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2. Extracción.


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—Muy bien —el doctor murmuró mientras le echaba un último vistazo a su copia del documento—. Yixing, te veré en un par de días. Ve con el enfermero Kim para que te de la prescripción y tu siguiente cita.

Yixing asintió y soltó la mano del padre de su futuro hijo —que no sería suyo—. Tomó su copia de los documentos y el cheque a su nombre y se despidió rápidamente.

Cuando el futuro embarazado se marchó, el doctor se giró hacia Junmyeon.

—¿Qué? —Junmyeon murmuró al notar la diabólica sonrisa que abarcaba medio rostro del médico.

—Por fin vas a ser papá.

Junmyeon asintió sonriendo con complicidad. 

Ese sujeto de extraña sonrisa gatuna, además de ser un obstetra reconocido en la ciudad, también era su mejor amigo desde hacía muchos años. Su nombre era Kim Jongdae, también tenía un artículo en una revista de sociedades y su sonrisa había sido nombrada la sonrisa del año por tres años consecutivos.

—¿Cuál es el siguiente paso? —Junmyeon preguntó.

El sonriente obstetra sacó un recipiente transparente de su escritorio y se lo ofreció.

—Lo que sigue es que llenes esto con pre-bebés.

—¿Pre bebés?

—Solo llénalo, ven, tenemos unas revistas inspiradoras —anunció, ensanchando esa sonrisa tan extraña.

Junmyeon lo siguió por un largo pasillo hasta una puerta cerrada. Jongdae apoyó un hombro sobre la pared junto a la puerta y lo miró. Parecía divertirle ver a su amigo tan nervioso.

—¿Vas a quedarte ahí? —Junmyeon se quejó.

—¿Quieres que me quede? —Jongdae ofreció con una mirada traviesa.

Junmyeon sonrió y lo empujó.

—Las revistas no son nada demasiado explícito, pero podrían ayudarte. También puedes buscar en internet... o pensar en tu esposa.

Junmyeon hizo un gesto de inconformidad. Jongdae se preguntó si estarían teniendo problemas, pero no quiso preguntar, si Junmyeon quería contarle, lo haría cuando se sintiera listo para ello. Para levantar un poco su animo le entregó el archivo de su caso; en la primer hoja estaba toda la información del sustituto junto su fotografía.

—Si prefieres, también puedes inspirarte un poco con esto. Después de todo, van a hacer un hijo juntos. Y es un chico atractivo.

Junmyeon frunció el ceño.

—Oye yo no soy como tú —aclaró.

—¿De qué hablas? —Jongdae alzó las cejas confundido.

—De que te gusta todo lo que se mueve —Junmyeon lo acusó.

Justo en ese momento pasó junto a ellos uno de los enfermeros y toda la atención de Jongdae se concentró en él. Junmyeon negó.

—Enfermero Kim, ¿puede venir un momento? —Jongdae lo llamó.

Ante el llamado, el enfermero se detuvo, se giró y posó sus grandes y afelinados ojos sobre el médico.

—Estoy ocupado —dijo sonando molesto.

—¿Ves lo que haces? —Jongdae le reclamó a Junmyeon—. Tus palabras acaban de lograr que él piense que soy un mujeriego... u hombreriego.

—¿Y no es así? —Junmyeon se cruzó de brazos.

—No, yo solo tengo ojos para él —Jongdae aseguró mientras sonreía y señalaba al enfermero con su costosa pluma—, pero eso no significa que sea ciego —explicó—. ¿Minseok, tú qué opinas de Yixing? ¿No te parece que es guapo?

—Por supuesto, es muy atractivo —Minseok aseguró con una mirada desafiante—. Como ningún otro que hubiera conocido.

Jongdae lo miró alzando una ceja.

—¿Podría dejar de perder su tiempo y el mío? —Minseok rezongó—. Tiene una cita con la señora Park y debería apresurarse, no quisiéramos que dé a luz en la sala de espera.

—De acuerdo, iré, pero que quede claro que soy un hombre fiel —Jongdae advirtió antes de marcharse trotando hacia la sala de espera, con su bata blanca ondeando tras él.

Junmyeon observó al enfermero, quien mantenía su mirada fija en el obstetra, y no pudo evitar preguntar.

—¿Ustedes están saliendo?

Minseok miró a Junmyeon de soslayo.

—No tengo tan malos gustos —siseó, aunque sus mejillas se habían tornado de un delator rosa.

Junmyeon sonrió y Minseok le sacó el archivo de las manos para ponerlo sobre la pila de papeles que cargaba en sus brazos.

—Tengo trabajo que hacer, por favor entre ahí y póngase manos a la obra. Cuando termine deje el tubo en el estante azul y eso sería todo. Jong... el doctor Kim lo llamará en unos días para darle más instrucciones.

El enfermero se marchó y Junmyeon se encerró en la pequeña habitación. Se sentó sobre la tapa del inodoro y largó un suspiro.

