Desastre
-Leo...- ese nombre que tan bien conocemos fue pronunciado con voz embravecida, en un susurro, casi como un gruñido ronco, una advertencia.
-Si no hubiésemos tenido que parar por tu culpa los habríamos alcanzado.
-puedo cuidarme solo-siseo curvando su espalda como un animal furioso.
-No sin tus juguetes para protegerte-yyy el débil hilo de paciencia que sostenía la tensión acabó por cortarse. Los dos hermanos que habían permanecido al margen de la discusión se alarmaron en el instante en que se volvió pelea. La tortuga de morado, con sus puños abiertos en garras, no dudo un segundo en abalanzarse sobré él, claro que esto no explotó de la nada, habían estado así toda la semana, tal vez por unas cuantas derrotas, quizás percances menores que se iban acumulando, yo que sé, solo aparezco cuando algo fuera de lo común está por pasar. Parece que esta fue la gota que derramó el vaso.
Leon no se lo esperaba, un zarpazo de dos de las tres filosas garras que fueron hacia él quedó marcado en una de sus mejillas, solo cuando ambos cayeron al suelo por la fuerza en el agarre del atacante reaccionó a defenderse, lo apartó con una fuerte patada en el estómago y algo cegado por la adrenalina devolvió el ataque. Don recibió un puñetazo en el ojo pero cuand el siguiente golpe se avecinaba lo esquivó y forcejeo contra su oponente, el enredo de golpes y empujones terminó cuando el gigante rojo tomó a cada uno por el caparazón y los separó, dejándolos suspendidos en el aire para que de una vez se calmaran. El menor de los cuatro los observaba consternado, si bien no es la primera vez que pelean así, de hecho es muy raro, por lo general solo son insultos vacíos o bromas pesadas que terminan con ellos pidiendo perdón el uno al otro o algo así. Pronto y acompañado del ceño fruncido del hermano mayor los gemelos dejaron de retorcerse tratando de llegar al otro.
-No peleen ustedes dos, debemos permanecer unidos, mucho más ahora que los criminales lograron huir.
-Pe-
-No, la culpa no es de nadie, si quieren culpar a alguien que sea a quien contrató a esos tipos en primer lugar-Raph bajó con cuidado a ambos. ninguno estaba dispuesto a dirigirle la mirada al contrario- Tranquiiiiiiilos -canturreó- ¿saben? Aún es temprano, podemos salir a dar una vuelta.
-¿Podremos ir a cenar al restaurante del Sr. Hueso?- sugirió la pequeña tortuguita de naranjo acercándose al grupo.
-Buena idea Mikey ¿y? ¿ya están calmados? ¿Leo?
-mmm, seee
-¿Donnie?-el nombrado le miró por un momento y asintió. Rafa le sonrió alegre de que las cosas se calmaran por ahora. Leon tomó su odachi y lo meció en el aire formando un círculo perfecto, pronto un portal de colores celestes y blancos se abrió.
-De hecho ya me está dando hambre-suspiró dándole paso a los demás para que cruzaran el portal y así lo hicieron, por suerte Leon es ya casi un experto con esa cosa, sus portales son más precisos. Del otro lado y sin más dilaciones el grafiti de la entrada se mostró ante sus ojos. Rafa abrió la entrada y le dijo a Mikey y Donnie que se adelantaran y buscasen una mesa reteniendo a Leon un momento.
-¿que?- esperaba un sermón.
-Sí está feo...
-¿feo?- se hizo el ofendido.
-El corte Leon- Levantó su barbilla para mirar mejor- jmm, creo que necesitara puntos.
-¿queee?- se espantó, le quedaría una horrible cicatriz si así fuera, perdería su hermosa cara que lo tiene tan orgulloso.
-jeje, relajate no es para tanto, pero habla con Donnie y limpia la herida-comenzó a caminar con él.
-No se que le pasa, está loco, completamente desquiciado.
-¿Quien?
-¡Donnie! me atacó de la nada.
