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Ratas

Capítulo más cortito de lo usual.
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-¡¿QUÉ ES TODO ESTO?!

-¡¿POR QUÉ GRITAS?!

-¿Por qué tienes todo esto tirado en mi sala?-Suavizó un poco el tono aún con una mueca irritada, de regreso en la otra dimensión, aquella colorida y brillante ciudad, o más bien, justo debajo, en el hogar de las tortugas y su padre. Splints se encontraba de brazos cruzados en la sala mirando a Draxum ordenar un montón de basura que tenía regada en el suelo.

-Deberías agradecerme, estoy tratando de traer a tus hijos de vuelta- en el suelo de la sala había un enorme patrón circular similar a un mandala con un montón de caracteres incomprensibles, y amontonados en una esquina y sobre algunos lugares del patrón. Entre ellos habían rocas, cristales, unas jarras con líquido (se ve espeso, no tengo idea que podrá ser) y otros cachibaches que de hecho si se ven como basura. Splints respiró profundamente pasándose una mano por el rostro, con lo poco que ha dormido es normal que esté irritable.

-Bien, bien…lo siento, solo estoy algo nervioso- la rata suspiró y se acercó al yokai con cuidado de no tocar nada de lo que había en el suelo.

-Lo sé, y es comprensible- dijo con seriedad dejando un par de piedras más en línea recta, luego se enderezó tronando su espalda y miró a lou, se notaba cansado y preocupado- ya casi termino, estos portales son algo complejo de hacer, pero pronto los tendremos de vuelta- Splinter sonrió algo más tranquilo. No pasó mucho tiempo para cuando Abril llegó, venía todos los días para acompañar a Splinter o ver si tenían alguna noticia de los muchachos, hoy no sería la excepción. Saludó a ambos y preguntó por noticias recibiendo la misma respuesta de siempre, nada- pero si esto funciona podremos abrir un portal a donde se encuentran, o al menos cerca de ahí- murmuró lo último, no con intenciones de que no lo escucharán, si no que para dar más importancia a lo demás. Abril sonrió aliviada y puso una mano sobre el hombro de la rata con optimismo.

Draxum terminó de distribuir su chatarra, digo, sus componentes para el conjuro esa misma tarde, donde sea que estén, los encontrarán…al menos eso querían creer, y por supuesto la idea de que estuviesen en otra dimensión ni siquiera se les había pasado por la mente. Una vez estuvieron los tres reunidos el yokai finalizó la escritura y las líneas comenzaron a brillar en tonos fucsias y dorados, las piezas repartidas por todas partes levitaban a varios centímetros del suelo y de a poco se abría un portal en el centro del patrón, aro de luz de los mismos colores que con lentitud se hacía más y más grande, pero su forma no era estable, por el contrario, temblaba y hacia un sonido ascendente muy extraño.

-¿Qué está pasando Barry?-preguntó Abril extrañada.

-No lo sé, no debería verse así, es como si fuese difícil para el hechizo encontrarlos- Splinter sintió un escalofrío y la preocupación regresó a presionar su corazón- va a cerrarse- concluyó Draxum rodeando el portal tratando de encontrar algún error, tal vez un objeto mal puesto o una línea incorrecta, pero todo estaba en su lugar con precisión.

-¡Entonces hay que cruzar ya!- dijo Abril acomodando sus lentes.

-Espera Abril, no sabemos si el portal lleva al lugar correcto.

-Por eso hay que averiguarlo.

-No quiero perder a toda mi familia- dijo Splinter apenado, la joven le sonrió.

-Tranquilo Splints, se cuidarme sola.

-Deja ir a la niña…

-¡No te metas!

-Pero qué carácter Lou- rodó los ojos- Abril, si el lugar fuese riesgoso el portal sería rojo.

-Perfecto-asintió la chica- todo estará bien Splints- la rata parecía indecisa, pero luego de un momento asintió con seguridad.

-Bien, encuentra a los muchachos, pero no te arriesgues- la tomó de la mano, Draxum regresó con ellos.

-Cuando vuelva a abrir el portal no será en el mismo lugar, lleva esto- le dió un pequeño cristal azulado- y dile a Donatello que cree una máquina que lo canalice, entonces el hechizo sabrá con exactitud donde están.

-Bien- Abril tomó el objeto y lo metió en sus bolsillos, luego soltó la mano de su maestro enseñándole una última sonrisa y corrió al portal atravesándolo de un salto casi justo antes de que este se cerrara. Luego el silencio fue inmediato y todos los objetos que levitaban regresaron al suelo, la tiza se difuminó y las palabras se borraron.

-...

-...Ella estará bien.

-¿Cuánto más habrá que esperar?- su nariz se movía con rapidez y nerviosismo, ahora dependía de Abril, pero eso podría significar también perderla a ella- Debí estar más pendiente, ni siquiera me fijé en que momento salieron.

