9 - Ramir: Obsesionado
Ramir
Me quito el casco y lo cuelgo en el manubrio de la bici, avanzo sosteniendo este para entrar en la casa. Cierro la puerta, empujándola con el pie, y apoyo la bicicleta en una pared. Sonrío contento porque sé que Milton no está en la casa, ya que se fue a tener una cita con su secretaria.
―¡Casa sola! ―grito feliz, alzando las manos, pero la emoción se me esfuma cuando escucho el timbre―. ¿Quién será a esta hora? ―Pienso en voz alta, estando concentrado, entonces me acerco a abrir y cuando lo veo chillo―. ¡Tú! ―Levanto mi dedo índice.
Exiel sonríe.
―No se señala. ―Me mira de arriba abajo, luego bufa―. ¿Por qué vistes de repartidor? Qué decepción.
Bajo la mano y frunzo el ceño.
―Soy repartidor. ¿Qué haces aquí? ―cambio el tema.
―Mi hermana salió a una cita y me dije: yo también quiero una. ―Da un paso hacia adelante, así que retrocedo, Exiel cierra la puerta detrás de él―. Además, mi club está en remodelación por culpa de alguien, ya sabrás quién. ―Se ríe.
―Sí, bueno, ¿quién tiene hambre? ―menciono un meme.
Corta la distancia entre nosotros.
―Yo tengo hambre de ti. ―Se muerde el labio inferior, vuelve a mirarme de arriba abajo―. Aunque con una falda saciaría mejor mi apetito.
―Maldita sea, es caníbal.
Otra vez se ríe.
―¿Por qué eres tan divertido?
―Me caí de la cuna cuando era chiquito ―expreso tranquilo.
―Terrible. ―Mantiene su sonrisa―. ¿Vas a aceptar mi propuesta? Como repartidor no creo que llegues a pagar todo lo que me debes, y tu hermano tampoco puede, así que...
―No me apures que estoy pensando.
―Pero más piensas, más me excito. Para cuando aceptes ya me voy a querer tirar encima, así no funciona el trato. Ten un poco de consideración de mí.
―Sabía que querías que sea tu prostituto ―afirmo.
Se carcajea.
―Ya te dije que no, solo quiero tu compañía.
Enarco una ceja.
―Sí, sí, y yo me llamo Juana ―expreso con sarcasmo.
―De hecho, me gusta más Miry.
Bufo.
―¿Y qué ganó con eso? ―Pongo las manos en la cintura.
―No llevarte una multa descomunal, no ir a la cárcel, no endeudarte de por vida y hasta salvarte de un juicio, pueden ser tantas cosas.
Me quedo tildado un segundo.
―Buen punto.
―También puedo pagarte un extra, aparte de quitar la deuda.
―Sabía que me considerabas un prostituto ―repito.
―¿Otra vez? ―Vuelve a reír―. Ya te aclaré que no.
―Si me quieres follar y también pagar, es obvio que eso es ser un prostituto, las cosas como son.
Rodea su brazo alrededor de mi cuello.
―Escúchame, Miry, solo vamos a tener sexo cuando te enamores de mí, te lo prometo.
Enarco una ceja, mirándolo extrañado.
―Qué cringe, pero de acuerdo, acepto tu rara propuesta. Aunque te tengo que aclarar que eso puede ser imposible, estoy obsesionado con alguien.
¡No lo nombres, no lo nombres!
―Zem ―lo nombro.
¡Ah, soy estúpido!
Prohibirse cosas es tan complicado.
Con Ramir es todo chistes y memes, él es la parte cómica de la historia JAJAJA
¡Ya aceptó la propuesta! Turbio xD
Saludos, Vivi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro