Capítulo 8
Tras el momento de lucidez y darse cuenta de la cercanía del sujeto, lo empujo con fuerza para alejarlo.
-¿¡Quen eres?! ¿Y como sabes eso de mí?- dijo Shin con un tono nervioso pero manteniendo su amenaza
El chicos sonrió, metió sus manos en los bolsillos y empezó a dar vueltas por la habitación despreocupadamente.
- Bueno, digamos que tenemos muchas cosas en común, amigo mío.
Shin lo siguió con la mirada mientras iba hacia el sofá, se sentó, se tumbo y comprobó su comodidad, al parecer no le gusto, por que volvió a levantarse y seguir mirando el salón.
- Estaba esperando este momento, el momento de tu despertar, de tu liberación. ¡OH! ¡lo anhelaba tanto! - dijo con tono placentero
Shin sin paciencia, agarro al chico por la chaqueta y lo elevo hasta quedar sus miradas una con la otra. Los ojos azules de Shin brillaban con amenaza, controlándose para no tirarlo por la ventana y clavarle miles de cristales en el cuerpo.
-¡Habla!-gruño
El desconocido seguía sonriendo, sin un atisbo de miedo o de retroceder. Llevando sus manos hasta las de Shin, le dio palmaditas leves.
-Tranquilo, no vengo a pelear- dijo con tono calmo, manteniendo su sonrisa
Shin se enfureció más por esa actitud. No sabía quién era ese tipo y como lo conocía, pero tenía que terminarlo, aquí y ahora.
Sus ojos comenzaron a brillar de una manera extraña, justo como lo hicieron cuando hipnotizó al hombre de negro en el psiquiátrico. Hubiera preferido deshacerse de él con sus propias manos, pero eso traería miradas curiosas hacia su persona, o peor aun, hacia Sachiko. Así que opto por la opción del accidente.
-Escucha con atención maldito, no se quien eres o lo que quieres, pero no pintas nada en este sitio. Así que sal fuera, ponte en medio de la carretera y haz que te atropellen. ¿Me escuchaste?
Un silencio inundo la habitación. Shin soltó su agarre. El chico retrocedió y se balanceo un poco por la pérdida de equilibrio. Acto seguido levantó sus brazos y comenzó a andar pesadamente hacia la puerta.
Su hipnosis estaba en funcionamiento, y en poco tiempo ese molesto problema se habría desvanecido. Aunque tenía curiosidad por quien era, su presencia y el extraño fuego rosa que creo no le daban buena espina, era mejor eliminarlo antes de que fuera un peligro.
- BLAAAA, SI MAESTRO
Grito de pronto el chico. Seguía caminando como zombie por la sala hasta la salida, sus ojos viscos y su lengua fuera.
Algo desconcertante, cada caso de hipnosis es diferente, algunas reacciones eran raras, esta la que más. Lo vio perderse por la puerta de salida.
Se acercó a la ventana que daba a la calle, tuvo que esperar unos segundos hasta que lo vio salir por la puerta, de repente el sonido de un camión acercándose llamó su atención. El conductor parecía distraído, llevaba unos grandes cascos de música y aporreaba el volante con ritmo, como una batería, era joven de aproximadamente 23 años.
El chico extraño se paró justo en medio de la carretera. Perfecto, todo sucedería como un accidente y nadie sospecharía de nada, se libraría de esa molestia extraña y evitaría cualquier otra intromisión indeseada cerca de la casa de Sachiko.
El conductor seguía inmerso en su actuación improvisada mientras cada vez estaba más cerca de la posición del pelirosa. Shin sonrió victorioso, volvió a mirar al intruso y no sabía porque sentía que algo no andaba bien.
Justo cuando el camión iba a pasarlo por encima. El chico giró su cabeza rápidamente, su ojo derecho fijo en el camión, brillo con luz amenazadora y seguido de eso, una especie de onda de choque fortísima hizo al camión descomponerse parte por parte mientras estas volaban lejos, alguna cayendo en la carretera contraria, otras estrellándose en parques, cortando un árbol de un solo golpe o incrustarse profundamente en edificios y casas.
Las luces del apartamento de Sachiko se apagaron por la onda, todo el barrio y la ciudad se quedaron completamente a oscuras. Shin estaba estupefacto, volvió la mirada al chico y vio como este le miraba con su ojo rosa brillante, directamente a los ojos, un escalofrío de miedo y terror le recorrió toda la espalda. Y fue tras solo un parpadeo, que el chico desapareció.
Se acercó a la ventana, miro por todos lados, pero ni rastro de él. Había desaparecido.
Se alejó rápidamente de la ventana aún en estado de shock. No podía creer lo que acababa de ver.
- Me decepcionas Key
La presencia de aquella voz le hizo dar un salto hacia un costado chocando con la televisión y casi tirándola hacia atrás.
Allí estaba, recostado en un sillón, él extraño chico que acababa de desmontar un camión y dejar sin luz a toda una ciudad con una sola mirada.
