Después de haber estado ocho horas completas en el colegio, lo único que quiero es ir a casa, pero Dorian nada que llega. El siempre tan irresponsable. Llevo treinta minutos esperando y nada. Siento vibrar mi celular y ya se que es él.

''Ya Estoy Llegando Espérame En La Z'V Para No Dar Tantas Vuelta... En 5 Minutos Estoy Allí ;)''

Cómo siempre el con sus mensajes, ni siquiera tiene la delicadeza de llamarme. No le respondo y me encamino a paso lento hasta la Zona Verde, que queda al frente del colegio. A esta hora sólo quedan algunas personas que hacen ejercicio o que andan con sus mascotas. Hoy está más solo que de costumbre, debe ser porque es viernes o porque hace un poco de frío. Luce algo tenebroso. Trato de no fijarme mucho en eso mientras camino.

Me toma cerca de cinco minutos llegar a la Zona Verde y Dorian nada que llega. Avanzo unos metros más y me siento en una de las húmedas bancas de madera. Miro a mi alrededor y veo que soy la única por aquí todos están concentrados al otro lado en las zonas recreativas. Me podrían matar y nadie se da cuenta, sacudo la cabeza con la intención de alejar esos pensamientos de mí.

Saco mis audífonos y me pongo a escuchar música a todo volumen. Grave error. Estoy tan concentrada oyendo 'Welcome to the jungle', que no me doy cuenta que al lado de mi bolso reposa un sobre negro. Juro que cuando llegue no estaba ahí, ¿o si? De igual, me lo quedo viendo y me pregunto si lo debo coger o no. Lo miro una y otra vez, miro a todos lados y de nuevo no hay nadie, así que lo agarro con una velocidad sorprendente, como un animal cuando agarra su presa. No sé porque actuó así. A veces me desconozco.

Justo cuando lo voy a abrir llega Dorian y no me queda de otra que guardarlo en mi bolso torpemente mientras avanzo hacía el Chevrolet Tahoe, al hacerlo siento como un leve calor se extiende por todo mi cuerpo.

—Carta de invitación o qué- me grita Dorian desde la camioneta.

No entiendo porque se queja si la que lleva esperando casi 20 minutos soy yo.

—La próxima vez deja que me vaya en taxi—le digo mientras me acomodo en el asiento del copiloto.

—¿Quién era el hombre que estaba contigo? —lo miro con cara dubitativa, de qué hombre habla. Tras de impuntual ahora alucinante.

—¿Cuál hombre?

—No te hagas Anne, él que estaba detrás de ti-. Me mira a los ojos y comprendo que está hablando en serio. Pero de qué hombre habla, si yo no vi ni sentí a nadie.

—Mmm como iba vestidos.

—Iba todo de negro y llevaba un gorro de copa del mismo color así que no le vi la cara, pero parecía que te estaba mirando.

—Ah ya— le respondo con una sonrisa tímida haciéndome la entendida. No tiene sentido que sigamos hablando de eso porque si él dice que lo vio, yo le creo. De pronto yo por estar escuchando música a toda, no me percate de la presencia de ese tipo. Mientras avanzamos volteo a mirar hacia donde unos minutos antes había estado sentada y no hay rastros de aquel hombre.

¬—¿Anne, estas bien? — me toma por sorpresa esa pregunta. -Te veo estresada, ¿quieres ir a divertirte ésta noche?

—¿Me estás invitando a salir?

Me parece extraño que me haga esa propuesta, porque siempre evita salir conmigo, ya sea porque me paso de la raya con el alcohol y me quedo dormida o porque le daño sus planes sexuales.

—Una vez al año no hace daño, hermanita. Qué dices.

—Bueno, no tengo de donde escoger- y es verdad porque desde el accidente nadie se ha interesado en salir a divertirse conmigo hasta aquellos que eran mis amigos y decían quererme.

De camino a casa el viaje es tranquilo y gran parte en silencio con uno que otro chiste de Dorian, que por cierto son muy malos.

Al llegar, lo primero que hago es darme un gran baño de agua caliente. Me tomo mi tiempo mientras mis dedos recorren una a una las cicatrices que llevo plasmadas a lo largo de mi piel. Unas que no recuerdo habérmelas hecho y otras que son de aquel accidente donde casi, por desgracia pierdo la vida. Si tan solo pudiera borrar los recuerdos de esa madrugada de mi mente...

Deja de pensar en eso y báñate rápido, digo para mí misma en voz alta y me hago caso.

