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Do Kyung what?

El periodo terminó con más tarea y gritos internos, propios del maestro de inglés.

El 'mocoso' Cho no podía pronunciar 'jewelry' y 'furniture', ¿cómo no poder pronunciar algo tan simple? ¡HORROR! Y es así como los alumnos debían hacer un listado de palabras, previamente dictadas, con la pronunciación y significado. JongIn se ha ganado el cielo por haber dejado una simple tarea. Pff.

Con una sonrisa de satisfacción dibujada en el rostro, producto de su buena acción del día, se dirigía al salón de maestros para relajarse hasta el siguiente periodo. Una taza de café no cae mal cuando se está de buen humor, sin embargo, su momento de dicha no dura demasiado cuando un pequeño maestro ya conocido ingresa detrás de él.

-¿Puedes creer que ese mocoso no quería mi ayuda? O sea, soy yo. ¿Que parte de el gran profesor de historia, no entiende? Debe ser feliz por tener mi atención, no cualquiera la tiene. ¿Puedes creer lo que hace, JongIn? Soy muy bueno con él y el traidor no quiere mi cercanía, ¿Qué anda mal con ese mocoso? Digo, no es por alardear, pero yo so-

-Wait, ¿De quién estamos, perdón, de quién estás hablando?

-¿Eres mi amigo o no?

-Creo que estamos en el escalón de colegas.

-Bien, te asciendo al escalón de amigos.

-'Right...

-No me hables en inglés que no estoy de humor para idiomas que no manejo.

-Entonces, ¿En qué estábamos?

-En que eres un mal amigo que no me presta atención. Suficiente tengo con el mocoso con problemas de altura.

-¿Para qué necesitas la atención del mocoso?

-Olvídalo.

Y así como entró se fue.

JongIn siempre ha tenido ese problema. Se rodea de gente extraña o con alguna tendencia que le resulta rara.

No pasa mucho tiempo para que su taza de café llegue a la mitad. No le da mucha importancia porque se ha propuesto innovar su método de enseñanza... ¡NO! Eso es mentira, el es el mejor con todo el paquete. Por su enseñanza, cualidades, emprendimiento y enumeraría más, pero el joven es demasiado modesto para estas cosas. En lugar de eso, decide revisar su lista de alumnos. Puede leer apellidos 'importantes' en ella, y no sólo eso, tiene toda clase de alumnos de diferentes familias dedicadas al comercio, política, farándula y mucha basura más. Jodida escuela 'elitista'.

No obstante, un apellido llama su atención, le parece, suena, sabe, conocido, pero ahí queda. Pasa a leer el nombre completo y enserio no tiene nada. 'Do KyungSoo' ¿Qué? ¿De dónde salio?. Puede reconocer a todo su alumnado por alguna acción que haya realizado sus padres, pero en el caso de este individuo, su mente está en blanco. Le preguntará a BaekHyun cuando se le pase el ataque de estrella.

Es la campana quien le informa el cambio de turno. «A batallar con esa sarta de idiotas» le toca dictar clase en un grado superior, en idiotez y edad, claro.
Se despereza un poco y trata de sonreirle a la vida, pero con esos adolescentes basuras, no se puede. «Todo sea por el sueldo y la recomendación en mi currículum». Sale con el rostro calmo, «Todo está en la mente» y el momento de meditación terminó cuando su hombro fue golpeado. Su rostro se descompuso, porque lo que se espera en una disculpa por la arremetida, sin embargo, quien le había golpeado simplemente le obvió.

-¡Hey!- gritó, pero no el otro no detuvo su andar. Siguió caminando sin importarle que un maestro le llamara.

///

Su uniforme es la verdadera mierda hecha tela. No se queja de la suavidad en ésta, pero ¿es necesario utilizar una estúpida corbata? El saco le incomoda, los zapatos bien lustrados están por dejarle completamente ciego, las medias de tonalidades oscuras le molestan, el problema no es el color porque le encantan las tonalidades oscuras, pero vamos, sólo les falta un pelo para decirles con qué papel higiénico deben limpiarse. ¿Doble hoja? ¿triple?. Si, todo le molesta. «El uniforme se puede mandar a cagar a la costurera» murmulla aflojando el nudo de la corbata.

