A KyungSoo le bastó encontrarse con la mirada oscura de JongIn. No pudo impedir que se fuera, la puerta ya había sido cerrada y la risa de WooBin en su oído no hacía más que alterarle. Alejó al idiota, empujó con fuerza y trató de cubrir su torso y acomodar sus pantalones lo más rápido posible. Esa mirada, el cambio de su expresión, la sensación de dejar que algo se escurra entre tus dedos. La sensación de poder ser dejado por JongIn. Era horrible, no le gusta, le molesta, no quiere que suceda.

Trata de correr aún con las piernas temblando, no podía cubrirse del todo y la vergüenza que hace mucho no sentía quiere atacarle en ese momento. ¿Dónde estaba?¿Por qué se va así?¿No pensaba detener a WooBin?¿No estaban en algo?

Hay poco alumnado alrededor, pero cada quien está sumergido en su mundo. No hace falta que les dedique tiempo, lo importante era llegar a JongIn y ¿qué haría? Una vez que le encuentre, ¿qué dirán?¿JongIn escuchará? Pero qué explicación daría, ¿tiene qué? No quiere afrontar esa estúpida realidad en la se han sumergido. Puede que sea cruel el resultado hay muchas probabilidades de que lo que no ha comenzado termine y hay muchas probabilidades de que termine sintiéndose como un pedazo de mierda.

El estacionamiento contaba con pocos vehículos, uno de ellos el de su maestro. Se dedicó a correr cuando le vio abrir la puerta del copiloto, pero rápidamente la cerró para darse un golpe en la frente. Lucía extraño e incluso perdido en su acción. Al parecer en lo que estuviera pensando ha causado su desagrado porque niega con un gesto y se dirige hasta el asiento del conductor, pero KyungSoo no va a dejar que suceda. Al menos que le vea y encuentre inocencia en sus ojos, tal vez no diga nada porque no tiene palabras, pero que vea a través de él. Sus ojos no van a mentir.

Ya no importa si su torso está a plena luz, JongIn piensa irse sin decir nada. Le molesta.

Puede que no haya un mañana si es que no se atreve, tal vez no pueda ser el KyungSoo de antes porque ya está acostumbrado de cierta manera al gentil trato de su maestro. No quiere que se vaya porque él es la persona que le conoce mejor, nadie ha visto ese lado de él, nadie sabe cómo suele actuar en la intimidad de “una relación” porque nunca ha tenido una propiamente dicha. Nadie sabe cómo es con JongIn más que él mismo. Y no comprende porqué quiere aferrarse tanto a su opinión, a lo que él crea y piense de él, pero le duele que se haya marchado. Quema haber visto esos ojos. Espera.

Corre para poder estar cerca, quiere que voltee y le vea porque no va a decir una palabra. No tiene ninguna y quiere pretender que no está asustado, sólo necesita una mirada.

JongIn no es ajeno a los pasos ni a la presencia detrás de él, pero no está de humor para lidiar con eso. En ese momento tiene las emociones alborotadas, sus pensamientos hechos mierda y la razón en plena agonía.

Son cerca de tres minutos en los que el silencio les cubre por completo, el viento le recuerda a KyungSoo que debe hacer algo, al menos una vez, sólo una. Pronuncia su nombre con la misma suavidad del viento rozando su torso y con el mismo temblar de la agonía interna. JongIn no se inmuta, mas tiene que guardar sus palabras antes de que se atreva a caer. No hay respuesta.  El nombre vuelve a salir con un atisbo de duda, ahora tiembla todo. El mundo tiembla por su ansiedad. A JongIn no le importa, debe irse pronto y olvidar muchas cosas, quizás haga una lista para borrar cada memoria nefasta, lo cual sería contraproducente porque le recordaría aún más. No hay más que hacer en ese lugar, lo mejor es abrir la puerta y marcharse en su vehículo, sin embargo, cuando se disponía a mover su brazo, uno lo toma y jala su saco para detenerle. Otra vez vuelve a escuchar su nombre en un susurro de secreto.

—Espera—a JongIn no le interesa esperar—Te estoy hablando—hay palabras que no quiere escuchar—¿Puedes mirarme?—si lo hace va a recordar muchas expresiones desagradables

—Ya he tenido suficiente.

—¿Ah? No entiendo.

—Estoy ocupado, me tengo que ir. Alumno Do, ¿puede soltarme?—su tono es de desprecio.

—¿Ahora soy un alumno?

—¿Cuándo ha dejado de serlo?

—Dijiste que iríamos a comer. Y lo dijiste siendo JongIn y yo KyungSoo. No de alumno a maestro.

—Dijiste que ibas a esperar “paciente”, pero lo que vi fue mera impaciencia. Tengo que irme.