Qué loco. Nunca había hecho algo parecido. Si se detenía a pensarlo, él había tenido una vida sexual relativamente aburrida. No es que no le gustara, pero tampoco era un adicto al sexo. Además siempre se sintió cómodo haciéndolo en una cama dentro de una habitación. No era de los que iba por ahí teniendo sexo en cualquier lugar.

Como fuera, tomó una de las revistas que descansaban en una repisa e intentó inspirarse, pero la verdad era que estaba demasiado nervioso como para lograr que su asunto despertara.


🌸


Puede que fueran los nervios, pero de pronto, Yixing empezó a sentir un incontenible deseo de ir al baño. Intentó relajarse, pero a medida que los minutos pasaban y Minseok no volvía, las ganas se hacían más grandes.

Se acercó a la recepcionista y llamó su atención.

—Disculpe, ¿en dónde hay un sanitario? —le preguntó tímidamente.

—Al final del pasillo —ella respondió señalando el camino y volvió rápidamente a la llamada que había puesto en espera.

Yixing fue hacia allá. Sentía que las piernas le temblaban por los nervios. Hacía como media hora que se había despedido del doctor y del señor Kim y aún se encontraba en la clínica atestada de pacientes, en su mayoría embarazadas, esperando a que alguien le entregara el cóctel de píldoras que debía empezar a consumir para que el bebé que pronto empezaría a gestarse dentro de su cuerpo creciera saludable.

Intentó no pensar demasiado en ello. 

Todo lo que quería hacer era marcharse lo antes posible de ahí y depositar el cheque en la cuenta de su arrendador para poder dormir tranquilo sabiendo que aún tenía un techo bajo el que vivir. También tenía que hacer un poco de despensa y pagar todo lo que pudiera con la generosa cantidad que le habían dado como adelanto por su servicio.

Puso la mano en la perilla y la puerta del sanitario se abrió. Entró con tanta prisa que no notó que alguien intentaba salir, hasta que ambos cuerpos colisionaron.

Y DE PRONTO UN DÍA DE DE SUERTE...

Yixing retrocedió un paso y alzó su mirada solo para encontrarse con los ojos sorprendidos del hombre que lo había contratado para hacerle un hijo.

No, cállate Alejandra.

—Perdón no sabía que... —Yixing se detuvo al percatarse de la sustancia blanquecina que llenaba su pecho.

Retiró un poco con sus dedos y la estudió. Iba a preguntarle al señor Kim qué era aquello, pero al ver su rostro completamente rojo lo comprendió.

El hombre también sostenía entre sus dedos un tubo transparente técnicamente vacío y chorreado con la misma sustancia pegajosa.

—Oh, por Dios —Yixing murmuró preocupado—, ¡los bebés!

Kim Junmyeon, sin duda viviendo el momento más vergonzoso de toda su vida, balbuceó una débil disculpa.

—No, perdona —Yixing dijo negando con sus manos llenas de semen—, fue mi culpa, ahora tendrá que hacer más.

El rostro de Junmyeon se tornó incluso más rojo. Yixing apretó los labios y no pudo evitar sonrojarse también. ¿Por qué no podía mantener su boca cerrada?

—Te ayudaré a limpiarte —el señor Kim ofreció después de unos segundos de incómodo silencio.

Yixing, aunque se sentía sumamente nervioso, se metió al sanitario individual junto a aquel recién conocido.

Junmyeon dejó en el lavabo el tubo con lo que quedaba de los pre-bebés y tomó un poco de papel que humedeció para limpiar la camisa negra del muchacho. Se preguntó si debía ofrecerle más dinero para compensar el inconveniente, pero decidió no hacerlo, lo último que necesitaba es que fuera a ofenderse. 

—Perdí el tapón —murmuró, sintiéndose en la necesidad de explicarse—. Iba a pedirle otro al enfermero, por eso no estaba tapado.

—No se preocupe —Yixing murmuró un poco cohibido, intentando no mirar al hombre mientras este se esforzaba por quitar todos sus restos de la tela.

La verdad, había intentado no mirarlo demasiado desde el momento en que el doctor los había presentado, aunque era difícil, el señor Kim era un hombre muy apuesto, a Yixing le parecía casi increíble que un hombre como él debiera recurrir a un método como este para convertirse en padre, seguro había un número muy grande de mujeres que le haría un hijo de la forma tradicional, y gratis.

Una suave risa lo sacó de sus cavilaciones. Yixing levantó su mirada y notó que el señor Kim lo miraba luciendo apenado, divertido y a punto de entrar en una crisis nerviosa.

—¿Sucede algo?

—Tienes una barba de...

Yixing se giró hacia el espejo y lo notó. Se apresuró a tomar la servilleta de papel que el señor Kim le ofrecía y mientras se limpiaba no pudo evitar reír también.

Dios, qué desastre.


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Gracias por leer!

P.D. Creo que los capítulos serán así de cortitos y por ende, habrán más. Espero lo disfruten :3

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