Ha vuelto a saltarse clases y es que ese tonto de último año le tenía muy ocupado. La verdad, fue un completo asco, como siempre, pero tenía 'hambre' y hay que saciarse a como de lugar, ¿no?. Bueno, saciar no es la palabra correcta para definir esa mierda que hicieron en el armario del conserje, ya qué.

En el patio trasero se siente cómodo, alejado de la basura que se carga cada persona en el establecimiento. Es lo peor de estar ahí, la estúpida gente.
Sus manos pican para sacar la camisa de su pantalón y doblar las mangas de su saco, pero tampoco le gusta llevar la ropa arrugada. No. Aparte, le tomaría tiempo hacerlo para después desvanecer su trabajo. Qué flojera.

Bota el aire contenido con un 'Ugf' dirigido al mechón rojo que cuelga en su frente. Se cuestiona por un momento, tiene 'ese tipo' de pensamiento desde la clase pasada, ha despertado su curiosidad, y él es malo para contenerse, pero hay que tantear terreno en primer lugar. «Es simple, hay personas que no saben en qué o con quién se meten. Eminem manda» Pensando en eso se queda ensimismado.
Dos horas pasan mientras el sigue en el mismo lugar, es por eso que al terminar el segundo periodo se dirige al establecimiento.

Ve a los alumnos saliendo en grupos, todos sosteniendo sus billeteras o jactándose de la 'buena nota' en alguna asignación. «Recién inicia el año escolar y esas basuras ya están pagando por todo»
Camina por el largo pasillo, muchos riquillos alardeando, nerds babeando y él maldiciendo. Lame sus labios, tamborilea sus dedos contra su muslo mientras camina. Una mirada para aquí y otra por allá. Más de lo mismo.

Recorre los pasillos en busca de algo para distraerse y alguna deidad escucho su pedido porque el castaño de último año se ve apetitoso. Sólo se ve.

///

La mañana es casual como las demás. Uniforme sin arrugas, zapatos pulcros y cuerpo correctamente bañado. Esta 'listo' para el colegio.
El desayuno siempre varía, ahora tiene tostadas, jugo de melón, huevos revueltos y un poco de jamón. Las dos personas con quienes convive ya están en sus respectivos lugares, sólo faltaba él. Su lugar es a lado de su madre, con quien 'disfruta' de conversaciones contraproducentes. Su padre se mantiene con el periódico pegado al rostro, con una esposa que le pide, llena de amor, que desayunen sin olor a tinta de imprenta. El pequeño intercambio de palabras sólo termina en la sonrisa de su madre y las quejas de su padre. Muy normal.

Es su padre quien le lleva en su automóvil, su madre se despide con la mano moviéndose de un lado a otro, delicadamente.
El trayecto no es tan espectacular, sólo preguntas necesarias y «¿No necesitas nada?» 'Por ahora no'. Tiene la costumbre de pedirle a su progenitor que le deje a tres cuadras del establecimiento y el otro acepta sólo para evitar un 'berrinche', que no se dará jamás, o llegar tarde a su trabajo.
Es por eso que KyungSoo llega todas las mañanas caminando. Patea una piedrita que avanza junto a él y de no hacerlo haría lo mismo. Pasa por todo el alumnado, no le interesa si son personas que ha tratado, « Que les den»

Todos tienen ese aire a autosuficiencia que se resume a una billetera y la buena cuenta bancaria de sus padres. No le sorprende.
Pasa por los jardines y se encuentra con sus 'amigos ocasionales' que con disimulo le guiñan los ojos. Como es costumbre en él, sólo se limita a mirarles con una ceja alzada en símbolo de superioridad, el mentón recto y ese bufido sensual junto a la caminada atrevida que siempre carga. Les deja estupefactos, y sólo para lucirse un poco más, pasa sus dedos por esa flama de cabello. Y así es como derrumba las expectativas promedio de otros para ponerlas más altas.

