuesta, pero más extensa -manteniendo la sonrisa, inhaló con fuerza, llenando sus pulmones para la segunda parte de la respuesta-. La elección del usuario tiene una razón tan filosófica como casi todo lo que te he dicho hasta ahora: la máscara de la sencillez. Como ya debes imaginarte, no soy del tipo de personas extrovertidas a las que les encanta llamar la atención de todo el mundo; todo lo contrario. Si por mí fuese, sería invisible. Debe de vivirse muy bien así, sin que nadie te lance miradas extrañas... El caso es que ingresé a Wattpad con la idea de "mezclarme" entre todos los escritores de esta plataforma. Me reconforta sentir que soy una entre un millón de personas casi idénticas; la mayoría lo odiaría, pero a mí me hace sentir mucho más cómoda. Con un nombre de usuario tan sencillo quería simbolizar una nueva "máscara", una nueva manera de ocultar mi verdadero yo; al menos esa fue mi primera idea. Pero a medida que fui escribiendo y ganando unas maravillosas lectoras... me di cuenta de que no había por qué querer ocultarse, si cada uno tenía mucho que aportar. Y, aunque ahora todo ha cambiado, no creo que vaya a cambiar el usuario en mucho tiempo; soy de las que piensan que los orígenes no deben olvidarse... y ese fue mi origen aquí -finalizó, guiñando un ojo.
No pude aguantar sentada tras una explicación tan profunda; me levanté del asiento, aplaudiendo como si hubiera leído el mejor libro, visto la mejor película y presenciado la mejor obra de teatro, todo a la vez.
-¡Bravo! ¡Bravo! -no me avergüenza admitir que casi me dejo las manos en esos aplausos; ups-. Estoy de acuerdo, a veces es más cómodo estar escondida entre la muchedumbre; sin embargo, dar lo mejor de ti misma y que lo aprecien es un sentimiento genial. Ha sido fantástico saber más de tus orígenes.
Mireya enrojeció como un tomate, aunque se merecía ese y mil halagos más.
-¡Gracias! No sabes lo que significa para mí hablar con alguien que me entienda tan bien...
Iba a añadir que esa sensación era mutua, pero decidí volver al hilo; si no, se me iba a ir el día sin terminar la entrevista-. ¿Qué sucedió para que Alas de Papel surgiera en tu mente?
-Recuerdo haber leído en algún sitio que las ideas vienen como los sueños; es imposible identificar ni cómo ni por qué pasan por tu cabeza. Pero en un instante, quizás el peor de todos, aparece la idea y se queda ahí para siempre... Te digo esto porque me pasó algo similar al surgir en mi mente la idea de Alas de papel. Todo comenzó con un sueño, literalmente, en el que yo era perseguida por tener unas alas que había conseguido en una feria. Recuerdo haber visto en ese sueño muchas de las cosas que escribí luego: el sueño del puente, en el que Samanda ve miles de alas naranjas y violetas, el sueño en el que le están tirando a Samanda de las alas para obligarle a responder a una pregunta que ni ella recuerda, Shadowland... Al despertarme de ese sueño supe que era una buena idea y en seguida me puse a pulirla. Ahí fue cuando nació Samanda, una chica insegura que se oculta tras una personalidad fría y cruel (tristemente, es un personaje demasiado parecido a mí misma; no en el hecho de reírme de otras personas para sentirme mejor, sino en que ambas nos sentimos tan inseguras con nosotras mismas que intentamos ser otra persona que en realidad no somos) que era enviada a un reformatorio por el asesinato de su mayor víctima. La idea de tener un Gael en la historia fue, aunque no se diese cuenta en el momento, cosa de mi amiga albiporda, también conocida entre sus amigas por "zanahoria". Se me ocurrió que sería interesante añadir a un chico pelirrojo y, además, primo de Shannon, para darle emoción a la historia desde el punto de vista romántico.
-Wow, no tengo palabras; tu subconsciente crea locuras de lo más interesantes y tú supiste llevarlo a otro nivel.
