capítulo 9
No pude pegar ojo en toda la noche. En cuanto volvió la luz y ambos nos fuimos a la cama tome de nuevo el informe del primer caso que encontré en el psiquiátrico. No supe nada más aparte de lo que ya había leído, o porque faltaban hojas o porque lo que las sobrevivientes estaban demasiado quemadas como para poder sacar palabras con sentido. Al ver que era inútil lo deje.
Estuve pensado más fríamente sobre la historia que me contó. Tenía sentido su explicación con respecto a las habilidades y cómo es que me conocía, aunque aún tenía preguntas. ¿Si todo eso era verdad? entonces yo no era humano, al menos no uno de verdad. Había sido un experimento de una raza alienígena llegado a la tierra para destruirla. ¡Algo de locos!
Al llegar las 8:00 me levante, estaba harto de estar en la cama sin poder cerrar los ojos, pensé que me vendría bien despejar la cabeza con un poco de aire fresco.
Nada más salir de la habitación, vi las luces del salón encendidas y me acerque. Encontré a Sachiko tumbada en el sofá con una taza de café con leche y su portátil, al ser las 8:00 de la mañana pensé que estaría en clase, ella al verme me saludo con su típica sonrisa. Aun llevaba en pijama de invierno, con estampado de manchas y unos ositos morados en el borde de la camisa, tenía el pelo arreglado en un moño desaliñado, pinta de que no hacía mucho que estaba despierta, ni siquiera me di cuenta de su movimiento por la casa. Realmente estaba perdido de todo lo que pasaba a mi alrededor.
-Hoy te has levantado temprano- me dijo dejando la taza en la mesa y reincorporándose
-Sí, no podía dormir ¿Y tú? pensé que estarías en clase- dije acercándome hacia ella
- Hoy tengo las clases un poco más tarde, asique decidí aprovechar para repasar la clase de hoy.
Se incorporó quedando sentada en el sofá y dio unas palmaditas al sitio libre a su lado para que me sentara. Accedí a su gesto y fui con ella.
- ¿Mala noche? ¿Pesadillas?- me pregunto
- Demasiadas cosas en la cabeza- respondí evasivo
-¿Sabes lo que hago cuando estoy tan frustrada con cosas de la vida?- Decía mientras cerraba su portátil y se levantaba hasta la televisión, abrió uno de los cajones del mueble y sacó dos mandos- Una partida a Mario Kard
- ¿Mario Kard? ¿Qué es eso?
- ¿¡No sabes que juego es?! - preguntó como si le ofendiera mi pregunta
-No
Rápidamente tomó asiento a mi lado, me pasó uno de los mandos y me dijo:
- Amigo, necesitas jugar a esto. ¿Acabaremos odiándonos el uno al otro? ¡Probablemente!- dijo riendo
- Yo no te odio Sachiko - dije con toda sinceridad
Vi como sus ojos se abrían y como sus mejillas se ponían ligeramente rojas. Luego se rio.
- Bueno no odiar como tal, sino, un tipo de odio amistoso
No sabía a qué se refería con eso, pero no me dejo decir nada más. Empezó a manejar las opciones de juego y a explicarme el manejo del mando. Era la primera vez que sostenía un aparato de este calibre, de hecho no he sostenido muchos aparatos electrónicos, por los que la mayoría, como la tostadora, el microondas, el aire acondicionado o incluso la aspiradora, tuve que ingeniármelas para saber su funcionamiento. Para eso siempre la mirada, no quería levantar sospechas innecesarias, tipo: ¿Cómo un chico de 21 años no sabe encender una aspiradora?
Tuvimos que echar unas partidas de práctica para que supiera cómo desenvolverme con los botones y en todas esas Sachiko me ganaba, pero algo que se volvió una costumbre desde que vivimos juntos, era que prestaba mayor atención a cómo ella hacía las cosas, miraba sus dedos y como manejaba el mando. Parecía uno de esos animales que aprenden todo lo que ven hacer a sus madres. Miraba y analizaba todos sus movimientos para luego tratar de hacerlos yo.
Pasamos media hora practicando y solo hizo falta ese tiempo para volverme igual de bueno que ella, incluso mejor.
- ¡No puede ser! ¡NO otra vez!- la escuche quejarse
- ¡Volví a ganar!- le sonreí orgulloso
- ¡Eres un mentiroso! ¡Dijiste que no sabías jugar!
