60 - Milton: Mi hermano
Milton
—¿Por qué está durmiendo en medio de nosotros? —me quejo, en referencia a Ramir, el cual ha vuelto anoche a la casa, llorando porque Exiel le terminó y se encuentra recostado en la cama, acompañándonos.
—Déjalo, pobrecito. —Lo abraza Joselyn.
Era mi nidito de amor y ahora está destruido.
—Sabía que el estúpido de tu hermano lo arruinaría. —Refunfuño.
—No lo escuches, Ramir. —Le cubre los oídos.
—¡Me dijo Ramir! —Mi hermano llora.
Esto es el colmo.
—No puedo creerlo, estoy seguro de que lo hizo a propósito —me quejo y me cruzo de brazos—. Dejarlo un día después de nuestra boda, el colmo —repito mi pensamiento en voz alta.
—Al menos no fue el día de la boda. —Se ríe mi esposa.
Enarco una ceja.
—Eso sería peor.
—Vamos, Ramir, levantémonos. —Le da palmaditas en el hombro—. Te haré un rico desayuno.
—No practiques para cuando adoptemos niños —me burlo.
Me pega.
—¡Cállate y levántate!
Nos paramos, entonces nos dirigimos al comedor. Joselyn nos prepara unas tostadas, algunas con mermelada y otras con manteca, luego sirve un poco de té para nosotros con excepción de Ramir, al cual le da leche con chocolate como si fuera un niño.
—No lo consientas tanto. —Me siento a su lado, mientras el otro toma de su sorbete todo feliz—. Es el colmo, Ramir —me quejo porque se pone a llorar—. No puedes ponerte así por ese... —Me callo, ya que Josy me observa de mala manera.
—Lo dice el que estuvo borracho cuando se peleó con Joselyn —contraataca mi hermano, entonces mi esposa se ríe—. Seguro es porque tiene cara de homófobo.
Quedo en shock.
—¡Oye! —Reacciono—. ¿Tengo cara de homófobo?
—Nah... —Se pone pensativo—. Bueno, sí, un poquito. —Hace un gesto divertido.
—¡¿Cómo es la cara de un homófobo?!
—Así, como la tuya, amargado. —Se ríe y mi esposa también.
—¿Eres mi hermano o mi verdugo? —pregunto, desconcertado.
—Tú preguntaste.
Frunzo el ceño.
—Tú empezaste.
—Nel, ya que no me dejaste ser libre y llorar.
—Qué lindo que hagas sentir mejor a tu hermano. —Joselyn me da palmaditas en el hombro, malinterpretándolo.
—¿No viste que me está intentando dar culpa? —me defiendo.
Ella solo se ríe. Genial, soy el objeto de burla. Este será mi karma de por vida por ser un mal hermano. ¡Ya me arrepentí y pedí disculpas! ¡¿Qué más debo hacer?! Creo que exagero, ya que ver a Ramir sonreír, está por encima de toda broma hacia mí, así que no importa.
Atención: ¡¡Luego de este, solo nos faltan 5 capítulos!! 🤧
Saludos, Vivi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro