NOT ENOUGH
Despertar a lado de KyungSoo era un placer recién descubierto. El estudiante estaba recostado junto a él, respirando con tranquilidad la fragancia que emanaba sus almohadas. Podía contar cada pestaña y detallar cuántos besos dio en cada lunar. Su cabello rojo había cesado de estar en llamas para darle la imagen de pureza en el caos que era su cama. Su respiración era tal cual su imagen revelaba, calmada. El menudo cuerpo se aferraba a las sábanas y buscaba calor en ellas. KyungSoo era etéreo. Tal cual estaba podía ser digno de un retrato, tal vez la inspiración de un artista o ser una pieza maestra creada por alguna deidad. Se veía tan quieto y pacífico que no cabía en su personalidad. No había rastro de su lascivia, de su acidez o de su actitud arrogante. Sólo era una ángel descansando en el lecho del demonio. De una u otra manera, están a su merced. Sólo para su disfrute, para gozarle y tenerle consigo hasta que la fantasía termine, él arda y el pequeño regrese al cielo.
Quizás sí era una dulce fantasía, quizás era el holograma de la perfección jamás alcanzada. Debía tocarle, saber que sí estaba sintiéndose mareado por una persona en especial. Sólo rozar sus dígitos con aquellos labios, delinear sus cejas y despejar su rostro de los cabellos que se atreven a cubrirle. Dejar cosquillas con los toques efímeros y por último sentir la suavidad de su mejilla en contraste con la dureza de sus nudillos. Pero hay algo que le dice que no es una simple fantasía vívida. Hay una sonrisa pequeña que hace que los pómulos se eleven ligeramente, su rostro busca el toque cálido de su mano y sus ojos le invitan a una dimensión desconocida.
—Buen día, señor Kim—canturreo.
—¿No más JongIn?
—A los mayores se les trata con respeto.
—No conoces es palabra.
—Tan temprano y ya renegando. Cuide las arrugas.
JongIn iba a responder, pero los labios de su alumno son la mejor forma de dejarle con la palabra en la boca. Era un suave beso lleno de jocosidad, mas con KyungSoo no se sabe. KyungSoo es convertir un dulce beso en uno cargado de lujuria. Porque un beso le daba el impuso de levantarse y apoderarse de las caderas del mayor. De sentarse su pelvis y hacer de ellos una pequeño desastre por la mañana.
—JongIn, tengo hambre—sus movimientos eran suaves.
—Vamos a desayunar—las manos recorrían la delgada cintura y a la vez se paseaban por la espalda baja.
—Todavía no quiero comida—restregaba sus descubiertas nalgas contra la creciente hombría—Pero parece que tú si, ¿no quieres comerme?—ya sus dientes estaban en el lóbulo de su maestro.
—Primero deberíamos bañarte—sus manos habían bajado con lentitud hasta los ovalados muslos—Aquí está muy sucio—las separó y la húmedad se mostró.
—Es tu culpa—se estaba excitando. Sus suspiros salían al igual que su culo se contraía.
—Los adultos somos responsables—fue él quien inició el beso, quien le tomó por las nalgas y le levantó para ir a la ducha. El pequeño se aferraba a su cuello y a los besos que compartían. Unos pasos mezclados con el roce de su sexo contra su entrada, un poco de agua que no enfriaba y el vapor no eran lo que les ahogaba.
Ya fuera de la ducha, KyungSoo había insistido en usar la ropa del maestro, según él porque se veía más cómoda y el mayor no le vio problema. Aunque verle vestido con su ropa, respirando su colonia, dejando que todo le cubra exageradamente por la diferencia de tamaño, no era lo más sano del mundo.
—¿Qué vas a cocinar? Ahora sí tengo hambre.
—¿Te gusta la avena? No, esas son cosas que no se preguntan. Vamos a desayunar avena. Estoy preocupado por tu desarrollo. ¿Ves lo responsable que soy?
—No eres gracioso. O tu humor es demasiado viejo para que lo entienda.
—Avena sin azúcar y leche fresca para la estatura. Se acabó.
Pensó que era una broma, pero el plato de avena le decía que no. El desgraciado ni siquiera le dejó huntatle miel a las tostadas que con tanto esmero había hecho, pero al menos él las comía y las disfrutaba. Estaban comiendo lo que el otro había preparado, vaya mañana romántica y disfuncional.
A decir verdad, fue un día lleno demos y uno que otro desplante por no haberle prestado atención, pero así era su ¿relación?