-Y no sabía, pero una vez le pillas el truco es fácil- la mire burlón
- Egocéntrico- hizo un puchero- ¡Te hecho la revancha!
Perdí la noción del tiempo que estuvimos jugando, en verdad este juego era divertido, y como Sachiko dijo, llegamos a sentir ese odio amistoso el uno por el otro. Fue muy divertido y me hizo olvidar todo lo que me preocupaba aquella noche.
La alarma de su móvil fue lo que nos hizo salir de la partida reñida que estábamos jugando. Era la alarma que decía que faltaba poco para la primera clase de Sakicho, asique aunque me fastidió un poco dejar la partida a medias, no nos quedó de otra. Ella fue a arreglarse y cuando volvió ya vestida se despidió y se fue.
Mire la hora en el reloj de la sala, 11:00, aún faltaba una hora hasta las 12:00 asique decidí seguir jugando un poco y mejorar mis habilidades, para luego echarle la revancha. Pero como si fuera cosa de magia, eso ya no me ayudaba. Estar en ese silencio hizo a mi cabeza sumirse en el mundo onírico y pensar nuevamente en ese tipo.
No podía mas, apague todo, me vestí y salí de la casa rumbo al psiquiátrico. Lo esperaría el tiempo que fuera necesario, pero necesitaba ir ya.
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Llegué al claro donde se imponía el edificio en ruinas, seguía igual desde la última vez que estuve aquí. Mire a mi alrededor pero no había nadie, mire mi reloj de mano, 11:45 aún faltaban 15 minutos hasta la hora punta. Decidí esperarlo apoyado en una roca a mi costado. No llegue ni a caminar cuando escuche una voz a lo lejos.
- Vienes temprano
Mire a mi alrededor pero no vi a nadie.
-Aquí arriba
Levante mi cabeza, me deslumbre por el sol. Me cubrí con mi brazo para evitar la luz, pude ver como una silueta estaba posicionada en lo más alto del edificio, solo fueron unos segundos antes de que saltara desde el risco hasta el suelo. Callo de rodillas y se levantó como si esa caída solo hubiera sido un pequeño salto.
- ¡Key! ¡Llegas pronto! ¿Tantas ganas tenías de verme?- dijo con una deslumbrante sonrisa mientras se acercaba a mí.
-¿Por qué me llamas Key?
-Porque es tu nombre, Key
-Agg lo que sea, y no te flipes, no he llegado antes por nada especial- dije frío
- Si, ya- sonrió burlón, no creía, o no quería creer lo que le había dicho. Lo peor de este tipo es que encima sabe a la perfección lo que transmite y cómo su presencia me ponía en alerta- ¡Bueno! tendrás muchas preguntas, me siento generoso, adelante di tu primera pregunta
- ¿Contestaras así sin más? ¿No pondrás condiciones?- conocía lo suficiente a este tipo como para saber que no era de los que daban cosas gratis.
- Naa, por esta vez lo dejo pasar. Tómalo como un favor de hermanos, por los buenos tiempos.
No quería indagar más si era verdad o no lo que decía, suponía que debía aceptar antes de que se arrepintiera de su "regalo"
- Encontré un perfil en el archivo de este psiquiátrico, Decía que había habido un 1º sujeto AArojo en el año 1998. Ese sujeto presentaba habilidades e hizo una masacre en 1999, matando a todos los residentes y médicos del lugar, luego desapareció ¿Fuiste el primer paciente AArojo del psiquiátrico Deva?
- Veo que si encontraste mi expediente, buen muchacho ¿te lo deje difícil?- sonrió
- ¿Qué quieres decir con eso?
-Ah ah una pregunta cada vez, no seas avaricioso hermanito- regaño con tono juguetón- Si, fui el primer sujeto de experimentación conocido como Alerta Amena roja.
Bien, una cosa estaba confirmada. Según su expediente puede ser esquizofrénico o tener doble personalidad, lo que era igual a estar como una cabra, ser impredecible y matar algo sin pensarlo. No conocía qué clases de habilidades poseía, el expediente estaba quemado en su gran mayoría y no pude descubrir muchas cosas de él. Lo que me llevaba a mi siguiente pregunta ocasionada por su revelación.
-¿Que quisiste decir con dejármelo fácil?