-Sí -rió-. Mi subconsciente tiene muchas ocurrencias, aunque a decir verdad este es el único sueño que me he atrevido a plasmar en un papel; la mayoría son... demasiado extraños.
-¿Tienes algún personaje favorito? Iba a preguntar también con cual te identificabas, pero lo acabas de decir -reí yo también.
-Mi personaje favorito...-hizo una pausa para pensarlo; no debía ser sencillo respoder a esa pregunta, en apariencia tan simple. De hecho-: Es una pregunta difícil, pues, de algún modo, una escritora se encariña con todos sus personajes, ya sean buenos o malos. Es como si fueses su madre; tú los has creado a todos, sabes sus historias, sus motivos... Sin embargo, si tuviese que decidirme por alguien sería definitivamente por Zev. Sé que es un personaje que todavía no se ha desarrollado demasiado, pero tengo muchas expectativas con él. Si dijese todas mis razones tras esta respuesta, estaría dando spoilear, pero te diré algo. Zev es un personaje que ha sufrido mucho. Siente que lo que hace no está bien, o por lo menos algunas cosas, y se ve luchando en contra de sus ideales dia tras día. Tal y como lo he ideado, aunque no sé cómo saldrá a lo largo de este libro y los siguientes, es una persona atenta, sensible y muy valiente que, espero, nos lleve a todos unas cuantas sorpresas. Como curiosidad, la elección de su nombre tiene una razón. Zev significa fuerte, sin miedo, muy hábil, "lobo". Creo que simboliza muy bien lo que Thorayna esperaba de él cuando le puso el nombre, historia que revelaré dentro de poco: un cazador innato.
-Interesante, tenía un par de teorías locas sobre Zev, pero las pruebas estuvieron en mi contra; pasa por conspiranoica -volví a mis notas-. Hemos hablado de personajes, pero hay uno... digamos especial. Creo que muchos saben a quién me refiero, porque está basado en una persona real, una amiga virtual. ¿Cómo se te ocurrió introducir a Mireia, con i latina, en la historia? Sé parte de la historia, pero me gustaría escuchar la versión completa.
-El hecho de añadir a Mireia a mi historia fue algo bastante... impulsivo -comenzó; estaba tan al borde del asiento por la intriga que casi me caigo-. La historia necesitaba de un personaje nuevo, alguien que enseñase a Samanda los principios básicos de la magia; un personaje callado y reservado, alguien misterioso. Y entonces me di cuenta de que aún no había felicitado a Mireia y se me ocurrió que el personaje podía cuadrar con ella. Sentía que le debía muchísimo tras la enorme ayuda que me aportó un mensaje que me mandó a mediados de verano diciendo que le encantaba la historia y que le encantaría que continuase; el mensaje fue más largo, pero resumiéndolo... Lo cierto es que llevaba varios meses sin escribir nada y con una grave crisis emocional y creativa y saber que había, aunque fuese una única persona, lectores que deseaban que la loca idea sacada de mis sueños continuase. Leer su mensaje me dio fuerzas para seguir adelante, tanto en el ámbito creativo como en el ámbito emocional. Realmente necesitaba que alguien me dijese que valoraba algo de mí... aunque fuese una historia que prácticamente había dejado en el olvido. Le pedí a mireiagur que me pasase una descripción lo más detallada posible de sí misma y me puse manos a la obra. Pensé que iba a ser difícil, crear un personaje lo más parecido posible a alguien real, pero en cuanto empecé a escribir sobre este nuevo personaje sentí que era lo más fácil del mundo; Mireia es, en muchos aspectos, la persona que siempre he deseado ser: puro optimismo y muchísima creatividad. Sobre este último aspecto, recuerdo bien el momento en el Mireia explica sobre sus visiones. De alguna manera siento que, aunque fuese únicamente en ese momento, logré describir correctamente a la persona que intento describir en casi cada capítulo desde que apareció en ese capítulo 20. Por cierto, hablando de Mireia... puede que quiera matarme en un futuro próximo...
-¿Un pañuelo, por favor? -pedí, riachuelos en las mejillas-. Creo que se me escapó alguna lagrimita... Aunque no último da miedo.
