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Hay nerviosismo en el cuerpo del rey, se siente ansioso y eso que ni siquiera lo tiene cara a cara, pero pronto lo tendrá y es consciente que tiene que hablar con cuidado para no arruinarlo todo, tal vez ese es su mayor defecto, muchas veces Yoongi no piensa lo que dice, esto es algo totalmente nuevo para el, Jimin es alguien delicado y sensible, cualquier palabra errónea podría costarle caro.

Sin embargo no piensa seguir ignorando lo que hace tiempo dejó de ser solo un sentimiento de deseo, convirtiéndose en algo más fuerte que cualquier otra cosa, Yoongi no comprende en qué momento el doncel se metió en su mente y corazón, sin embargo sigue ahí y no existe fuerza en este mundo que lo saque.

Y tampoco quiere que lo haga, porque ya aceptó lo enamorado que está de aquel ex bailarín, y ese sentimiento le gusta.

Abrió la puerta de la habitación de Jimin, su corazón latía desordenadamente, sus piernas débiles y su pulso acelerado. Sin embargo la cama estaba vacía, decir que no lo buscó desesperadamente sería mentir, Yoongi nunca había buscado a alguien con tanta impaciencia, al punto de sentir desesperación por dar con el paradero de esa persona.

Repaso toda la habitación pero no había rastro de Jimin, la cama estaba desordenada indicándole que tal y como su hijo mencionó había estado durmiendo, pero por algún motivo que desconoce este abandonó la habitación.

No perdió más su tiempo, salió de su cuarto y fue directo al harem que es el lugar donde más tiempo pasa el doncel.

Sus pasos apresurados le parecían tan lentos y tortuosos, el amplio pasillo parecía alargarse conforme caminaba y el final se le volvía cada vez más distante.

Era su mente jugandole sucio, o tal vez su castigo divino por haberse portado como un idiota, aunque tampoco le sorprendería que fueran ambos motivos.

Llegó al harem e inmediatamente buscó con la mirada a Jimin, sus gatunos ojos se movieron por cada rincón de aquel espacioso lugar, pero no estaba y esto lo estaba frustrando a tal punto de querer salir corriendo, ordenar a sus hombres que lo buscaran incluso de bajo de las piedras era una idea bastante tentadora.

─ Rey Min ─ la voz de una de sus concubinas se escuchó detrás de él, la reconoció al instante; se dio la vuelta para observar la mirada curiosa de la mujer.

─ ¿Has visto a Jimin? ─ Yoonah pareció pensarlo unos cortos segundos, para después negar con la cabeza.

─ Lo deje durmiendo en su habitación, si no está ahí no se me ocurre donde puede estarlo ─ respondió con sinceridad, mirando interrogante a las demás chicas quien también negaron saber el paradero de Jimin.

─ Debe estar en el punto más alto del Palacio, recuerdo que una vez mencionó que cuando los días están nublados le gusta subir arriba y admirar el cielo grisáceo ─ esta vez fue Jisoo quien opinó, y a Yoongi le pareció un comentario con mucho sentido, pues anteriormente el mismo le había mostrado su lugar favorito, Jimin quedó encantado esa noche cuando lo llevo arriba y admiraron la noche estrellada.

Solo que ahora en lugar de una luna hermosa y millares de estrellas solo había nubes grises, a pesar que la tormenta había acabado el cielo nublado parecía no querer aclararse.

─ Iré por él, cualquier cosa vayan con Daehyun el sabrá que hacer ─ no quería ser interrumpido.

Además Daehyun había demostrado ser un joven capaz de tomar decisiones, se lo dejó claro hace unos momentos atrás donde había dejado su timidez de lado para enfrentarlo y abrirle los ojos, si pudo con él, el menor sabía perfectamente qué hacer si algo importante ocurría.

Salió del harem y fue rumbo a las escaleras que daban con la azotea, rogando enormemente a los dioses que Jisoo no se equivocara y Jimin estuviera ahí arriba.

Al igual que los pasillos cada escalón se sentía infinito, era incluso vergonzoso que el gran rey Min Yoongi, temido por varias naciones estuviera muriéndose de nervios y practicando las palabras que le diría a su concubino, un joven Doncel el cual había venido a poner su mundo de cabeza.

