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[Mimos nocturnos]


En una noche de diciembre, Katagiri Yuichi tuvo que quedarse en la casa de uno de sus amigos, Mikasa Tenji, para hacer un trabajo en parejas que la escuela había dejado.

Tenían planeado terminar esa actividad en poco tiempo, pero a último segundo, avisaron que el jodido profesor se le ocurrió agregar más cosas a la tarea.

No tuvieron más opción que desvelarse.

Ambos chicos genios maldijeron la existencia de su profesor de Biología luego que terminar a las diez con cuarenta y cinco de la madrugada.

El sonido del granizo se hizo presente por los pequeños golpes chocando en la ventana de la sala. Había iniciado una tormenta duradera para la mala suerte de Yuichi.

— El camino a casa será un infierno. – Se quejó Katagiri estirando su espalda por pasar tantas horas encorvado en la silla.

— ¿En serio piensas salir con este clima? – Lo detuvo Tenji, viéndolo de manera crédula.

— ¿Qué otra opción tengo? Mañana tenemos clases.

— Yuichi, puedes quedarte si quieres. – El de lentes colocó su mano en el hombro de su compañero. — Te puedo dar un cambio de ropa y podemos levantarnos temprano para ir a tu casa por si necesitas recoger algo antes de irnos a la escuela.

— No lo sé, estaría abusando de tu hospitalidad... – Yuichi se sentía avergonzado por la mirada protectora que le daba Tenji.

— Somos amigos, Yuichi. Aún si no pasamos mucho tiempo juntos, no dudes en qué te ayudaré cuando lo necesites. – La presión en la mano de Tenji había aumentado su fuerza, pero no lo suficiente para lastimar el hombro del contrario. Lo hacía con afán de confort.

El más bajo dejó salir un leve suspiro, sabía que discutir no cambiaría la situación (y la tormenta parecía empeorar mientras hablaban) por lo cuál, se resignó a quedarse.

— Gracias, Tenji. Eres muy amable... – Yuichi sonrió cerrando sus ojos. Para Tenji, fue una vista de lo más adorable.

Si no contaba con las ojeras que cubrían el lindo rostro de su amigo.





Habiendo arreglado las cosas, los dos jóvenes guardaron su desastre de papeles con la tarea de biología y abandonaron la sala. El silencio era cortado por el granizo golpeando el techo de la casa, ya que eran los únicos habitantes en la casa.

Yuichi sentía la necesidad culposa de preguntar a su amigo cómo había estado el último mes. Sabía que la muerte del señor Mikasa había sido un golpe duro para él, pero por otro lado, no quería incomodarlo o abrir heridas que quizá ya estaban cicatrizando.

A veces el silencio era más adecuado.

Estando en la habitación, Tenji abrió unos cajones y comenzó a buscar algo cómodo para Yuichi. Por suerte, ambos compartían casi la misma talla.

— Si quieres tomar un baño antes de acostarte, adelante.

Yuichi iba a replicar, pero decidió considerarlo debido al calor al que estuvo expuesto en la escuela. No se había cambiado el uniforme en todo el día y, supuso, sería desagradable para Tenji dormir a lado de él oliendo tan mal.

"Espera, no es cómo si fuéramos a compartir la misma cama... Pero un baño no está de más".

Yuichi hizo un pequeño sonido de afirmación antes de abrir la puerta del baño y desaparecer por diez minutos.

De mientras, Tenji veía la ropa que escogió, eran unos pantalones holgados verdes y una camisa de botones del mismo color. El detalle era que, las mangas de aquella camisa eran muy largas para el tamaño de Yuichi.

Iba a cambiar de camisa, pero una fuerza lo detuvo. Era una imagen mental de Yuichi con la camisa puesta, jugando con las mangas y dándole una mirada tímida.

"Hay prioridades". Pensó Tenji mientras buscaba un cambio de ropa para él, cerraba con fuerza el cajón y se sentaba en la cama a esperar su turno en el baño.

Cómo había esperado, su amigo no se negó al cambio de ropa. Y como un extra, tuvo la fortuna de ver el cuerpo desnudo de su amigo, siendo cubierto con una simple toalla en la cintura.










Con los minutos pasando, los jóvenes vieron la cama de Tenji mientras tenían un debate.

— Sería demasiado si me dejaras dormir en tu cama Tenji, puedo quedarme en el sofá sin problemas.

— Pero eres mi invitado Yuichi, y como no tengo un futón extra, lo más adecuado sería prestarte mi cama por hoy.

— Ya te dije que no es necesario, me sentiría mal si no pudieras dormir en tu propia habitación. – Yuichi tenía la idea de irse alejando mientras discutían, pero la mano grande de Tenji tomó la suya.

— ¿Qué te parece si ambos dormimos en la cama? No tenemos de que avergonzarnos si lo vemos por la conveniencia.

