4
Salieron de aquel edificio en mal estado y ahí estaba estacionado un automóvil color negro.
Yoongi se encargó de abrir la puerta del copiloto y cerrarla después de que SeokJin subiera, claramente después de insistirle bastante. Después el subió al asiento del conductor. Luego de encender el auto comenzaron a avanzar.
— ¿No quieres saber a dónde vamos?— el más alto preguntó al ver que su acompañante estaba callado y que miraba constantemente hacía la ventana.
— ¿Es algo malo?
— No.
— ¿Me vas a obligar a hacer algo?
— No lo creo, a menos que te niegues a comer.
— Entonces supongo que está bien a dónde sea que vayamos— quería actuar despreocupado, pero realidad tenía demasiado miedo y estaba buscando la manera de salir huyendo, pero saltar del auto en movimiento no era una opción.
— Y perdón por lo de las flores y la ropa, se suponía que debían llegar mucho antes de las seis, pero los estúpidos de paquetería se retrasaron. Cuando llegue yo, ellos también estaban llegando.
—Pues deben ir a entregar muchas cosas y el lugar donde vivo no es el más seguro, posiblemente querían evitar que algo les pudiera suceder— se encogió de hombros.
— Si, puede que haya sido eso— apretó con fuerza el volante. Había pagado mucho más para que se hiciera lo que él pidió, pero no iba a discutir sobre eso con SeokJin.
Llegaron a un restaurante, Yoongi detuvo el auto, se apresuró a abrirle la puerta al castaño y tomarlo de la mano para salir.
—¿Por qué hiciste eso?
— Eres un principe, mereces ser tratado de lo mejor~— le guiño un ojo, después le entregó las llaves a un hombre con uniforme.
— No soy un príncipe— refunfuño.
— Si lo eres— caminaron hasta la entrada del lugar, en cuanto el recepcionista vió a Min lo dejo pasar sin ningún problema y una mujer se encargó de guiarlos a una mesa que estaba alejada del resto, como si fuera una zona privada, ya que sólo estaba su mesa, dos sillas y al rededor ya no había nadie más, sólo dos meseros.
A ambos les entregaron la carta para que pudiera ordenar lo que quisieran.
SeokJin no conocía nada de lo que ahí le presentaban y no había especificaciones o imágenes para que pudiera darse una idea de lo que era. Miró discretamente hacía YoonGi que estaba sentado frente a él, lo miraba con una sonrisa que hacía notar sus encías, parecía como su estuviera al pendiente de todos sus movimientos, ni siquiera había leído la carta.
— ¿Ya decidiste que quieres, corderito?
— No me presiones— hizo un puchero inconscientemente.
— Si quieres puedo ordenar por ambos~
— Te dije que no me presiones— murmuró. Yoongi soltó una carcajada y llamo al mesero para pedir su comida y la de SeokJin que seguía bastante entretenido en descubrir que significaban aquello nombres raros.
— ¿Me los llevo o- — el mesero preguntó con vos baja.
— Sólo este, déjale el suyo— Min le respondió de la misma manera. Su corderito se veía realmente adorable con esa expresión de concentración en su rostro.
Poco después volvió el mesero y dejó los platos en la mesa y SeokJin se sorprendió y miró con molestia al sujeto frente a él.
— Yo podía ordenar por mi cuenta— reclamó.
— Ibas a terminar eligiendo algo al azar y posiblemente no te gustaría— respondió— come, seguramente te gustará~
SeokJin vió el platillo que tenía frente a él y decidió esperar a que YoonGi comenzará a comer para no cometer alguna tontería.
YoonGi al notar la intención de su acompañante decidió empezar a comer y después de que Jin lo observará él también empezó.
— ¿De dónde eres, corderito?
— De un pueblo.
— ¿Que pueblo?
— No recuerdo su nombre, pero no me gustaba ese lugar...
— ¿Por qué?
— Yo no le caía bien a la gente de ahí, así que mi padre y nos mudamos a Busan.
— Y de Busan llegaste a Seúl- SeokJin asintió.
La realidad es que del pueblo del que provenía tuvo que mudarse para dejar su pasado de criminal atrás y ahí todos se encargaban de recordárselo todos los días.
Cuando por fin aprendió a leer, escribir y los números ya tenía casi trece años, así que Jong Woon se encargó de inscribirlo en la escuela primaria de aquel pueblo.
Pensaban que todo estaría bien, SeokJin estaba bastante emocionado porque por fin podría hacer amigos y ya no se la pasaría todo el tiempo solo, pero nada resultó ser como quería.
Al parecer todos los niños habían sido informados por sus padres de que era un "delincuente" y que no debían acercarse a él. También recibía burlas al ser huérfano y por su lento aprendizaje. Todo eso le causó varios conflictos y también le ayudo a descubrir que Dong-hae sólo era su tutor, no un padre, no un amigo o algo.
