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DRIVE ME CRAZY


El pedido del alumno había cortado totalmente el ambiente. Si, lo dijo de una manera sensual, pero llevarle a su casa sólo le hace pensar en una movilidad escolar y eso está muy lejos de sus fantasías, por ese motivo rió del joven. Alejó su mandíbula de sus resbaladizos dedos y dijo; «Deberías llamar a tu papi para que te lleve o te contrate chofer»  Y eso sumó un desplante más a la lista de KyungSoo.
El último iba a hacer algo que no creía, pensaba plantarle el beso de su vida, pero el ruido se escuchaba en los pasillos y él aún no tenía los pantalones en su lugar. Sólo eso, es la única razón por la que le dejó ir.  El mayor le había dejado solo en ese frío salón, bueno, no tan solo, todavía tenía el húmedo marcador en el suelo. Oh, viejo amigo.

Por su lado, JongIn no supo más nada de su alumno. Estuvo dictando clases con normalidad, no se sentía observado y de una u otra manera había calmado ese calor que le atormentaba desde que llegó a ese establecimiento. Claro, se había complacido en el excusado y claro que lo había hecho pensando en el interior de su alumno, en su pálida piel y en esas expresiones que no hacían más que izar la bandera del deseo. Había sido un día de locos, un día interesante de muchas maneras. Solo tenía que dictar una clases más después del receso, o sea, tenía tiempo de planear su siguiente movimiento u obviar el hecho de que últimamente se la pasa pensando en su alumno, en ese alumno que de a pocos se estaba haciendo su favorito.

No obstante, BaekHyun, el buen Byun había aparecido en el salón de maestros con la rostro dibujado con preocupación y los labios llenos de heridas recientes. «JongIn, estoy en un gran problema. Bueno, yo no, un amigo. Es un amigo, no yo. Yo no estaría en esa clase de problemas, o sea, está mal. Uno no debería andar por ahí haciendo esto y aquello y bueno, mi amigo ha experimentado "algo" con "alguien" que no debería. Tu dirás, ¿por qué no debería? Es que resulta que este amigo es muy mayor para la otra persona y este amigo no quiere confundir a tal persona. Solo quiere ayudar y siempre termina entre besos y una que otra metida de mano, pero no hace nada más. Siempre se detiene y se controla. No pienses mal, él siempre se controla. Y... ¿si fueras ese amigo, qué haríasJongIn sabía que algo apestaba y no era él. Sabía que su amigo no podía ser más obvio porque ya lo era. «Baek, ¿Te estás acostando con alguien? ¿Eres el amante de alguien o cómo? Puede hablar con confianza » JongIn era un sinvergüenza de primera. «¡ES UN MALDITO CASO HIPOTÉTICO! yo no haría esas cosas. No me metería nunca con un menor, ¿entiendes?» Nadie había nombrado a nadie, pero al parecer a su buen amigo le iba casi tan bien como a él. «Bueno... En un caso hipotético, si las dos partes quieren, les gusta y disfrutan meterse la mano, a quién mierda le va a importar. Es simple» Y puede que ese no sólo se lo haya dicho a su amigo, quien le miraba con la mandíbula desencajada. «Estúpido JongIn. Debes ser la voz de la razón y mi conciencia, maldito idiota. No me ayudas» gritó Byun antes de azotar la puerta, pero llegó a escuchar, «Pensé que esto se trataba de tu amigo»  

BaekHyun no le hablaba, no lo hizo cuando se cruzaron en los pasillos y tampoco al encontrarse en el salón de maestros al terminar la jornada. Al parecer había tocado una vena en Baek. En fin, esperaba que se le pasara el berrinche hasta el siguiente día porque quería vivir en paz y sin tantas indirectas.

Había sido un día agotador, sólo quería llegar a casa y dormir una buena siesta y tal vez un poco de sexo casual con su fiel amigo. Estaba de lo más tranquilo, tenía las llaves de su auto bailando entre sus dedos y el maletín en su mano contraria. Lo único que le alteraba era manejar en la ciudad llena de tráfico, pero al menos se salvaba del detestable transporte público.
El aparcamiento estaba casi vacío, sólo podía reconocer los vehículos del director y de su nuevo amante. En fin, es mejor no oler la mierda ajena.

No pensó más, se metió al vehículo, abrochó el cinturón de seguridad y manejó hasta la avenida principal. Había un tumulto de vehículos esperando a que el semáforo diera el pase, le desesperaba el sonido de cada claxon, pero logró avanzar sin esperar demasiado. Estaba conduciendo como de costumbre, sin ninguna sorpresa hasta el momento, sólo hasta ese momento ya que su vista fue cubierta por dos manos, acción que hizo que su control del volante tambaleara. Escuchó esa familiar risa llena de burla y supo que su tormento estaba acompañándole. «Adivina quien soy...» le susurraron, pero las manos le dejaron la vista libre con rapidez. No era idiota, si cubría su vista por todo el tiempo iban a morir. Aparte, había que se realmente imbécil como para no reconocerle.
JongIn se mantuvo manejando el automóvil, se había asustado por un momento, pero su alumno ya le había demostrado lo demente que estaba. Miro por el espejo y se encontró con la única que persona que haría eso, con esa persona que le saluda como si no hubiera podido provocar un accidente.  Esa persona que se movía de los asientos traseros hasta el de copiloto.

