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Park Jimin abrió sus ojos de manera lenta y perezosa, la luz entraba débilmente debido a la gran cortina que cubría la ventana y no dejaba ver el exterior. Había algo suave bajo él, tenía un aroma que conocía, pero esta vez se sentía distinto.
Se removió en su puesto, queriendo estirarse, pero su rostro se desfiguró en una mueca de dolor, toda su cadera dolía al igual que su trasero, al principio no entendió la razón, pucherio confundido pero al cabo de unos segundos su rostro se puso rojo como un tomate, pues recordó lo que había pasado la noche anterior, y pequeños fragmentos llegaron a su mente.
S-si l-lo hace así y-yo Mmgh... ─
P-por favor... Y-Ya no aguan-to ─
¡Te gusta! Jimin lo estás disfrutando! ─
¡Si! ¡si! ¡Me encanta! ─
Oh J-Jimin me aprietas tan bien ─
Soltó un gritillo que quedó ahogado entre la almohada, su rostro denotaba vergüenza pura, mientras saltaba levemente sobre la cama tratando de ahuyentar esos bochornosos recuerdos, solo quería que la tierra se lo tragara.
No podía creer que haya dicho todo eso, esta vez no hubo un afrodisíaco así que no podía excusarse con eso, había sido él, el que se dejó llevar por sus impulsos y se dejó llevar por la lujuria.
Se escondió de nuevo entre las sábanas ignorando el dolor de su cuerpo, entonces cayó en cuenta "¿dónde está el rey?" Descubriendo parte de su cabeza, se asomó tímidamente para buscarlo con la mirada, la imagen era adorable, solo sus ojitos se miraban entre el manojo de sábanas, su cabello azabache estaba despeinado.
Pero Yoongi no estaba, fue así como nuevamente descubrió su cuerpo. Sabía que estaba en su habitación ya que había sido el mismo rey quien lo trajo hacia ella, ¿entonces porque no estaba ahí?
Jimin sintió un extraño sentimiento en su pecho, uno que ya había sentido antes, porque en el pasado Yoongi también lo dejó solo, esa vez cuando fue su primera vez y al siguiente día Yoongi ya no estaba a su lado. No podía comprender la necesidad que estaba sintiendo en estos momentos, esas ganas enormes de despertar envuelto en el calor de su mayor, que lo primero que mire al momento de abrir los ojos sea su sonrisa.
Se dejó caer de nuevo al suave colchón y abrazo la almohada suspirando el delicioso aroma del mayor, no entendía en qué momento había llegado a esto, al principio no quería ver ni en pintura a Yoongi, lo odiaba por amenazar la vida de su madre, pero ahora, varios meses después todo había cambiado, un sentimiento distinto había surgido en su interior, uno donde lo único que quería era pasar tiempo con él, tomar sus manos, sentir su fragancia, abrazarlo, recibir mimos, escuchar su ronca voz, su tierna risa, ser el único en su vida.
Pero esa era la causa por la cual se deprimia, Jimin sabía que jamás tendría todo eso, Yoongi era el rey, él era solo un campesino con suerte, además... Jamás sería el único en su vida.
Quizá estuvo mal haberse enamorado de él. Cerró sus ojos aferrándose a la almohada, cuando escucho la puerta abrirse, entonces pudo ver al dueño de sus pensamientos ingresar cerrando la puerta con seguro.
Yoongi clavó su mirada en el Doncel, este lo veía sin decir ninguna palabra, lo vio aferrarse a su almohada, su vista levemente brillosa, parecía querer llorar, sin embargo no había lágrimas, solo una clara expresión de tristeza.
─ ¿Pasa algo Jimin? ─ caminó hasta él para sentarse a su lado, el nombrado bajo su rostro, no negó pero tampoco confirmó.
─ ¿Te duele algo? ¿Tienes hambre? Dime por favor ─ llevo su mano al rostro del Doncel y lo levantó con cuidado. Jimin sintió su pecho cálido cuando escuchó el tono preocupado de Yoongi, le importaba a su rey y eso lo ponía feliz.
─ Y-Yo... Estoy bien, solo me deprimí un poco al no verlo cuando desperté, pero no se preocupe por mi ─ sonrió tímidamente.
─ Lo siento, tampoco quería levantarme, pero me vinieron a avisar que mi hijo tuvo un accidente, tú estabas dormido y no quise despertarte ─ explicó. acarició su mejilla, sintiendo lo suave y calentita que era.
─¡¿De verdad?! ¡¿Qué le pasó?! ¡¿Pero está bien verdad?! ─ habló demasiado rápido.
Yoongi sonrió por la reacción del Doncel ─ Si no te preocupes, por ahora él está bien, un poco dolido y estará en cama por varios días, pero se recuperará ─ notó como el menor se relajaba y se veía más tranquilo.
─ Que alivio ─
─ Gracias por preguntar ─
Hubo un silencio cómodo el cual duró solo unos segundos porque luego de que Jimin recordará que estaba completamente desnudo en la cama del rey se sonrojó y quiso cubrirse.