- Simple, yo fui quien dejó ese expediente hay para que lo encontrarás. Obviamente no todo, solo algunas cosas irrelevantes de mi persona, seria aburrido conocerme por un atajo de papeles o exámenes médicos.- se rio a carcajada
O sea que el hecho de que la mayoría del informe estuviera calcinado, no era casualidad. Este tipo era más inteligente de lo que aparentaba, no sabía de lo que era capaz o si tenía las mismas habilidades que yo. Según su historia fuimos creados iguales ¿eso también agrupaba a los poderes?
Quería preguntárselo, pero viendo que se había tomado las molestias para borrar cualquier pista, decidí que era una pregunta tonta.
- ¿Cómo me encontrarte?
- No fue tarea fácil, mis poderes estaban débiles y una vez recupere la memoria y sabía que tenía que hacer, tu aun no habías al cazado el 100% de tus habilidades, por eso me fue imposible saber dónde estabas. Pero, hace un mes, sentí una enorme cantidad de energía. Fue el día donde te escapaste de ese lugar- se giró para mirar el edificio en ruinas- ¡En ese momento sentí toda tu fuerza! ¡tu energía me recorría las venas! Llegue tan pronto como pude, ¡no quería perderme ese espectáculo! ¡Fue maravilloso! ¡los gritos de horror! Sus caras de desesperación y miedo! ¡FUE FANTASTICO! ¡Y como destrozaste el cráneo de ese medico con un hierro y tus propias manos! ¡AAAAH ESO FUE LO MEJOR!- su expresión maniática y apasionada , junto con esa sonrisa, me dio repelús- Pensé que habías recuperado tu memoria, pero fue un chasco cuando descubrir que aún no recordabas nada, bueno, tampoco era malo, al menos conservabas tu lado psicópata.
Reconozco que todo lo que dijo no me hizo sentir el más mínimo remordimiento. Se lo merecían, eso y más.
- Pero, dudaste, y eso ocasiono que casi murieras- su tono había cambiado a uno más calmado- no puedes dudar Key, nosotros no pensamos, actuamos- me miro serio- pensé que ese era tu fin, realmente pensé que te irías ¿y sabes qué? No me importaba. Si morías o vivías no era algo que me preocupara en lo absoluto, yo seguiría con lo mío. Echaría de menos nuestras masacres juntos, pero nada más.
Fruncí el ceño. Este tipo, habla de cariño fraternal, pero realmente no le importa nadie más que él mismo.
- Pero, ese día tuviste suerte. Esa niña te encontró, tirado, mal herido y bajo la lluvia. Como alma que se cree buena, te recogió de tu miseria.
Mi expresión cambio cuando supe que había visto como Sachiko me ayudo.
- Te llevo a su casa, te cuido y llamo a los médicos para que te salvaran la vida, Irónico ¿no? Escapas de un atajo de médicos que te maltrataron durante años y te encuentras siendo salvado por una estudiante de medicina JAJA- Su tono de voz había cambiado tan rápido como había nombrado los sucesos que implicaban a Sachiko. Frio, seco, molesto, todo ocultado por su risa psicópata. Estaba claro que la odiaba- ¿Y sabes que es lo que más me molesta de todo esto, Key?- giro su cabeza hacia un costado mientras sus ojos se empequeñecían, muestra de la demencia que había en su mente- Que desde que la conoces, ya no piensas en matar.
Me sorprendí. Era verdad, ahora me daba cuenta.
Baje la mirada al suelo. Desde que empecé a convivir con ella, no he vuelto a pensar en matar a los que sobrevivieron. Todos mis deseos de venganza se desvanecieron, desaparecieron desde que la conocí. ¿Era por algún motivo? ¿Era porque me mantenía ocupado?
- Parece que te acabas de dar cuenta
Volvía a mirarlo
- Es triste, pensé que eras más fuerte que eso- dijo burlón- ¡Pero no te preocupes, aún hay tiempo de arreglarlo!
- ¿Qué quieres decir?
- ¡Tú hermanito mayor te ayudara a llevar a cabo tu ansiada venganza!
Abrí mis ojos.
- Sé dónde se hospedan el sargento Ray - dijo con una sonrisa- ¿No quieres saldar deudas?
La ira recorrió mis venas y los recuerdos de mí pasado se hicieron tan vivos que podía sentirlos. Tantos años de pruebas, echar la vista gorda o dejar hacer, cuando sabían que era peligroso, todo me llego de golpe. Abrí mis ojos, solo sentí las ansias de venganza que hacía tiempo no sentía.
- Esa es la mirada que buscaba- sonrió victorioso.
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