Capítulo 7
El camino de vuelta había sido animado y divertido. Quien hubiera pensado que se abriria con tanta facilidad a alguien. Shin sentía muchas cosas cuando estaba con ella, felicidad, cariño, Sachiko era una chica genial.
¿Es tu novia?
Recordó las palabras que George le dijo en la cafetería...Novia....
Shin no sabía qué significaba exactamente ese término. Había escuchado a los psiquiatras hablar sobre eso llamado "novias". Uno dijo que era una persona maravillosa y con la que quería pasar el resto de su vida, el otro no hacia nada mas que quejarse diciendo que la suya era super pesada y no lo dejaba salir por las noches. Así que no tenía muy claro si eso era bueno o malo.
Shin dejo de mirar por la ventana del tren para mirar a su acompañante. Sachiko estaba de pie a su lado sujetándose de una barra, miraba su móvil buscando alguna canción en su reproductor. La miro detalladamente, sus pestañas largas y sus párpados ligeramente maquillados con un tono rosa pastel, hacía resaltar sus hermosos orbes verde zafiro. Su pelo recogido en una trenza larga y de la cual escapaban algunos pelitos que rozaban delicadamente sus mejillas también maquilladas de un color rosa más oscuro. Su vista se detuvo en sus labios, como si su instinto le obligara a mirarlos, una capa de brillo cubría estos dándoles un aspecto apetecible.
Sin sabes cómo, su cuerpo comenzó a inclinarse poco a poco mientras sus ojos seguían fijos en esos hipnotizantes labios. Llegó hasta el punto de poder oler su champú, un olor dulce a melocotón. Ella seguía inmersa en su móvil y no se daba cuenta de lo cerca que el chico estaba ahora de ella.
Shin saco su mano libre del bolsillo, acercandola hasta la mano de ella. Estaba a pocos centímetros de tocar su piel, cuando el frenazo brusco del tren lo hizo casi caer de bruces al suelo.
-Atención pasajeros; Parada 5
Se escuchó decir desde el altavoz.
-Nuestra parada.
Sachiko al fin alzó la mirada de su teléfono para dirigirla a la pantalla de aviso de parada.
-Vamos Shin
Cuando se giró hacia él pudo ver cómo guardaba una distancia considerable de ella, aunque había bastante gente se notaba que él estaba más alejado que cuando entraron. Su mirada estaba desviada hacia la ventana, mientras ambas manos estaban escondidas en los bolsillos de su abrigo.
- Shin -llamo
-Si, vamos
Y dicho eso paso por el lado de ella saliendo primero.
Su paseo de camino a casa de basó en un monólogo de Sachiko hablando sobre un programa de médicos al que se había enganchado. Mientras, Shin trataba de mirar lo más lejos posible a algún punto indeterminado y así evitar volver a mirarla de esa manera. No pudo evitar sentir como sus mejillas volvían a ponerse rojas tras el recuerdo del tren.
Una vez en el portal de la puerta, Sachiko busco en su bolso las llaves para abrir el departamento, pero no las encontró.
-Que raro, recuerdo haberlas puesto en mi bolso tras salir del trabajo- dijo apurada
-Tal vez se te cayeron- contestó mirándola alfin
- Tal vez, será mejor que vuelva a ver si las encuentro
- Te acompaño
- No quédate aquí, el recepcionista no tardará en volver, pídele que abra el piso. Yo iré a ver si las veo por el camino.
Y sin darle tiempo a Shin para objetar, Sachiko salió corriendo escaleras abajo, perdiéndola de vista. Al ver que estaba completamente solo dejo salir un largo y pesado suspiro de cansancio. Se apoyó en la baranda de las escaleras y echó su cabeza hacia atrás tratando de calmarse.
Ese momento había sido completamente nuevo para él. Cuando se quiso dar cuenta ya estaba a centímetros de ella. Levantó y se quedó mirando la mano con la que intentó tocarla.
-¿Que diablos me está pasando?
Sentía que cada vez se descontrolaba más cuanto estaba con Sachiko. Las irrefrenables ganas de tocar su mano, de estar con ella, de escucharla reír, eran cada vez mas y mas grandes. No podía dejar de pensar en ella, en lo que le haría feliz o lo que le gustaría.
Levantó su mano hasta el pequeño moño detrás de su cabeza, el cual Sachiko le hacía todas las mañanas para evitar las molestias de su largo cabello en sus ojos. Lo acaricio mientras recordaba los movimientos delicados que Sachiko hacía para amarrar su cabello, el tacto de su mano acariciando su cabeza con cuidado y ternura.
Al darse cuenta de su pensamiento, sacudió la cabeza de lado a lado con fuerza y se dio una cachetada para olvidar lo que estaba pasando por su cabeza.
-Si, me estoy volviendo más loco- dijo sobándose el golpe que él mismo se propinó.
En eso, el sonido chirriante de una puerta abriéndose llegó a sus oídos. Giró su cabeza y pudo ver como la puerta del departamento de Sachiko se abría sola. La puerta quedó ligeramente abierta.
Shin se levantó de su apoyo y quedo de frente mirando la puerta. Cualquiera pensaría que Sachiko se había dejado la puerta abierta y que una ráfaga de viento debió abrirla, pero Shin sabía que no era eso. Él mismo había visto a Sachiko cerrar la puerta con llave y asegurarse de que estaba cerrada. Frunció su ceño con desconfianza. Alguien a entrado.