Llega a la puerta de madera la cual se encuentra entreabierta, haciendo que la posibilidad de que Jimin estuviera ahí aumentará al igual que sus nervios.

Se armó de valor y la terminó de abrir, lo primero que sus ojos captaron fue el cuerpo de Jimin dándole la espalda, lo noto de inmediato y supo que este estaba distraído mirando quién sabe qué punto en el horizonte.

Camino a paso lento y dudoso hacia el cuerpo que al parecer no se había dado cuenta de su presencia, Yoongi trago grueso conforme avanzaba y trataba de tranquilizar su alocado corazón, mentiría si dijera que no estaba ansioso y nervioso, se sentía peor que un adolescente a punto de declararle su amor a su crush.

Intentó aclarar su mente, dando un suspiro profundo y cerrando sus ojos solo un momento, para prepararse mentalmente y hacer esto de una vez.

Finalmente sus ojos se abrieron y junto con ellos también su boca pero antes de que pudiera hablar la repentina voz de Jimin lo detuvo.

─ Vaya, hasta que aparece ─ de nuevo esa voz fría que Yoongi ya no quería escuchar.

Fue sumamente extraño porque el doncel seguía en la misma posición, sin embargo había notado su presencia, ¿desde que momento fue consciente de su presencia? Yoongi no lo sabía, y tampoco creía importante averiguarlo en estos momentos, existían prioridades.

─ Quiero hablar contigo, pero quiero que me mires ─ extrañamente su voz era neutra y casual, aunque en realidad podía sentir el temblor en sus manos.

El menor vino a obedecer la orden varios segundos después, de forma lenta y tortuosa se dio la media vuelta, quedando cara a cara con Yoongi, aunque la distancia que los separaba era de unos tres metros, demasiado para Yoongi, quien solo quería abrazar al menor y que toda esta tortura acabara.

─ ¿Que desea el rey? ─ la suave brisa hacía bailar sus cabellos, pero no fue eso lo que llamó la atención de Yoongi, si no su extrema palidez, Jimin se miraba demacrado a simple vista. Yoongi no pudo sentirse peor, todo esto estuvo pasando en sus narices y él simplemente lo ignoró.

─ ¿Te sientes bien? ─

─ ¿Lo parezco? ─

Yoongi apretó el puño de su mano, no estaba molesto por el tono tan hostil que el menor había adoptado, lo que le molestaba es que todo esto se pudo haber evitado si no hubiera sido un idiota y cruel con el.

Y ahora veía las consecuencias de su comportamiento, si Jimin era así de frío era por su culpa, con sus palabras lo había lastimado, lo había juzgado sin buscar la forma de entenderlo, ni siquiera investigó más al respecto, en ese momento estaba tan furioso que no midió el mal que estaba provocando.

─ Como sea, mejor dígame de una vez porque está aquí ─ se sentía mal, quería regresar a su habitación.

─ He venido porque quiero aclarar algo contigo ─ iría al punto de una vez, se disculparía primeramente por su tonta actitud y después le diría lo que siente, solo espera que Jimin no lo rechace.

─ No hace falta que me lo diga, yo ya estoy enterado ─ miró hacia otro punto, las enormes montañas a lo lejos, la vista era hermosa no podía negarlo, además quería distraerse con algo y no dejar salir las lágrimas que amenazaban con hacerse presente.

¿Por qué estaba tan sensible?

─ ¿Qué? ─ Yoongi se vio confundido, ¿de qué estaba hablando?

─ ¿Que? Viene a presumirme que ya tiene con quien casarse, que encontró al candidato perfecto que cumple todas sus expectativas, pues déjeme felicitarlo, me alegra que haya encontrado lo que buscaba ─ quería llorar, las ganas eran enormes, su corazón dolía desgarradoramente.

