O'neil y la máquina
El maestro Splinter se había retirado a la habitación adjunta al dojo, debía meditar un momento o perdería los estribos, bueno, esa es una exageración, pero cuando cerró las puertas empapeladas tras de sí supo que un buen momento a solas con su mente podría crear en él la paz y la lucidez para seguir enfrentando su nuevo dia a dia. Estos muchachos, era extraño, muy extraño, conflictivo hasta cierto punto, pero se sentía muy viejo para lidiar con el doble de adolescentes en su casa, se limitaba a mantenerse firme hasta que se fueran y todo regresara a la normalidad. Sin embargo, a ratos pensaba en estas..."versiones" de sus propios hijos y le era inevitable divagar en la existencia de su propia contraparte, es decir, debían de ser igual de distintos ¿verdad? Con modos muy diferentes de pensar, de lo contrario tal vez sus muchachos serían algo más parecidos.
Debía admitir que parte de sus maneras de reaccionar a las cosas eran rescatables, tenían una cercanía que ya quisiera él que sus hijos volvieran a tener, pero bueno, eso significa quizás una desventaja en batalla, dificultará la toma de decisiones mucho más de lo que ya lo hace. Es solo un apresurado rozamiento, no es que los hermanos se desconozcan ni mucho menos, pero puede que un afecto más marcado..."Cambie las cosas"
Los ninjas se adaptan a los cambios, pero en esencia no "cambian" y por la tradición de su enseñanza se espera cierta actitud de parte de sus estudiantes a lo que conducta se refiere. Ojalá no fuera así-se atreve a pensar- pero el mundo en el que viven exige esta doctrina para mantenerlos a salvo...eso es lo importante, que su familia esté a salvo.
¿Pero qué es una familia sin el lazo que los une? ¿Cómo podemos dar por resuelto el tema cuando, cada vez que regresan a casa por la noche y cada vez que el entrenamiento termina, se separan cada quién a su propio mundo? Los mayores pelean, los otros dos se aíslan refugiándose en su propia soledad, tratando de hacer oídos sordos a los gritos y volviendo la tensión costumbre. Tienen sus tiempos buenos por supuesto, cuando compiten en patinaje o juegan videojuegos, una vez a las muchas se sientan juntos a ver una película o serie juntos, por las mañanas al desayuno (siempre que la noche anterior no hubiese sido cruel con nadie) podían compartir en paz, y al almuerzo solían conversar amenamente, pero una pelea podía comenzar de pronto, el hilo que marca el límite está en constante tensión y a veces un gesto involuntario es suficiente. Que eso pase ya no es nada raro, Mikey ya no va con el sensei a decirle que Leo y Rafa están peleando, Donnie ni siquiera se esfuerza en tranquilizar al rojo, quien por cierto se vuelve más irritable cada día que pasa. El líder azul desea unir a su equipo, pero ese pensamiento se ausenta cuando debe enfrentar a Rafa o acarrear la responsabilidad de la batalla, se vuelve severo contagiado de la amargura que le provoca, es un caos, eso es lo que es, un frustrante y tedioso caos.
El hermanito menor, tachado de estúpido por su caracter inocente, a veces parece ser el unico que cree en él mismo, Rafa, la flama viva que quiere golpear cada ser que respire, incapas de mostrar sus verdaderas emociones, Donnie, se convirtió en el esclavo de lo que debió ser su don y su pasión, no duerme, no come, no sale de su laboratorio por que siempre hay algo que hacer. Y por último, el "intrépido líder" prisionero de su cargo con más de lo que debería soportar sobre sus hombros, marchitándose por pesadillas sin recibir consuelo, esos son los papeles que deben interpretar, al menos así parece para sus allegados. Una pena que ni ellos mismos, ni su maestro, pueden verlo de tal manera.
