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Capítulo 21

Capítulo dedicado a NATALIAGOMEZ507050 muchas gracias por tu apoyo. 💜

          En medio de un calor confortante y movimientos ligeros que hacían sentir su cuerpo levitar, Jimin dormía relajado. Se removió en su lugar y abrió los ojos, notando el resplandor matutino colarse entre las cortinas, brindando una iluminación tenue a la habitación. Fue entonces cuando supo el motivo de su comodidad: estaba apoyado en el pecho de Jungkook, quien lo abrazaba, todavía dormido. Los recuerdos de la noche anterior cobraron vida y el alfa más joven se sonrojó.

          Estaba acurrucado en los brazos del alfa al que había hecho suyo la noche anterior, tantas veces como sus cuerpos lo permitieron. Jungkook había sido todo lo que se podría desear en un amante; receptivo, atrevido, descarado y tímido a la vez, creando una mezcla entrañable, si a todo ello se le sumaban los sentimientos de por medio. Si en algún momento Jimin dudó, Jeon se encargó de desestimar sus preocupaciones con sus palabras, por no mencionar todos los orgasmos y gemidos de por medio.

          —Gracias. —Le besó la mejilla.

          El joven Park se levantó silenciosamente y fue al baño. A su regreso, Jungkook había cambiado de posición y estaba boca abajo, mostrando una postura relajada en su sueño profundo, probablemente estaría agotado y adolorido. Las sábanas se habían quedado debajo al girar, aparentemente. Los ojos de Jimin recorrieron la figura desnuda, fijando la vista en el trasero redondo, hermoso y expuesto, donde pudo apreciar las marcas de sus dedos, seguramente dejadas mientras marcaba el ritmo cuando Jeon lo montaba.

          Su polla se sacudió, con todo interés en cobrar vida.

          —No te levantes —susurró a su propio miembro.

          Todo parecía irreal, si lo pensaba detenidamente. Si alguien alguna vez le hubiera dicho que un alfa dominante e imponente como Jungkook se iba a someter a él, se hubiera reído incrédulo. Aunque, «someter» no era la palabra adecuada para describir lo que había sucedido entre ambos. Su pecho estaba hinchado con tanto cariño en este momento, que sentía que podría explotar.

          Sin dudas, Jungkook lo había disfrutado tanto como él. La conexión consolidada y la química entre ambos habían sido descomunales. ¿Podía sentirse así de bien? Si él se permitiera tomar el papel de pasivo, ¿experimentaría un placer así? Por un instante, con los ojos cerrados y su imaginación a rienda suelta, la imagen de Jungkook sobre él, su peso, su cálida respiración y el calor de su miembro frotándose contra su entrada, hizo un segundo escalofrío de placer, más intenso que el anterior, recorrerlo.

          «Algo ha cambiado», pensó, palmeando su renovada erección. Su corazón se aceleró con una emoción positiva y anhelante.

          Una nueva perspectiva se había abierto. A diferencia de la vez anterior, donde su cuerpo y su mente parecieron estar desfasados, ahora estaban en sintonía.

          Deseo.

          Deseaba a Jungkook, en cuerpo y alma. La idea de tenerlo caliente, duro y palpitante en su interior, le provocaba anticipación, no miedo. Con Jungkook era correcto. Sentía que sería capaz de borrar los malos recuerdos y cambiarlos por otros nuevos, llenos de satisfacción y cariño.

          El detective, aún dormido, se movió en su lugar. Un gesto de dolor se dibujó en su rostro ante el intento, provocando que suspirara profundamente, para al final permanecer en la misma posición. Un deseo irrefrenable de acurrucarlo entre sus brazos y mimarlo invadió a Jimin. ¿Jungkook lo aceptaría? ¿Lo haría sentir tan bien como a él, al despertar? La noche anterior había sido muy receptivo con sus caricias, pero quizás ahora, sin la excitación de por medio, pensaría diferente.

          La mano de Jungkook, quien murmuraba algo dormitando, recorría el espacio vacío donde había estado Jimin, frunciendo el ceño y haciendo un puchero que lo hacía ver demasiado tierno para ser un alfa. Park sonrió, embobado ante la escena, y regresó a la cama.

