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ix

Sabado



Pov Jimin

Estaba listo para salir . El silenció sepulcral en toda la casa me indicaba que mi madre ya había tomados sus pastillas diarias para dormir. Pero aún así no quería arriesgarme a tener que recibir otro cachetazo. Ya había decidido que iba a saltar por la ventana. Era un segundo piso no era para tanto. Como mucho me rompía algún hueso.

Con eso en mente tomo mi celular y billetera. Me dirijo a la ventana. La abro sin cuidado alguno causando un ruido sordo que retumbó por toda la casa y sin importarme en lo más mínimo me precipitó al suelo cayendo sobre mis dos pies y apoyando una de mis manos sobre el cemento del estacionamiento para no perder el equilibrio.

Automaticamente mis ojos se dirijen al supuesto "guardia de seguridad" durmiendo como si no tuviera ni una sola preocupación en su vida. Sin un poco de esfuerzo logro saltar el gran portón que daba entrada al complejo de departamentos en el que vivía y vuelvo a observar al "guardia de seguridad" que ni siquiera se había inmutado. Seguridad cinco estrellas

Finalmente parto rumbo a la casa de Yoongi.

No vivía lejos. A unas veinte calles incluso creo que menos. Pero honestamente no tenía ganas de caminar apresurado. Me gustaba tomarme mi tiempo. Más a aún a estas horas donde el único que deambulaba por las calles era yo y algún que otro animal callejero.

Me dedico a sacar un cigarrillo y encenderlo con dificultad debido al viento que golpeaba mi cuerpo. Fue una buena idea ponerme la chaqueta de cuero de otra forma estaría congelado.

Llevo el cigarro encendido a mis labios aspirando el humo. Sintiendo como este invadía mis pulmones para después simplemente expusarlo para observar como se perdía en el aire. Me gustaba sentirme lleno aunque solo sea por humo.

De pronto un frio casi escalofriante se pasa por mis piernas. Bien. Tal vez los jeans rasgados no fueron la mejor idea del mundo pero no pienso volver a casa a cambiarme. Me da pereza y Yoongi seguramente se preocuparía.

A lo lejos logro divisar su acogedor hogar. Desde aca se notaba lo feliz que era la familia que vivía allí. Y eso tenía sentido. Porque Yoongi es blanco. Tan puro y genuino que no debería ser profanado por nadie. Y si lo hacen lo tendrían que hacer de la mejor manera. Para que no se vuelva gris si no negro.

Yoongi negro...es algo que simplemente no puedo imaginar. Es algo que simplemente no tiene sentido cuando se trata de él. Tan ingenuo y tierno que incluso llegaba a ser insoportable. Pero me gustaba soportarlo. Porque esa ingenuidad y pureza lo hacían completamente diferente al resto. Era especialmente estúpido. Y eso era divertido.

Finalmente llego hasta la puerta de la casa y me limito a enviarle un mensaje  avisándole que había llegado y casi al segundo sale de la casa con una enorme sonrisa en el rostro.

─Chim, ya me estaba preocupando─ Me dice dándome un abrazo. Demasiado cariñoso. Ese el problema del color blanco.

─Vamos con tu amorcito─ Le digo burlón recibiendo un leve empujón de su parte.

─Estoy nervioso─Admite jugando con sus manos como si fuese un niño pequeño.

─Vas a perder la virginidad Yoongi no es para tanto─ Le digo encendiendo otro cigarro.

─Y vos te vas a morir si seguís fumando Chim─Me replica con enojo.

─Problema mío

Se limita a bufar por mi respuesta y de esa forma seguimos caminando en un silenció para nada incomodo. Estábamos acostumbrados.

"Eramos amigos pero nos faltaban las palabras. Nunca logramos entendernos del todo. No teníamos nada para decirnos"

Finalmente Yoongi entra en un callejón bastante turbio y yo lo sigo de cerca.  Al final de este se podía leer con claridad un cartel de neón en el que se leía "VON" y debajo una puerta toda sucia y rota.

"Esperanza...si. Este lugar lucía bastante esperanzador la verdad"

Me burlo en mi mente por el ridículo nombre. No me sorprendí cuando con solo decir nuestros nombre nos dejaron ingresar sin siquiera pedir nuestros documentos. Y mucho menos me sorprendí cuando al bajar las malditas escalera claustrofóbica me encontré con un absoluto descontrol.

Bueno. Tal vez el nombre tenía sentido. Porque para alguien sin nada mejor que hacer drogarse y beber hasta desmayarse en este lugar probablemente era algo esperanzador.

Yoongi buscaba algo con la mirada. Y pude apreciar el momento exacto en el que sus ojos brillaron con intensidad y su mejillas tomaron un color rosado cuando lo encontró

Y entonces un chico apareció frente a nosotros. Por la forma en la que mi amigo se abalanzó a él deduje que era el famoso bibliotecario. Y era negro. Sus ojos no transmitían una mierda pero de cierta forma brillaban distinto cuando miraban a Yoongi.