Ella me pasó el pañuelo y sonrió. Diciéndolo así, en este contexto, suena a sonrisa macabra, pero os juro que no fue el caso; su gesto era más tranquilizante que otra cosa.
-Con lo último me refiero a que, como revelaré un poco en el próximo capítulo, Mireia tiene un pasado bastante "oscuro", por decirlo de algún modo; un pasado que la llevará a actuar de una manera en la que Mireia no habría actuado si no se hubiesen dado algunos acontecimientos que iré revelando. Como dije en el especial de frases que subí hace unas horas, hay cosas que tienen que pasar, por la trama.
"Entiendo, entiendo...", pensé, aunque no tenía ni la menor idea de lo que ocurría. ¿Qué tramaba?
Solté un suspiro de resignación.
-Ya me habías asustado, ¡pensaba que ibas a matarla, o algo! Me tienen traumada.
-Tranquila, por ahora no tengo pensado matar a nadie... ¡y mucho menos a Mireia! Va a ser uno de los personajes más importantes en los capítulos siguientes y del próximo libro, por ahora no hay necesidad de matarla -su sonrisa calmante disipó mis preocupaciones por un rato.
-Uf -volví a suspirar-. Saltemos a la pregunta amorosa -desvié el tema, dando un salto en el asiento-, ¿a cuales de tus personajes shipeas?
-Como respuesta a tu pregunta, el único ship vigente hasta ahora de Alas de papel es nuestro querido Samael, del que soy totalmente defensora. Sin embargo, esto cambiará bastante radicalmente en el segundo libro, todavía sin título oficial, donde se darán a conocer unos cuantos ships que ya son reales pero que desconocéis y otros nuevos...
-¡Samael! ¡Nuevos ships! ¡Qué emoción! -estaba saltando como un conejo con subidón de azúcar.
-Sí, ships nuevos. Supongo que te pediré ayuda para crear algunos; crear nombres de ships no se me da bien y tú eres toda una experta... -el rubor inundó mis mejillas ante ese elogio-. ¡Espero que emocionen tanto como Samael!
-¿Yo? ¿Experta? -dudé- ¡Si hace un año no sabía ni que era un ship! Mi "experiencia" no va más allá de los libros de Mini FANDOMS -me salió la risa tonta mientras hablaba.
-¡Sí, tú! ¿Acaso no te acuerdas de quien se inventó Samael? -buen punto; no tenía nada que rebatir ahí (aunque hubo una época en la que ella misma se olvidó de eso, pero no iba a entrar en ese tema).
-Ahora, vamos con la vida y la muerte. ¿A quién matarías? ¿Y a quién revivirías? En el hipotético caso de que no tuviera efecto en la trama, claro -se me escapó una risita nerviosa; no era la primera vez que casi olvidaba aclarar ese punto.
-¿Matar? En realidad, a nadie. Cada personaje lo siento como parte de mí y sería casi autolesionarse matar a alguno de ellos... aunque supongo que con quien menos en gracia estoy es con Thorayna, aunque incluso ella tiene motivos para ser como es... Al fin y al cabo, se vio abandonada por su "familia", los Originales, y desterrada a un mundo horrible, donde permaneció miles de años. Supongo que eso no es muy agradable -esbozó una sonrisa triste-. Aún así, la mala de la historia es necesaria para seguir avanzando... así que eso tendrá que esperar -la sonrisa tristona evolucionó a una carcajada (nada de diabólica, ¡yo no dije eso! Era una risa normal, ¿ok?)-. Y revivir... definitivamente a Shannon. No se merecía tener ese final para su vida, pero... necesario para la trama, también. Si esa risita nerviosa es porque temes que mate a alguien... por ahora los principales van a seguir vivos; no puedo prometer nada para el siguiente libro, pero en Alas de papel sí que puedo decir que no habrá dramas por muertes inesperadas -lo último me produjo sentimientos encontrados, pero no lo mencioné.