-No seas tan duro contigo

-Sabes que no soy un buen padre Draxum…Y ahora… ellos podrían estar heridos, podrían estar atrapados, tal vez muertos- pensó lo peor frunciendo el ceño, se veía que en cualquier momento podría quebrarse. Drax se agachó consternado, si bien no hace mucho se había hecho parte de la familia les había tomado un inmenso cariño a las tortugas, a Abril y a Lou, tal vez en parte por los recuerdos, tal vez porque lo habían ayudado, tal vez por el rayito de sol que es el menor de los hermanos, no está seguro y es obvio que no lo quiere demostrar, a fin de cuentas él es el gran barón Draxum, pero él también está preocupado por ellos, y sabe que la sensación que está sintiendo ahora es mil veces peor para Yoshi, que los vio crecer y que a pesar de todo los ama mucho. Le dolía verlo así.

-No digas eso- comenzó a hablar- Yo los he visto pelear, los entrenaste bien, pueden vencer todo a lo que se enfrenten- Splinter lo miró con ojos tristes- tal vez no eres el mejor padre del mundo, pero no eres un mal padre, arriesgaste el mundo para salvarlos una vez ¿recuerdas?

-...jmm

-Yo estuve ahí- Splinter soltó una pequeña risa aún cabizbajo- También los extraño- confesó- pero confió en que sabrán salirse con la suya.

-Como siempre-sonrió la rata- gracias Drax- el yokai asintió con tranquilidad.

-Supongo que voy a limpiar esto y volverlo a hacer- se levantó sacudiendo un poco su ropa.

-Te traeré algo de comer…

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Donnie, Rafa y Leon se encargaron de lavar los trastes una vez todos acabaron de comer, Mike y Mikey despidieron a las visitas, Don estaba recostado descansando su cuerpo magullado para variar y Leo emprendió camino en dirección a su sensei. Caminaba con lentitud arrastrando los pies, es más que claro que lo van a castigar y no está muy feliz por ello, pero será peor si lo obedece ahora.

Entró al dojo nuevamente y cerró tras de sí, sabía que su sensei había regresado ahí ahora que su hogar tenía más silencio, lo encontró perdido en las fotografías sobre la repisa, observando en silencio, Leo se aproximó a él e hizo una pequeña reverencia:

-Estoy aquí como pidió maestro Splinter- anunció con voz apagada, la enorme rata suspiró y volteó hacia el azul con las manos tras su espalda.

-Leonardo…hijo mío- puso su mano en su entrecejo tratando de despejar su mente, Leo solo lo observaba con ojos entristecidos- lo primero que pensé cuando salí del dojo hace algunas horas y los "vi" en la sala creí que todo estaba perfectamente bien, luego quería hablar contigo sobre nuestra pequeña conversación y…bueno, imaginarás mi sorpresa al darme cuenta de que se habían ido- Leo no dijo nada, solo evitaba la mirada profunda de la enorme rata con culpa. Splinter miró de reojo las fotos en su repisa una vez más- si algo les hubiese pasado…

-...?- Leo juntó sus agallas y miró a su padre curioso. Splinter posó sus manos sobre los hombros del azul con gentileza.

-Temo que estés aprendiendo esta rebeldía de nuestros huéspedes, pero incluso si no fuera así tarde o temprano me desobedecerias, sólo espero que no sea para poner a tus hermanos en riesgo entrando a la boca del lobo.

-...No será así Sensei, por eso pedimos refuerzos y fuimos muy cuidadosos y- explicaba rápidamente tratando de disipar las preocupaciones de su padre. Su maestro no parecía molesto como hace un rato, pero sí melancólico y decepcionado, lo cual no es mejor.

-Tuvieron suerte- le interrumpió- pero aún son jóvenes y tienen mucho que aprender, ellos te seguirán a donde digas, si tú dices salta, saltarán, si tu dices ataquemos a Destructor, ellos tomaran sus armas e irán contigo, no puedes permitir que algo así se repita y mucho menos a mis espaldas…

-Hai sensei, lo lamento- se disculpó poniendo una rodilla en el suelo y bajando la cabeza.

-No quiero que te disculpes- Leo levantó la vista extrañado- quiero que lo entiendas, que de verdad comprendas que lo que decidas tendrá consecuencias.

-Lo entiendo sensei- contestó.

-jmm, creí que lo habías entendido hace tiempo, veo que me equivoqué- Leo cerró los ojos cuando una horrible sensación invadió su pecho, tal vez tristeza ¿vergüenza? Culpa…tal vez solo es la presión, no está seguro. Esperaba el castigo paciente, aceptará cualquier cosa que su maestro le imponga.