-Llevas toda la semana molestandolo, se veía venir.
-Yo no le he hecho nada.
-Leo, a veces no te das cuenta de lo que haces- El orejas rojas se limpiaba la mejilla con un pedazo de gasa de los que guardaba en el bolsillo a su costado. Su rostro mostraba confusión y algo de molestia pero descartaría las palabras del gran rojo ni planeaba contradecirlo más...hasta que- Discúlpate con él.
-¿Disculparme? ÉL ME ATACÓ, Rafa, no se si lo viste, él tiene que disculparse, no yo.
-Leonardo.
-...
-Arreglalo.
-...BIEN
-bien ^^- Los otros dos ya habían encontrado una mesa, Angelo se sentó cerca de Donnie como gatito de terapia porque seguía algo agitado. Esperaron que les atendieran, no habían podido ver a su buen amigo aún, donde se había metido esa bolsa de huesos tan elegante. Cuando la espera se prolongó comenzaron a preocuparse pero para su suerte el yokai se apareció.
-Buenas noches huesitos, creí que estabas tomando una siesta bajo tierra o algo así, no se como duermen los esqueletos.
-Muy elocuente como siempre, pepino- es claramente sarcasmo- pero no, tengo mis propios problemas y estaba ocupándome de ellos. Asumo que pedirán lo mismo de siempre, estoy falto de personal otra vez así que no tarden en elegir.
-Si, lo mismo de siempre por favor- contestó Raph.
-bien- el yokai estaba a punto de irse cuando la tortuga de franjas lo detuvo.
-Huesitos, tienes una cosa rara aquí- señaló por sobre su hombro, Huesos imitó el gestó sin saber a qué se refería, lo que tenía pegado como una babosa a su hombro era un tipo de caracola, estaba opaca y sin vida. Huesos frunció el ceño y rompió la caracola con cierto nerviosismo, este gesto no fue pasado por alto- oye ¿que tienes?
- me temo que tal vez me metí en más problemas de los que debería.
-¿qué ocurrió?- preguntó consternado, después de todo este yokai cascarrabias ya es un amigo de la familia, si necesitaba ayuda con algo podía contar con ellos. Huesos suspiró, no quería meter a las tortugas en problemas que consideraba suyos, sin embargo le contestó a modo de advertencia.
-Hay una bruja extraña en ciudad oculta que vino aquí hace poco, accidentalmente uno de mis empleados derramó comida sobre su vestido, se ofendió y a estado poniendo el hechizo de la caracola sobre ellos, y sobre mi al parecer, pero soy inmune a los trucos de hechicería donde se necesita un corazón para infectar. No se metan con las brujas y si ven una de esas avísenme de inmediato, ahora, tengo más clientes, con permiso- se despidió.
Los hermanos se miraron entre ellos un momento algo desconcertados, ¿que? una bruja de la nada empieza a poner hechizos aquí y allá por un pequeño percance, la verdad es que no habían visto a ningún trabajador, eso definitivamente afecta el negocio, y afecta las pizzas, eso está muy mal ¿no? Ejem.
-Creo que tenemos una nueva misión al final del día.
-no estarás pensando en ir detrás de una bruja.
-¿qué pasa Dee? te dan miedo las brujas- comentó Leon recargándose en su asiento. Donnie le dirigió una mirada asesina pero Rafa continuó.
-No nos hará ningún mal ir a ver de qué se trata, pedirle disculpas de la manera apropiada y tal vez así deje de causar problemas aquí.
-Sí, huesitos se ve muy cansado.
-pero es muy tarde, si esto resulta un conflicto temo que no podamos-
-¿puedes rastrear el hechizo?
-emm, sí?
-entonces seguiremos su rastro después de comer-sentenció Rafa entusiasmado por la nueva cruzada. Leon le mostró su aprobación. Mikey ladeo la cabeza mirando a su hermano de morado, no se veía para nada convencido de que fuera una buena idea y es verdad que están algo cansados por todo lo que habían hecho en el día. Iba a hablarle pero las pizzas llegaron y también moría de hambre.