          —¿Dónde estabas? —ronroneó Jungkook, con la voz algo ronca por el sueño.

          —Baño.

          El detective se abrazó al torso de Jimin, que envolvió como pudo el musculoso cuerpo, obteniendo la respuesta a su duda anterior. Comenzó a dejar caricias distraídamente, con una mano en un brazo de Jungkook y con la otra en su cabello. Jeon volvió a ronronear y se acurrucó un poco más contra el pecho desnudo y más delgado de Jimin, aspirando su aroma en una inhalación profunda.

          —Pareces un gato gigante. —Jimin sonrió—. ¿Te gusta?

          —Mucho... Es bueno. —Suspiró—. Nunca había hecho esto... Se siente bien, ¿sabes? No tener que ser el fuerte, todo el tiempo. Tener a alguien que te abrace y te haga sentir seguro, con quien puedas mostrarte vulnerable. Me alegra que seas tú esa persona.

          —Gracias por permitirme serlo. —Afianzó el abrazo.

          Jimin comprendía, hasta cierto punto, a lo que Jungkook se refería, a pesar de no haberlo experimentado él mismo, por sus características recesivas. Debía estar bajo mucha presión, incluso inconscientemente, rodeado de tantas expectativas, más siendo un alfa tan sobresaliente, del que todos dependían y con quien contaban.

          Mientras Jimin buscaba ser valorado y reconocido por sus capacidades, más allá de su condición, Jungkook parecía desear poder mostrarse vulnerable sin ser juzgado. Ambos eran el complemento perfecto para el otro.

          La alarma comenzó a sonar desde el teléfono de Jimin. Por la poca luminosidad y el silencio en el vecindario, se notaba que era bastante temprano.

          —¿Vas a algún sitio? Apenas amanece.

          —Tenía pensado reunirme con Tae un poco antes de ir a ver a Kang, pero al final lo planeamos desde ayer. Se me olvidó quitar la alarma. Todavía podemos quedarnos así un par de horas más.

          —¿Es seguro reunirte con ese beta? Trabajó para tu padre por muchos años. Podría ser una trampa. ¿Debería ir contigo?

          —No creo que sea buena idea ir con alguien de la policía. Kang está intentando huir del país. Quiere intercambiar información por dinero, no nos conviene que crea que le estamos tendiendo una trampa.

          —Aun así, me preocupa.

          —Nos encontraremos de día, en una cafetería del centro, y Tae estará ahí. Necesitamos usar todos los medios a nuestro alcance.

          —Si sucediera algo, cualquier cosa, estoy a una llamada de distancia.

          —Creo que puedo volverme adicto a esa actitud protectora tuya.

          La mano de Jimin se deslizó por los hombros de Jungkook, su cintura y caderas, para luego acariciar sus glúteos y guiar sus dedos entre sus mejillas, jugueteando con el esfínter del agujero de su novio. Un pequeño quejido salió de los labios de Jeon, inconscientemente.

          —Lo siento. ¿Te lastimé? —Park se incorporó, sintiéndose preocupado.

          —No es nada. Parece que alguien se emocionó anoche —rio—. Aunque tengo que admitir que valió la pena, y mucho. —Le acercó la cara al pecho, hasta morder y succionar uno de sus pezones, sacándole un gemido.

          Jungkook se rio y simplemente continuó en su tarea de provocar los pequeños y erectos botones, haciendo a Jimin estremecerse con cada estímulo.

          —¡Ya basta! —dijo Jimin, fingiendo enojo.

          Inmovilizó a Jungkook de bruces bajo su cuerpo. El frío de la humedad mantenía la dureza de sus pezones, que hormigueaban anhelando el contacto. Su pene, atrapado entre las nalgas de Jeon gracias a la nueva posición, se estaba llenando de sangre. Embistió suavemente, deslizándose entre la cálida piel de los glúteos, ahogando un gemido de anticipación.

          —Cariño, sé que después de anoche, no te quedaron dudas de que amé cada segundo que estuviste dentro de mí —jadeó Jungkook, debatiéndose entre el placer y la razón—, pero no creo que mi culo aguante otra ronda.

          —¡Qué mal! Tenemos que hacer algo al respecto, entonces.

          —¿Hacer algo?