En fin, regresando al comienzo, el maestro splinter se encontraba meditando a ojos cerrados en la confortable oscuridad de la habitación cuando gritos con el nombre de la joven Abril se escucharon a lo lejos. Splinter se levantó velozmente, Abril debería estar en la escuela, esto ha de ser una emergencia, corrió al laboratorio, de ahí venía el sonido, se topó con Leo en el camino, igual de alterado por el grito, ambos entraron y con tono alarmado preguntó qué estaba ocurriendo, grande fué su sorpresa al encontrar a una nueva visitante entre las tortugas.
-Abril, te extrañamos muuucho- cantó el pequeño Angello estrujando su cuerpo contra el de la morena en un apretadísimo abrazo.
-Tanto tiempo sin verte- le imitó el orejas rojas formándose en el abrazo dramáticamente. Raph, con ojos llorosos, envolvió a los 3 entre sus brazos luciendo con levedad una sonrisa. El único algo apartado de la celebración fué Don, no porque no compartiera la dicha de sus hermanos, si no que simplemente no tiene ganas de ser estrujado por el momento. Aby rió cálidamente, aliviada de que sus hermanitos estén sanos y salvos, devolvió el abrazo como pudo en vista de las circunstancias.
-Yo también los extrañé chicos- dijo con dulzura cuando el abrazo hubo concluido- ¿qué pasa Dee? no me extrañaste- bromeó la joven, conociendo al morado sabía a la perfección que a ratos evitaba los abrazos, Don bufó y rodó los ojos con una sonrisa amena, poco usual.
-¿Qué ocurre aquí?
-¡Sensei!- exclamó Donnie al notar la presencia de su maestro, oficialmente todos en la guarida estaban aquí, pero irónicamente el silencio no se hizo esperar. Aby miró a los muchachos, luego a sus contrapartes, luego a la rata y válgame, esa es una rata GIGANTE, waw. Donnie se apresuró a acercarse- es Abril, es decir "su" Abril- explicó apresuradamente.
-¿Cómo es posible?- preguntó Leo saliendo de detrás de la rata.
-N-no lo sé- contestó regresando la vista en busca de la respuesta. Aby acomodó sus gafas y se paró frente al sensei regalándole una reverencia.
-Soy Abril O'neil, maestro Splinter- se presentó, Splinter ladeó la cabeza y ella continuó enderezandose- llegué aquí porque los Draxum y Splinter de mi dimensión me enviaron a buscar a las tortugas.
-Abril, querida, no hay ningún Draxum en esta dimensión- corrigió Don desde su lugar.
-Ou, bueno, pero...ya?
-sí, sí, ya les contamos un resumen y todo
-A, muy bien, ejem, me enviaron a buscar a las tortugas con esto- sacó el cristal que el yokai le dió.
-¿A-a?- Donnie miró el pedazo de piedra semitransparente incrédulo, pero pronto supo disimularlo, no es la primera vez que trabajan con cristales. Splinter se pasó una mano por el rostro, al menos no era una emergencia. Don se aproximó y tomó el cristal de las manos de la joven.
-¿Y qué te dijo de esto?- la miró inquisitivo, sus ojos filosos clavados en los de la joven, Aby le sonrió.
-Que debes crear una máquina que lo canalice, entonces su hechizo sabrá con exactitud dónde estamos.
-Agh, cosas místicas, "fantástico"- gruñó sarcástico manoseando la piedrita azul- tendré que editar un poco los planos.
-Sí, sí, tú has eso- dijo Leon apartando a su gemelo- entonces ¿cuánto tiempo llevas aquí? Ósea, asumo que Drax te mandó por portal ¿cierto?-La joven asintió.
-Ya les contaré luego- contestó, Rafa y Mikey, que se habían seguían cerca del escritorio, algo apartados de la conversación, se quedaron mirando.
-Que amable es- opinó el pecoso.
-...Supongo- contestó Rafa.
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-Y nos agarramos a piñazos, conseguí la palanca y bajamos, ¿verdad Mayhem? Así fue como llegamos aquí- el animalito que la acompañaba asintió, Mikey observaba al pequeño Mayhem curioso, no distingue con exactitud lo que era.
-¿Te hicieron daño?
-No Raphie, tranquilo, ni un solo rasguño.