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Ciudad oculta, tan esplendorosa como siempre, luces de todos los colores iluminaban esta enorme ciudad subterránea, hogar de criaturas de todos los tamaños y formas, tal era su inmensidad que incluso con las muchas aventuras que hayan tenido en ella seguía siendo todo un misterio. Don marcó el rastro del hechizo, sugirió que debían empezar a buscar aquí inmediatamente para no perder tiempo, desde un punto lo suficientemente alto como para divisar toda la ciudad calibró su gafas al mayor rango posible, solo esperaba que no fuese un hechizo común, porque de ser así sería imposible hallar a la bruja de la que huesos hablaba.
Para su suerte el rastro era claro y único, tenemos a una hechicera muy original con nosotros, y claro, su pista los llevaba directamente al pueblo de las brujas.
-Ahí es- apuntó a la distancia, Raph siguió la indicación con la mirada.
-Bien, en marcha entonces- Así como indicó los cuatro hermanos siguieron el trazo que la magia dejó atrás, las calles del pueblo estaban casi desiertas a estas horas, sin embargo prefirieron no llamar la atención trasladándose por los tejados.
-Ahí- Don volvió a apuntar, esta vez a una casona construida de madera oscura y cubierta de un moho muy característico de esta zona, el interior parecía estar iluminado por luces verdosas por como esta se filtraba por las ventanas.
-¿Deberíamos tocar?- Rafa se aproximó a la puerta con su hermanito menor en la espalda y con los otros dos a su lado.
-Claro que sí, no seas descortés Rafa-le regaño Mikey asomándose por sobre su hombro como si fuese su conciencia. El gigante rojo asintió y golpeó la puerta respetuosamente y espero a que alguien viniera pero nadie les abrió, repitió el proceso varias veces con un poco más de intensidad cada vez pero no pasó nada-jmm, tal vez no esté en casa.
-tal vez...
-no, está aquí.
-Deberíamos entrar de todas formas a saludar a la dama
-¿que? ¡Leo!- muy tarde, Leon creó un portal al instante justo en la puerta, fue como si hubiese cortado la madera y se viese el interior a través del agujero (o en este caso, el aro de luz).
-Después de ustedes caballeros...y Donnie.
-ou, bueno, solo echaremos un vistazo y nada más, tal vez se cayó- Rafa y mikey entraron cautelosamente, Don en cambio se quedó afuera del portal un momento.
-oye, el portal se cierra cuando yo paso por él, así que entra a mover las patitas- Don seguía sin intenciones de hablarle pero hizo una excepción.
-tengo un mal presentimiento...-susurró atravesando el portal. Leo alzó los hombros y no le tomó importancia. A sus ojos no era nada que no pudiesen manejar.
La casa era sin duda peculiar, en su interior las paredes se estiran hacia arriba hasta el punto de que era posible divisar el techo, así mismo lo hacía el pasillo frente a ellos, la ausencia de muebles causaba un vacío espeluznante y el crujido de la madera bajo sus pies les causó escalofríos.
-¿Holaaaa? ¿señora bruja? no queríamos entrar sin permiso pero debemos hablar con usted- silencio es lo que recibió en respuesta, pero pronto un sonido de algo caer llamó su atención, de ahí. si, en el fondo del pasillo, las luces verdosas se escurrían por las rendijas de una puerta torcida.
-¿Rafa?- el menor ya estaba empezando a asustarse y sinceramente preferiría volver otro día de ser posible. Rafa puso su dedo índice en sus labios pidiendo silencio y se acercó hacia la puerta, abriéndola lentamente con mucho cuidado de no hacer ruido. Del otro lado, se alzaba la figura de una mujer alta y delgada misteriosamente extraña, era una pequeña sala o taller abarrotado de artefactos de formas irreconocibles, varios canastos apoyados en las paredes contenían caracolas grises iguales a la que huesos traía en el hombro, la mujer tomó unas cuantas y las sumergió en un líquido espeso que reposaba en el centro de la habitación, de ahí es de donde venía esa luz. Pronto estas caracolas opacas tomaron un color verde fosforescente y ese mismo brillo.