-...

-...Vayan a dormir temprano hoy- fué lo que dijo- puedes retirarte- continuó. Leo se levantó sin objeciones, y por muy extrañado que se encontrase asintió.

-hai sensei, gracias- Splinter se peinó la barba lentamente y regresó al lugar donde el azul lo había encontrado sin decir ni una sola palabra-...buenas noches Maestro- se despidió una vez estuvo en el marco de la entrada y se marchó al no recibir respuesta.

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Raph se quedó dormido así que con mucho cuidado sus hermanos le armaron una cama improvisada usando todas las almohadas que tenían disponibles. Se veía tan tranquilo durmiendo, si no fuera por el bozal y las cadenas podría ser lo mismo de siempre. 

-yyyy, nos quedamos sin almohadas- dijo Don cruzándose de brazos.

-Pero aún tenemos las frazadas ¿no?- contestó Leon con media sonrisa acomodandolas en el suelo- puedes apoyarte en mí si quieres.

-Espera ¿vamos a dormir aquí?

-No vamos a dejar a Raphie solo Dee- dijo Mike sentándose en el pequeño nido de frazadas amontonadas que amortiguaba el frío suelo de concreto, estaban a apenas un metro del límite que los protegía, pero no iban a irse a ningún lado. Don suspiró y se sentó al igual que su hermano menor.

-Ojalá nos mate mientras estamos dormidos- comentó rodando los ojos.

-Tan positivo como siempre Donnie'boo, iré a despedirme de los demás, no tardo, Miguel, cuida que Raphie no se coma a Don en lo que regreso.

-Oki-doki- contestó con una sonrisa, Don bufó dejándose caer de espaldas, por suerte el dolor en su pecho había disminuido y se sentía mejor.

-Don, tu escudo

-No pienso quitármelo, qué tal si pasa algo mientras dormimos ¿eh? 

-...Quítatelo

-Me lo quito

Leon se despidió de los demás justo antes de que estos desaparecieran en sus habitaciones, el pequeño pecoso le comentó que el sensei les había dicho que se fuesen a dormir temprano. Leon ladeo la cabeza y le agradeció al pequeño por su información, buscó a Leo pero no lo encontró.

-Hermanito ¿cual es el cuarto de Leo?- Mikey contestó sonriente.

-El último al fondo- señaló- le gusta que golpeen antes de entrar.

-Gracias MK- el azul restregó su nariz contra la mejilla del pecoso cariñosamente- buenas noches- cantó, Mikey soltó una risita y se despidió de la misma forma. El orejas rojas caminó hasta la puerta de su contraparte golpeando melodiosamente.

-Adelante- escuchó decir del otro lado. Leon abrió lentamente la puerta y se asomó, podía distinguir la silueta del ojiazul en la oscuridad fácilmente.

-Vine a despedirme…

-Ou, bueno, buenas noches

-Sí, buenas noches y muchas gracias por todo- leo asintió, pero al recordar que seguía en penumbras habló.

-No hay de qué, me reconforta saber que están a salvo- Leon sonrió y entró al cuarto, no tenía con que tropezar, su contraparte SI ordena sus cosas- ¿Hay algo más que quieras decirme?- preguntó expectante.

-no me gusta que tengas problemas por nuestra culpa.

-...no te preocupes por eso, creo que pudo haber sido peor, la verdad- rió desganado. Luego de un momento el silencio de Leon comenzó a incomodarlo- Oye ¿qué- no terminó de formular la pregunta cuando sintió al orejas rojas envolverlo en un abrazo, firme, pero gentil.

-Gracias

-...

-Gracias- lo dejó ir lentamente- descansa Leo- el líder azul sonrió un poco más tranquilo.

-Descansa Leon- le imitó. Curiosamente cuando el de franjas salió de ahí y emprendió camino al laboratorio pudo ver de reojo a cierta tortuga de baja estatura y ceño fruncido dirigirse a aquella habitación, tal vez con las mismas intenciones de consolar al azul.

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A la mañana siguiente podían escucharse ronquidos desde el laboratorio, Mike estaba acurrucado plácidamente sobre el plastón de Don al igual que Don dormitaba sobre el de Leon, podríamos pensar que el azul era quien estaba más incómodo, pero de hecho habían caído rendido en los brazos de morfeo a penas se recostó la noche anterior. El orejas rojas estaba dispuesto a sus anchas en el piso, la mitad de su cuerpo escapaba de su intento de cama debido a cuanto se movía al dormir. Respiraba con calma y un pequeño caminito de saliva se escapaba de su boca entreabierta, parecía como si nada pudiese perturbar su paz.

-¿Leo?…Leo despierta ¿Dónde estamos?

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Me duele la espalda xI

Se retuerce hasta desintegrarse*

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