-Entiendo, supongo que no eres la clase de escritora asesina de personajes. Muy de acuerdo con lo de Shannon, no se lo merecía; lo que hay que hacer por la trama... Por cierto, me reía porque me he dado cuenta de que no había especificado lo del universo paralelo en el que la trama no se vería afectada por nada de lo que respondieras.
-No me gusta matar a los personajes, o eso creo. Siento que cada personaje tiene mucho que contar, pero hay veces en las que simplemente hay que quitarlos del camino... Eso de lo que hay que hacer por la trama me ha recordado a otro libro... -esbozó una mueca triste-. Tú me entiendes -una lagrimita resbaló por su mejilla.
-Entendí la referencia -me entristecí yo también.
Diría de qué libro hablabamos, pero lo de la alerta de spoilers solo valía para Alas de Papel y no quiero estropearle a nadie nada (otra vez).
-Según mis notas, esta es la última pregunta: ¿tienes algún adelanto, o spoiler, o algo para los SplO? Porfiiiiiiii -puse ojitos tiernos de dibujo animado mientras las "i"s se prolongaban.
-¿Última pregunta? -formó una "o" con la boca, para luego cerrarla con las comisuras hacia abajo-. Bueeeno... creo que en esta entrevista he dejado varios mini spoilers. Créeme, soy una persona a quien le ENCANTA hacer spoilers, sino pregúntale a albiporda, pero siendo mi historia... quiero mantener la expectativa. Solo diré una cosa: hay acontecimientos que Samanda, o vosotras, interpretasteis de una forma que no son realmente así...
-Interesante... Ojalá tuviera tiempo, así releería Alas de Papel en busca de esos acontecimientos malinterpretados.
-Tranquila, algunos se revelaran dentro de muy poco, pero creo que os van a dejar... un poco en shock. Solo un poco -sonrió de nuevo.
Eché un vistazo al reloj, dándome cuenta de la hora.
-Puede que haya sido la última pregunta, pero el día aún no ha acabado; tenemos toda la tarde por delante para hacer lo que tú quieras, ya que mi siguiente avión no sale hasta mañana temprano. ¿Qué sugieres?
-¿Toda la tarde? ¡Es muchísimo tiempo aún!
Y así empezó nuestra tarde juntas. Lo primero fue enseñarme una máscara veneciana que compró en un viaje a Italia; tenía la nariz enorme, por la peste.
-Llevo toda la entrevista queriendo mostrarte esto -confesó-. ¿Has ido alguna vez a Venecia? Es una ciudad que merece la pena visitar.
"Cuando la entrevistadora se convierte en entrevistada", pensé, riendo de lo absurdo de la situación.
-Ojalá, pero no me ha sido posible. Lo apunto en la lista larguísima de lugares que quiero visitar antes de morir. ¿Puedo probarmela? -me la pasó, asintiendo. La intercambié por la mía el tiempo justo para hacerme una foto. Bueno, dos; en menos de lo que canta un gallo, Mireya se había probado la mía y, ¿por qué no usarlo como excusa para sacarme una foto con una de mis escritoras favoritas?
El resto de la tarde fue bastante movidita. Hablamos de la vida en general (fue todo un interrogatorio sobre mi vida y la de mi hermana), fuimos a ver una película, jugamos a algo de la consola de su hermano (nos contró encontrar algo que no fuera un juego de guerra), dimos un paseo por la playa, visitamos el castillo medieval que todavía se conserva en su "ciudad" (entrecomillado porque, según ella, no era tan grande como Vigo; yo no he visto Vigo, así que no opino), me presentó a sus amigas (buena gente, se nota porqué son amigas), dimos otro paseo en bici... no sé como nos dio la tarde para hacer todo. ¿Magia de las entrevistas?
A la mañana siguiente, nos despedimos y me volví a subir al taxi.
Un mensaje iluminó mi pantalla, diciéndome que la última entrevistada había aceptado. ¿Última? Por ahora; había una posible candidata a ser la quinta del podio uniforme, pero ella no lo sabía.
Así, sonriendo, embarqué en el avión, rumbo a mi siguiente destino.
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