—Hola— saludó sin más.
—¿Se puede saber en qué mierda piensas? Y, ¿cómo demonios entrante a mi auto?
—Ay, Señor Kim no sea grosero. Las palabras soeces no son bien vistas en el vocabulario de un docente... Eso está mal—le dijo con ironía— Y lo otro, pues, es algo que nunca le voy a decir—guiñó un ojo— Aparte, creo haberle perdido que me llevara a casa. Es grosero de su parte abandonar a un alumno que pide su ayuda. Ntch, ntch, muy mal.
—Dejate de juegos, Do. Casi nos matas.
—Pero no pasó. Y puedo matarlo de otras maneras...—su tono sensual había vuelto a aparecer.
—¿Sabes cómo tomar el tren? Te dejaré en la estación.
—Aww, eso es tierno, pero quiero que usted me lleve a casa o si quiere, puede llevarme a la suya...
—¿Puedes dejar de decir sandeces?
—Buuuuuuu, aburrido. Hay que hacer algo entretenido, ¿si?

JongIn no estaba prestando mucha atención, su concentración estaba en la carretera. JongIn no vio cuando KyungSoo se deshacía de su propio pantalón, tampoco le vio acercarse a su asiento, mucho menos detecto sus intenciones. Sólo sintió como la cabeza del menor se hacía lugar entre sus piernas. Sintió como sus dientes tomaban la bragueta y la bajaban. Como sus dedos habían liberado el botón y el cinturón. Sintió aire al ser sacada su erección y estaba a punto de recibir mimos por parte de su alumno, también estaba a punto de chocar si no mantenía la velocidad, no podía detenerse en el tráfico, tampoco podía acelerar de más. Definitivamente KyungSoo estaba loco.

JongIn quería darle un buen golpe para detener su estúpida hazaña, pero el mocoso ya tenía los dedos envueltos en su traicionera excitación. KyungSoo se reencontraba con su juguete favorito después de unas horas, era natural haberle extrañado. Era aún más natural querer darle besos y probar un poco de su sabor. Era natural querer chuparle el pene a su maestro. Ya se había vuelto natural después de tantas fantasías y sueños... Se había vuelto natural.

Su lengua no paraba de recorrer la dureza, jugaba con las protuberancias y de vez en cuando tocaba los vellos de ese marcado abdomen. Por su parte, JongIn necesitaba evadir las ganas de estrellar sus caderas contra la caliente boca ajena, necesitaba manejar con extremo cuidado, pero escuchar a su alumno gemir mientras devora todo, no era algo que se pueda evitar como si nada. Y no fue de ayuda observar hacia un costado porque se encontró con el trasero de su alumno expuesto a sus dedos resbaladizos. A los dedos que expandían el edén del deseo.
El siento de cuero en el que KyungSoo estaba arrodillado, se llenaba de humedad, de gotas olor pasión. Fue suficiente. El hilo del que colgaba la cordura se rompió. Otro hilo guió la mano del conductor, ese hilo de deseo le obligo a tomar los cabellos rojizos con violencia y obligarle a ser más rápido en su cometido. Estaba sucumbiendo ante la presencia de ese ente sexual, del ente que sonreía y se regocija por haber logrado captar la atención de su premio mayor. No importaba la brusquedad, solo importaba tenerle en la palma de su mano, adelantarse a sus planes y hacer que se rinda ante él, un mocoso que ha sufrido de sus estúpidos desplantes, pero JongIn también tiene mucho experiencia en los juegos peligrosos.

El conductor giró por el atajo qué conocía. Buscó con su mirada un callejón oscuro y llevó el auto a ese lugar. Si tanto lo quería, iba a darle lo que deseaba, lo que los dos deseaban.

Estacionó en el lugar y alejó a KyungSoo de su erección con un fuerte tirón de pelo. Le sonrió y se tomó el falo.

—¿Tanto lo quieres?— le dijo cerca al rostro
—Tal vez... Pero dime, ¿a qué le tienes miedo? ¿Temes que te guste tanto follarme que no puedas apartarte?
—¿Eso crees? Niño, no eres tan bueno como profesas.
—¿Ah si? Y explicame por qué se te alborota el pene cuando estoy cerca.
—Y por qué a ti se te alborota la jodida hormona cuando me ves. ¿Tanto quieres que te la meta?
—¿Tengo que responder a lo último?—dijo soltando su aliento en los gruesos labios de su maestro.
—I'm done.

JongIn es una verdadera bestia cuando se excita, es brusco con mayúsculas y pasional en todo aspecto.
El maestro acercó a KyungSoo hacia su cuerpo y esa era la señal para el menor. El último se levantó para acomodar su culo en el regazo de su maestro, para mostrarle su cuello y contornear sus caderas sobre su regazo. La dureza crecía conforme los movimientos ondulantes se daban. Pero para JongIn no era suficiente, si tanto quería ser follado, el mayor ya había aceptado.