Si de preguntan por el móvil de KyungSoo, ese aparato estaba abandonado en el cuarto del mayor. No iba a arruinar su día por los mensajes de ese idiota. Que lo supere, ya pasó hace mucho y lo de aquella vez fue cosa de una noche, ni eso, de unas horas.
KyungSoo se fue cuando era ya de noche, almorzó y cenó junto a su maestro, comió entre sus piernas e incluso se atrevió a darle un poco de su comida a la boca. Se sentía extrañamente correcto todo en ese momento, en los momentos con JongIn.
No, no se desprendió de la ropa, le dijo que la entregaría después, pero ni en sueños lo haría, ese es su trofeo de guerra.
JongIn pensaba en acompañarle, pero la actitud repentina de KyungSoo le dijonque estaba bien si no iba con él. De la nada se había puesto serio y con un beso ligero de despedida se marchó. Lo que JongIn no sabía era que KyungSoo observó su móvil antes de salir.
«Te estamos esperando para comer»
«Tus padres están avergonzados»
«Parece que me ignoras, niño malcriado»
«Ya es la hora de la cena. Apresurate»
«Tienes poco tiempo para llegar»
«¿Te perdiste?¿Quieres que Hyung vaya por ti? No hace falta que me des la dirección »
Maldito enfermo lunático, ¿qué demonios buscaba? Ya no es el niño de aquellos años. Ya creció, ni siquiera recuerda nada de lo que pasó, hyung ya no es importante…
El taxi en el que iba era realmente veloz. Estaba dispuesto a llegar y golpear a ese sujeto. Hyung las pelotas.
Lanzó los billetes que tenía en su billetera y abrió cada puerta de su casa, esperaba no encontrarle o de lo contrario armaría un escándalo. Pero el malparido estaba riendo con sus padres en la sala. Incluso había álbumes de fotos en la mesa de centro. Maldito descarado, fingiendo ser amable e inocente.
—Hijo, no avisaste que no vendrías. Estaba preocupada. Le dije a WooBin que te contactara, pero tampoco contestabas. ¿Dónde estuviste, cielo?
—Buena noche—saludó a todos—con ChanYeol. Se nos pasó el tiempo. Perdón por preocuparte.
—¿Y qué le pasó a tu ropa?
—ChanYeol hizo caer soda y no quería incomodar al pedirle que lavara mi ropa. —Pudiste haber llamado. Te estuvimos esperando y casi me da un ataque. Tie—
—No se preocupe, sino le escucha a usted, lo hará conmigo, ¿no?—interrumpió WooBin—si me disculpan, creo que tengo que llamarle la atención a este niño—dijo entre risas.
—Ay, tu hijo siempre tan correcto. WooBin, no seas tan duro con mi KyungSoo—habló la madre.
Así es como se traiciona a la sangre, dándole al enemigo entera libertad sobre él.
WooBin se aproximaba con su sonrisa descarada, le tomó de la mano y le llevó a la cocina.
—Asi que estuviste con ChanYeol.
—Eso es lo que dije, ¿alguna duda?
—Muchas. En primera, estoy seguro de haber visto a ChanYeol junto a otro chico y eso fue en la mañana. Segunda, si vas a mentir, al menos procura esconder la mierda que tienes en el cuello. ¿Qué tal estuvo tu noche, Soo?
—Muy bien gracias.
—¿No lo niegas?
—Entre gitanos no nos vamos a leer las manos. ¿Por qué negarlo? No es que me afecte que sepas la verdad.
—No me gusta que andes revoloteando por ahí. Sólo quiero cuidarte—una frase y una expresión que evocaban al pasado
—¿Qué quieres?
—Quiero que te portes bien. A Hyung no le gusta que su Soo esté siendole infiel.
—¿Qué?
—KyungSoo, siempre has sido mío, ¿recuerdas?—y un recuerdo llega con la ternura de un beso carente de ella. Con la rudeza de ser empujado contra la dura pared y la brutalidad de marcar sus labios—Que no se te olvide. Vamos afuera, Soo.
Pero se quedó solo como anteriormente.
JongIn no recibía noticias por parte de su amigo ni por parte de KyungSoo. El menor suele dejarle mensajes o llamarle en la noche para hacer sus comentario subidos de tono y que terminen masturbándose con la voz del otro, pero nada. Las llamadas no llegaban.
Sin embargo, en KyungSoo nada parecía haber cambiado. Seguía siendo el mismo arrogante de siempre. Su actitud en la escuela se mantenía intacta. Se escabullían a los salones vacíos y se manoseaban sin pudor. Cuando las clases terminaban el menor era el último en salir para así poder dejarle un beso a JongIn. Muchas veces se encerraban en el baño o compartían recesos en la azotea. Era un romance clandestino. Romance sin ser lo propiamente.