- ¿Enserio creías que ese truco funcionaria conmigo? JAJA ¡QUE GRACIOSO!- pronunció con soberbia
Si hubiera podido dar un paso atrás, seguramente su cuerpo hubiera retrocedido. Pero su orgullo y probablemente, algo de miedo, no le dejaron hacerlo.
-¿Que eres?
- Podría hacerte la misma pregunta Sasuke. ¿Qué eres?- preguntó mirándole directamente a los ojos con serenidad y profundidad- Una sutil, a la vez que molesta pregunta, si.
No sabía quién era este chico, pero parecía tener capacidades extrañas como las que él poseía, ¿Eso significaba que no era el único con estas habilidades?
- Esas habilidades extrañas que poses ¿son de nacimiento? ¿naciste con ellas?- preguntó con la voz alzada.
- Sip- contestó mientras se miraba sus largas uñas, como si la pregunta fuera normal.
- ¿Quién eres? ¿Cómo es que me conoces? -siguió preguntando
- Somos hermanos después de todo, como no conocería a mi pequeño hermano- sonrió libidinoso alzando al fin su vista de sus uñas hacia Shin
De nuevo Shin se quedó paralizado, ¿hermano? él no tenía ningún hermano.
- ¿De qué hablas? tú y yo no somos hermanos
- ¡Claro que si!- grito feliz mientras se levantaba del sillón y se acercaba a él- Bueno no como esa horrorosa e inútil linea sanguínea o lazo familiar por copulación, ¡blag! ¡quita! ¡quita!- decía mientras hacía gestos de asco y movía la mano de izquierda a derecha como negación- Nuestro lazo es mucho más especial y magistral que esas cosas mundanas- dijo estando a pocos centímetros de su rostro.
El chico llevo su mano izquierda a la mejillas de Shin sorprendiéndolo de sobre manera, la dejo ahí unos segundos hasta que Shin se la apartó de un golpe. Él chico se río, pero no dijo nada. Llevo sus manos detrás de su espalda y se alejó del espacio personal de Shin.
- Nosotros no pertenecemos a este mundo Key
Shin no podía creer que esta misma persona que tenía delante hubiera hecho lo que había hecho y tener un aura tan sombría con esta personalidad tan inmadura y arrogante.
- Nuestro lugar no está en este asqueroso y podrido planeta. Una casualidad trágica que terminamos con seres tan insulsos y asquerosos como la raza humana- pronunció con un puchero infantil
- ¿Quieres decir que no eres humano?
-¡NO SOMOS HUMANOS!-aclaró con una sonrisa- Somos un experimento genético de una raza extinguida- decía mientras se acercaba a la ventana.
Hace muchos siglos atrás, una raza conocida como los Kinquey eran devotos a sus dioses, nadie podía negar su existencia, hacían todo para los dioses, vivían por y para ellos.
Pero un único ser de esa civilización no estaba de acuerdo con el ideal de su pueblo.
"Nosotros somos la raza más poderosa, tenemos la tecnología y el intelecto, nosotros somos los dioses" decía
Todo el mundo lo trato de loco y desquiciado. Al Principio nadie le prestó atención.
Comenzó a crear maquinas y artilugios ,gracias a piezas y engranajes. Construyo instrumentos que hacían mas fácil la vida de su gente. Innovo, comenzó a inventar un futuro de nuevas oportunidades.
La gente poco a poco se le comenzó a unir y sentía curiosidad por sus invenciones.
Y fue entonces cuando todos comenzaron a pensar que realmente pretendía reemplazar a los dioses, borrarlos. Eso traería su furia.
Lo golpearon, lo encerraron y apalizaron. Pero él no se arrepintió de sus acciones.
Lo encerraron, esperando que se pudriera y muriera de hambre.
Pero él era mucho más listo.
Se escapó de la cárcel ese mismo día y se ocultó bajo tierra, poniendo en marcha el plan que les demostraría a todos, que los dioses no existían, y ni sus rezos ni plegarias los salvarían.
Experimento con la creación de seres mediante la alquimia. Con sus conocimientos sobre biología creo homúnculos. Fuertes, indestructibles, con habilidades que solo existen en tu imaginación...los llamo...Neik-key.
Basto miles de intentos poder alcanzar dichos seres. Pero después de años, al fin los había completado.
Los Neik-key devastaron la población y arrasaron cualquier vida del planeta, y una vez que su propósito había sido alcanzado, fueron destruyendo planeta tras planeta, sin poder saciar sus ansias de destrucción.
Por desgracia, cuando iban a destruir su siguiente planeta localizado en la vía láctea. Un meteorito los impactó de lleno ¿lo peor? ese meteoro tenía una rara energía que desestabilizó los cuerpos de ambos, inutilizando sus habilidades y borrando sus memorias.
Ambos fueron lanzados a distintos puntos del globo, solos, y sin recordar el motivo de sus vidas.