-¿Cómo eran los que te atacaron?- preguntó Leo, ahora se encontraban en la sala y Splinter había regresado a su meditación. La chica se tomó apenas un segundo para pensar en su respuesta.
-Pues, se veían desaliñados, tenían tatuajes de dragones y chaquetas pur... Nooo, ¿eran los dragones púrpura?- detuvo su explicación al caer en cuenta de que reunían características bastante similares, las chaquetas y los dragones son clave, al menos eso le decía su intención, aunque fuesen tan distintos le había atinado.
-¿Barrio chino?- preguntó Rafa, ella asintió- Sí, eran los dragones.
-¿Estás segura de que no tuviste problemas? Son delincuentes muy peligrosos- dijo Donnie preocupado, la joven le sonrió.
-No fué problema, tranquilo, además, tenía con qué defenderme- dijo señalando su mochila, ahí sobresalía el mango de su nuevo bate. Mayhem se acurrucó en el regazo de Don ronroneando, este le rasco un poco detrás de la oreja.
-Oye, ¿por qué a ti si te quiere?- susurró Raph no queriendo interrumpir.
-¿Dónde pasaste la noche?- Don lo ignoró por completo y preguntó.
-Oh, con un señor muy amable, Murakami.
- >:0
-Abril, no debes fiarte así de cualquier señor amable que te encuentres por ahí- regañó el gigante de rojo.
-¿Murakami?- dijo Mikey con una sonrisa- el es muy bueno y cocina muy rico
-Sí ¿lo conocen?
-Sip, desde hace tiempo.
-Que suerte que te hayas topado con él, de noche es muy riesgoso-dijo Leo.
-De todas formas, uno nunca sabe- continuó Raph cruzándose de brazos.
-Puedo cuidarme sola Raphie, incluso si no hubiese sido taaan bueno, un ancianito ciego que tiene un restaurante japonés no es la "gran amenaza" ¿o sí?
-Pues...
-Tranquilo Raph, lo importante es que ya está aquí, sana y salva- dijo Mike subiendo al caparazón de su hermano mayor de un brinco.
-Perdón, tienes razón.
-A Barry le tomará un tiempo volver a construir el hechizo, pero para entonces lo ideal es tener la máquina.
-Lo tengo, solo un par de arreglos, conseguimos las piezas y puedo empezar a construir.
-Dinos lo que necesitas y te lo traeremos- dijo Leon, Don asintió y siguió acariciando al perro-cosa tranquilamente.
-Perfecto, qué te parece si comemos algo delicioso para celebrar que estás aquí- dijo Mike abrazando a la chica una vez más.
-Mmm, muero de hambre- contestó sonriente. Angelo rió y brincó a la cocina.
-Espera, te ayudo- dijo su contraparte corriendo tras él.
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Hicieron pizza para almorzar, un clásico, conversaron un poco más sentados (o bueno, apretujados) en la mesa, cada vez eran más, simplemente es imposible meter a tanta gente en una sola mesa ¿saben? En especial una tan pequeña. Don fué el primero en levantarse, apenas se zampó su porción puso ambas manos en la mesa, se puso de pié y se excusó para poder ir al laboratorio. Si bien Raph lo regañó por descortés supo librarse y fué a trazar las correcciones a sus planos. Donnie realmente se debatió consigo mismo si ir o no con el, decidiendose por acompañarlo cuando terminara de comer.
El morado cerró la puerta tras de sí, su caparazón de batalla desplegó sus cuatro brazos y con energías renovadas reconstruyó los planos, cada tanto bajando sus gafas para explorar las propiedades del cristal. A veces cuando se pone así parece un loco desquiciado, hablando solo, moviéndose de aquí para allá a la velocidad en que su propia mente trabaja, esa sonrisa maniática, ese momento en el que saca lo mejor de sí y buena suerte a quien se atreva a interrumpir. Como sea, eso no pasó, ya la mayoría del trabajo estaba hecho y el éxtasis del momento duró extremadamente poco. Salió disparado del laboratorio saltando sobre su contraparte que ya iba en camino, se movía por las paredes cual araña y cuando estuvo sobre Raph puso los planos frente a sus ojos, tan endemoniadamente cerca que simplemente le era imposible enfocarlo.