Después de diez minutos, me encuentro frente al espejo mirando mi rostro, que ahora luce pálido pero lo bueno es que no tengo ojeras. Aplicó un poco de base, delineo mis ojos con lápiz negro, a su vez aplico sombra negra, de tal forma que resalten mis ojos azules. Me miro y siento que me falta algo: sólo me falta el labial...lo más importante ya que soy aficionada a ellos. Rebusco entre mis cientos de labiales y encuentro uno que no he utilizado "Demonius" se alcanza a leer en letras color magenta. No lo pienso dos beses y me lo aplico. Me miro al espejo y me agrada ese color...es de un rojo sangre espectacular, me hace ver sensual, cosa que es rara en mi. Ya estoy a esto de salir, cuando escucho unos golpes en la puerta.

—Anabelle, dijiste que sólo eran cinco minutos y llevas como veinte...yo ya estoy listo... —hace una pausa— no serás que te estas mastur...

—Aquí estoy— lo interrumpo mientras abro la puerta del baño, Dorian siempre con su mente sucia—Vamos ya estoy lista.

—Mmm ya estas lista, pensé que te estabas dando un poco de placer- Dice mientras intenta contener la risa.

No le digo nada y salgo hacía el parqueadero. Al llegar hace un poco de frío, lo primero que veo es a Alan que esta recostado en el capó su Tesla Model X. Lleva tejanos negros ceñidos y una playera blanca. Con su mano derecha sostiene un cigarro ¿Desde cuándo fuma? y con la otra una chaqueta negra de cuero. Desde este ángulo la oscuridad no me deja ver su cabello, pero de seguro lo lleva alborotado...Se ve muy bien no lo puedo negar.

Por el rabillo del ojo veo que se acerca Dorian que me toma de la mano y me lleva hasta donde está Alan. Cuando ya estamos a unos cuantos pasos de llegar, veo que no está sólo, hay una chica en el asiento del copiloto y otra en la parte trasera del Tesla. Trixie y Khloe, las "amiguitas" o mejor dicho Comodines de Dorian y Alan. Esas chicas no me caen para nada bien primero porque son unas zorras y segundo porque son unas caza fortunas, menos mal que estos dos no las toman en serio.

—No sabía que teníamos compañía— digo dejando notar mi disgusto.

—No empieces Anne, ya hemos hablado de esto.

—Casi que no llegan— dice Trixie mientras se come a Dorian con la mirada.

Ignoro su comentario y me encamino hacia la puerta del copiloto donde está Khloe. Está loca si cree que va a ir de copiloto así que abro la puerta y espero unos segundos hasta que capta el mensaje.

Le susurro un gracias mientras se baja y como respuesta obtengo una mirada cargada de odio... que mal educada.

Durante el viaje Alan y Dorian comentan que antes de volver al cuartel militar, van a ir a Europa a comprar nuestros Autos Súper Deportivos. Esto significa que me toca regresar a casa de mi mamá, porque desde que comenzaron las pesadillas no me he vuelto a quedar sola en casa de Dorian y ni porque me paguen lo haría ósea que regresar a casa de Anna es mi única opción que además traduce a más pesadillas.

Al llegar, aparcamos en lo que parece un mirador y a lo lejos se ve la playa, donde al parecer es la fiesta. El ambiente es frío y sopla una leve brisa, pero se siente muy agradable.

A pasos rápidos nos dirigimos hacia la playa. Alan va adelante hablando con los Comodines y Dorian se ha quedado atrás hablando por teléfono.

—Anne, espera—lo escucho decir al tiempo que se acerca a mí. Así que me detengo.

—Sólo quería decirte que van a ver fogatas y a media noche un espectáculo en llamas, así que no vayas a comenzar con tus traumas— Fuego, fuego, fuego repito una y otra vez en mi cabeza— ¿Vas a estar bien, cierto? — me pregunta mientras me coge de la mano y me da un beso en la mejilla.

—Si...no te preocupes—dudo que vaya a estar bien estando cerca del fuego sin querer hacer fuego.

Caminamos cogidos de la mano hasta que llegamos al lugar de la fiesta y se va con Trixie, dejándome sola. Doy un vistazo a mi alrededor y compruebo lo que dijo Dori, la playa esta literalmente en llamas, desde aquí alcanzo a contar diez fogatas.

Qué cosa tan majestuosa

Ya siento como la adrenalina se comienza a apoderar de mi ser.

Esta va a ser una noche muy larga.