          —Ponte en cuatro y levanta ese trasero, quiero ver ese agujero usado tuyo. —Jimin siempre se había considerado alguien de mente abierta, pero ni él mismo podía creer hasta qué punto se había desinhibido, cuando se trataba de Jungkook.

          —¿Qué planeas hacer? —Un sonrojo intenso coloreó el rostro de Jungkook al preguntar, nunca había sido el receptor de las charlas sucias. Se notaba nervioso y curioso; no asustado o reacio.

          —Tú solo confía en mí

          Una sonrisa pícara tiró de los labios de Jimin. Una idea traviesa había atravesado su mente, y estaba dispuesto a ponerla en práctica. La saliva de los alfas tenía propiedades cicatrizantes y curativas. Después de usar ese método para sanar la marca de Jungkook, había comprobado que también funcionaba con otros alfas. ¿Por qué no volver a aliviar su dolor?

          Estando en posición, la espalda de Jungkook solo pudo arquearse en exceso, cuando sintió la primera lamida recorrer desde su perineo hasta su entrada, humectando su esfínter y presionando a través del anillo muscular, simulando penetraciones.

          —¡Lunas! —gimió, enterrando su cabeza en la almohada y agarrándose a las sábanas, tan fuerte como se aferraba a su autocontrol—. ¡Jimin! Esto es... demasiado. —Sus nalgas se elevaron más, haciendo al rostro entre ellas enterrarse y saborear más profundo.

          Con el mismo ímpetu, ajustándose al ritmo de su pareja, Jimin lamió, penetró, y chupó la entrada inflamada, separando las mejillas con sus manos para tener mejor acceso. Los jadeos que obtenía con cada movimiento eran combustible para su incansable lengua, que se empeñaba en explorar cada vez más profundo, probando todo a su alrededor.

          Se mantuvieron un par de minutos sin reducir la intensidad, con Jimin explorando y estimulando cada rincón que alcanzaba, y Jungkook contrayéndose alrededor de la traviesa lengua, deseando algo más grande que lo llenara. Su pene, lleno de fugas de líquido pre seminal, se sacudía con cada ola de placer, llenándose de más sangre, necesitado de atención. El dolor se reducía con cada segundo, volviendo al placer más plausible. Tal vez sí podría con otra ronda.

          El detective estaba sorprendido ante sus propios pensamientos. No se sentía menos alfa, ni menos dominante, solo por lo ocurrido y la manera en que lo había hecho sentir. Había experimentado tantos nuevos placeres en una sola noche. Toda su vida se los había ofrecido a sus parejas sexuales, sin siquiera pensar en ser el receptor de un trato similar. Todo era demasiado intenso. Lo había hecho olvidar los escrúpulos, las restricciones, las castas y lo tildado de correcto y convencional... ¡Y no podía importarle menos!

          —¡Espera! —Jungkook gritó, separándose del ariete en que se había convertido la lengua de Jimin.

          —¿Qué sucede?

          El alfa más joven miró preocupado la figura jadeante de Jungkook, todavía a gatas, temblando como una hoja. Antes de que la respiración del detective se regularizara para poder responder, la respuesta llegó. Un par de gotas de líquido blanco perlado salían desde el ano de Jeon, deslizándose lentamente por su perineo hasta la base de sus testículos tensos, en espera de sacar su carga. El semen de Jimin que había quedado en su interior, parecía haber sido atraído a la superficie, hasta volver a salir. Era una visión sumamente erógena.

          Park atacó una vez más el agujero rebosante, dispuesto a sacar toda la cantidad posible.

          —¡Para! —rogó Jungkook, apretando más el esfínter, en un intento de mantener la carga dentro.

          —Déjame probarme en ti —fue la respuesta de Jimin.

          La idea era tan sucia y tan jodidamente caliente, que las bolas de Park se contrajeron y un fuerte pulso de sangre llenó su polla aún más. Nunca había pensado en hacer algo como esto. Pero tampoco había creído que alguna vez Jungkook estaría esperándolo preparado y dilatado, o que se follaría con un consolador mientras lo observaba.

          —¡Joder! ¡Tómalo todo! —El autocontrol de Jungkook se rompió, las palabras de Jimin el detonante.