-Les dije que estaba aquí-susurró Donnie.
-Definitivamente es la bruja-agregó Leon.
-No espíen y vengan a ver- La mujer habló de la nada y era más que claro que se dirige a las tortugas- los cuatro se sobresaltaron pero después de un par de segundos decodificando lo que la bruja dijo el gigante rojo abrió por completo la puerta, Mikey se bajó de su caparazón y se puso alerta.
-perdone que hayamos entrado de esta manera tan grosera.
-vinieron a robar mis preciosas caracolas verdad- la voz de la bruja estaba hueca y cuando volteó a verlos su esquelético rostro era digno de una película de terror.
-No no no no, nosotros solo vinimos a...-no pudo terminar la frase porque de pronto la bruja les lanzó las corazas con hechizos, evitaron esas pequeñas balas ágilmente sin saber exactamente qué hacer. ¿Pelear? ¿tratar de razonar con ella? solo una cosa era segura, estaban en problemas otra vez.
-¡No está escuchando Rafa!- mencionó Don escapando de igual manera, era un espacio muy reducido como para pelear en él, debían hacer una retirada estratégica- ¡tenemos que salir de aquí!
-No, claro que no- Leon decidió dar el primer contraataque y creó tres portales con ayuda de su arma, para la bruja no fue una sorpresa pero aún así le era difícil apuntar con el azul saltando entre ellos. El orejas rojas dio una patada a la mujer directo en el rostro haciéndola retroceder y que soltara las caracolas. Iba a decir algo, tal vez un chiste o un comentario pero la mujer se incorporó velozmente sin darle tiempo, tomó un cesto con las mismas caracolas y lo lanzó al agua extraña sin perder tiempo.
-¡Leo! ¡Cuidado!- escuchó a Rafa un segundo antes de que este lo cubriera con su cuerpo, las caracolas embrujadas salieron disparadas por el aire como proyectiles, sin embargo estos chocaron contra los otros dos menores y más de una impactó en el caparazón del mayor, el de franjas reaccionó, no había notado la desventaja en la que se encontraban, formó un gran portal y empujó a Rafa por él, la bruja intentó una vez más atacar pero rápidamente hizo lo mismo con Don y Mikey, parecían aturdidos.
-No escaparán del hechizo, no importa donde vayan.
-¡Púdrete!- Leon escapó por su propio portal sin intenciones de escucharla siquiera, no sabía aún que hacía ese hechizo, podría preguntárselo a huesos pero por ahora solo quería ver que sus hermanos estuviesen a salvo.
Curiosamente, a diferencia de sus otros portales, cuando lo atravesó todo su mundo se tornó oscuridad, se sentía helado y vacío, de pronto su corazón pareció latir a 1000 por hora, flotaba en el espacio solo escuchando su respiración...después de unos segundos eternos una extraña fuerza lo atrajo por la espalda, seguido de un juego de luces encandilantes y un sonido que se incrementaba tortuosamente, creyó que se desmayaría pero justo en ese instante su caparazón tocó tierra.
