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Jimin se encontraba contemplando el hermoso jardín que poseía el Palácio, el olor a rosas y flores inundaba sus fosas nasales transmitiendo una profunda sensación de tranquilidad a su cuerpo.
Dahlias, tulipanes, girasoles, crisantemos, lirios, claveles, lotos y una gran cantidad de flores que escapaban de su conocimiento, todo el lugar estaba rodeado de coloridas y hermosas plantas.
Jimin sonrió encantado, nunca había visitado esta parte del palacio, ni siquiera se explica el porqué, pero ahora se arrepiente de no haberlo descubierto antes, ya que el ambiente ahí es hermoso, tan tranquilo, pacífico y silencioso.
El príncipe se encuentra no muy lejos de él, sentado en el suave y limpio pasto, mientras en sus manos sostiene pinceles y tinta, su vista estaba fija sobre aquella rosa de un hermoso color rosa tierno, no era una novedad que el menor tenía grandes habilidades para la pintura, y ahora Jimin se daba cuenta de eso.
El Doncel observó aquel dibujo
Sus manos se movían ágiles y de forma profesional por aquel papel de acuarela, Jimin sabía que ni en unos cinco años podría pintar así de hermoso.
─ ¿Príncipe quien le enseñó a dibujar así?, no sabía que era tan bueno en eso ─ su halago provocó un pequeño sonrojo en las pálidas mejillas del menor.
─ No es la gran cosa Jimin, desde pequeño tuve varias clases, una de ellas fue el arte de la pintura, recuerdo que no faltaba a ninguna clase, esta era la que más me gustaba ─ respondió con sinceridad.
─ Que envidia, yo hubiera querido tener esa educación, pero apenas aprendí a leer y escribir y eso de milagro ya que por donde vivía no contamos con personas que tengan mucho conocimiento ─ mencionó mientras pequeños flashes de su infancia llegaban a su cabeza.
─ Lamento eso ─
─ Esta bien ─
Siguió observando el hermoso dibujo y como poco a poco iba tomando forma y color.
─ Sabes Jimin ─ de nuevo la voz del menor lo distrajo ─ esta rosa era la favorita de mi madre ─ apuntó la planta a unos pasos de ellos, Jimin estuvo atento, era poco lo que sabía de la reina, casi nadie mencionaba su nombre o hablaba de ella, era como si lo tuvieran prohibido ─ ella era muy alegre y bondadosa, muchos dicen que herede su carácter ─ sonrió con una sonrisa que Jimin pudo identificar como nostálgica ─ el jardín era su lugar favorito, lo visitaba todos los días y siempre llevaba una rosa de esas cuando regresaba, se llama pin de dumiliana, es una flor poco común que no importa donde esté, su belleza opaca a las demás, cuando las veo siempre me recuerdan a ella ─ Jimin sintió una opresión en su pecho, no la conoció pero siente que fue una gran mujer.
─ ¿Puedo preguntar de qué murió? ─ no sabía si estaba bien el preguntar, quizá Dae se moleste, pero ya había abierto la boca y no había marcha atrás.
─ Claro, fue hace tres años, una extraña enfermedad la hizo caer en cama, muchos médicos la vieron, sacerdotes y sabios, incluso algunos magos, pero todo era inútil, nadie sabía la causa de su padecimiento, se marchitó demasiado rápido, no dio tiempo de seguir buscando mejores opciones, una mañana nevada, supe que se estaba despidiendo, sus ojos ya no tenían el mismo brillo, estaba agonizando, me desahogue y le agradecí el haberme cuidado y amado, bese su frente y salí por la puerta, corrí a mi habitación y me encierre todo el día para llorar, mi padre se quedó con ella, el la vio morir ─
El doncel conocía ese sentimiento de angustia, la impotencia de no poder hacer nada, el dolor y sufrimiento de ver morir a alguien que amas. Escuchar las palabras del menor abrieron la herida en su interior, su madre llegó a su mente y su corazón dolió.
No quería lastimar al príncipe, pero el que salió lastimado fue él.