JongIn tomó las caderas ajenas, las levantó lentamente y aproximó su falo a la entrada ya usada. Deslizó su miembro con tortura, dejó atónito a su alumno, ya sea por el placer o por lo repentino de su movimiento. JongIn quería que le suplicara, por eso controlaba el movimiento de caderas el menor. Él guiaba este juego, él decidía si iban a ir lento o rápido, él tenía el mando.
KyungSoo lo quería fuerte, duro y rápido, quería que le destrozara el culo de una vez por todas, pero el anciano decidía ir lento. Sólo le queda a pedirle por más, rogarle que se apresurara y le dejara de hacer sufrir de esa manera. Y JongIn escuchaba complacido cada palabra salida de esa sucia boca. Disfrutaba ver como el niño tocaba su rostro y mordía sus labios, como cerraba sus ojos y aspiraba con la boca abierta. Era deleite puro para sus ojos libidinosos. Pero le dejaría en paz, le daría una recompensa por haberse portado bien y ser paciente con él. Soltó sus caderas, pero dirigió sus manos por la arrugada camisa escolar. Quitó los botones de un sólo tiro y dejó que los volaran por su automóvil. Recorrió el torso con sus frías manos y tomó presas a sus protuberancias favoritas. A las mismas que estrujó mientras golpeaba sus pieles con furor. El menor no podía con tanto placer, necesitaba agarrarse de algo para saber que no va a caer en un maldito mar de deseo y sucumbir ante la presencia de ese maestro, por eso llevó su mano derecha hasta el duro rostro mientras recostaba su cabeza en el hombro ajeno, dejandole así espacio para marcar su cuello. Cosa que JongIn no desaprovechó. Enterró sus dientes en esa zona y detuvo la otea mano de su alumno. Esa mano traviesa que quería autocomplacerse, pero JongIn no lo iba a permitir; «Te vas a correr sólo por ser follado por el culo» llevó a esa mano a tomar los propios pezones ya violados y decidió continuar con su faena carnal, no se iba a detener hasta verle deshecho, hasta que sus líquidos chorrearan de ese pequeño culo o hasta que el mocoso no pueda con más.
Lamió su columna, torturó sus pezones y orejas, iba a marcar ese maldito cuerpo lascivo. Los dos competían al golpear sus caderas, pero JongIn era quien en definitiva mandaba, después de todo, JongIn fue quien hizo que KyungSoo manchara con su esperma el cuero de su asiento y el timón de su vehículo. Otro round para Kim
Les tomó tiempo recuperar su respiración, recuperar el conocimiento y grabar este acontecimiento en sus mentes, había sido real.
Pero no eterno, JongIn sacó su falo del lugar que le había recibido, su esperma cayó de ese culo y su mano sólo esparció la misma por todo el sexo y manchado de su alumno. Here you have...
KyungSoo se movió al haber terminado su ritual, trató de acomodar su ropa, pero no había manera de cerrar su camisa. Estaba un poco ocupado con su pantalón cuando escuchó el sonar de una llamada. No era su móvil, claro que no, era el de su querido maestro.
El último contestó con rapidez, rió y prometió llegar lo más rápido posible a un encuentro del que él no estaba enterado.

—¿Quién era?— preguntó un tanto molesto.
—Primero quieres que te folle y ahora pides explicaciones. Qué te sucede.
—¿A mi? Nada. Sólo curiosidad.
—Pues la curiosidad mató al gato.
—A mi no me da miedo morir.
—Y a mi no me da la gana de responder. Baja del auto, tengo que ir a otro lugar.
—Te dije que me lleves a casa.
—Puedes bajar ahora. En serio no tengo tiempo para tus niñerías.
—¿No puede hacerme ese favor?
—No eres tan lindo como para recibir favores.

Iba a armar una escena, pero tampoco estaba para rogarle a nadie. Se cubrió con el saco del uniforme, tomó su bolso del asiento trasero y azotó la puerta del vehículo al salir. Pero JongIn no iba a terminar ahí, le tendió unos billetes para el tren, dinero que KyungSoo destrozó frente a él. A lo que JongIn movió la cabeza, era un niño por completo. Pisó el acelerador y desapareció dejando a KyungSoo de pie en la vereda.

—Al menos dime quién es... ¡VETE A LA MIERDA HIJO DE MIO PUTAS!

"No eres tan lindo"
Esa era la segunda persona que lo decía.

///

¿ME ESTÁN DICIENDO QUE BEEVIT VOLVIÓ A ACTUALIZAR? PIDAN UN DESEO QUERIDAS MÍAS.
Y DESPUÉS DICEN QUE NO LES ENGRIO.
MUCHO AMOR Y BESOS EN LA COLITA. NOS LEEMOS DESPUÉS.

*GRACIAS POR DRMKS, SOOFFEE, LOVE LETTER Y SUS 1K.

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