Marca con cuidado su paso, le gusta pavonearse cada que puede. Camina sutil por los ya conocidos pasillos, con destino a su casillero. Sin embargo, logra ver al idiota que es la curiosidad hecha persona. Entrometido. Pero lo deja pasar. No quiere actuar tan rápido.

///

Era un buen día para volver a saltarse clases, siempre es un buen día. Ronda los jardines para distraerse, se siente sobrecargado estando en ese colegio. Pero su buen amigo, iPod, le acompaña con buena música para matar el tiempo hasta que le regresen las ganas de soportar a toda la bola de idiotas.

Las canciones se reproducen sin apuro, todo es calma y claridad, pero cuando la décima canción estaba por comenzar, una mano toma su muñeca para girar su cuerpo con brusquedad y poder encararle. «Hola bonito, ¿tienes algo de tiempo para mi?» y bueno, tampoco es que haya estado haciendo mucho.

Las bancas del patio trasero son útiles para esas ocasiones. No muchos van a ese lugar, salvo para hacer alguna que otra 'travesura' y como ahora apareció su travieso compañero, que había salido con permiso para el excusado, no ve porqué no.

Termina jugando con su boca y haciendo que todo sea rápido antes que les atrapen, antes que le de más asco.

///

Inexplicablemente, se dirige a su salón, sólo para curiosear, ya había terminado con su faena y el aburrimiento atacó. La mayoría de alumnos estaban concentrados en sus asignaciones, pero él sabe que no le sirve de mucho aparentar cuando claro está que todos son corchos.

En su salón, la situación no es muy distinta a las demás, sólo que el profesor que imparte la clase, está atento al alumnado, hecho que no sucede con los otros docentes. Por eso, se queda un momento mirando por la ventana circular de la puerta. Le parece interesante como el sujeto puede mantener el ceño en su lugar, pero a la vez, dejar que una vena salte en su garganta por contener las ganas de acabar con los adolescentes. Es minutos después que puede ver con claridad al profesor, debió usar sus lentes de contacto.

El maestro estaba pulcramente vestido, en una pose que se le antojaba apetitosa y es por eso que recuerda su curiosidad por 'el curioso de curiosos'. No se ha percatado que estaba viendo con descaro al maestro hasta que éste se fue acercando a la puerta y cuando quiso huir, ya era tarde.

-No puedo dejarle entrar, ¿sabe la hora qué es? La lección inició hace mucho.

-Oh, lamento no parecer muy interesado, pero esta no es mi mierda. Nos vemos.- no dejó que su rostro se vea ya que cuando el maestro le habló, él ya se encontraba de espaldas.

Volvió a caminar para perderse entre muros y molestia.

///

Entonces, para los días que siguieron, KyungSoo se mantuvo a la expectativa. «¿Qué hará ese idiota?» No es que quisiera saber, pero el tipo siempre estaba cerca a su perímetro.
Él no es de esas personas que pueden controlar su maldita curiosidad. «No, joder no». Es en esos días cuando su pensamiento estuvo 'empapado' de la imagen de cierto sujeto entrando a los servicios del alumnado. Si bien tuvo curiosidad por el nuevo maestro al inicio de clases, es después y ahora que se siente como un caza recompensa.

Golpea su zapato contra la superficie, no para el movimiento mientras los engranajes de su cabeza se mueven formulando otra de sus grandes hazañas.

///

Los días han transcurrido con la debida vigilancia. KyungSoo no entra al establecimiento como de costumbre, se detiene cerca del estacionamiento, observa y camina después del sujeto que baja del vehículo recién estacionado.

Sigue sin presentarse a clase, pero observa desde la circular ventana. No pierde detalle del porte y trazo en ese cuerpo que se empeña en no asesinar a toda esa población hormonal, y eso que aún no llega el rey de las hormonas.

Le ve andar por el pasillo, conversar con el jodido maestro de historia, que por cierto tiene un problema muy obvio por uno de sus conocidos. También le ve rondando el excusado, vigilando el asiento libre al fondo de su salón, hay mucho material. Y si de material hablamos, pues, el bastardo maestro se carga buena carne encima y joder que el hambre ataca.