─ Jimin gracias por estar aquí ─ el nombrado levantó la mirada y miró al otro ─ después de la muerte de mi madre mi padre se cerró completamente, se volvió frío y distante, solo pensaba en conquistar y tener más poder, podría decir que perdió algo de humanidad, pero cuando llegaste tú, todo cambió, su sonrisa se volvió más frecuente y sincera por primera vez en mucho tiempo lo ví interesado en alguien y no en algo, tu te convertiste en ese alguien, no se que le hiciste pero te lo agradezco ─
Las palabras del príncipe lo sorprendieron, Jimin no considera haber hecho nada en especial, solo fue el mismo.
─ Sé que no tuvieron un buen inicio, estoy enterado de lo que mi padre te hizo y el método que utilizó para estar contigo, creeme cuando te digo que en ese momento me decepcione de el. El no era así, tanto poder lo llegó a cegar, pero ahora que lo veo es otra persona, no tenía idea de lo mucho que necesitaba a alguien como tu, sin darte cuenta lo cambiaste ─
─ Yo... no soy la gran cosa ─ mencionó el mayor ─ si yo me voy él estará bien, siempre estuvo bien ─ no se consideraba importante.
Daehyun estaba a punto de contestarle, pero paso algo que se robó completamente la atención del menor, Jimin se dio cuenta que la mirada de Dae se desvío hacia otra dirección, curioso miro hacia atrás buscando el causante de la distracción del príncipe, pero lo único que pudo ver fueron rosas y más rosas.
Oh, no, al parecer no estaban solos en aquel invernadero.
Jimin pudo ver a otro joven caminando tranquilamente mientras en sus manos sostenía un tulipán, por sus ropas finas y elegantes supo que no se trataba de un sirviente del palacio.
El príncipe lo miraba perdidamente, como si en ese lugar solamente estuvieran ellos dos.
─ Príncipe ─ lo llamó el doncel.
Dae reaccionó al llamado e inmediatamente regresó su atención a Jimin.
─ Lo siento ¿qué me decías? ─ había olvidado la conversación de antes.
─ Nada, no importa ─ sonrió.
Cuando Jimin estuvo distraído el menor aprovechó y buscó de nuevo al chico del tulipán, sin embargo este ya no estaba.
Cuando el sol se ocultó y la noche cubrió todo a su paso Jimin regresó a su habitación, no había olvidado las palabras del rey.
No era un tonto sabía perfectamente que era lo que el rey quería, y para que mentir el tambien lo deseaba, a veces se averguensa de si mismo por lo desvergonzado que se había vuelto, pero no puede evitarlo, cada parte de su cuerpo grita el nombre de Min Yoongi, lo necesita como los peces necesitan el agua.
Por eso no lo dudo para meterse a la ducha, estaba ansioso, el agua recorrió cada parte de su cuerpo.
Jugó con la espuma del jabón solo para tratar de distraerse y no estar tan nervioso. Una vez estuvo limpio limpio su cuerpo con una toalla suave, camino a su cama donde anteriormente había dejado su ropa.
Había descubierto que el rojo le quedaba bien, razón por la cual su vestuario era de ese color, no se molestó en ponerse ropa interior, sabía a lo que iba, para qué usar ropa que después estorbaría, mordió su labio al darse cuenta de sus pensamientos, ni siquiera él se conocía.
Tampoco quiso parecer demasiado atrevido por eso no se maquilló y tampoco se arreglo mucho, después de todo era de noche, quien arreglaría para dormir.
Pero eso no impidió que se pusiera sus lociones y cremas.
Se miró al espejo y le gustó ver su rostro al natural, para ser sincero jamás estuvo de acuerdo en que sus damas lo maquillaran, Jimin prefiere ser él mismo, sin artificios en su cara.
Salió de sus aposentos y de forma sigilosa se dirigió a la habitación del rey, agradece que los largos pasillos estuvieran solos, así se ahorra la molestia de estar dando explicaciones cuando alguna de sus damas o algún guardia le pregunté hacia dónde va.
Se sentía nervioso, siente cosquillitas en su estómago, estaba ansioso, se preguntaba si Yoongi estaba igual que él, o solo es él el único que está así de nervioso.
Cuando por fin llegó no lo pensó ni dos veces en dar dos sutiles toques en la puerta, suspiro y solo espero.