Shin se acercó con paso lento hasta la puerta, la abrió con cuidado asegurándose de no hacer ruido y entró. La casa estaba a oscuras y un silencio recorría todas las estancias, todo estaba ordenado, sin rastro de robo o entrada forzada. Shin entró en su habitación, nadie. En la cocina, nadie. En el baño, vacío. El salón, sin rastro. Solo quedaba la habitacion de Sachiko. Fue a su puerta. Tomó el picaporte y abrió de golpe.
También estaba vacía, todo ordenado y sin rastro de intrusos. ¿Tal vez se lo imagino?
Sus ojos brillaron y se giró rápidamente mirando a sus espaldas. Había escuchado algo.
Volvió a mirar a su alrededor, sus ojos seguían brillantes observando cada recoveco de oscuridad que lo rodeaba. Gracias a su visión podía ver con claridad en la oscuridad y su alto sentido del oído era superior a la media normal, sabría dónde se encontraría con el más mínimo ruido.
-¡Buu!
Sus oídos pitaron con fuerza y su cuerpo dio un brinco sin poder evitarlo. Escucho como una gran carcajada sonaba a sus espaldas. Se giró para ver al culpable pero allí no había nadie.
Miro de derecha, izquierda, de arriba a abajo y nada. Había escuchado claramente como alguien chillaba en su oído y cómo se reía después.
La luz del salón se encendió de pronto, sin perder ni un segundo Shin corrió hacia allí y fue cuando pudo ver al intruso. Estaba de espalda a él, mientras sostenía algo entre sus manos y tarareaba una canción. Estaba totalmente despreocupado, como si su presencia en esa casa no fuera intrusa.
-¿¡Quien demonios eres y cómo has entrado aquí!?- demandó Shin con voz dura
Esa persona dejó de tararear su canción y comenzó a girar su cabeza para mirar de soslayo a Shin. Se giró despacio mostrando al fin su apariencia y el objeto que sostenía en sus manos.
Era un chico, un poco más bajo que él, pero se notaba que era mayor en cuanto a edad. Era de piel morena, su pelo era de color rosa chicle, portaba un largo abrigo blanco con un gorro de plumas negras, una camiseta negra de ombligo abierto, unos vaqueros rotos azules y unas zapatillas blancas. Y por raro que parezca sus ojos eran de extraños colores, el ojo derecho rosa y el izquierdo completamente blanco, costaba diferenciarlo de su esclera. Sus uñas eran largas y pintadas de rosa oscuro, bajo su ojo derecho podian verse extrañas marcas o tatuajes.
El objeto que sostenía era nada más y nada menos que un marco de fotos con la imagen de Sachiko, debio cojerla de la mesita de noche frente a él, donde la chica tenía varias fotos con amigos y su familia.
-Es una chica muy guapa ¿no?
Escucho al fin la voz del sujeto. Una voz chillona, claramente fingida. Shin frunció aún más sus cejas, el tipo no se veía para nada normal. Mostraba unos aires de grandeza y superioridad muy elevados, su gran sonrisa confirmaba que no estaba inquieto ni incómodo con la situación.
Shin no lo pensó más y se lanzó hacia él. Con sus habilidades, el chico ni se percataría de su agarre. Justo cuando lo tenía en sus manos el chico lo esquivo de un salto por encima de su cabeza, cayendo detrás de él. Shin se giró de inmediato para simplemente verlo seguir observando la foto, mientras acariciaba el marco con su otra mano.
- Y pensar que tus instintos asesinos habían por fin salido a la luz- dijo con desilusión fingida
Los ojos de Shin se abrieron como platos ¿Como sabia eso este tipo? Su expresión cambió de sorpresa a enfado, mirando con dagas en los ojos al chico frente a él.
- ¿Quien eres?
El chico al fin alzó su vista de la foto a los ojos de Shin. Su sonrisa se había apagado tras su última frase, lo miro indiferente por unos segundos para luego volver a mirar la foto.
- Todo por culpa de esa niñata entrometida.
Y sin más el marco junto al cristal de la foto se rompieron en miles de pedazos cayendo al suelo. La sorpresa volvió al rostro de Shin mientras veía los retos de lo que una vez fue ese bonito marco. Alzó de nuevo su amenazante mirada viendo como aún tenía en su puño la foto de Sachiko.
-Debería simplemente desaparecer
Una llama cubrió su puño y quemó la foto sin dejar rastro alguno. Shin quedó impactado, definitivamente este chico no era un ser humano normal. Vio como un aura lo rodeo al crear esa llama en sus manos, un aura que avisaba de peligro. Shin se puso en alerta, sus ojos brillaron con tono amenazante.
-¿Que eres? - cambio su pregunta
El extraño devolvió su mirada a él otra vez. Y su sonrisa creció al ver como Shin se había puesto en alerta.
- Bueno supongo que podría preguntarte lo mismo ¿no? Sa-su-ke
Claramente las pupilas de Shin se dilataron tras escuchar ese nombre. Era el nombre que salía en sus archivos, su verdadero nombre. El chico empezó a dar pasos lentos hasta él y quedar a pocos centímetros de su rostro, mientras su sonrisa se alargaba más.
-Que bien que al fin saliste de tu jaula, sujeto AArojo versión 2
Continuará...
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Esta un poco polvoriento aquí.....
¡Hola! ¡Cuánto tiempo hace que no escribo Mind!
¿¡2 años, tal vez?! WOOO si mucho tiempo -w-U
¡En fin! el capítulo 7 al fin está aquí. No se si podemos decir que está fuera de pausa, pero al menos espero escribir el siguiente capítulo para este año XD
(Aquí dejo un pequeño dibujo de la apariencia del nuevo personaje >:3)
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