Dong-hae nunca lo había adoptado legalmente, simplemente lo cuidaba y eso era todo. SeokJin sólo una vez había intentado llamarlo "papá", pero de inmediato fue regañado por eso. Él si lo consideraba una familia, pero no era igual por la otra parte.
Después de un mes Dong-hae y el se mudaron a Busan, dónde esperaban que Jin pudiera adaptarse y poder ir al colegio, pero volvió a suceder lo mismo: burlas y rechazos por su dificultad para aprender y además esa actitud infantil que tenía. Tuvo que estudiar en casa y sólo sabía las cosas básicas.
Dong-hae de repente decidió comenzar a mostrarle sobre su trabajo y a enseñarle varias cosas, a entrenarlo y presentarlo con varios de sus compañeros.
Nunca tuvo la oportunidad de decidir si quería seguir los pasos de su tutor, pero tal vez si hacia lo que el mayor quería por fin lo consideraría parte de su familia.
— Me gusta Seúl— comentó antes de meter otro bocado a su boca.
— ¿Te gusta?
— Nadie me molesta por como soy, sólo tú me molestas, pero porque eres un acosador.
— No soy un acosador, solamente me estoy esforzando en conseguir mis objetivos.
— ¿Qué objetivo tienes?
— Que te enamores de mi~
— ¿Y por qué quiere que me enamore de ti?
— Porque me enamoré de ti en cuanto te ví.
— Y por eso me preguntaste si era un prostituto y me tocaste sin permiso.
— Ya me disculpe, además ya te dije que todos en ese lugar son prostitutos y quise aprovechar— hizo un mini puchero, casi imperceptible.
— Te perdono, pero no vuelvas a hacerlo.
— A menos que tenga tu permiso~—otro guiño que hizo sonrojar al castaño.
— Además tampoco te presentaste hasta hoy, eso no fue una buena manera de empezar.
— Te diré todo lo que quieras saber sobre mí~
— ¿De qué trabajas?
— Heredé la empresa de mi abuelo, así que soy el jefe y dueño de varios hoteles por todo corea del sur.
— ¿Cuántos años tienes?
— Veinticinco.
— ¿Por qué Bang chan hace todo lo que tú le pides?
— Le preste bastante dinero, sigue en deuda conmigo.
— ¿Me dejarías de llamar "corderito"?
— Nop~ — El menor se cruzó de brazos.
— Ya termine con mis preguntas.
— Bien, ahora me toca a mí.
— Esta bien— aceptó.
— ¿Cuántos años tienes?
— Veintidós.
— ¿Tienes pareja?
— No.
— ¿Te parezco atractivo?- el rostro de SeokJin se coloreo de rojo.
— ¡Eso no vale!
— Contesta— ordenó.
— Un poquito.
— ¿Soy la persona más atractiva que has conocido?
— No— le mostró la lengua— ahora deja de preguntar tonterías-
— ¿Irías a vivir conmigo?
— ¡No!— de inmediato negó.
— Bien, termine con mis preguntas- se cruzó de brazos- estoy inconforme con las tres últimas respuestas, hay que cambiarlas.
— ¿Por qué?
— Porque si soy atractivo, soy la persona más atractiva que conoces y si irás a vivir conmigo.
— No, ninguna de esas tres es cierta.
— Ya verás que si~— le dió un trago a su bebida- ¿No te gustaría dejar de trabajar en el club?
— Si...
— Entonces te propondré algo— Dió otro trago y dejó el vaso sobre la mesa— mi abuelo está muriendo y necesita a alguien que lo cuide.
— ¿No sería mejor un enfermero?
— Mi abuelo ya se quiere morir, sólo estamos esperando a que suceda, nada más necesita compañía en lo que llega su momento. Tú le estarás a su lado todo el tiempo que le queda vivo, yo te pagaré muy bien, adema de que vivirás ahí y también ahí te darán de comer.
— Pero es como aceptar ir a vivir contigo.
— Yo no vivo ahí, aunque si te da miedo por las noches puedo irte a hacer compañía~
— No, gracias.
— Bueno, eso de las noches podemos discutirlo después, ¿Qué te parece el trabajo?
— Pero yo debo seguir trabajando en el club-
— ¿No que no quieres trabajar ahí?
— Es que...— no encontraba ninguna excusa.
— Es que nada— se levantó de su asiento— vamos, te llevaré a tu departamento.
Ambos salieron del restaurante y el automóvil negro los esperaba fuera, Yoongi condujo hasta llegar al edificio donde SeokJin vivía.
— Empaca tus cosas y mañana temprano pasaré por ti— ordenó y Jin asintió mientras se quitaba el cinturon de seguridad.
Antes de salir del auto fue tomado del brazo para que se detuviera y recibió un besito en la mejilla.
— Descansa corderito~
— Tú también, YoonGi— se fue corriendo hacia su departamento antes de que el mayor pudiera escuchar su corazón acelerado.
Tal vez si a SeokJin le hubieran dado alguna pista de la persona que estaban buscando, él no se estaría metiendo en la boca del lobo.

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