Yuichi lo pensó unos segundos. Ciertamente la discusión era infanti y ya eran pasadas las once de la noche. Su cuerpo estaba agotado y exigía descansar. Además, estaba hablando de Tenji, su amigo siempre ha sido alguien razonable. Y si esa era su solución, confiaría en él.

— Tienes razón, esto es una perdida de tiempo. – Yuichi se hizo el fuerte mientras daba pasos decididos a la cama. Pero, en el fondo, sentía que estaba siendo un aprovechado.

Tenji caminó en dirección al interruptor del cuarto y apagó la luz, para caminar con fingida (y bien simulada) calma, para acostarse a lado de Yuichi.

Los dos chicos se arroparon entre las sábanas y Tenji se quitó los lentes para colocarlos en una mesita de noche. Mientras se acomodaban, quedaron cara a cara y se observaron con cansancio.

— Descansa Tenji. – Yuichi fue el primero en hablar dando un bostezo.

— Descansa. – Sonrió de vuelta el dueño de la casa cerrando sus ojos y esperando caer profundamente dormido.






Pasó casi media hora y ninguno podía descansar, pero lo fingían bien.

Yuichi había decidido dormir de lado, casi llegando a la esquina de la pequeña cama, para dejar espacio a su amigo. Tenía los ojos cerrados, pero no podía descansar.

Por parte de Tenji, estaba despierto viendo al techo mientras cruzaba sus brazos en su pecho. El frío había comenzado a empeorar (y eso que tenía las ventanas cerradas). Decidió voltear para encontrarse la espalda de Yuichi y se sorprendió al verlo tiritar.

El joven Mikasa se acercó arrastrando su cuerpo hacía donde estaba su amigo, aún si la luz estaba apagada, podía ver fácilmente como la cara del contrario se fruncía y sus labios de apretaban. Se estaba aguantando el frío que se colaba.

— Yuichi... – Tenji quiso mover al nombrado para preguntarle si quería otra sábana. Luego se detuvo al recordar que había un mejor método que no involucraba despertar a su invitado.

Yuichi, por su parte, estaba en duda de si abrir sus ojos y atender al llamado de su amigo. Aún así, quiso jugar al dormido un poco más. La tentación se volvió mayor cuando sintió unos brazos rodearle la cintura.

El cálido aliento olor menta chocaba en el cuello de Yuichi. Quería alejarse pero, al mismo tiempo, el calor era agradable.

— ¿Qué haré contigo? – Tenji empezó a murmurar para sí mismo. — Eres tan lindo... Ojalá tuviera el valor de decirte.

Una de las manos de Tenji subió a la parte trasera de la cabeza de Yuichi y comenzó a acariciar su cabello. El calor se había incrementado pero no era molesto.

Yuichi se limitó a acurrucarse en el pecho fornido de su amigo mientras soltaba un pequeño suspiro de satisfacción y, con sus manos, se aferró a la camisa de botones contraria de manera posesiva.

Se dejaría llevar e iba a fingir demencia al día siguiente.

— Yuichi... – Volvió a hablar en un murmuro Tenji, tentando su suerte. O más bien, esperando a que sus palabras de manera inconsciente lleguen al chico hecho un ovillo. — Un simple "te amo" se queda corto por lo que siento.

Un beso en la frente de Yuichi fue depositado. Luego se volvieron dos más que se dirigieron a la desastrosa melena.

Yuichi sentía un cosquilleo extraño en sus entrañas por cada palabra y acción de Tenji. Nunca había sentido algo así y le estaba asustando.

"Debo detenerlo, pero mi cuerpo no puede moverse...

No quiero moverme".

Por más que pensaba Yuichi, sus ideas se nublaban por el cansancio. Aquellos mimos le estaban pegando como un somnífero potente y tranquilizante.

"¿Acaso siempre será así cuando hagamos pijamadas los dos solos?

¿Siempre será así cuando compartamos cuartos en la universidad?

¿Me felicitara con caricias cuando nos graduemos junto con los demás?

¿Dormiremos en la misma habitación cuando vayamos a independizarnos?

¿Viviríamos en su casa o en un apartamento que elija?

¿Me dirá estas mismas palabras cuando esté 'despierto'?

Tenji...

¿Seguirás a mi lado si digo que estoy empezando a sentir algo también?"

La cabeza del estudiante comenzó a llenarse de pensamientos, desde su perspectiva, peligrosos.

Obviamente jamás preguntaría eso a su amigo. Significaría decirle que lo estuvo escuchando mientras fingía dormir. Sería muy vergonzoso para ambos.

Con suerte, Yuichi podía con un concepto tan complicado como la amistad. Sé estaría disparando en el pie si intentara ir a otro tipo de relaciones que no comprendía.