—¿Por qué?¿A dónde vas?

—Tengo prisa.

—No. Te vas a quedar y vamos a ir a comer al estúpido restaurante.

—Si tanto quieres ir, ve solo. La reservación está hecha de todos modos. —No voy a ir solo. Solo no.

—Claro, no te gusta “estar solo”, puedes invitarle. Pueden entrar usando mi nombre. Quieres ir a comer después de todo, no importa si vas conmigo o con otra persona. Ya veo, así funciona. Necesitas que alguien esté contigo para no sentirte solo. Interesante.

—¿Qué te pasa? Apurate y vamos.

—Deberías apurarte tú e invitarle. La reservación no va a durar para toda la vida.

—Te estoy diciendo que vamos a ir, ¿entiendes?

—¿Conmigo? Conmigo no vas a ir ni a la entrada.

—Estás siendo un imbécil.

—¿Yo soy el imbécil?

—Eres un completo imbécil y me estoy hartando de eso.

—Si, si, el imbécil soy yo—suelta la risa más falsa que ha escuchado—Eres un mocoso al fin de cuentas. Qué puedo esperar. En serio soy un imbécil. Pero este imbécil se va. Que disfruten la comida.

—¡NO TE VAS A IR!

—¿Y quién eres para decirme qué hacer?—no hay respuesta—Eso. No eres nada. No somos nada, no tienes ni tengo que darte órdenes.

—¡Ya callate! No he corrido por nada. No ha sido por nada.

—¿Has corrido?¿Para qué?¿Necesitas algo de mi? Pero si ya tienes todo lo que quieres. No me necesitas, ya obtuviste lo que buscabas y en el salón hay otro idiota, no, otro imbécil dispuesto a darte lo que te gusta.

—Maldito imbécil no me estoy parando aquí para escucharte hablar pura estupidez. Estoy tratando, lo intento. Quiero ser honesto.

—No quiero tu honestidad. Dime, ¿la he pedido?

—Entonces, ¡¿QUÉ MIERDA QUIERES DE MI?!

—ESA ES MI PREGUNTA, QUÉ QUIERES. NO ENTIENDO COMO MIERDA FUNCIONA TU PUTA CABEZA—la molestia de JongIn ha escapado en fuerza que empuja al menor contra el vehículo—DIME, SÓLO QUERÍAS ESTO, ¿NO?—sus manos han aprovechado el torso a la vista y su rodilla ha tomado lugar entre sus piernas—PORQUE HASTA DONDE RECUERDO ESTO ES LO QUE TE GUSTA. QUIERES QUE TODOS ESTÉN CON SUS OJOS PUESTOS EN TI. QUIERES ESTROPEAR LOS SUEÑOS EN LAS NOCHES Y ADENTRARTE EN CADA PENSAMIENTO. QUIERES SER INDISPENSABLE Y LUEGO ACTUAR COMO LA PERRA EN CELO DE SIEMPRE. ¿TE HAS DIVERTIDO? DIME, ¿LO HAS HECHO? PORQUE YO SÍ, INCLUSO ME HE DIVERTIDO CON LO IDIOTA QUE HE SIDO. SIEMPRE HAS SIDO UN MOCOSO CON AIRES DE ADULTO, PERO NO PUEDES NI SIQUIERA AGUANTAT EL RECHAZO, ESO ES PARTE DE SER GRANDE, ¿SABES? AHORA, VETE A COMER EN EL PUTO RESTAURANTE CON EL MALDITO IDIOTA QUE TE HA ESTADO FOLLANDO QUIEN SABE DESDE CUANDO.