Yoongi lo noto así que se levantó y buscó la ropa de Jimin, la cual se encontraba tirada en el piso, cuando terminó de recogerla se la entregó al Doncel
─ Vístete en lo que yo me doy un baño ─ nuevamente se levantó pero el llamado de Jimin lo detuvo.
─ Rey Min...─ lo miro ─ quería... No se... Tal vez podría cuidar de Daehyun ─ eso asombro por completo a Yoongi.
─ ¿y eso porque? ─
Jimin jugó con sus manitas ─ E-Es solo que creí que e-estaría bien... Usted a h-hecho mucho por mi, sería bue-no ayudar en algo aquí en el Palacio ─ Jimin solo quería ayudar, ser útil y de volver un poco de todo lo que había recibido.
─ ¿Estás seguro? ─
─ Si, por favor ─
Yoongi noto determinación en la mirada de Jimin, y simplemente no pudo negarse.
─ Está bien ─ accedió finalmente ─ pero quiero que sepas que para mi es un gusto tenerte en el Palacio, no hay necesidad de que intentes pagar lo que yo te ofrecí sin esperar nada a cambio ─ fue claro y Jimin asintió.
Después de que Jimin regresara a su habitación se dio un relajante baño, ahora que tenía tiempo se permitió observar su cuerpo, las marcas que adornaban su piel solo eran una pequeña muestra de lo que había pasado la noche anterior. Su cuello, sus clavículas, caderas, vientre y muslos estaban marcados, incluso podía ver algunas marcas de dedos.
¿Que si le dolía? Quizá un poco, pero era un dolor placentero, ni siquiera sintió en qué momento fueron hechas, pues su piel tenía una facilidad increíble para quedar marcada, incluso si el toque no era brusco, solo bastaba un pequeño apretón.
Algunos pétalos de rosa bailaban en el agua, le gustaba que su piel quedará olorosa gracias a las plantas aromatizantes.
Acarició suavemente su blanquecina piel, en los lugares donde más dolía, le gustaba ese tipo de dolor, quizá era masoquista pero incluso creía que esas marcas se veían bien decorando su cuerpo. Sus manos bajaron a su vientre, recordó las palabras de su madre.
"Al ser un Doncel tienes una alta posibilidad de quedar embarazado, tienes que ser cuidadoso cuando tengas tu pareja, si quieres un bebé tienes que estar seguro, un hijo es algo maravilloso que la vida te regala, pero se necesita mucha madurez para poderlo cuidar"
Miro sus manos descansando sobre su vientre plano, su mente ya estaba trabajando en ideas tontas, pues aunque era verdad que no había usado ningún tipo de protección, si hacía memoria la primera vez que tuvieron algo tampoco se habían cuidado y aún así no había quedado en estado, quizá no tenía que preocuparse por eso, Yoongi era alguien adulto y experimentado seguramente tomó precauciones antes de hacerlo.
Después de unos quince minutos salió del baño, se vistió y peinó agradecía que las Kim no estuvieran en estos momentos, aún era temprano pero en cualquier momento aparecerían por ahí, se apresuró a alistarse. Una vez estuvo listo salió de la habitación y caminó hacia la de Daehyun, había dicho que lo cuidaría.
Cuando llegó encontró algunas ancianas que ya lo estaban cuidando, estas rápidamente hicieron una reverencia cuando lo vieron.
─ Joven park, el rey ya mandó a informar que usted estará con nosotras cuidando del príncipe ─
Solo eran dos mujeres. Jimin se adentro y les dirigió una amable sonrisa, al final pudo ver al príncipe este al parecer dormía pues tenía los ojos cerrados. Las mujeres volvieron a cerrar la puerta.
─ Este.. ¿Puedo preguntar que le paso? El rey no me dio muchos detalles, solo se que tuvo un accidente ─ preguntó con curiosidad, ya había observado al príncipe y este no tenía alguna herida en su cuerpo, así que descarto la idea de que haya tenido un accidente entrenando con la espada.
─ Estaba cabalgando cuando se cayó, los que estaban con él dicen que el corcel se volvió salvaje de la nada ─ Jimin se le quedó viendo a las mujeres sin comprender muy bien, ¿como un caballo se volvería salvaje así por así?
─ Yo diría asustado ─ la voz del más menor llamó la atención de todos los presentes.
─ ¿Asustado? ─ Jimin preguntó aún confundido, todo era tan extraño.
─ Lo note a los pocos minutos de haberme montado en él, su cuello estaba rígido, al punto de no poder flexionarlo, no obedecía a mis órdenes y estaba actuando muy extraño ─ dijo mientras miraba el techo.
─ Habló con su padre sobre eso ─ dijo una de las ancianas.
─ No ─ para ser sinceros pensaba decírselo pero luego de la conversación había quedado tan sorprendido que se le pasó por alto ─ Se lo diré, pero creo que ahorita está ocupado ─ agregó.
Buscó con la mirada al Doncel moviendo levemente la cabeza porque hasta para eso sentía un dolor horrible en su nuca ─ me alegro que estés aquí, al menos con tu presencia la posibilidad de aburrirme es mínima ─ sonrió. Jimin le devolvió la sonrisa, quizá y hasta podrían volverse más cercanos.
3/12/20.
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