Para su bien egoísta, se quedaría callado.

— Mi precioso Yuichi... – Tenji sacó del trance a su amigo que seguía en su farsa. – Si no puedo quedarme con tu corazón, al menos déjame seguir siendo tu amigo. Deja que mi egoísmo se dé ese lujo, por favor...

De manera arriesgada, Tenji alzó con delicadeza la cabeza de Yuichi para darle un último beso cerca de los labios. Después de eso, cayó dormido.

"Egoísmo"

Fue la palabra que se quedó en la cabeza de Yuichi antes de desmayarse por el sueño y la tensión que estuvo soportando.




























Pasando a la desagradable actualidad, ambos alumnos estaban encerrados en una celda.

En el fondo, ninguno quería hablar para empeorar las cosas.

Uno por haber revelado ser un asesino.

Y otro porque había roto la confianza que tanto tiempo tardo en armar. Y para colmo, se había declarado en todo el desastre.

Con todo el dolor del mundo, Tenji tuvo que "arreglar" las cosas, diciendo el beso fue una excusa para pasar al siguiente juego de amistad.

En cualquier otra situación hubiese agradecido a los dioses por haberlo dejado tener una oportunidad para estar a solas con Yuichi. Pero ahora, era todo lo contrario.

Cómo era de esperarse, los jóvenes no tuvieron otra opción más que dejar de lado sus diferencias y hacer una tregua temporal. Al menos hasta que terminen los juegos y desenmascaren al traidor.

Tenji quería gritar de frustración. Sabía que, al terminar los juegos, Yuichi no lo iba a querer cerca jamás. Había jodido todo.

Lo había confirmado cuando se puso de rodillas ante él, diciendo que podía usarlo como una herramienta, y su reacción fue una muy apática.

Sabía que lo merecía. Pero no podía evitar doler tanto como su estómago muriendo de hambre.

"Han pasado aproximadamente 50 horas desde el encierro"

Trató de recordar Tenji viendo la pared, acostado de lado, ensuciando su uniforme por el polvo.

Yuichi se encontraba al otro extremo de la celda, el de lentes desconocía si estaba dormido o no, pero planeaba dejarlo así. No quería ser una molestia.

Más de lo que ya era.

Intentó dormir, pero una brisa que se colaba por los barrotes hacía peor la situación. Si el hambre no bastaba, el frío también lo estaba jodiendo. Se abrazó a si mismo en forma de mantener calor pero era inútil.

Pasaron unos minutos más de silencio, hasta que Tenji escuchó pasos dirigirse hacia él. Cerró los ojos pensado que Yuichi se había aburrido y solo quería estirar las piernas.
No planeaba voltear.

No obstante, una tela cayó sobre los hombros del joven Mikasa. Estaba confundido, pero su perceptivo olfato hizo el trabajo y tragó en seco con sorpresa.

Era la camisa del uniforme de Yuichi. Lo sabía porque tenía su aroma.

Cómo si los papeles se invirtieran, Tenji fingió seguir dormido mientras que Yuichi comenzaba a hablar para sí mismo.

— No me importa si estás fingiendo o no, solo quiero que me escuches... – Yuichi se acostó chocando su pecho con la espalda de Tenji. — Con esto estamos a mano por aquella vez que me dejaste quedarte en tu casa. Además, serías un estorbo si murieras de hipotermia.

A la vez que Yuichi sacaba palabras duras y con poco tacto, hacía círculos con su dedo en la espalda de Tenji.

— Te escuché cuando dormíamos esa vez. No sé si pueda confiar en que esas palabras eran reales o no. Ilusamente quiero creerlas, pero en nuestra situación prefiero ignorarlas.

Tenji se congeló en su lugar, sintiendo las caricias de su espalda ir a su cuello y hombros. Lo estaba tentando.

— Se que sueno como un hipócrita confesando que sabía de tus supuestos sentimientos antes de meternos en el juego. Lo puedes considerar una pequeña venganza por todo lo que nos haz hecho pasar. En especial a mí.

Las caricias que habían ido hacia el cabello de Tenji, se volvieron un fuerte agarre, haciendo que el de lentes sacara un quejido de dolor. Cansado de la farsa, Tenji abrió los ojos y sintió la respiración de Yuichi en el hueco de su cuello.

— Perdón, ¿Te desperté? – Se burló Yuichi sonriendo de manera retorcida. — Sólo me preguntaba si me seguías considerando lindo. Ahora que me has visto como soy, dudo mucho que quieras acercarte a mí cuando terminemos los juegos.

— ¿Porqué... Haces esto? – Titubeó Tenji sintiéndose acorralado.