—Hijo de puta, ¡¿QUIÉN QUIERE ALGO DE TI?! ¿QUIÉN MIERDA QUIERE BUSCARTE?¿POR QUÉ QUERRIA DARTE EXPLICACIONES? NO SIGNIFICAS NADA. MALDITO BUENO PARA NADA, CLARO QUE ME HE DIVERTIDO. ERES UNA BROMA ANDANTE. TODO TÚ ES UNA PUTA COMEDIA. ¿CREES QUE ERES MEJOR? ¿A QUIÉN MIERDA HAS RECHAZADO? NO ERES IMPORTANTE. NO ME IMPORTA, ¡NO ME IMPORTA!  ni siquiera sé porqué he corrido, no sé porqué tengo que perseguirte. Quien no entiende soy yo. No le entiendo, señor adulto. Es que usted es la madurez hecha persona, usted es tan complejo. Usted es un imbécil de primera—las palabras de KyungSoo no venían solas, cada frase era acompañado por un golpe en el pecho. Cada frase tenía lágrimas que no permitía soltar. No hay miradas correspondidas porque KyungSoo no le ve. No es capaz—Vete a la mierda—fue la última frase antes de poder armarse de valor y verle. Hay sorpresa en los ojos contrarios, un atisbo de arrepentimiento y un acto de inconsciencia—Ya debería irse, señor Kim. Disculpe por quitarle su preciado tiempo—JongIn iba a decir algo, pero el cuerpo ajeno temblando y sus ojos llenos de sentimientos líquidos no le permitían decir nada. No le entendía, quién debía estar molesto aquí. Por qué están molestos, no son nada. KyungSoo controla un hipido y la inconsciencia hace su jugada. JongIn no sabe la razón, pero le duele verle así por su culpa, pero no se retracta. La imagen de KyungSoo de pronto cayó, ya no era lo que últimamente había visto, es más como los primeros días de conocerse. Que ya no tiemble, que no lo haga porque se va a sentir débil. Pero KyungSoo tiembla por muchos factores y JongIn inconscientemente se deshace de su saco para ponerlo sobre KyungSoo. “Te vas a resfriar” iba a decir más, tal vez un estúpida disculpa, pero la aparición del nuevo personaje hace que trague duramente cada palabra. “Te están esperando”. Hace a un lado a KyungSoo y desaparece en su automóvil.

KyungSoo queda de pie, cubierto por su maldita ropa, odiando por primera vez su aroma. Odiandole a él por dejarle así. Odiándole por no poder comprenderle. “No me trates amablemente después de decir esas palabras. Por qué me confundes. Por qué cambias todo con rapidez. Por qué no te importa. ¿Te importo?”

Y el culpable de toda su desgracia aparece de la misma manera en la que él hizo con su maestro. WooBin le envuelve con sus brazos, le trata de brindar algo que no existe en él, calidez, su mentón se entierra en su cuello y eso sólo le recuerda al estúpido docente que acaba de partir. «Yo no te voy a dejar, no de nuevo. Hyung te quiere, yo sí lo hago. Siempre lo he hecho» ah, cómo le hubiera encantado escuchar eso hace mucho y hace poco, pero esas palabras no quedan con esa persona, el afecto no le va a ese idiota. Y a él no le queda derramar lágrimas. No es su estilo. «Hyung es el que más quiere a KyungSoo y KyungSoo es el que más quiere a Hyung, ¿verdad?»

Queda hipnotizado por varios recuerdos y el asombro de su reciente discusión. KyungSoo es débil. KyungSoo sólo necesita apoyarse en alguien, no importa quién, no importa si esa persona le ha hecho daño. No importa. La sensación de abandono es horrible. La tristeza escurriéndose es asquerosa. Es que no sólo es lo que JongIn le hace sentir, también es cómo se comporta con él, quién es KyungSoo cuando está con JongIn. Y no hay más en lo que quiera pensar, sólo quiere dormir y olvidar un poco, si es posible todo. Se deja llevar por un toque que no conoce, WooBin nunca ha sido tan delicado con él.

Termina el el vehículo de WooBin, cubierto con el saco de el imbécil más grande del mundo. Hay silencio hasta llegar a su casa. Hay un toque en su.mano y palabras que le dicen que ahora es la oportunidad de retomar lo que dejaron pendiente y ya no le importa, que sea lo que quiera porque puede que KyungSoo haya dejado una parte de su corazón en ese estacionamiento y esté anestesiado como para no importarle o sentir nada. No pierde mucho, después de todo es la primera vez que hyung le toma en cuentan. Ah, se siente amargamente bien.

Su casa es tan calmada como siempre, su madre no parece ocupada, pero si alerta a su llegada.

—Te estaba esperando. Los platos ya están en la mesa—busca con su mirada—¿Y el maestro Kim?

KyungSoo siente presión en el pecho con la simple alusión a esa persona.

—Hijo, ¿estás bien?—en serio le pregunta eso, qué estúpida.

—¿Ahora tiene tiempo de hablar?¿No tienes que salir?¿No estás ocupada? ¿Quieres hablar precisamente ahora conmigo? Qué milagro.

—KyungSoo, no me hables así.

—¿Por qué no se van todos a la mierda? En serio, estoy cansado de todos ustedes.

KyungSoo desaparece dejando a su madre con el ceño fruncido y la molestia de tal falta de educación, ¿en qué había fallado para que su hijo se comportara así? Deplorable.

Y puede que una tarde esté llena de molestia, arrepentimiento y lazos retomados. Llamadas, mensajes de texto, encuentros, todo va en decadencia.

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"Karma is a bitch"
No pude actualizar antes, lo sientooooo.
Bueno, ya nos queda poco. Nos leemos.