─ No, Jimin no se de donde sacas eso ─ necesitaba eliminar urgentemente esa idea de la cabeza del doncel. ─ esa es una mentira ─

─ ¡No le creo! ─ su labio inferior tembló, estaba haciendo un gran sacrificio por retener las lágrimas, pero no sabía hasta dónde podría seguir resistiendo ─ usted es un insensible, primero me ilusiona y me mira de una manera que hace que olvide de donde vengo, que olvide cual es mi lugar y hasta donde tengo que dejar de soñar, me sonríe y me trata distinto a los demás e ingenuamente creo que es porque soy especial, pero todo es una ilusión, algo que yo mismo creé, ahora me arrepiento de todo, me arrepiento de haber venido al Palacio, de haber aceptado ser su concubino, de permitir que con sus palabras abrazara mi alma y me hiciera sentir protegido, me arrepiento de haberlo amado ─ lágrimas involuntarias se deslizaban de sus ojitos cafés, sollozaba y cubría su rostro con sus manos para que el contrario no viera lo patético que era.

Yoongi podía sentir como su corazón era apretujado dolorosamente, cada palabra se sentía como cristales atravesando su corazón, no tenía idea de cuánto daño había causado a alguien tan inocente como lo era Jimin, ese jovencito humilde el cual enredó en sus redes, el cual por amor a su madre se entregó incluso si su cuerpo aún era puro. Sin darse cuenta comenzó a caminar rumbo al cuerpo sollozante que tenía a unos pasos.

─ ¡No se acerque! ─ Jimin no lo quería cerca, no quería volver a caer de nuevo a causa de esa mirada a la cual no puede resistirse.

Se detuvo ─ Jimin por favor no llores y mírame ─ suplico estando tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.

─ Yo solo fui un capricho suyo, uno el cual cumplió como todo lo que desea, ya no me necesita, se perfectamente que otro ocupa mi lugar por las noches, por eso por favor déjeme ser libre, permita que me marche del palacio ─ ahí ya no era feliz, que caso tiene seguir en un lugar donde te juzgaban hasta por respirar, jamás tendría lo que quiere, nunca sería el único en la vida de Min Yoongi.

Finalmente descubrió su rostro bañado en lágrimas, sus ojos húmedos miraron con suplica a aquel hombre que lo miraba con el entrecejo arrugado.

Resulta que esas palabras eran lo último que Yoongi deseaba escuchar, Jimin no podía dejarlo, la simple idea le aterraba y lo hacía querer llorar, él había olvidado cuando fue la última vez que lloro, pero justo en estos momentos las ganas eran inmensas, se rehusaba a dejarlo ir, Jimin se había convertido en alguien esencial en su vida, si él se iba se llevaría una parte de él, y no podía permitirlo, no quería.

─ Tu lugar está conmigo ─ su voz era inestable, sus ojos picaban.

─ No, yo no le pertenezco, puede que sea su concubino, pero mi vida no es de su propiedad ─ respondió, su voz volviéndose cada vez más dura.

─ No me entiendes, no puedes dejarme, eres irremplaz-

─ No tiene caso, seguir con esta conversación ─

Jimin interrumpió su declaración, limpio sus lágrimas y comenzó a caminar hacia la puerta, pero al pasar cerca de Yoongi la mano de este lo tomó de la muñeca, deteniendo su andar.

─ No he terminado contigo ─ ni siquiera lo había dejado hablar, Yoongi tenía tanto que decir.

─ Por favor... No me siento bien ─ no metía, en realidad necesitaba acostarse, se sentía tan cansado.

Sin esperar respuesta, Jimin se soltó del suave agarre.

Lo último que Yoongi escuchó fue el sonido de la puerta cerrándose, ¿porque no lo detuvo? Pues porque sabía perfectamente cuándo detenerse, Jimin no estaba bien, se le notaba en sus gestos, en su voz y mirada, no era el momento y aunque tuvo el impulso de ir tras él, no pudo hacerlo, quizá por miedo a ser rechazado.

─ Parece que empezó a llover ─ mencionó mirando al cielo sintiendo la primera gota resbalar por su mejilla.

segundos después la lluvia se hizo presente.













Hola, que tal, espero les este gustando.

Las cosas poco a poco irán tomando un mejor rumbo no se preocupen.

Ya somos más de 80k de ojitos, me ha costado llegar hasta aquí pero estoy feliz y agradecida por la paciencia que me han tenido, se que esta historia ha estado mucho tiempo en el abandono, pero me he propuesto terminarla cuesteme lo que me cueste.

Nos leemos luego, añioo.

18/0619.














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