— Quiero asegurarme de no dejar ni un rastro de sentimiento recíproco cuando salgamos de aquí. Dijiste hace un momento que no te importaba que te utilizara como herramienta, eso quiere decir que aún tienes un mínimo de apego a mi persona. Mientras más rápido comprendas que debemos trabajar por conveniencia en vez de amistad, será mejor para ambos.

— Yuichi... – Tenji tragó la poca saliva que tenía. — ¿Tú estás bien con eso?

El agarre en el cabello del joven Mikasa se tensó.

— Claro que lo estoy. Por algo lo sugiero, idiota.

— Entonces... ¿Porqué hace un momento me cubriste con tu uniforme si tú no tienes la misma resistencia al frío que yo?

Yuichi apretó los dientes mientras volteaba a otro lado.

— ¿No me escuchaste? Lo hice porque serías un estorbo si murieras ahora.

— Pero en este tipo de situación, ¿No es mejor ver por ti mismo? Por mucho que me necesites con vida ahora, es muy imprudente. Por naturaleza, deberías ser egoísta. Además, seamos honestos, esa excusa de la hipotermia es estúpida.

Nuevamente el silencio estaba presente, las respiraciones de los jóvenes eran la única ambientación.

— Yuichi...

— Cállate. – El más bajo dejó de sostener los cabellos de su compañero de celda.

Tenji se reincorporó para acostarse en frente del rostro de Yuichi. Los huecos en sus mejillas mostraban que el hambre también le afectaba, las bolsas debajo sus ojos delataban su insomnio y sus labios, antes carnosos y pálidos, estaban secos y agrietados. Pero para Tenji, lo peor fue ver los ojos contrarios vacíos y sin brillo.

Esa faceta de Yuichi le daba miedo. Le aterraba. Pero al mismo tiempo, le atraía a realizar cosas arriesgadas.

Tenji se aventuró a acariciar con una mano temblorosa la mejilla de su compañero. Su pulgar pasaba por los pómulos llenos de polvo y suciedad mientras disfrutaba el poco calor que tenía el cuerpo contrario.

— Hace un rato preguntaste si te seguía considerando lindo. – Empezó a hablar el de lentes. — Es verdad que estoy asustado de ti incluso en estos momentos. Pero mis sentimientos siguen sin cambiar. Yo...

— Basta Tenji. Si sigues así vas a lastimarte más, sólo olvídalo. Olvidemos todo lo que sucedió. – La mano de Yuichi alcanzó la de Tenji con intención de alejarla de su cara, pero no se movió.

— No. – Habló decidió Tenji. — Si olvido lo que siento por ti, olvidaré que tengo otras emociones aparte de la venganza... No quiero eso.

— ¿Qué tiene de malo vivir por la venganza?

— Bastantes cosas, entre ellas, no me dejaría disfrutar esto. – Tenji, juntando valor, acercó sus labios igual de maltratados hasta los de Yuichi.

Fue un beso casto, pero suficiente para que las mejillas de Yuichi se pusieran rojas.

Tenji sentía su corazón bombear como loco, cerró los ojos al separarse esperando un insulto o golpe. Pero solo recibió una carcajada sin energía.

— Este es el Tenji que se atrevió a besarme mientras dormía... ¿Me pregunto porqué tardó tanto en aparecer? – Yuichi se acurrucó en el uniforme que servía como manta improvisada mientras su cara se pegaba al pecho de su compañero.

— ¿Lo extrañaste? – Tenji abrazo protectoramente a su (todavía considerado) amigo.

— Como no tienes idea...

Ambos chicos se quedaron dormidos por la falta de fuerzas en su disputa y porque encontraron el calor que les faltaba en esa fría celda.

Eso no impidió que a ratos, mientras se reacomodaban por el incómodo suelo, se dieran besos juguetones e inocentes para matar el rato.

El dejá vu nunca se había sentido así de confortable antes.





















Mientras tanto, en una habitación llena de monitores, una chica pelirosa lloraba de ternura al ver a los jugadores en tan interesante drama romántico.

— ¡Ahh! ¡Subestime los BL!, ¡Esto es mejor que cualquier manga shoujo! – La chica bajita volvió a sonar su nariz por los mocos y lágrimas que salían al presentar todo.

— Debo admitir que... No esperaba tal resultado. Y si es una estrategia por parte de Yuichi, es aterradoramente convincente. – La pelinegra con flequillo veía igualmente la pantalla con cierta sorpresa.

Agradeció que ambos chicos solo se limitarán a los besos y no fueran más lejos con el sexo.




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Me sorprendió saber que hasta hace poco no había ningún fic o fanart de está serie.

¿Cómo puede estar tan infravalorado?

Este shipp tiene potencial, ¡Así que por favor no me dejen en abstinencia de contenido! T____T

Also, hice un intento de fanart xd

Es mi primera vez practicando los personajes, dibujar a Tenji fue horrible Dx

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