"El blanco y el negro ¿Son demasiado distintos o demasiado iguales?"

Esa interrogante aparece en mi mente. Causando que observe con curiosidad el como Yoongi y el chico se abrazaban y se daban un beso.

Tal vez si se parecían. Pero sus diferencias sin dudas los iban a sobrepasar en algún momento.

Me alejo ya que no tenía nada más que hacer ahí. Solo vine a traer a Yoongi porque le daba miedo venir solo. Ya había encontrado a su amorcito y se iría con él. Ya no era mi problema.

Pero tampoco tenía ganas de irme. No aún. Me acerco a la barra y me inclino sobre esta causando que el barman se acerque a mi con una sonrisa en el rostro. Tan sencillo.

─¿Vas a pedir algo, bonito?─Me pregunta con su voz irritante y su coqueteo de mierda.

─Vodka. Pero en un vaso. Un GRAN vaso─ Le respondo con una sonrisa falsa en el rostro. Una sonrisa que a todo el mundo parecía encantarle.

"¿Por qué las cosas que más nos gustan son falsas? Porque la realidad no es lo que deseamos"

Bien. No era mi culpa que se dejen manipular tan fácilmente. Yo solo me aprovechaba de su estupidez. Y me funcionaba.

Veo al barman acercarse nuevamente a mi con lo que había pedido.

─La casa invita─Bingo, una sonrisa y tenes un trago gratis. Así de fácil funcionaba el mundo. Y así de fácil era manipularlo a tu antojo. Y eso era malditamente aburrido.

Giro mi cuerpo apoyando mi espalda en la barra observando a todas las personas bailar con fervor en la pista de baile. Como si aca pudiesen ser todo lo que no pueden ser allá afuera. Si. VON era un buen nombre para este lugar.

─¿Solo?─ Me pregunta un hombre de unos treinta y tantos años.

Asiento con la cabeza y se acerca a mí. Por su sonrisa pude deducir lo que quería. Y sabía que iba a tener que golpearlo para que me dejara tranquilo.

─¿Queres compañía?─ Me pregunta acorralando mi cuerpo contra la barra.

Bien. No me molestaba la cercanía. Digo. No era tan desagradable. Pero lo que si me molestaba era que había trabado mi brazo con el suyo y no me dejaba tomar mi maldito trago gratis en paz.

─Estorbas─Me limito a decirle mirándolo fijamente.

Como si fuese sordo se acerca aún más a mi rozando nuestras narices y puedo olfatear el asqueroso aliento que tenía a ron. Bien. Ahora si estaba irritándome.

─¿Vamos arriba?─ Me pregunta tocando mi espalda baja con su mano.

Imagino que arriba habrán algún tipo de habitaciones que las personas usan una tras otra para ir y tener sexo. Habitaciones que no se animaban a entrar ni las cucarachas de lo  asquerosas que seguramente son. Desagradable.

─Dije que estorbas maldito viejo inutil─Vuelvo a decirle haciendo claro mi irritación.

─¡VAS A VENIR QUIERAS O NO!─Me grita con enojo tomando uno de mis brazos con fuera. Esta tan drogado que su ojos estaban completamente dilatados. Podía observar a detalle el polvo blanco cerca de su nariz.

Y nadie hace nada. Seguramente sea un cliente habitual. Y seguramente uno importante. Tal vez algún político o alguna figura publica con la que nadie quiere meterse por miedo. Y seguramente deben estar más que acostumbrados a que el muy imbecil elija a la persona como si eligiese un maldito perfume y se las lleve a las habitaciones de arriba. Por más que sea en contra de su voluntad.

Si. VON era un buen nombre para este lugar. Definitivamente lo era

─Intentalo─ Lo reto con mi mejor sonrisa sarcástica y por lo visto eso lo hizo salirse de sus cabales.

O mejor dicho. De los pocos cabales que le quedan.

Y entonces levanto su otra mano con la que no sostenía mi brazo ¿Qué acaso todos tienen una obsesión con pegar cachetazos?

Y justo cuando me preparaba para el impacto y el ardor observo como una mano sostiene con fuerza el brazo del imbecil. Seguramente otro imbecil más que se cree un héroe. Tan aburrido y cliché.

─¡SOLTAME!─ Grito el viejo hecho una furia empezando a llamar la atención de unos pocos que no estaban lo suficientemente drogados o en su defecto borrachos.

Y entonces se mueve de enfrente mío y puedo observar al "heroe". Una sonrisa automáticamente aparece en mi rostro.

Esta sería una noche interesante.

─Nos volvemos a ver Park

"Jeon"

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Bueno hasta aca por hoy. Mañana NO actualizo porque me voy a hacer la segunda sesión del tatuaje en el brazo y como me va a doler no voy a poder escribir bien.

Hasta el sábado tkm very muchou💛

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