Si bien su actitud no había cambiado, la de WooBin tampoco. Insistía en los mensajes, en invadir su casa e incluso había llegado a abordarle cuando estaba por entrar a la escuela. Sus palabras no variaban en contenido. Eran las mismas estupideces de siempre, pero podía con eso. Ver unas horas a WooBin no se comparaba con los días enteros con JongIn.
Lo que pasaba era que JongIn le despertaba emociones que había sentido, si, pero a la vez eran diferentes en magnitud. JongIn le provocabader cursi y totalmente antiKyungSoo, pero ese era su estúpido poder. Estaba aceptando lo que JongIn significaba. Porque no sólo eran celos de mocoso engreído, no eran caprichos de juventud era una palabra con a.
Todo tenía que ser extraño en extrañas personas. Incluso su manera de pedirle una cita, KyungSoo escribía en la hojas de practica y desde su sitio observaba cómo JongIn reía al leerlas para después borrarlas. KyungSoo estaba es una nube que no conocía, pero disfrutaba. De hecho, ama todo de esa nube y tiene suficiente espacio para compartirla con JongIn y más si se comparta como lo hace. Más si se acerca de manera casual y escribe en su cuaderno como si le estuviera explicando algo que no entendía.
«Vamos a almorzar más tarde. El lugar te va a gustar»
Iba a ser una de las muchas citas, pero esa se sentía más especial ya que los aleteos en su estómago eran más fuertes y las palpitaciones totalmente desenfrenadas.
«Después puedes venir a casa y podemos jugar con lo que compraste»
Maldita sea. Qué hombre tan caliente. No seas tan JongIn en plena clase porque no voy a poder saltarte encima. Decía en su mente porque JongIn le atacaba con su traje oscuro y con su presencia imponente. Qué decir de su sonrisa coqueta y de su mano cubriendo su hombro. Fuck.
—Entendido, señor Kim.
Su día no podía ser más perfecto. Sólo hacía faltaba que JongIn saliera de la sala de maestros y se irían. Pensaba en lo que sería su tarde y que volvería a quitarle unas prendas de ropa para llevarlas a casa. Todo pintaba de maravilla.
Mientras él esperaba en el salón de clases, JongIn hablaba con Baek. Y en perspectiva, alguien bajaba de su vehículo para regresar a su vieja escuela.
Lidiar con Baek dura el tiempo suficiente para dejar solo a KyungSoo. Para que WooBin ingrese campante, salude al personas que conocía e irrumpa en el salón donde el pequeño esperaba.
La puerta se abre y KyungSoo piensa que es hora de irse juntos mas no es JongIn quien le sonríe.
—No, no soy el profesor—su caminar era como el de una pantera—Odio que me ignoren, lo sabes. Y si lo sabes, ¿por qué lo haces?—KyungSoo sigue inmóvil y ve todo en cámara lenta—Este se parece a ese salón, me trae recuerdos, ¿a ti no? Bueno, toda la escuela me llena de nostalgia. Eso debería hacer que me extrañes, Soo—la lejanía ya no es obstáculo para poder apoderarse de esa persona. Un beso sin pasión de un lado, unos botones saliendo disparados y unos pantalones siendo forzados—Yo te he extrañado mucho. ¿No te parece un buen lugar? Es justo aquí donde lo dejamos—WooBin no mide su fuerza, sus besos, la de sus manos ultrajando las protuberancias en el menor, pero lo que sí mide es el tiempo. Cuánto le tomaría al bueno para nada volver.
Una puerta se abre con la ilusión de una tarde asombrosa
—KyungSoo, vam—está sorprendido, pero en el interior sabía que esto podría pasar. Después de todo, así habían iniciado.
Y una puerta se cierra con la desilusión de una sentimiento apagado.
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Ya sé que les dije que iba a desaparecer, pero de han ganado su capítulo. (¿Por qué?) pues
Sucede cada milenio.
Gracias por darle una oportunidad a MYM ;; es el único escrito con sabrosura que publicaré. No puedo crees que haya llegado tan lejos. Y todo por. No, la historia se las cuento cuando llegue el capítulo final (es tradición)
Bueno, nos leemos pronto. Debo regresar con mi amor unilateral (tareas de sfjiakfl)
Pd: Cualquier duda haganla llegar a gerencia.
Besos en la colita❤
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