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-aagh- soltó un quejido, su cabeza le daba vueltas, estaba timbrado en el suelo boca arriba pero aun así no podía ver las estrellas, era como si el hermoso cielo nocturno fuese reemplazado por una capa negra de tupidas nubes grises, tal vez se oscureció o llovería pronto, es muy extraño pero no tiene idea de que hora podría ser, tal vez las 2 de la mañana, un poco más tarde o un poco más temprano. Un horrendo olor llegó a sus fosas nasales y se levantó algo asqueado, miró a su alrededor, paredes igual de grises que el cielo se alzaban a ambos lados de su cabeza, apoyadas en estas paredes se veían contenedores de basura, tuberías, escaleras, sip. Callejón, como es que se las arreglaba para terminar en callejones sucios casi todos los días por razones completamente diferentes. Se levantó algo mareado, su espada estaba tirada a pocos metros de él, así que la recogió y la regresó a su lugar en su espalda, le dolía el cuerpo, seguramente fue una caída desde más arriba de lo que pensó, se pasó la mano por el rostro con intención de despejarse pero eso solo hizo que el ardor del zarpazo en su mejilla volviese a despertar- ay, no es cierto- ya lo había olvidado, ahora debía pensar en otra cosa para que se le pase...un momento ¿Qué hace aquí? se suponía que el portal los llevaría a casa ¿Dónde están sus hermanos? definitivamente no estaban aquí con él- Tranquilo Leon Neon, no entres en pánico, no seas Rafa- sacó su celular y por suerte prendió a pesar de tener la pantalla trizada. Llamó a los tres, los llamó a todos incluso después de darse cuenta de que de hecho no tenía señal, presionó el botón de emergencia en su cinturón pero el artefacto no dio luces de vida- Agh, ¿además Donnie me dio uno defectuoso?- claro que no, seguramente se estropeó con la caída o simplemente no sabe a quién enviarle la señal de emergencia por esa misma falta de conexión.
Después de una respiración profunda decidió escalar uno de los edificios y así tener una mejor vista para orientarse, lo que vio después lo sorprendió de una manera no muy agradable. Su mandíbula cayó sin poder evitarlo, podía ver a la dama libertad, si, reconoció un par de calles y edificios, sí, pero no, no, no, esta no es la Nueva York que conoce, es completamente diferente, es como si la hubiese pasado por un filtro depresivo y un vertedero antes de volver a ponerla en su lugar. No escuchaba el movimiento, incluso a estas horas NY es la ciudad que no duerme, falta luz, ¿Dónde están los colores? ¿la música? parecen un recuerdo irreal comparado a lo que sus ojos presenciaban, solo pensarlo lo ponía...triste...NO ES MOMENTO PARA ESO.
Definitivamente sus hermanos no estaban a la redonda, ni siquiera sabía si habían llegado al mismo lugar que él, ¿Qué tal si es el único en este mundo opuesto? y junto con eso va la preocupación de ¿Cómo va a volver?
-¿dónde estoy?- suspiró más que nada para sí mismo, sintió haber perdido sus cosas más importantes en un segundo, de la nada, sin avisos o advertencias.
Escuchó voces no muy lejos y se agachó a pesar de estar en la altura, se asomó lentamente por el borde de la azotea, las voces se hacían más fuertes. cuando estuvieron a la vista sus ojos se abrieron como platos ¿tortugas? ¿más tortugas?
-¡No corras enano!- escucho a uno gritar mientras perseguía a otro con ojos asesinos y los puños apretados en el aire, lucía furioso. Una tortuguita apenas unos centímetros más baja que él corría como gallina sin cabeza sin apartarse del grupo pero siempre a un par de metros de la bola de furia. A pesar de eso parecía divertirse porque reía a carcajadas.
-ya basta chicos, tenemos que llegar antes de que el sensei se preocupe- Dijo otro de ellos levantando la tapa de alcantarilla que estaba en el centro del callejón, con una voz serena pero firme.
-Buena idea-dijo el pequeño que corría brincando a la alcantarilla en cuanto la tapa no estuvo en su camino.
-No te vas a escapar tan fácil- gruñó su cazador siguiéndolo, el más alto suspiró y bajó de la misma forma, el último en bajar se aseguró de regresar la tapa a su lugar como si nada hubiese pasado ¿a quienes le recordaban? jmm, ni idea. Bajó de su refugio en la altura y se paró junto al pasaje por donde esas nuevas tortugas se habían ido.
Tal vez ellos puedan ayudarlo, por alguna razón sentía que los conocía de algo...va a seguirlos un rato hasta saber si son de fiar.
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Segunda versión, segunda opción, buenas noches...
se va*
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