          Jeon no era un mojigato. Él mismo había sido quien le dijo a Jimin, durante su celo, que las cosas serían tan complicadas como ambos estuviesen dispuestos a permitirlo. Y lo habían mantenido simple. Disfrutaban de su compañía, su sexualidad y su relación, avanzando a su ritmo, sin prejuicios ni presiones. Pero esta era la primera vez que jugaba el rol pasivo, simplemente su inexperiencia lo había cohibido. Si era algo que Jimin también estaba dispuesto a probar y disfrutar, pues se lanzaría de lleno.

          Las succiones regresaron, más fuertes y acompañadas de un par de dedos, que lo abrieron poco a poco, haciendo más fácil sacar la corrida de su interior. Jimin lamió, tragó y untó semen alrededor de su agujero, usando únicamente su lengua, mientras lo mantenía abierto con sus dedos.

          —Jimin, necesito... —imploró,  sobrepasado por el placer, volteando su rostro hasta encontrar sus miradas febriles.

          —Lo sé. —Apartó su rostro manchado, relamiéndose—. Lunas. Eres demasiado delicioso. —Miró otra vez hacia la entrada, con parte del semen todavía goteando. Sonrió—. Tan lleno de mí. Ni siquiera tengo que ir a por lubricante.

          Park volvió a succionar, pero esta vez no para saborear. Dejó el contenido deslizarse hasta los testículos de Jungkook y con su mano ayudó a untar su semen en ellos y en toda la longitud del pene.

          El nuevo e intensificado estímulo hizo al detective arquearse y perder la posición anterior, quedando ahora de rodillas en el colchón, con Jimin detrás de él, embistiendo entre sus nalgas, frotando sin penetrarlo. Un brazo lo sostenía por la cintura, afianzando su posición, y la otra mano lo masturbaba a un ritmo castigador e insoportable para su miembro, sobre estimulado y sin atención por tanto tiempo. No demoró ni tres minutos en venirse, pintando sus sábanas desordenadas con su carga. Quedó hecho un manojo de espasmos, con las rodillas débiles, con el agarre de Jimin impidiendo que se desplomara.

          —¿Tan pronto? Ni siquiera llegué a correrme. —Jimin sonrió con suficiencia, sintiéndose complacido por haber satisfecho a su alfa.

          «Mi alfa». La frase se sentía correcta, como si hubiese sido hecha para referirse a él y Jungkook.

          —¿Ah, sí? Pues parece que ha llegado la hora de mi venganza. —Se soltó del agarre y empujó a Jimin, haciéndolo caer de espaldas a la cama.

          —¿Y cómo piensas hacer eso? —desafió, disfrutando el intercambio más de lo que jamás imaginó.

          Si bien las piernas de Jeon apenas podían sostenerlo, no necesitaba estar de pie para cernirse sobre un Jimin acostado y darle la mejor mamada de su vida. Pero, por supuesto, no sería tan simple como eso. Él sabía perfectamente cómo dar placer, incrementarlo, prolongarlo; o negarlo y controlarlo a su antojo.

          —Ahora vas a venirte... Cuando yo lo permita. —Fue el turno de Jungkook de sonreír con suficiencia.

          Las restricciones, preocupaciones y miedos se habían acabado para los dos. Ya a Jeon no le preocupaba que Jimin se sintiera dominado o sometido por sus conductas. Entre ellos, todo giraba alrededor de conocerse, descubrirse y disfrutarse como dos personas en iguales condiciones, simplemente porque se amaban.

─━━━⊱✿⊰━━━─

          En la Estación de Policía, sentado en su escritorio, Jungkook trabajaba en algunos informes. Llevaba casi dos horas y apenas había avanzado. Estaba inquieto y ansioso desde su llegada. Incluso Jaekyung, que estaba también llenando papeles, le había preguntado, con su habitual mal carácter, que si tenía algo en el culo que le hacía removerse tanto en la silla.

          La verdad sea dicha, gracias a la atención de Jimin a su agujero, y a un par de analgésicos, no existía una molestia real. El origen de su inquietud estaba en la reunión de su pareja con el tal Kang. No podía dejar de estar preocupado, a pesar de las precauciones. Incluso se había sometido a echar un pequeño localizador en uno de los bolsillos internos del pantalón de Jimin, en caso de que sucediera lo peor.