-¿Qué opinas?-Oh no, está usando ese tono de voz.
-Perfecto Dee- sonrió Raph apartando un poco la nariz del papel, Don se afirmaba del techo con sus brazos mecánicos y una sonrisa extraña.
-¿Crees que los chicos puedan conseguirme un poco de esto entonces?- preguntó ladeando levemente la cabeza. Raph no tenía la menor idea de que hablaba, ni entendía qué clase de números raros, pero estaba siendo amable, sonaba casi melodioso, quizás qué cosa era para valer tal esfuerzo.
-Puees…-no quería contestar que sí ciegamente. Leon, que estaba sentado a un lado con Aby rió. Raph los volteó a ver buscando ayuda.
-¡¿Terminaste los planos tan pronto?!- Donnie regresó algo sorprendido, más aún al notar a su contraparte encaramado en el techo.
-Espera un momento- le contestó y volvió a Raph- Vamos Raphie, sí o no…
-Estee…
-Ya dile que sí, no hay a donde huir hermanote- rió la morena, Leon la acompañó.
-Em, claro Dee, lo que tu quieras- solo entonces Don bajó los planos del rostro de su hermano mayor dejando lucir su mueca risueña, mal augurio.
-Merci frère- dijo para luego regresar al suelo, Aby le quitó los planos en cuanto lo hizo.
-A ver…Muy bien, pero ¿de donde quieres que saquemos tanto Californio?
-¡¿Qué?!
-Son un par de gramos nada más, para prender las cosas.
-¿Californio? ¿Quieres usar energía nuclear?
-Naa, el cristal es compatible con mi diseño original, solo necesito una dosis de neutrones que reaccione con el-
-De donde vamos a sacar Californio 252!!
-No te paniquees…
-Por qué no usar un equivalente, algo más barato.
-Gasp* insinuas que este proyecto no vale un par de gramos de Californio?
-Nooo
- >:O, pero que falta de clase- se puso una mano en el pecho indignado.
-Don, tal vez podamos crear el canalizador con otro tipo de reactor- Dijo Aby, Donnie no pudo evitar poner toda su atención en ella, no es por hacer de menos a su Abril, claro que no, jamás haría algo así, jamás…pero ella nunca entiende estas cosas ni comenta al respecto.
-Lo sé, lo sé, pero un poquitito nada más.
-Vamos Dee, cuando lleguemos a casa podemos conseguirte un poco, ahora concéntrate- Don bufó- aquí pusiste que podemos tratar también con una fuente alterna siempre y cuando sea compatible con el cristal ¿no?
-Necesitamos mucha energía…¿Qué tal un poquito de uranio y plu-
-No, Don, no.
-Ustedes me limitan- acusó dramáticamente.
-Quizás…am.
-Mira, tu contraparte tiene una idea- El más alto escondió parte de su cabeza en el caparazón algo nervioso- ¿Qué opinas Donnie?
-T-tal vez un cristal Krang sirva, tienen una impresionante cantidad de energía, de seguro podríamos usar uno para potenciar la máquina.
-Genial!...¿qué son los Krang?- susurró la joven a su tortuga de morado, Don le contestó imitando el susurro.
-Aliens, pero en vez de ser del espacio son de otra dimensión.
-Aaaa…Perfecto, ¡hagamos eso!
-¡Que aburridos son!- gruñó el caparazón blando dejándose caer junto a la joven con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Aby apoyó su hombro contra el de Don.
-Estás muy loco a veces- rió, Don rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír. Donnie se sintió celoso de repente, pero no lo suficiente como para distraerlo de ese dejo de tristeza que aqueja su corazón maltratado. Hablando del diablo, Abril y Casey llegaron de la escuela, traían un par de pizzas para la cena (a pesar de que ya comimos pizza hoy les aseguro que no serán despreciadas).
-¡Ya llegamos!- cantó (mentira, gritó) el pelinegro saltando sobre los torniquetes de la entrada equilibrando las cajas que traía con una sola mano.