Jugó con la tela de su ropa, mordió su labio inferior, su corazón latía a mil, sin embargo no se oía ruido, no había rastro de Yoongi, la puerta no se abría.
De nuevo tocó la puerta, comenzaba a extrañarse, quizá aún no estaba adentro, ¿entonces dónde podía encontrarse a esta hora? Se sintió como un tonto, había salido muy emocionado, no era solo el deseo carnal, Jimin de verdad quería estar junto a a Yoongi.
Rasco su nuca y miró de nuevo los oscuros pasillos, estaba considerando regresar, quizá el rey estaba ocupado, él no quería estorbar.
Se dio la vuelta pero cuando su pie dio el primer paso la puerta se abrió de golpe, inmediatamente miro y se encontró a un Yoongi parado a un lado de la puerta, estaba sin camisa, su cabello estaba suelto, perladas gotas de sudor bajaban por su marcado abdomen, su cara estaba roja, ¿que había estado haciendo para encontrarse en ese estado?
─ ¡Jimin! ¡que bueno tenerte aquí! ─ su voz era rara, estaba ebrio, lo supo por el olor a alcohol.
─ Por favor entra, no te quedes afuera ─ lo tomó del brazo y sin mucha delicadeza lo jalo hacia adentro poniéndole seguro a la puerta, Jimin pudo ver que su rostro estaba rojo, la imagen era hermosa, pero no sabía si sentirse cómodo con Yoongi en ese estado, era la primera vez que lo veía estando ebrio.
Vio varias botellas de vino sobre la mesa, Jimin no supo desde que hora había estado bebiendo.
─ Lamento el desorden, había olvidado que vendrías ─
Ok, eso le dolió.
─ Perdón por interrumpir, creo que es mejor que vuelva ─ quiso salir corriendo, pero Yoongi no permitió ni que diera el primer paso.
─ No te disculpes, no tienes porque hacerlo, Jimin mirame ─ esta vez no levantó el rostro del menor, al contrario fue él quien se agachó y buscó su mirada, Jimin solamente se escondió detrás de su flequillo y juntó sus manos en su regazo, jugando tímidamente con los delgados y finos anillos que adornaban sus pequeños dedos.
─ Hueles delicioso ¿te arreglaste para mí? ─ no dijo nada solo asintió tímidamente, sin mirarlo a los ojos.
Yoongi lo miró de pies a cabeza, sus ojos recorrieron sin pudor alguno su esbelto cuerpo el cual estaba cubierto por aquella fina tela color carmín.
─ Ya te han dicho que el rojo te hace ver sexi ─ los pómulos del menor se sonrojaron y sin poder evitarlo una pequeña sonrisa se dibujó en sus carnosos labios.
Labios que Yoongi moría por besar, chupar, saborear y morder.
─ No, pero soy consciente que este color me queda bien ─ dejó la timidez de lado y levantó la mirada clavándola en la gatuna de Yoongi, este solo se mordió el labio.
Yoongi suspiro su delicioso aroma, se moría de ganas por dejar marcas de posesión por toda su anatomía.
El ambiente empezaba a tomar otro rumbo.
─ ¿Entonces lo hiciste a propósito? ¿Acaso querías provocarme? ─ camino hacia el frente, Jimin retrocedió por instinto, no dejaba de sentirse como una presa en las garras de Yoongi, la sensación le daba escalofríos, pero le gustaba.
─ No era mi intención, yo solo quería que el rey estuviera contento cuando me viera ─ fingió inocencia y que bien se le daba al condenado.
─ Lograste más que eso pequeño ─
Sintió su cuerpo reaccionar a su ronca voz y un gemido de sorpresa escapó de su boca cuando su cuerpo rebotó sobre aquel suave y fino colchón, Jimin no debió haber provocado al rey.
No se si habrá Lemon en el siguiente capítulo, no tenía inspiración para escribir algo así, por eso decidí cortarlo aquí.
Luche como media hora para subir este capítulo, wattpad se droga bien feo, espero les haya gustado.
Se viene un poco de drama en esta historia, están avisados.
Nos leemos pronto.
17/03/21.
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