          Su teléfono sonó desde su escritorio, dejando ver el nombre de Jimin. Lo agarró tan rápido que casi se le cae en el proceso.

          Joo lo miró y alzó una ceja ante el comportamiento poco común, pero luego recordó que había una sola persona que sacaba a Jeon de su imagen estoica: su pareja. Negó, divertido, y regresó su atención a la computadora.

          —¿Está todo bien? —cuestionó, alarmado, en cuanto se conectó la llamada.

          —Sí, lo está —rio bajito—. Ya vamos de camino a casa. Pensé llamarte porque supuse que estarías preocupado. Veo que acerté en mi decisión.

          Jungkook se dejó caer en la silla, exhalando la preocupación. Sintió su cuerpo relajarse instantáneamente

          —¿Cómo ha ido? ¿Lograron resolver?

          —Sí, todo está preparado. Pensé darte los detalles cuando llegaras a casa, pero había algo que no podía esperar. —Tomó aire—. Kang dijo algo preocupante.

          —¿Qué cosa?

          —Beowulf es real.

          —¡¿Cómo?! —Se levantó bruscamente.

          En su visión periférica, Jeon notó cómo los hombros de su compañero se tensaron y parte de su atención se desvió a su conversación por un instante. Con los sentidos de un alfa con Jaekyung, no sería imposible haber escuchado lo que dijo Jimin. Si iban a hablar de Beowulf, lo mejor era hablar en privado y en persona.

          —Dame un segundo. Saldré de la oficina, no te escucho bien —le dijo a Jimin. Fue rumbo al baño, en busca de distancia y privacidad—. ¿Qué fue exactamente lo que dijo? ¿Hay algo de lo que deba buscar información antes de llegar a casa?

          —Solo eso. Dijo que las pruebas están en una caja fuerte en el banco, que las intercambiará por la suma acordada, en el aeropuerto, el día en que reserve su vuelo. —Hubo silencio—. Jungkook, esto parece algo grande.

          —Lo sé. Tal vez incluso sea más grande de lo que pensamos —contestó, con los engranajes en su mente comenzando a moverse—. Hablemos con más calma en la noche, no es bueno tocar estos temas por teléfono.

          —Hasta la noche, entonces. Te quiero.

          —También te quiero. Adiós.

          Una expresión seria y un ceño fruncido aparecieron en el rostro de Jungkook, en cuanto colgó la llamada. Si Kang había mencionado a Beowulf, es porque, obviamente, Park Minhyuk estaba involucrado; ¿cómo? ¿De dónde pudo haberla obtenido? Ahora los análisis de toxicología de Jimin empezaban a tener más sentido. Además, Minhyuk sabía de la relación de los dos... Las peleas de alfas, las jaulas, el olor; el atentado a Namjoon, la conveniente desestimación de la evidencia por parte de la Milicia, el posible traidor interno.

          —Esto apesta demasiado. —Desbloqueó su celular y entró a sus contactos. Si quería obtener información confiable de manera extraoficial, solo había una persona a la que podía llamar.

          —Jeon Jungkook —contestó la voz al otro lado, con falsa indignación—. ¿A qué debo el honor de que me llames, después de tres siglos? Solo porque ayudaste a mi hermana con su celo, es que te estoy contestando, que conste.

          —Hola, Hoseok. También en bueno hablar contigo. Espero que Jiwoo esté bien —respondió, divertido—. ¿Dónde estás? Tengo un asunto gordo entre manos, te necesito —dijo, su tono jovial cambiando por completo a uno serio.

¡Holiwis! Lleguéeeeeeeee. Espero hayan disfrutado esta segunda sesión de lemon, ando sacando mi lado sucio y atrevido 😈. Creo que también le agarré el gusto al jikook 🤭. Yo que antes apenas y le ponía smut a las historias, miren en lo que he caído jajajaaj. La gente pervertida a mi alrededor me ha contagiado XD. Aunque creo que es bueno ponerse a prueba y salir de la zona de confort en la escritura. 💜

Disculpen por haber demorado la actualización hasta hoy. Ya encaminé las situaciones familiares que tenía pendientes, a pesar de no haberlas solucionado. Esperemos que todo siga por buena senda.

Chao chan 😘

Hasta el próximo viernes.

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