-Oh, "Viernes 13"- comentó Aby tras echar la cabeza hacia atrás para ver quien era.
-Mm, así que este era el chico raro del que nos hablaste- Rió Don imitándola.
-¡TÚ!- exclamó Casey al verla- ¡Eres tú! ¿Cómo llegaste aquí? ¿Qué?
-Hola- saludó cálidamente (cómo si no le hubiese recetado una hora al médico de una sola patada esta mañana)- ¿cómo está tu estómago?
-Este, yo, ¿cómo? ¿qué?- lucía más que confundido, Don soltó una carcajada dándole la espalda de nuevo.
-Tu eres la chica de esta mañana- dijo la pelirroja.
-Abril O'neil, de la otra dimensión por supuesto.
-Ou…
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Leon, en lo que los demás conversaban, se acercó a su gemelo discretamente, casi gateando en el piso, le pidió los planos y Don se los entregó sin problema diciéndole en silencio que los materiales necesarios estaban escritos en una lista al costado derecho de la cianocopia, Leon asintió y tan ridículamente como llego ahí se alejó, para luego ponerse de pié, sacudirse el polvo de las rodillas e ir al Dojo. Ahí, bajo el gran árbol, estaba su contraparte, arrodillado en el suelo con las manos sobre su regazo y los ojos cerrados. El orejas rojas se aseguró de cerrar las puertas corredizas al entrar y se hacerco cuidadosamente.
-Psss, Leo…Leeeeeooo~
-...mm?- el líder azul abrió los ojos lentamente- ¿Qué ocurre?
-Don terminó los planos- Leon se arrodilló frente a él y extendió el papel azulado sobre el suelo en su dirección- esta es la lista de materiales- apuntó.
-Ya veo, hay varias cosas que podemos encontrar en el depósito de chatarra…¿Californio 252?
-Eeeese está descartado, tu Donnie sugirió usar un "Cristal Krang" en su lugar.
-¿Un cristal Krang?- se notó algo alterado- esos son muy difíciles de conseguir.
-Bueno, al parecer no más que el Californio- rió, pero la expresión en el rostro del ojiazul no le inspiró tranquilidad-...¿qué?
-Pues, hubiese preferido que no tuviesen que toparse con el Krang, no son peores que destructor, claro que no, pero vencerlo esa vez fué suerte, tal vez al ir a la dimensión X no corramos con la misma suerte.
-Tranquilo hermano, no tienes idea de las cosas que hemos enfrentado en casa, aún no ves todo nuestro potencial- le sonrió, Leo hizo una mueca no muy seguro de querer verlo realmente.
-Bueno…¿qué más?
-Me parece que eso es todo, cualquier cosa rara ya nos dirá Dee donde encontrarla.
-Perfecto, podemos preparar una misión para esta noche y avanzar con la recolección.
-Ya rugiste- dijo Leon levantándose del suelo con los planos- sigue con…lo que sea que estés haciendo.
-Jmm, ¿no quieres intentarlo?
-¿El qué?- Leon detuvo su paso y miro a Leo, este palmeó el suelo junto a él con gentileza- ósea ¿meditar y esas cosas de viejo?
-Intentalo…
-...Bueno, algo bueno tiene que tener- se sentó junto a Leo en el lugar que le había señalado- ¿ahora qué?
-Ahora cierra los ojos y trata de no pensar en nada…-Leon suspiró e intentó hacer lo que le indicaba…
Es la primera vez desde que llegó aquí en la que realmente se detenía a "despejar su mente"...después de un rato comenzó a visualizarse en medio de un laberinto, abrió los ojos súbitamente espantado por la visión, pero no notó nada extraño, volvió a intentarlo y otra vez se vió en el mismo lugar, hizo lo mismo tres veces antes de rendirse e intentar ignorar el extraño panorama en su mente, debe ser solo su imaginación, debe ser eso nada más…¿que otra cosa podría ser?
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Se pone a saltar hasta que se rompe el piso y cae desapareciendo de la vista*
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