Se da cuenta que mientras más observa, más saliva se junta. Debe distraerse con sus viejos amigos, jugar y pasar la página por un momento.  Le gusta mucho lo que ha visto, pero sigue con la idea de mantenerse al margen. Nunca ha ido más allá de sus compañeros, pero  que el cabrón se ande como el más sabroso, le molesta y apetece.
Sus trajes son lo que le da un bonus en todo. Le ha visto varios conjuntos que dibujan sus largas piernas y sus torneados músculos. Le molesta que esa corbata se quede ahí, sin dejar que vea qué hay debajo de la camisa. Hay demasiado por decir. Sus días de observación se basan en mirar a la presa cual depredador. Tiene la 'mala suerte' de voltear y verle andar, o de dejar de escuchar música y oírle hablar. No es él, definitivamente no, es el maldito maestro que anda husmeando en su territorio. Como dije, él no es una persona recatada, todo lo contrario, por eso, mientras absorbe y juega se da el lujo de murmurar maldiciones a su maestro de ingles. «No idiota, no es porque lo disfrute» piensa ante la reacción de su acompañante, pero hay que darle el gusto al muchacho.

///

Ha tenido días difíciles. Ha jugado mucho y pensado, hasta se ha dado el lujo de asistir a clase, sólo con la única intensión de seguir con la investigación.
Su maestro se ha rendido en hablarles en ingles, según el mayor, no tiene caso si los idiotas son idiotas. Les ayuda en todo y le molesta eso, por qué debe darle tanta importancia a esos ricachones que obviamente van a pagar para salir bien en el promedio final. Puff~

Enserio le aburre la estúpida clase que es más odiosa sin su preciada música, pero todo tiene una razón. Ha dejado sus auriculares de lado porque se percató que la voz de ese imbécil es muy, uhm, cómo decirlo... es muy, 'muy'.
Entonces, se quedó sentado escuchando la voz esa que le 'carga'. Y es por esa voz que no llega a escuchar cómo uno de sus compañeros le susurra, «¿Te parece si jugamos un rato?». No llega a captar el mensaje en primera instancia, pero cuando escucha la campana y el nuevo susurro, ya todo está claro. No obstante, hay alguien que ganó toda la escena. KyungSoo no es nada tonto, sabe que le están observando, no de la misma manera que él hace, pero en fin. «Vamos a fuera » responde en el oído de su iluso compañero. Hay ojos que observan como el último persigue al pequeño.
KyungSoo decide que es tiempo de jugar un poco.
Camina contoneándose, delante del iluso, se detiene y voltea tranquilo. «Creo que hoy no. Tal vez mañana. Adiós » le sonríe antes de marcharse camino al excusado.
Del otro lado está el 'no curioso' maestro, quien ha observado absolutamente todo y sabe cómo puede terminar. Conoce esa mirada y la actitud, él mismo ha tenido de eso en su época de granos y videos al anochecer. Es por eso que camina con un sólo destino. No hay mucho alumnado al rededor y eso le hace sentir extraño porque en las ultimas semanas se ha sentido extrañamente observado, pero tal vez sea un ataque de histeria.
No demora mucho en llegar al lugar que suele rondar. Se da un poco de valor para girar la perilla e ingresar al frío ambiente. Las puertas de los cubículos están abiertas, pero hay una que está cerrada. Despacio trata de llegar y cuando lo hace, ve a un chiquillo apoyado en la separación se cubículos, con una pierna flexionada propiamente apoyada en la pared y esa sonrisa socarrona dibujada en el rostro.

«¿Curioso, señor Kim?


A quien lea,
Disculpen la demora, culpen a mi exposición. En fin, perdón si es confuso, pero le quise dar un toque KyungSoo. Un poco desordenado y raro.  Está raro en una mala manera, lo sé ;;
Por cierto, <love letter> ya terminó, sólo queda Sooffee ;n;
Nos vemos luego~
Amor para todas, Beevit les ama <3

¿Qué quieren que actualice?

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