-¡Pero ahora todo a vuelto!- dijo con exclamación de júbilo- ¡Llevo mucho tiempo buscándote! ¡Y AL FIN TE ENCONTRE ADORADO HERMANITO!- apareció frente a él y lo abrazó con fuerza- ¿y que fue lo mejor cuando te encontré? ¡descubrir que te habías cargado el nuevo psiquiátrico que esa asociación humana había vuelto a reconstruir- una lagrima salió de su ojo- siguiendo los pasos de tu hermano mayor ¡ESTOY ORGULLOSO!- y volvió a abrazarlo
A Shin le costaba respirar por el estrujón, pero no duro mucho antes de que volviera a soltarlo.
Estaba en shock, si la historia de este tipo era cierta, eso explicaba las extrañas habilidades que ellos poseían y su inmunidad y resistencia a fármacos y armas humanas. Pero aun así era una historia demasiado irrealista. ¿Creación de super homúnculos? ¿existencia de un raza superior en otra galaxia? Todo parecía un cuento de hadas.
-¡Y ahora ambos destruiremos este planeta y volveremos a ser los que éramos!
- Por si te olvidas, he intentado matarte
- ¡Eso no importa! ¡una jugarreta entre hermanos no es nada!
- Pues esa mirada de antes, no parecía ser de estar divirtiéndote- pensé.
- Aunque si hay algo que me preocupa
El tono de su voz cambió a uno serio y amenazante.
- Dime Key, esa humana con la que te alojas- dijo mirando a la ventana, Shin se estremeció ante el nombramiento de Sachiko- No te estarás encariñando de ella ¿verdad?
La mirada que el chico le estaba dando era oscura y amenazante. ¿Cómo podía cambiar su estado de ánimo tan bruscamente? ¿Era bipolar o algo?
- Vaya hablando de la reina de roma
Esa frase hizo a Shin salir de sus pensamientos. El extraño miraba por la ventana a un punto fijo y con una sonrisa. Shin corrió hasta la otra ventana para ver en la oscuridad como Sachiko corría con la linterna del móvil hacia el grupo de personas que se había arremolinado en el lugar del accidente. Empezó ha hablar con una señora que seguramente le estaba explicando que había pasado, después dirigió su mirada hacia la ventana de su apartamento y corrió dentro.
- Bueno, es buen momento para dejarle en claro algunas cosas- su voz seguida de sus pasos alejarse de la ventana, lo alarmo aun mas.
Con pánico (que no expresaba físicamente) corrió hacia él y lo agarró del brazo con fuerza. Con sus ojos brillantes reflejando amenaza le dijo:
-No te acerque a ella.
El extraño lo miro serio durante unos segundos. Al no recibir respuesta Shin volvió a hablar.
-Lárgate, no quiero tener nada que ver contigo.
Silencio....
- Ya veo, puede que hayas recuperado tus poderes pero no tu memoria- el chico dio un paso atrás y se giró a mirar a Shin- En ese caso, te espero mañana a las 12:00 en el claro del bosque cerca del psiquiátrico- se soltó de su agarre- Una vez vuelvas a sentirte como antaño te olvidarás de esa alimaña.
- No pienso ir.
El chico se rio- lo harás, si no quieres que te busque por medio de otra persona- sonrió
Shin sabía que se refería a Sachiko, si no iba, ella pagaría las consecuencias, y viendo de lo que era capaz este tipo, no era menester enfadarlo.
-¡SHIN!
Pudo escucharse un lejano grito que se acercaba mas y mas.
-¿Que dices?- Shin lo miro y al final aceptó a regañadientes- Maravilloso, nos vemos entonces
Se dio media vuelta, dirección a la ventana.
-¡Oh casi se me olvida!
El extraño lanzó algo a Shin y este lo cogió al vuelo, al abrir su mano pudo ver un juego de llaves en un bonito llavero de conejo.
Cuando levanto la mirada el chico ya no estaba y la ventana seguía cerrada.
-¡SHIN!
Se giró y pudo ver la una luz blanca que corría hacia el salón. Sachiko traspasó la puerta con la respiración agitada y con preocupación.
-¿Estas bien? Me han contado que a pasado ¿Estas herido?- dijo mientras sorteaba el sillón y se acercaba a él.
-Estoy bien, me a pillado en casa.
Sachiko lo analizo con la mirada buscando signos de algún golpe o cristal roto por el impacto, pero no halló nada. Suspiro aliviada.
-Menos mal, veo que viste al cerrajero. Yo no he encontrado mis llaves por ningún lado ¿se me caerían en el metro?
Shin trago saliva
- No, están aquí- dijo y mostró las llaves- las he encontrado justo en la entrada
-¿En serio?- las tomo- Debí dejarlas sin darme cuenta
-Si
De repente la luz volvió con varios parpadeos.
Continuará...
--------------------
Tiempo sin leernos en esta historia.....desde septiembre de 2020...ufff.....como pasa el tiempo.
¡¡Bueno primera publicación de este 2021!!
No quiero prometer que el capitulo siguiente estará pronto, pero si os digo que estoy avanzando con los capítulos que le siguen, solo tenedme paciencia -w-U
Si vienes a preguntar por Psiquitale, te aviso que estoy haciendo el final de la historia, y como tal, tengo que hacer retoques para que todo cuadre. Por lo que aun tendréis que espera para el siguiente capitulo.
Ahora si, nos leeremos en la próxima :3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro